Anexo Estatutos
Arriba Último Nro. Índice Nros. Anteriores Índices Históricos

ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia

Histórico Año I

linea.gif (922 bytes)

Noviembre 1998.  Nº cero

Escrito aportado

Introducción
1.- Pregunta de partida
2.- Segunda cuestión
3.- Conclusión

Introducción

¿Qué idea de Universidad queremos que expresen los estatutos de la Universidad de Alcalá de Henares?

Deseo exponer brevemente mi opinión sobre cuál es el punto de partida que, desde mi punto de vista, determina la forma que adquieren unos estatutos. Es decir, en definitiva, el concepto o idea de Universidad que expresan o intentan expresar de manera más o menos consciente.

1.- Pregunta de partida

En la elaboración de los estatutos de una Universidad hay una pregunta previa, formulada o no conscientemente, que éstos intentan responder. Inevitablemente, los estatutos resultantes estarán en función de cuál sea la pregunta que nos formulemos y la respuesta que demos.

En este sentido, la pregunta que yo me formulo es la siguiente: ¿qué es lo más valioso que poseemos en nuestra universidad?. ¿Cuál es nuestro patrimonio más valioso?. Dependiendo de qué respuesta demos a esta pregunta así dedicaremos nuestra atención, interés, energías personales y colectivas, dinero, etc. en un sentido u otro, favoreciendo determinadas cosas frente a otras.

Ahora bien, ¿qué es lo que tenemos de más valor? Evidentemente, no son por ejemplo nuestros edificios; de otro modo lo mejor sería que nos convirtiéramos en una empresa inmobiliaria o constructora. Tampoco es nuestra investigación, por muy valiosa que nos parezca a todos; ya que no es un interés por la ciencia o el saber en sí mismo, la razón de ser de una Universidad; si esto fuera así, entonces ya no sería Universidad sino un centro de estudio e investigación.

Desde mi punto de vista, lo más valioso son las personas, cada uno de nosotros en primer lugar y, sobre todo, aquellos a los que se dirige principalmente la Universidad: los estudiantes. La persona, el interés por mi persona, por cada uno de nosotros, el interés por su beneficio. No podemos identificar a la UAH con unas paredes y unos edificios, sino con cada uno de nosotros. Uno no trabaja, no se entrega, no se sacrifica, no gasta dinero en algo que no sea él mismo. Cuando uno hace algo lo hace por su propio bien; lo hace porque pertenece a esa gente, porque el bien suyo coincide con el de todos, porque el bien de todos coincide con su propio bien.

2.- Segunda cuestión

Planteada y respondida la primera cuestión, surge inmediatamente una segunda pregunta. Lo más valioso es la persona, su beneficio. Pero, ¿cuál es ese beneficio que se persigue aquí?.

El beneficio que se persigue en una Universidad es, evidentemente, intelectual: el cultivo de la razón.

Sin ánimo de entrar en polémicas, diré que para mí la razón es ante todo apertura a la realidad según la totalidad de sus factores. La razón es apertura a la realidad porque constituye una ventana abierta desde la cual miro todo lo que me rodea y a mí mismo, con el deseo de conocerlo todo, sus relaciones y sobre todo su significado. La realidad, las cosas, la presencia de las cosas provoca en mí preguntas. Éstas me estimulan a buscar respuestas y esta búsqueda produce el descubrimiento de nuevos hechos y relaciones, los cuales a su vez hacen que surjan nuevas preguntas en mí. De cuales sean las preguntas que nos formulemos, dependerán los hechos y respuestas que encontremos. Hasta que Newton no se hizo la pregunta de por qué caen los cuerpos, no se llegó a establecer la ley general de la gravedad.

Subrayo también, especialmente, el término de razón como apertura a la totalidad de lo real, porque la razón, si es fiel a sí misma, no puede volver la espalda a nada, no puede censurar ninguna pregunta que la realidad suscite en ella, no puede censurar ningún aspecto de la realidad. Censurar ciertas preguntas porque no encontramos, o nos parece que no hay forma de encontrar la respuesta es irracional, va contra la razón; las preguntas deben quedar abiertas y presentes en nuestra razón hasta que aparezca la respuesta. Esta universalidad respecto al objeto del conocimiento que no censura nada es algo inherente al concepto mismo de Universidad.

