ELECCIONES
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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia

Histórico Año I

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Febrero 1999. Nº 2

SIENTO VERGÜENZA AJENA (Reflexiones sobre el sorprendente final del silencioso proceso electoral).
EL CLAUSTRO, LAS ELECCIONES Y LA DEMOCRACIA EN LA UNIVERSIDAD DE ALCALÁ (artículo de Tomás Mancha)
RECORTES E IMPACTO EN LOS MEDIOS (las elecciones vistas desde las empresas mediáticas)

SIENTO VERGÜENZA AJENA

Hace unos días, en el Diario de Alcalá se recogían unas declaraciones de José Manuel García Prieto, Presidente del Consejo de Estudiantes, en las que aseguraba que Vivat Academia había sido fundada por mí, debido a mi sentimiento de rabia por haber él conseguido el voto en bloque de los estudiantes para Manuel Gala, en las elecciones a Rector. En dos cosas se equivocaba: La revista nace como una necesidad ineludible de crear un foro de participación y debate para la comunidad universitaria alcalaína, sea de la tendencia que sea, y había sido prometida antes de las elecciones; Se equivocaba también en decir que yo sentía rabia. Nunca he sentido rabia. He sentido una pena profunda al ver como se resucitaban métodos de influenciar en el colectivo estudiantil, que todos creíamos olvidados, propios del famoso Sindicato Español Universitario, de tan tristes recuerdos para los que fuimos estudiantes durante la dictadura. Y así lo expresé en público en diversas ocasiones.

El tiempo, muy corto, me ha dado la razón.

En la Gaceta Universitaria recibida el lunes 25-I-99 se decía que García Prieto intentaría que dimitieran varios de sus compañeros electos, para así poder ser claustral. En el Diario de Alcalá de 28-I-99, leíamos con sorpresa, en primera plana: "García Prieto renuncia a intentar acceder al Claustro". Pueden leer el artículo completo, sin más que pinchar con el ratón aquí. Y ahora empiezo a sentir además vergüenza ajena.

Hagamos un poco de historia, para aquellos lectores desconocedores de lo que ha estado ocurriendo en los últimos días del mes de enero. García Prieto y alguno de sus más cercanos colaboradores, como Mercedes Calvo, fueron apeados de las listas de electos en las elecciones a Claustro. Debe ser duro erigirse en líder estudiantil y que luego tus compañeros no te voten, máxime cuando para acceder a este órgano de gobierno basta con conseguir una veintena de votos, entre un censo de cientos de estudiantes.

Pero lo más importante radica en que tanto García como Calvo ni siquiera se encontraban entre los suplentes. Véanse las listas provisionales de Filosofía y Letras y Farmacia, recogidas en los ficheros filo.gif y farma.gif. Desde el nacimiento del Claustro, las elecciones arrojan listas de elegidos, listas de suplentes y listas de no electos. Cuando se van produciendo bajas, se cubren con los suplentes, hasta que se agota su disponibilidad. A partir de ahí, las bajas producen vacantes que, en todo caso, han de cubrirse con procesos electorales parciales. En las elecciones a Rector había Centros con vacantes y no se hizo uso de las listas de no electos, como es natural. No electo significa lo que todos sabemos y el sentido común indica.

Pero evidentemente, dado el talante de algunos de los miembros del Consejo de Estudiantes, no parecían dispuestos a tolerar el no ser queridos por sus compañeros y pretendían recurrir a la argucia de hacer dimitir al número suficiente de electos, presumiblemente de su proximidad, hasta conseguir "colarse" en el Claustro. Eso en vez de dimitir de sus puestos de responsabilidad estudiantil, como cualquiera con sensibilidad democrática y un poco de ética hubiera hecho.

Hasta aquí, sólo seguiría sintiendo pena. Pero la vergüenza ajena empezó a invadirme cuando me enteré de que el propio Rector convocaba una reunión urgente de la Mesa del Claustro, para tratar el tema y conseguir se atendieran las peticiones de García Prieto y aquellos que se encontraban en la misma situación (se supone de los cercanos a las ideas y métodos de García Prieto exclusivamente), ya que él mismo consideraba que la cosa no era regular. Si estas elecciones fueran de listas cerradas, no habría nada que objetar, pero afortunadamente se trata de elegir personas, no ideas o partidos políticos.

