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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia

Histórico Año V

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Diciembre 2002 - Enero 2003. Nº 41

Contenido de la sección:

Árboles de diciembre (Benjamín Hernández Blázquez)
Desde San Eloy a San Silvestre (Benjamín Hernández Blázquez)
Contingencias de la patata (Benjamín Hernández Blázquez)
Reflexiones sobre la Universidad actual desde la Biblia (Elvira Rodenas Ciller)
1. Introducción
2. ¿Qué idea de Universidad queremos?
3. Problemas que conlleva la especialización del saber
4. ¿Sabemos cómo hacer un experto de hombre?
5. La Sabiduría en el Antiguo Oriente
6. La Sabiduría en Israel
6.1. La Sabiduría Antigua
6.2. La Sabiduría crítica
6.2.1. El Libro de Job
6.2.2. El Libro de Qohélet
6.3. La Sabiduría Religiosa
7. Conclusión final
8. Agradecimientos
9. Bibliografía

Árboles de diciembre

Benjamín Hernández Blázquez. Universidad Complutense de Madrid.

Iniciado diciembre, los días aceleran su menguante ritmo hasta su convergencia al solsticio de invierno, que acontecerá el día 21 a las 19 horas y 21 minutos; sus mínimos los devenga el intervalo del 20 al 24 con 9 horas y 17 minutos de duración aproximada, "días de diciembre, días de amargura: apenas amanece, ya es noche oscura". En este largo mes mandan las noches rasas y claras; en la enjutez de su silencio vuelan muy lejos los sonidos de bosques y alcores y se cimbrean las ramas de los árboles.

Diciembre, igual que en mayo las flores, es el paradigma de los árboles; vegetales como el pino, abeto, acebo o muérdago son los actores principales del escenario festivo que marca el colofón del año. Desde los tiempos más ancestrales, mucho antes del cristianismo, el hombre ha conferido al árbol una significación religiosa, generalmente como encarnación de la vida al ser eje conjuntivo de los tres elementos: tierra, agua y cielo. Como el árbol de la vida, del que existen tantas leyendas como pueblos, confundidas con su idiosincrasia. Esta asociación aparece posteriormente en el simbolismo cristiano, donde el árbol representa la vida o la muerte, según sea sano y vigoroso o marchito y raquítico.

El genérico árbol de Navidad funde sus raíces en las culturas indoeuropeas y procedía del culto a los espíritus de la naturaleza. Parece que ingresó en el cristianismo hacia el siglo VIII con el objetivo de imitar los árboles del Paraíso, a la vez que ornamental. Al principio era un pino del que pendían frutas diversas y después el abeto, árboles ambos de hoja perenne que se revitalizan al paso del frío invernal y que significan inmortalidad. Leyendas varias aseguran que fue Bonifacio, obispo británico, quien ordenó talar un bosquecillo en la actual Alemania, después de muchos días de trabajo se resistieron los abetos, unos cuantos, con lo que este árbol sustituyó al roble de las sagas germánicas. Por otra parte, el abeto, por la forma triangular de su silueta, según la Iglesia, se identificaba con la Santísima Trinidad, aunque fue el protestante Lutero quien preconiza el ornato con velas encendidas y que preludió las bolas de los hábiles sopladores de vidrio, dos siglos más tarde.

En pleno Medioevo la presencia del acebo en los hogares se arraigó definitivamente; la prestancia de esta planta, de hojas espinosas, que fructificaba en invierno, significaba el veto a los espíritus malignos. La tradición cristiana argumentaba que, sabedores los árboles de la crucifixión del Señor, no permitieron que uso tan indigno deshonrase su madera y se hicieron astillas al contacto con el hacha. Sin embargo, el acebo quedó inmune y sirvió como instrumento de la Pasión, de la que fue su símbolo.

El muérdago, "planta que da el visco", es un arbusto hemiparásito del roble y de las coníferas, se le achacan poderes curativos: reumáticos o epilépsicos ; en pueblos castellanos se usaba contra los frecuentes sabañones invernales. La recolección, en vísperas del Año Nuevo, era una de las más importantes ceremonias de los antiguos druidas. Simboliza la regeneración vital, la restauración de un principio; en los países del norte de Europa un acto de amistad debajo de un ramo de muérdago era como un sello de paz entre los antagonistas y posteriormente con el cristianismo simbolizó el querer y la suerte, por lo que el día de la Natividad del Señor, novios y esposos se daban el ósculo asiendo esta planta, como arras de pervivencia de la prédica amorosa.

