En este número, dada la extensión de las contribuciones a la sección de Docencia e Investigación, hemos optado por una presentación mixta. Esperamos que sea cómoda y de su agrado. No obstante, pueden enviarnos las correspondientes sugerencias de mejora. A continuación, en esta misma página, encontrarán: Un lamento de uno de nuestros lectores ante la actitud que mantiene la Universidad de Alcalá respecto de la investigación y el comunicado de la asociación Iberia, que será entregado al presidente Aznar, durante su visita a la Universidad de Harvard, [nosotros lo hemos recibido a través del grupo de discusión de la AACTE (Asociación para el Avance de la Ciencia y la Tecnología en España)]. Los artículos de nuestros compañeros de la Universidad de Alcalá que nos ilustran sobre las investigaciones que llevan a cabo, se encuentran en páginas diferentes. A ellos se puede acceder seleccionando con el ratón el botón correspondiente que pueden ver a la izquierda de estas líneas. Un lector de Vivat Academia nos envía este lamento: SORPRENDENTES CRITERIOSSí, son sorprendentes los criterios que está adoptando la UAH para valorar la actividad investigadora. En la Junta de Gobierno de 24-3-99 se aprobaron los "baremos para la valoración de la actividad investigadora" que no pueden dejar de sorprender. Los elementos determinantes de una mayor o menor valoración de un artículo, capítulo de libro o comunicación a congreso son (en ciencias humanas y sociales) ni más ni menos que ¡el número de páginas!, de forma tal que cuantas más páginas ocupe (da igual en qué revista) más "valor" tiene en la Universidad de Alcalá. O sea, que publicar en una revista cuyas páginas tengan tamaño cuartilla se convierte en algo deseable, mientras que las que tengan páginas tamaño folio deben ser desestimadas, puesto que el mismo trabajo tendrá la mitad de "peso" en el curriculum. La verdad es que si otras universidades siguiesen estos criterios acabaríamos viendo micro-revistas con páginas de 5x10 cm. Yo me pregunto ¿por qué tan extraño criterio? ¿Habrá algún interés en promover las revistas de pequeño formato? ¿Siendo el rector de Económicas, cómo es posible que nadie se diera cuenta de semejante disparate? Finalmente, dado que existe un Social Sciences Citation Index, ¿no hubiera sido lógico ponderar las revistas extranjeras como se ha hecho en ciencias experimentales? ¿Por qué no nos dejamos de tonterías y tratamos de hacer algo mínimamente valido? ¿Nadie se da cuenta que estas cosas son las que desprestigian a la Universidad?. Si lo que se quiere es valorar la longitud de los trabajos, al menos pongan el número de palabras que será mas objetivo (y no me digan que es difícil contarlas que para eso se ha hecho la estadística, el muestreo, o lo que sea, que más difícil es contar glóbulos rojos en sangre y se hace). Volver al principio Volver al principio de este artículoComunicado "Iberia@MIT" sobre el Futuro de la
Ciencia y Tecnología en España.
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1.El conocimiento Científico es clave para el futuro desarrollo nacional. | |
2.La Tecnología es el motor del crecimiento económico. | |
3.La Administración debe promover el avance científico y técnico de forma responsable. |
Si España desea beneficiarse de una fuerte industria propia, debe hacer suyos los conceptos que otros países hoy a la cabeza mundial asumieron tiempo atrás, y aplicarlos de forma seria y continuada. Y en el momento presente, ante los retos que impone la nueva Unión Europea, se debe emprender con fuerza, determinación y constancia un esfuerzo por incentivar el largamente olvidado desarrollo Científico y Tecnológico, una de las claves esenciales para el bienestar económico y social de las próximas décadas.
¿Qué hace falta para mejorar el desarrollo Científico y Tecnológico en España? Muchos de los jóvenes que nos encontramos en E.E.U.U. perfeccionando nuestra formación hemos visto cómo, a pesar de la creación en los últimos 25 años de algunas de las infraestructuras básicas para la investigación Científica y Tecnológica (CyT), y pese a que, por primera vez en la historia de nuestro país, el nivel de resultados científicos ha sido al menos cuantificable (en 1995 las publicaciones científicas españolas resultaron ser un 2.5% del total mundial), no se ha decidido apoyar de forma consistente y continuada el desarrollo CyT. En 1996, el porcentaje de inversión español en Ciencia y Tecnología respecto al P.I.B. total marcó el mínimo de los cinco años anteriores, y se situó con un valor del 0.76% a la cola de Europa, sólo por encima de países como Portugal y Grecia, mientras que la media europea fue de un 1.83% en el mismo año.
