Una vez más pedimos desde estas páginas que nuestra universidad se gestione y funcione con criterios de participación y democracia. Que antes de tomar las decisiones se informe a los interesados y se les pida su opinión, no para luego no hacer nada, sino para establecer un debate de ideas serio y provechoso.

Seguro que nos libraríamos de muchos disparates y equívocos. Mientras tal gracia se nos conceda, vamos a mostrar por donde se le va la fuerza y la ilusión a nuestra universidad:

El Gran Hermano

Uno de nuestros lectores, muy alarmado, quiere protestar por las maneras con las que un buen día y sin más explicación, vinieron a "mejorarle su ordenador" -ampliación de memoria a 64 MB, cambio generoso de disco duro, instalación del flamante y potente Windows NT- y los desastrosos resultados que ha cosechado: "un cambio radical en el aspecto de las herramientas que utiliza (menús con opciones desactivadas, en particular las de personalización -no puede ni personalizar la firma de un correo electrónico-), y que le ha producido una aparente pérdida de ficheros y una dependencia total hacia los nuevos "administradores de su ordenador",  que "sí saben manejar un PC, sin estropearlo ni hacer nada malo con él", al parecer.

En los distintos servicios de la UAH se están instalado obligatoriamente y sin más explicaciones Windows NT pero con lo que parece ser "el último grito de la informática moderna" es decir, desactivar opciones -al parecer obsoletas o inútiles- como buscar archivos y ficheros del explorador de ficheros o alejar "peligrosas intenciones" como la peregrina idea de acceder al panel de control del equipo (o sea, que no se puede ver qué fuentes están instaladas -lo que afecta a la visualización de textos- o acceder a las propiedades del ratón: por cierto, si eres zurdo, no te queda más remedio que admitir tu culpa y llamar a tu "administrador personal de tu PC" para que, "a ser posible, por favor, te arregle el problema".

Incluso varios compañeros, nos advierten, que se han llevado la sorpresa de "perder de vista todo su correo", ya que tuvieron la nefasta ocurrencia de organizarlo en ficheros separados -como meses antes se les había enseñado en un curso- y resultó que el programa de correo les dejó que perdieran su su trabajo sin la más mínima advertencia.

El programa en cuestión -obligatorio como no podía ser de otra forma, en nuestra universidad-, es el Outlook de Microsoft.

Además del "problemilla" antes mencionado, según las más importantes empresas de seguridad informática tiene numerosos y graves defectos, cuyas reseñas aparecen frecuentemente en la prensa, sin que nadie asuma ni informe del problema convenientemente.

Lamentablemente sucede con frecuencia que cuando un usuario tiene un problema, no se tiene la precaución de documentar la queja y así evitar que ese mismo problema le suceda a otras personas. Se debería promover una comunicación más fluida y seria entre los usuarios y los equipos técnicos, y eso sólo se consigue si se admite que las quejas y las opiniones "son buenas" y "se agradecen".

La clave de los problemas y del malestar que se detecta en la implantación (imposición) de los nuevos entornos informáticos es que los cambios se realizan sin informar a los usuarios, ni dejar que opinen.

De haberse consultado a los usuarios, probablemente hubieran considerado mas importante y más urgente que se implementara una política de copias de seguridad de los datos -¿que datos importantes aún no están protegidos mediante copia de seguridad centralizada y automatizada?, de seguridad en las comunicaciones -RedIRIS recomienda PGP, cuántos saben lo que es y cómo usarlo- y de utilización de recursos (para empezar, habría que informar qué recursos informáticos tiene la universidad y cómo utilizarlos).

Pero esto, esto es tan solo la opinión de los ... usuarios.

Algunas consideraciones finales:

1) ¿De quién ha partido la idea y qué argumentos se aportaron y qué procedimientos se han seguido para la aprobación del cambio a NT en las condiciones que actualmente "se disfrutan"?

2) ¿Existe una planificación -escrita- acerca de estos cambios?

3) ¿En qué servicios se está aplicando esta política? ¿Se está utilizando algún criterio en su aplicación? ¿Hay excepciones "dependiendo de quién se trata" o es "en función de lo que se hace"?

4) ¿Se procederá a realizar "cursos de adaptación" para manejar este nuevo "sistema informático con limitaciones provechosas"? Sugerimos que el nombre de los cursos sea "El Gran Hermano te reexplica como utilizar un ordenador, olvida lo que sepas de informática y únete a la Verdad".