Hoy, en los hogares de los 2248 municipios de la Comunidad Castellano Leonesa o los 8095 españoles, conviven árboles y belenes en aras del éxito de estas fiestas; pero no siempre fue así. Las ideas iconoclastas del protestantismo preconizaron el variado árbol contra el sencillo pesebre, antecesor del belén; según los hagiógrafos cristianos, San Francisco de Asís puso primeramente un nacimiento con figuras de madera, fue en Italia, hace casi ocho siglos y, en esa Navidad, cuentan que se produjo un milagro cobrando vida todas las figuras, grandes y minúsculas. La noticia recorrió los cielos de la Europa medieval como un meteoro, aunque a España tardaron varios siglos en llegar las primeras figuras y motivos del belén; ocurrió con Carlos III, que lo puso de moda entre la aristocracia madrileña.

La superficie arbolada de Castilla y León representa el 16% de los bosques españoles y 3,9 % de los bosques de la Europa de los Doce, de ellos el 43 % son coníferas; cuentos y fábulas atestiguan que en ellas pululan los elfos, diminutos enanos vivarachos y astutos, siempre amigos de los hombres pero enemigos seculares de los arboricidas. El tronco de los abetos y pinos es la morada de este espíritu y ambos mueren al mismo tiempo. El leñador, ejecutor de talas salvajes, provoca la muerte o herida del elfo; si este se cura, se curaran ellos, pero si el ser invisible perece, los arrasadores correrán idéntica suerte.

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Desde San Eloy a San Silvestre

Benjamín Hernández Blázquez. Universidad Complutense de Madrid.

Desde San Eloy a San Silvestre o de Adviento a las uvas, el postrero mes anual reparte sus muchos días entre dos estaciones, diciembre es de los denominados mixtos o anfibios; aunque empíricamente desde que inicia su trayectoria, ya se propugna como invierno, empero esto no acaecerá oficialmente hasta las 1,14 horas del día 22. Mes de balances, y de abundantes fiestas familiares, del Señor, de la Virgen, de santos y civiles, muchas fiestas, mucho ocio. "Bien que mal, descanso y polvorones por Navidad".

Cuando se prepara para entregar el testigo del relevo estacional, el otoño con lentitud nos acerca a su extinción, los días menguan, la luz se torna más sutil, se cimbrean los árboles mecidos por el viento frío de las exiguas tardes, con prisas por dar luz verde a las noches que se barruntan oscuras, y al amanecer ofrecen a la tierra las gotas de rocío robadas a la mañana. Días de diciembre, "días de amargura, apenas amanece ya es noche segura".

Con el girar de la noria, se vuelve a acabar el año, y el campesino echa la madera seca de los recuerdos a la chimenea e inmersos en la moraga arden los sueños de los demás años o meses. Años que se han representado alegóricamente por un joven medio desnudo coronado con los signos zodiacales, en la diestra porta una corona de flores, en la izquierda alusivas figuras de las distintas épocas del año y un brasero al final, típico del invierno. Asimismo la sucesión de los años ha sido representada en el pretérito por un carro tirado por las cuatro estaciones, que son las de la vida humana.

Diciembre, de acuerdo con su etimología original del antiguo calendario romano, es mes décimo antes de la reforma del juliano. Es, de todos los meses, el que su grafía permanece más acorde con su raíz primitiva en casi todos los idiomas europeos: december, dezember, decembre, decembro, dekemvrios, desember...; para los ciudadanos de la Francia revolucionaria era fuimario y, quendebre para los gitanos.

Diciembre justamente con enero, último y primero, ambos conforman el polo del frío anual: "en diciembre se hielan las cañas y se asan las castañas". Según los datos del Instituto Nacional de Meteorología y relativizado a los últimos decenios, Salamanca arroja una temperatura media de 4,1ºC, tres grados menos que en noviembre, e idéntica que las de Milán y Segovia, siendo Burgos, con un grado menos, la mas baja de la Comunidad Castellano Leonesa. En ese mismo periodo se registran 35 mm de precipitación media, igual a la de Avila y próxima a la mínima, Palencia 30, de Castilla y León: "si llueve por santa Bibiana, día 2, llueve tres semanas".