Esta falta de financiación se ha visto recrudecida por la escasa previsión del Gobierno español para la gestión de los fondos de CyT. Uno de los problemas más importantes generados por esta pobre gestión de fondos ha sido la producción de nuevos investigadores con altísima preparación que no pueden ver continuada su carrera en el país que les ha formado. Pese a que el número de científicos e ingenieros por cada 1000 personas activas en España sigue siendo muy bajo (3.1, de nuevo sólo por delante de Portugal y Grecia y muy lejos de la media europea de 5.1 o de 7.5 de E.E.U.U.), desde la Administración no se ha querido ofrecer especial atención a este problema, cuyo origen radica en la política pasiva por parte de la industria española hacia la Investigación y el Desarrollo (I+D), y la falta de una incentivación efectiva del mismo I+D industrial por parte de la propia Administración, que debe suplir las deficiencias existentes en el tejido industrial y reactivar el mismo a través del uso de nuevo potencial humano científico-técnico de elevada formación, que cuenta con muy altas posibilidades de cambiar el futuro económico de nuestro país. Para muchos de nosotros los hechos anteriores han sido decepcionantes y sólo deseamos que cambien.
La Universidad española tiene una importante tarea al respecto. Contrariamente al concepto de la Universidad como centro clave para la investigación básica y tecnológica, la tradición de la Universidad española ha sido eminentemente docente. La carencia generalizada de ciencia básica e investigación tecnológica universitaria competitivas ha favorecido el incremento del endémico desfase tecnológico que sufre España y que perpetúa la dependencia de la CyT exterior.
La reactivación de la investigación en las Universidades españolas pasa por dar cabida a capital humano investigador de alta cualificación. Su entrada en la Universidad está hoy en día impedida por criterios que atienden a intereses particulares en lugar de hacerlo hacia una evaluación objetiva de los méritos científicos, cuestión que ha provocado lacras como la denominada "endogamia universitaria" que cercenan gravemente el futuro de la Universidad en España.
La sociedad española, contrariamente a lo que en principio pueda pensarse, ha mostrado una clara sensibilización por el apoyo a la CyT. La opinión pública está comenzando a comprender la íntima relación que existe entre desarrollo tecnológico y empleo. En 1997, el 40% de los españoles mostró especial interés por los esfuerzos que se debían realizar en incentivar la CyT, por delante de países como Japón, Bélgica o Irlanda, donde el gasto en CyT es mucho mayor. Esto debiera hacer reflexionar de forma seria al ejecutivo sobre la forma de atender esta creciente demanda de atención a la CyT.
Con este escrito hemos pretendido hacer partícipe de forma directa a la Presidencia del Gobierno sobre la relevancia de la Ciencia y Tecnología en el futuro desarrollo económico y social de nuestro país. No pretendemos perseguir un burdo incremento presupuestario del cual beneficiarnos personalmente a través de nuevos puestos en institutos de investigación y universidades. Creemos firmemente en las grandes posibilidades de incrementar el grado de bienestar y de desarrollo económico de la sociedad española. Queremos formar parte activa de este crecimiento y hacer rentable la inversión en educación y formación especializada que se ha realizado en nuestra generación. Por ello, deseamos aprovechar esta oportunidad para ofrecer algunas ideas que, a nuestro juicio, impulsarían el desarrollo Científico-Técnico en España y que a continuación presentamos:
1.Aumento sensible y continuado del porcentaje del P.I.B. destinado a la investigación CyT hasta alcanzar como mínimo la media europea en un plazo de tiempo razonable. | |
2.Mejora de la gestión de los fondos de CyT de acuerdo con directrices generales que respondan a: |
a. Identificación de los objetivos nacionales que requieran un esfuerzo en CyT.
b. Establecimiento de la prioridad de dichos objetivos y
c. Coordinación de los esfuerzos nacionales y del apoyo europeo para dirigir la inversión en CyT que permita alcanzar dichos objetivos.
