Un sufrido profesor de la Universidad de Alcalá, TEU por más señas, iba caminando solo por el erial del campus, "cabizbundo" y "meditabajo", cuando observó una extraña botella entre los cardos y demás hierbajos del fabuloso "jardín". La tomó, la abrió y, ¡oh maravilla!, apareció un genio. El genio solícito y sonriente dijo: - Por la amabilidad que has tenido al librarme de mi encierro milenario, te gratificaré con la concesión de un deseo, pero sólo uno. El profesor pensó por un momento y respondió: - Siempre he deseado ir a Canarias, pero nunca he sido capaz, porque me da miedo volar, y los barcos me producen claustrofobia y mareos. Por eso, me gustaría que hubiera una autopista desde aquí hasta las "Islas Afortunadas". El genio pensó, se quedó perplejo y, durante unos minutos, no pudo articular palabra. Después, un poco consternado habló de esta manera: - No. Creo que no puedo hacerlo. ¡Es una lástima!, es la primera vez que no puedo conceder un deseo, pero no puedo hacerlo. Sólo piensa en todo el trabajo implicado con los pilares que se necesitan para mantener la autopista y cuán profundos deben insertarse en el fondo del océano. Piensa en todo el pavimento que se necesitaría, la catástrofe ecológica que se desataría... Me temo que es mucho pedir. El TEU, dándose cuenta de su desmedida ambición, asintió y pensó por un minuto. - ¡Ya lo tengo -le dijo al genio-, hay otra cosa que hace años que deseo y no debe ser difícil de conseguir. Me gustaría que el rector Gala dimitiera, convocara de una vez elecciones anticipadas y cambiaran un poco los aires en la Universidad de Alcalá. Sí, ya sé que acaba de hacer declaraciones diciendo que no va a volver a presentarse a las eleciones, pero nadie se lo cree. En el último momento dirá que tiene la obligación moral de presentarse, que los candidatos que hay no merecen la pena, etc. etc. Así pues, no vendría mal una ayudita por tu parte. Básicamente, me gustaría cambiar de rector y cambiar los Estatutos. ¡Debe ser maravilloso conocer a alguien nuevo! Desde que llevo aquí, siempre las mismas caras en los puestos de responsabilidad... El genio cambió de color. Su tez morena adquirió un tinte blanquecino y después, balbuceante, exclamó: - La autopista a Canarias, ¿la quieres con dos carriles en cada sentido o con cuatro? Sigfrido del Alce |
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