Escrito aportado

Antes de proponer un determinado modelo de universidad, mencionaré algunos problemas que el presente modelo está causando y su posible solución.

Desde mi punto de vista, ya lo justifiqué suficientemente en la pasada reunión -Anexo Estatutos-, de las dos tareas fundamentales que tiene la universidad (docencia e investigación), la que está en primer lugar es la docencia.

Es evidente que la calidad de una universidad, en lo que a su tarea docente se refiere, está determinada por la adecuada selección del profesorado. Este es un punto básico y fundamental si se pretende mejorar la universidad, no es un aspecto secundario. En este sentido, antes de aplicar ningún modelo o esquema prefabricado, creo que hay que partir de los hechos tal y como se están dando. Actualmente, al menos de lo que yo conozco, es el departamento quien decide de manera autónoma la contratación de su profesorado. Esta forma de proceder viene originando importantes problemas internos en los departamentos. La contratación de profesores se convierte en una lucha interna donde el grupo dominante se lleva la mejor parte, si no toda. Con lo cual incrementa y perpetua su dominio sobre el resto del departamento. Esto dificulta la relación y rompe la unidad, y así en lugar de unirse y ayudarse a realizar mejor las tareas docentes, los miembros del departamento están, en general, divididos y enfrentados. Es decir, el criterio de selección que se está siguiendo no es el de elegir a los mejores en lo que se refiere a conocimientos, experiencia docente e investigadora dentro del área de la plaza; el criterio que cada uno sigue es, salvo raras excepciones, colocar a las personas que dependen de él, para aumentar su influencia en el departamento. El resultado de esta forma de proceder va en perjuicio de la calidad docente e investigadora y, por lo tanto, también en contra del propio prestigio de la Universidad.