El Rincón Literario
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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia

Histórico Año II

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Abril 2000. Nº 14

Uno de nuestros lectores nos obsequia con este bonito cuento que, a su vez, recibió, tras una serie de reenvíos por correo electrónico, de un mensaje original de Concepción Sánchez Pallarola. 

NADIE ES PERFECTO

Un aguador de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que transportaba sobre sus hombros.

Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra estaba en perfectas condiciones y conservaba toda el agua hasta el final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su dueño. Cuando llegaban al hogar, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua.

Durante dos años completos esta situación se produjo a diario. Desde luego la vasija entera estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de lo que se suponía era su obligación.

Tras esos dos años, la vasija quebrada le habló al aguador, mientras la llenaba, diciéndole:

- Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo, porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir

El aguador, le dijo compasivamente:

- Cuando regresemos a casa quiero que observes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.

Así lo hizo la tinaja. Y, en efecto, vio muchísimas flores hermosas al borde del sendero, pero de todos modos se sentía apenada porque, al final, sólo guardaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.

El aguador le dijo entonces:

- ¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino?

- Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino que recorres, y todos los días las has regado. De esta forma, durante estos dos años, yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro.

- Si no fueras exactamente como eres, con todos tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza.

- Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos, en cierto modo, vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar esas grietas para obtener buenos resultados. No lo olvides.

FIN

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Vivat Academia, revista del "Grupo de Reflexión de la Universidad de Alcalá" (GRUA).
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Última modificación: 03-05-2000