De cualesquiera de las maneras, el año se va y la manida recuperación económica no llega, ni aquí ni allá; ni en el campo ni en la ciudad se divisan indicadores que atestigüen lo contrario. La economía rezuma cansancio, lejos del entusiasmo festivo. La recuperación se aplaza hasta periodo siguiente: ciclo, año o mes, pero nos quedan las fiestas en las que, este año, según la Asociación de Consumidores "cada español gastará en las navidades 832 euros", un 4% de aumento respecto a 2001. Los hábitos de compra para estas fechas, vienen marcadas por la contención del consumo y la subida de precios, es decir, consumiremos menos pero gastaremos más. La misma fuente de información refiere que la alimentación será el apartado que absorberá mayor porcentaje, le siguen la lotería y la ropa.

Aun así, los gobiernos apuestan desde el inicio del año por el optimismo, hacia un perfil positivo para el año próximo, es una alternativa, mejor que asociarse al pesimismo u otros pozos de insatisfacción. Los precios de consumo se disparan en octubre, los datos del IPC fueron un mazazo para las expectativas. Los últimos meses del año, diciembre es el más relevante, sirven de referencia para equilibrar el sistema económico, o fijan precios en numerosas tarifas de 2003, por eso, al filo del principio de mes, no se puede perder tiempo, ya que cada semana no aprovechada puede traducirse en todo un curso económico tirado por la borda del último barco.

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Contingencias de la patata

Benjamín Hernández Blázquez. Universidad Complutense de Madrid.

Con la nueva metodología, también con la antigua, cuando el Instituto Nacional de Estadística da a conocer los datos de la "cesta de la compra", en los diarios siempre es noticia de portada. En uno de los epígrafes de los doce grandes apartados que componen el referido Indice de Precios al Consumo, y tipificado como uno de los ítems mas erráticos, figura la patata. Las últimas noticias prescriben que ha sufrido de media una bajada en torno al 3%, mientras que el consumidor final ha visto incrementado su precio en un 5,1%. Asimismo, la patata, es protagonista de muchas encuestas sobre dietas, calorías y salud en general. No podía ser de otra forma, ya que este tubérculo, denostado a veces, y en el siglo XXI, es la fuente generadora más importante de vitamina C; y después de los cereales el alimento más frecuente de la población mundial, en cualesquiera de las mil variedades registradas, amén de los distintos apelativos que en cada zona se citan.

La hoja de servicios sociales de la patata en España difícilmente puede ser más descollante; recién acabada la guerra civil, los alfoces de pueblos y comarcas eran auténticos eriales, la contienda había impedido cultivar las tierras, apenas quedaba trigo en las trojes, aceite en las almazaras o aves en las almunias. De todos, el primer cultivo que comenzó a plantarse fue la patata, por lo que esta planta liberó de hambre a la España profunda, que era casi toda. Durante años fue, tal vez, el único sustento de una diezmada población que, sin juicio, había sido condenada a la miseria. En el volátil entramado económico español, la patata se mantuvo como pieza relevante, siendo esencial en la dieta de los nacidos en los cuarenta y después.

En 1990 un estudio demográfico en los Estados Unidos estimaba en cerca de 45 millones de ciudadanos con antepasados irlandeses, entre ellos diez presidentes del país; la culpa del éxodo masivo fue, en 1845, la plaga provocada por el hongo denominado phytophthora y que arrasó la totalidad de la cosecha del tubérculo. Miles de personas murieron de hambre, y los campos se inundaron de catervas de espíritus famélicos. La hambruna fue la mas terrible de la historia de Irlanda. Su desastre provocó que, en un lustro, cerca de 1.200.000 personas embarcaran en busca del sueño americano, la mayoría recaló en Nueva York.

La patata es originaria de regiones andinas, llegó a Europa hacia 1540 de la mano de los conquistadores españoles. La primera denominación, papa, proviene del quechua, y del cruce con el vocablo antillano batata resultó el actual nombre acuñado medio siglo después, aunque en Sudamérica, y localmente en España, dicen papa.

Según la mayoría de los historiadores, de España pasó a Italia, primeramente como alimento del ganado. En su devenir europeo aparece y desaparece, siempre rodeada de prejuicios, por lo que su cultivo no se generalizó hasta el siglo XIX, entonces ocupó un puesto de jerarquía en la alimentación de las familias más humildes; en las capas más altas empezó a ser campo de experimentación culinaria y gastronómica. La patata no ha sido tema de cantos poéticos, ni ensayos filosóficos, pero los economistas clásicos y posteriormente el Nóbel Samuelson, emplearon este tubérculo para explicar el efecto renta y el efecto sustitución, ambos piedras angulares de la teoría económica.

