AmigosEn un invierno frío y desapacible, un gorrión pasó dos noches a la intemperie con el único abrigo que le proporcionaba la rama de un árbol. Convencido de que no podría sobrevivir una tercera noche en esas condiciones, abandonó el árbol en busca de un refugio mejor. Mientras volaba, sentía cómo se le agarrotaban las alas, hasta que finalmente cayó al suelo. Cuando yacía congelándose, pensó que esa noche acabaría su vida. Se puso a orar, pidiendo en silencio una muerte rápida. De repente, en su estado de semi-insconciencia, sintió cómo era cubierto por un caliente abrigo. Poco después, ya repuesto de su hipotermia, se dio cuenta de lo ocurrido: una vaca había estercolado generosamente sobre él. El nuevo soplo de vida y el supremo confort que sintió le hicieron muy feliz, así que comenzó a cantar. Un gato que pasaba por allí oyó los gorgoritos, localizó la boñiga y cuidadosamente removió los excrementos, para terminar por descubrir al pequeño gorrión, al que rápidamente engulló. Hay tres moralejas para esta historia: 1. Si alguien se caga en ti, no es necesariamente tu enemigo. 2. Si alguien te saca de la mierda, no es necesariamente tu amigo. 3. Si estás con la mierda al cuello, pero feliz, mantén la boca cerrada. Cuento anónimo remitido por un lector, navegador habitual del océano Internetiano. |
|