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"Estamos hurgando en su equipo"

Lo que van a leer es un caso real y, por qué no decirlo, habitual en nuestra universidad:

Un trabajador enciende su ordenador (con su flamante y potente Windows NT) y se encuentra con el siguiente mensaje:

"Por motivos administrativos se está procediendo a actualizar su equipo. El proceso durará 5 minutos. Por favor no cierre esta ventana."

Cuando pasa el tiempo, se cierra la ventana, se termina de poner en funcionamiento el equipo y aparentemente nada ha cambiado. ¿Qué han actualizado, si puede saberse? ¿Estará todo bien? ¿Hay alguna posibilidad de que el cambio me afecte negativamente? ¿Si más adelante encuentro un problema, doy un aviso o pienso "lo tienen todo controlado", será ahora así como funciona?

Hay que ser serio y respetuoso con el Usuario. Hay que ponerse en su lugar. Escucharle. ¡Con lo sencillo que es mostrar el mensaje que el usuario se merece!, algo como:

"Estamos instalando un programa de diagnóstico de su tarjeta de red. El proceso durará 5 minutos. Por favor no cierre esta ventana.

En la bandeja de estado -esquina inferior derecha, junto al reloj- aparecerá el nuevo icono. Si detiene durante unos segundos el puntero del ratón encima del mismo, un letrero en amarillo avisa <<Diagnósticos Tarjeta de red>>

Este programa lo instalamos para solucionar eventuales problemas de su conexión a red y para optimizar dicha conexión.

En principio no tiene necesidad de utilizarlo para su trabajo habitual. Si tiene alguna duda y para obtener más información, por favor, conéctese a la dirección http://www.uah.es/explo/actualizacion12.htm."

De esta forma el usuario sabría qué está pasando con su ordenador, cómo puede identificar los cambios, por qué se hace, qué alcance o relevancia tiene para realizar el trabajo normalmente, y finalmente, dónde puede buscar más información -o enviar alguna sugerencia-.

¿Que hay que dedicar un cierto tiempo a esto? Si, pero es el coste de tratar a los usuarios como personas adultas, con interés por manejar de manera profesional sus herramientas de trabajo y con iniciativa y ganas de trabajar responsablemente.

Este defecto de no comprender la importancia del respeto y la seriedad, mas grave y peligroso de lo que aparenta, se imprime desde arriba. De muy arriba. Es lo que se conoce como "cultura de empresa" y es lo que a la postre cimenta o pudre las organizaciones.

No se trata de certificar eso de "Que Dios nos coja confesados", sino de hacer algo. Por ejemplo reflexionar brevemente sobre cómo se pone en marcha el problema:

La cultura de esta empresa, nuestra empresa, la podemos resumir -benévolamente- como "el responsable dicta las normas y el subordinado las ejecuta, punto".

Esta norma, -a partir de ahora utilizaremos un lenguaje figurado, por simplificar y abstraer- la aplica "el rinoceronte sagrado" -por eso de que es el que señala con el cuerno lo que hay que hacer y nadie le puede llevar la contraria-, la ejecuta "el currito" (que aparece como si la idea se le hubiera ocurrido a él -rinoceronte nunca deja nada por escrito-) y la justifica, a posteriori, "el jefe", cuya principal misión, (¿deberíamos decir única?), es que no haya quejas.

De esta acción surgen "los afectados", los que sufrimos las consecuencias, de forma directa o indirecta.

Estas consecuencias se perciben como "problemas técnicos" (instalaciones defectuosas, programas que nos hacen perder tiempo o de los que sencillamente hemos perdido el control) y hace que protestemos o bien al "currito" o bien al "jefe" (nuestros referentes a ese nivel).

Pero aunque las consecuencias son técnicas, el problema no lo es. Un "jefe" o un "currito" sabe que pagará caro si se decide a obrar pensando en "los afectados". En el caso antes citado, nadie va a valorar el esfuerzo que empleen en ser serios y respetuosos en su trabajo. Sólo si "haces lo que te ordenan, sin molestar".

La solución pasa únicamente por cambiar la "cultura de la empresa". La mejor manera es mostrando sistemáticamente a qué nos está llevando la que ahora tenemos y, por otra parte, promocionar una "cultura de empresa" verdaderamente provechosa, sana y enriquecedora, que podríamos llamar "democracia y participación, siempre".

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