Esto sí que es una burla a todos los universitarios, una tomadura de pelo a los votantes que, por las razones que sean, consiguen liberarse de un representante no deseado, un reírse a carcajadas de las Instituciones, un retorcer y adaptar las normas a la propia conveniencia, caiga quien caiga, un verdadero insulto a los que todavía creen en la democracia. Aquí la raya no es subjetiva como en el caso del humor, está bien definida objetivamente y las normas aprobadas son de todos conocidas. ¿Qué ocurre? ¿Todo vale? Parece ser que en la Universidad de Alcalá hemos llegado a esos extremos. Ahora bien la culpa no la tienen los que están permanentemente burlándose de nuestra Institución, sino todos aquellos que se encuentran muy satisfechos con este sistema y hacen todo lo posible, y lo imposible, por perpetuarlo; en definitiva los cómplices. Por supuesto entre éstos se encuentran los pasotas, los decididamente ajenos a nuestro futuro.

Julio Gutiérrez Muñoz
Departamento de Física
Universidad de Alcalá (de Henares)

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EL CLAUSTRO, LAS ELECCIONES Y LA DEMOCRACIA EN LA UNIVERSIDAD DE ALCALÁ

Con ocasión de las recientes elecciones de renovación de miembros del Claustro de la Universidad de Alcalá vienen recogiéndose en los diferentes medios de comunicación una serie de declaraciones, algunas procedentes de personas y cargos representativos de la propia Universidad, que han olvidado o interpretan de una forma sui generis qué significado y funciones tiene este órgano en el funcionamiento de la institución. Desde esta perspectiva las líneas que siguen intentan poner de manifiesto el error de una idea que viene transmitiéndose desde hace tiempo y que entiendo resulta absolutamente falsa : el Claustro sólo sirve para elegir Rector.

Comencemos por recordar lo que dice la Ley de Reforma Universitaria (LRU) acerca de que es el Claustro Universitario en su artículo 15 : " ... el máximo órgano representativo de la Comunidad Universitaria...". Tal como fijaba la propia LRU, los Estatutos de la Universidad determinarían su composición y funciones. A este respecto los Estatutos de la Universidad de Alcalá matizaron en su artículo 71 que es " ... el órgano de gobierno supremo" y le corresponden las siguientes funciones generales : " ... supervisar la gestión de la Universidad y marcar las líneas generales de actuación en los ámbitos de la vida universitaria", añadiendo un último aspecto que, en el transcurso de algunas sesiones de nuestro Claustro se ha olvidado : "... Sus decisiones serán vinculantes para los demás órganos colegiados o unipersonales en todo lo que sea de su competencia".

Este último aspecto viene aclarado por el artículo 73 de los Estatutos que establecen como competencias del Claustro las siguientes :

  1. Debatir y aprobar, en su caso, las directrices generales de la vida académica y la memoria de actividades.
  2. Aprobar la propuesta de presupuesto que la Junta de Gobierno eleva al Consejo Social, y la ejecución del gasto.
  3. Elaborar, modificar y velar por el cumplimiento de los Estatutos.
  4. Elegir y revocar al Rector.
  5. Aprobar su propio reglamento interno y el de la Junta de Gobierno.
  6. Crear, modificar y suprimir Departamentos.
  7. Proponer la creación o supresión de Centros docentes y de investigación.
  8. Nombrar la Comisión a que se refiere el artículo 116 de estos Estatutos ( la que resuelve las reclamaciones a plazas).
  9. Manifestar la opinión de la comunidad universitaria.
  10. Crear las Comisiones que considere oportunas con las finalidades y atribuciones que el Claustro defina.
  11. Decidir para las cuestiones sobre las que sea debidamente convocado.
  12. Cualquiera otra que le atribuya la Ley y estos Estatutos.

En definitiva, puede comprobarse fácilmente, aunque sea por la farragosa vía de la enumeración de funciones, que las atribuciones del Claustro de la Universidad de Alcalá, van mucho más allá que la de la mera elección de Rector, constituyendo el auténtico foro democrático donde deben debatirse y aprobarse las líneas generales del desenvolvimiento académico y económico de la Universidad. Otra cosa bien diferente es que por razones técnicas, que serían igualmente aplicables por similitud a la de otras instituciones democráticas que funcionan a nivel político, resulte complicado como órgano de toma de decisiones. Pero con la ley en la mano, no puede hurtarse su papel de relevancia dentro de la vida universitaria. En todo caso, refórmese lo que proceda para hacerlo operativo, o incluso recórtensele sus competencias mediante la oportuna reforma de Estatutos, que dicho sea de paso es una de las cuestiones sobre las que deberían tomarse, tras muchos años de promesas incumplidas, las medidas pertinentes.