La Universidad es pues un lugar donde se enseña, estudia e investiga toda clase de saber. Si en una universidad como la nuestra no existen determinadas licenciaturas, habría que preguntarse el porqué. Ello puede responder a diversas razones: 1) porque se considera que esas disciplinas no constituyen propiamente saber; 2) porque se considera que ese saber no tiene importancia; o 3) porque el principio que se está siguiendo a la hora de tomar decisiones no es propiamente el interés de la persona desde el punto de vista de la razón, sino que son otros principios e intereses los que rigen nuestra universidad. También es verdad que el hecho de que no existan determinadas licenciaturas en Alcalá, puede responder en cierto modo al gran número de universidades que hay en Madrid. Pero, al menos en mi opinión, esto son situaciones excepcionales ya que la tendencia de una Universidad debe ser la de contemplar el saber en su totalidad y no fragmentarlo repartiéndoselo entre ellas.

La impresión que se tiene respecto a la implantación de nuevas licenciaturas en la UAH en los últimos años, al menos mi impresión personal, es que el criterio fundamental que se está siguiendo es el de implantar sólo aquellas licenciaturas o estudios que se supone van a ser viables, desde un punto de vista económico; también se siguen en muchos casos otros intereses difíciles de descifrar. Se piensa sólo, o fundamentalmente, en la viabilidad y otros intereses, en lugar de aplicar un criterio de interés de la razón por la totalidad de las cosas.

Pero, ¿cuál es la aportación original de una Universidad? ¿cuál es el punto de vista original que puede aportar una Universidad al conjunto de la sociedad?. En mi opinión es el interés por las cosas por sí mismas, porque están ahí presentes, no sólo porque puedan tener alguna rentabilidad por ejemplo económica o profesional para la persona. Nos interesan las cosas, las estudiamos y las decimos, porque están ahí, presentes. Porque nuestra razón, si es coherente y no censura nada, no puede evitar interesarse por ellas, por todas, por conocerlas y decirlas. Este interés primario por las cosas en sí mismas no excluye en absoluto, si no todo lo contrario, el interés por su utilidad; pero, yo creo que a veces es bueno invertir y perder incluso dinero, a costa de otras licenciaturas más rentables, para poner de manifiesto cual es el valor fundamental que se persigue.

En mi opinión, este principio de universalidad en cuanto al interés global por la totalidad del saber debería recogerse en los estatutos y no dejar la creación de titulaciones nuevas al ambiguo principio de las "exigencias sociales del momento", tal y como dice el artículo 164 de los estatutos. El cultivo de la razón como apertura a la totalidad de lo real, de hecho, es una de las principales exigencias que tenemos como personas y como sociedad. Este principio es más universal que el anterior ya que, como he dicho, engloba y no elimina el otro. Y aunque se puede subrayar como un aspecto importante por parte de la Universidad responder a las "exigencias sociales del momento", para mí debe de subrayarse más el principio más general que representa el interés por la totalidad.

3.- Conclusión

Estos principios que he mencionado: la persona y su razón, son algo seguramente evidente y hasta compartido por muchos de nosotros y, por tanto, los damos por descontado. Pero en la práctica son principios que de hecho se tienen muy poco en cuenta y se utilizan los medios de gobierno de la universidad en base a otros intereses y fines.

Pero, ¿cómo puede cambiar esta tendencia? o, mejor dicho, ¿qué es lo que realmente debe cambiar, en mi opinión, en la UAH?. Hay que subrayar en primer lugar que esto es ante todo una cuestión personal. Que lo importante es mi persona concreta, la mirada y el juicio que cada uno de nosotros tiene sobre las cosas. Este interés por mí mismo posee evidentemente una dimensión colectiva, pero esta dimensión colectiva es inevitablemente consecuencia de la dimensión personal. No me interesa que cambie la letra de unos estatutos, lo que me interesa es cambiar yo, que cambie mi punto de vista y el de mis amigos, que este punto de vista sea cada vez más verdadero, que se corresponda con lo que de verdad más nos interesa. Los estatutos y cualquier otro aspecto de la Universidad, serán siempre expresión de lo que cada uno de nosotros conscientemente sea.

linea.gif (922 bytes)
Vivat Academia, revista del "Grupo de Reflexión de la Universidad de Alcalá" (GRUA).
Tus preguntas y comentarios sobre este Web dirígelos a vivatacademia@uah.es
Copyright © 1999 Vivat Academia. ISSN: 1575-2844.  Números Anteriores. Año I
Última modificación: 18-11-1999