Nuestros informadores nos han proporcionado las canciones de moda, que
tanto candidatos como otros miembros de la comunidad universitaria entonan estos días,
con motivo de las próximas elecciones a rector. Corresponde a ustedes decidir cuál de
ellas es la mejor y la que se convertirá en la canción del otoño alcalaíno.
Sigfrido del Alce
(Más bien parece una canción para el día 25 de octubre)
No te asombres si te digo lo que fuiste,
una ingrata con mi grupo de favor
porque el juego de tus lindos votos grises
alumbraron el camino a otro rector.
Y pensar que te adoraba tiernamente,
que a tu lado como nunca me sentí
y, por esas cosas raras de la vida,
sin el voto necesario yo me vi.
Amor de mis amores
reina mía, qué me hiciste
que no puedo conformarme.
Ya que pagaste tan mal
a mi cariño tan sincero,
sólo conseguirás
que no te nombre nunca más.
(El candidato y parte de su equipo cantan esta canción a unos
cuantos de sus seguidores)
Me tienes, pero de nada te vale.
Soy tuyo porque lo muestra un cartel.
Mi vida la controlan las urnas,
pero en mi corazón
que es todo de rector
tan sólo mando yo.
El mar y el cielo se ven igual de azules
y en la distancia parece que se unen.
Mejor es que recuerdes que el cielo siempre es cielo,
que nunca, nunca, nunca el mar lo alcanzará.
Permite igualarme con el cielo,
a ti te corresponde ser el mar.
(Dedicada a los estudiantes)
Lo dudo, lo dudo, lo dudo
que tú llegues a votarme
como yo deseo de ti.
Lo dudo, lo dudo, lo dudo
que halles un rector más puro
como el que tienes en mí.
Hallarás mil rectores sin amor
pero, al final, de todos sólo tendrás dolor.
(se repite desde el principio)
(Parece ser el resumen del programa electoral)
Aserejé, ja, dejé.
Dejebe tu dejébere
sebinogua, majabi
an de bugui...
(se repite indefinidamente)
(Por lo visto piensan cantarla a coro el día 24 de octubre)
Cuando era un niño chiquitín,
preguntaba a mi madre: ¿qué seré yo,
si seré chófer o el rector?
Y ella me contestó:
Qué será, será
las urnas decidirán
y siempre sucederá
lo que Dios querrá.
Qué será, será.
Si tú me dices: ¡Ven!,
lo dejo todo.
Si tú me dices: ¡Ven!,
será todo para ti.
Mis amigos más ocultos
también te los daré.
Y mis votos que son pocos,
serán tuyos también.
Yo sé bien que estoy afuera
pero el día que yo me vaya
sé que tendrás que llorar.
LLorar, llorar, llorar y llorar.
Diréis que no me quisisteis,
pero vais a estar muy tristes
y, así, os vais a quedar.
Con dinero y sin dinero
yo hago siempre lo que quiero
y mi palabra es la ley.
No tengo campus ni toga,
ni nadie que me responda.
pero sigo siendo el rey.
Una piedra en el camino
me enseñó que mi destino
era fundar y fundar.
Fundar, fundar, fundar y fundar.
Después me dijo un arriero
que no hay que pedir dinero,
sólo hay que saber gastar.
Con dinero y sin dinero
yo hago siempre lo que quiero
y mi palabra es la ley.
No tengo campus ni toga,
ni nadie que me responda.
pero sigo siendo el rey.
Vicerrector apasionado
anda todo alborotado por volver.
Va camino a la locura
y ya todo le tortura por volver.
Lo dejamos hace tiempo,
pero se llegó el momento de volver.
Tú tenías mucha razón,
le hago caso al corazón
y me aterro por volver.
Y volver, volver, volver,
al despacho otra vez.
Llegaré hasta donde estés,
no sé perder, no sé perder,
no sé volver, volver, volver.
Y tú que te creías el rey de todo el mundo,
y tú que nunca fuiste capaz de perdonar,
y cruel y despiadado de todos te reías,
hoy imploras un voto aunque sea por piedad.
En dónde está tu orgullo, en dónde está el coraje,
porque hoy estás vencido, mendigas caridad.
Ya ves que no es lo mismo ganar que ser votado,
hoy que estás acabado, qué lástima me das.
Fallaste gran rector, me alegro que ahora sufras
y llores y te humilles ante este gran clamor.
La vida es la ruleta en que apostamos todos
y a ti te había tocado no más las de ganar,
pero hoy tu buena suerte la espalada te ha golpeado,
Fallaste gran rector, no vuelvas a apostar.
Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío
sin poderlo edificar
al llegar el otro amigo.
Cuando un amigo se va
queda un contrato perdido
que no se puede firmar
al llegar el otro amigo.
Suave que me estás matando
que estás agotando la sindicación.
Yo quisiera haberte sido infiel
y pagarte con una traición.
Eres como una espinita
que se me ha clavado en la federación.
Suave que me estás sangrando
que estas acabando la sindicación.
Hoy he vuelto a pasar por aquel camino yermo
que por el campus se pierde con mi triste soledad.
Hoy he vuelto a rezar en la plaza de San Diego
y pedí a fray Cisneros que te volviera a encontrar.
En el camino yermo, camino yermo que va a la UAH,
desde que tú te fuiste lloran de pena hasta los baches.
La fuente se ha secado...