Estas directrices deben ser marcadas por el Congreso de los Diputados, reforzando la actuación de las comisiones creadas para ello y estableciendo un asesorado efectivo por los adecuados organismos científico-técnicos y no deben depender, en sus objetivos a largo plazo, de las decisiones tomadas por el Gobierno en turno.
3.Reforzamiento mediante financiación pública de la carrera científico-técnica en institutos de investigación (C.S.I.C.) y centros de elite. Introducción de nuevos elementos en el sistema público que premien la calidad e incentiven la competitividad de doctores y tecnólogos. Establecimiento de normas efectivas que favorezcan la producción de patentes desde centros públicos. Apoyo institucional para la creación de nuevos centros de alta tecnología que generen la formación de nuevas empresas y de potencial humano especializado en CyT. | |
4.Incentivación de la creación de nuevas empresas de media y alta tecnología. Intensificación de los esfuerzos destinados a incrementar la inversión en I+D empresarial y concesión de mayores ventajas fiscales para el capital destinado a I+D. Creación de centros y programas eficaces especialmente dirigidos a promover el Desarrollo de nuevos productos. Potenciación general de la colaboración entre la empresa privada y la Universidad y centros de investigación públicos. | |
5.Una apuesta seria y comprometida para mejorar el desarrollo de la CyT en las Universidades, atendiendo a los siguientes criterios: |
a. Promover una financiación de las Universidades y de los departamentos universitarios de acuerdo con los resultados obtenidos, utilizando métodos de evaluación objetiva y externa de la investigación y la docencia. Determinación anual de una escala de prestigio universitario por especialidades, con repercusiones reales en las cantidades destinadas a dotaciones de los centros y en los complementos de productividad del personal docente e investigador.
b. Potenciar la especialización y la competencia inter e intrauniversitarias entre el profesorado y entre el alumnado. Eliminar el sistema de distritos universitarios, que contribuye a dificultar la movilidad universitaria.
c. Creación de nuevas posiciones universitarias a nivel de "profesor de investigación" exclusivamente para jóvenes investigadores, cuya elección se ha de fundamentar únicamente en criterios de excelencia científica. A cambio de estar sujetos a una evaluación periódica, han de disfrutar de una permanencia suficiente para desarrollar proyectos de investigación y contar con unas condiciones generales similares, si no mejores, que las del profesorado funcionario.
d. Promover los acuerdos de colaboración y contratos para investigación básica y aplicada entre Universidad y empresa privada.
e. Revisar y actualizar las asignaturas y programas de formación de Doctores de acuerdo con las normativas que impondrá la futura universidad europea. Fomentar y facilitar la convalidación y homologación de titulaciones y especialidades obtenidas en el extranjero. Promover el desarrollo de las comunicaciones digitales en la Universidad.
f. Finalmente, reforzar la formación científico-tecnológica de elite a través de la mejora de los programas de Becas destinadas a estudios Pre- y Post-Doctorales. Eliminación urgente de errores acumulados y cometidos sistemáticamente en la definición de Becas para la formación de Personal Investigador, Científico y Tecnológico, como la escasa coordinación temporal con los centros de recepción, falta de seriedad en los pagos, ausencia de seguridad social o seguro de desempleo pese a estar sometidas a tasación fiscal, baja remuneración, falta de compensación en caso de realización de estudios en un centro que implique el traslado del becario y falta de transparencia en los procesos de concesión y establecimiento de criterios razonados que primen realmente la calidad del candidato.
Muchos de estos problemas menores se han convertido en razones suficientes para que algunos investigadores hayan decidido abandonar el contacto con la administración española.
Sr. Presidente, esperamos que nuestra opinión merezca su atención y la de su ejecutivo, y esperamos que nuestra visión le ayude en lo posible a decidir de forma correcta sobre la necesidad de incentivación de los recursos humanos y materiales destinados a la Ciencia y Tecnología en nuestro país, para un mejor horizonte futuro de todos sus ciudadanos.
Cambridge, abril de 1999.
1: John H. Gibbons, "Science, Technology and Government in the United States: Toward the year 2000", Technology in Society, Vol. 19, Nos. 3 y 4, pag 561-568, Elsevier (1997).
2: Datos extraídos de "World Science Report 1998", UNESCO Publishing
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