Aclarada esta primera cuestión, resulta procedente entrar en el tema de las elecciones recién celebradas en nuestra Universidad para renovar el Claustro, porque hay varias cuestiones que referir acerca del desarrollo de las mismas. Primero, debe destacarse de forma importante la organización de las mismas, que, en líneas generales, ha sido deficiente en varias facetas, pero muy especialmente en lo relativo a la campaña institucional de difusión, que prácticamente no ha existido, probablemente porque la Junta Electoral participaba de la idea de que esta elección no resultaba trascendente a la vista de la todavía reciente elección a Rector. Más llamativo, desde mi punto de vista, resulta el reparto de los puestos por colectivos, donde según los datos de los respectivos censos de electores, realizados los oportunos cálculos, se han otorgado dos de más al correspondiente a Catedráticos de Universidad, en detrimento de los de Profesores Titulares de Universidad y Profesores Titulares de Escuelas Universitarias, colectivos a los que deberían de habérsele asignado uno más de los fijados. Igualmente, no se ha explicado como se han repartido los puestos dentro del colectivo de alumnos, dado que, si se ha seguido el criterio de la proporcionalidad, no resulta comprensible que a la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales le correspondiesen tan sólo 6 puestos, con más de 2500 alumnos censados, mientras que a Filosofía o Derecho con algo menos de 2000 se le asignasen 17.

Cuestión aparte es la de la participación, que como viene siendo tradicional, y es una consecuencia directa de la pobre campaña institucional, ha sido paupérrima. En números globales, de algo más de 20.000 electores, tan sólo se han acercado a las urnas 1028, es decir el 5 % del total. Pero aun es más llamativo que en algunos centros, caso de Ciencias Ambientales, existiendo 4 candidatos, el número de votantes sea 0 ( ni siquiera los propios candidatos se acercaron a la mesa electoral), o que lo mismo haya sucedido en Documentación. En general, sólo un centro alcanza un porcentaje normal de participación, Insalud Guadalajara, donde votaron 93 personas de un total de 160 (58 %). Por el contrario, el reverso de la moneda se encuentra en los colectivos de profesores de los cuerpos docentes (59 % de participación) o Personal de Administración y Servicios donde votó el 77,5 % del censo.

Estos datos, desde el punto de vista del funcionamiento de una sociedad democrática, pueden interpretarse de forma perversa, pero no quiero entrar en esta cuestión, que entiendo sería susceptible de tratarse de una forma más profunda y no a través de un artículo como éste. En cualquier caso, parece que el funcionamiento de un órgano universitario tan importante como el Claustro sólo interesa a Profesores y PAS, tal como se refleja en las cifras de participación o lo que sin duda también es un buen síntoma de su preocupación, en los candidatos presentados, que superaban con creces las plazas disponibles.

Finalmente, comentar un rumor que circula con persistencia en los corrillos de los bares y pasillos de nuestra Universidad y sobre el que quiero expresar mi opinión, sometida por supuesto a cualquier otra que en derecho corresponda : la posibilidad de que candidatos que figuran en las listas de resultados como no electos pudieran ocupar plaza de claustral por la renuncia de los que han sido elegidos. Esta resolución que tendría que tomarse por la Junta Electoral vulneraría de manera manifiesta lo que a efectos de renovación del Claustro recoge su Reglamento de Régimen Interno, ya que el mismo establece meridianamente en su artículo 14 que las sustituciones pertinentes se realizarán con los suplentes, y estos quedan también recogidos en las listas de resultados. Cualquier vacante por renuncia sólo puede ser pues cubierta mediante una nueva elección, tras haber esperado a la propia constitución del Claustro.

Tomás Mancha Navarro
Departamento de Economía Aplicada
Universidad de Alcalá

RECORTES E IMPACTO EN LOS MEDIOS

Uno de los objetivos de Vivat Academia es informar de las elecciones que tienen lugar en nuestra Universidad.

Un colaborador nuestro nos ha hecho llegar el siguiente recorte de prensa reciente de la "Gaceta Universitaria", firmada por el periodista Jorge Clerencia, donde se recoge la noticia de que "el Claustro de Alcalá no cubrirá todos sus puestos". En concreto quedan seis vacantes de alumnos por Ciencias Ambientales (489 electores, 4 plazas a cubrir, cuatro candidatos... cero votos cada uno) y Documentación (194 electores, 2 plazas a cubrir, cuatro candidatos...cero votos cada uno).

A alguien ajeno a la Universidad de Alcalá le puede parecer sorprendente la noticia. Teniendo en cuenta la falta de interés institucional en la promoción de estas elecciones a Claustro, resulta hasta lógico.

En la página principal de nuestra revista podemos encontrar el artículo "Adivinanza de las Elecciones" que nos puede dar una pista.

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Vivat Academia, revista del "Grupo de Reflexión de la Universidad de Alcalá" (GRUA).
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Última modificación: 26-11-1999