El mercado europeo se lo reparten entre todos los países mediterráneos por una parte, y Alemania, Holanda y Francia por otra, de acuerdo con la tipificación de temprana o tardía. Y en definitiva estos países son los que casi siempre imponen las reglas del juego, es decir, el precio, que, como siempre, favorece a unos en detrimento de otros. Así los productores acusan a la UE en los momentos críticos, que suelen ser de ciclos cortos o estacionales, de mala planificación que desemboca en la entrada de productos de países extracomunitarios que, a veces, acarrean infecciones parasitarias en las plantas. En este juego, con sus múltiples ramificaciones que conllevan otras tantas estrategias, los agricultores intentan sensibilizar a los Gobiernos y opinión pública "colocando" sus stocks en ayudas humanitarias a otros países, no sacarlas de los surcos o inundando las vías de comunicación fronterizas. Empero, según Bruselas, hay que reprochar a los agricultores no producir adecuadamente, recolectar o almacenar en malas condiciones y, sobre todo, no identificarse con el consumidor produciendo variedades distintas a las que se demandan.

En España, las organizaciones agrarias coinciden en que es necesario regular la especulación de precios que se produce en la distribución; inciden en el hecho que, aunque los alimentos suban por encima del I.P.C., no significa que los productores incrementen sus beneficios ya que la renta media por ocupado es aproximadamente la mitad de la media nacional. Piden que se estudien y analicen otros aspectos. En otro orden de cosas, España cerró el año 2001 con 150 denominaciones de origen que reconocían la calidad de vinos, aceites, queso, jamones, frutas y legumbres; no deja de ser chocante la ausencia de la patata al respecto, máxime cuando la D.O. surge o se incremente el interés, a raíz de crisis alimentarias y de la inseguridad que se genera en los consumidores. De cualquier forma: "la labranza de la patata no tiene acabanza".

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Reflexiones sobre la Universidad actual desde la Biblia

Elvira Rodenas Ciller. Catedrática de Química Física de la Universidad de Alcalá.

Conferencia dictada en la Festividad de San Alberto Magno, celebrada por la Facultad de Química de la UAH el 22 de Noviembre de 2002

1. Introducción
2. ¿Qué idea de Universidad queremos?
3. Problemas que conlleva la especialización del saber
4. ¿Sabemos cómo hacer un experto de hombre?
5. La Sabiduría en el Antiguo Oriente
6. La Sabiduría en Israel
6.1. La Sabiduría Antigua
6.2. La Sabiduría crítica
6.2.1. El Libro de Job
6.2.2. El Libro de Qohélet
6.3. La Sabiduría Religiosa
7. Conclusión final
8. Agradecimientos
9. Bibliografía

1. Introducción

Excmo. Sr. Vicerrector, Ilmo Sr. Decano de la Facultad de Química, alumnos, compañeros y amigos, Sras. y Srs:
Quiero dar las gracias al Ilmo. Sr. Decano y a su equipo decanal por su cariñosa invitación para ocupar esta tribuna, en este día tan señalado para nuestra Facultad, festividad de San Alberto Magno. Es un gran honor que se me hace, no merecido, que me llena de una gran responsabilidad.

Comenté el tema de esta lección, "Reflexiones sobre la Universidad a través de la Biblia", con una compañera de mi época de doctorado en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, me miró asustada, y pensativa me dijo: "Elvira me dejas estupefacta, atónita, en un lenguaje más moderno te diría ¡qué fuerte, Elvira, qué fuerte!"

Después de mi carcajada inicial me quedé preocupada y reflexioné sobre el tema, ¿no se puede hablar en el momento actual de la Biblia en la Universidad, Institución que debe ser el centro del saber universal? ¿Y además de la Biblia, el libro más estudiado desde todas las ciencias, arqueología, sociología, historia, cultura, filosofía, sicología, literatura, el libro más universal y base de nuestra civilización occidental? ¿Ya no sirve para darnos respuestas en nuestro complejo mundo actual? Y ¿dónde mejor para hablar de la Biblia que en esta Universidad, creada por el Cardenal Cisneros, a finales del S. XV, que editó la "Biblia Políglota Complutense", y en este día de San Alberto Magno, que fue un gran científico de su tiempo, el S. XIII, con un gran saber enciclopédico, que escribió de Ciencias Naturales, Física, de la Química de su tiempo, de Medicina, pero que, sobre todo, fue un gran Teólogo. Hablaba S. Alberto de la alegría de la búsqueda de la Verdad en comunidad.

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2. ¿Qué idea de Universidad queremos?

El primer problema que nos encontramos en este estudio es que, en la época en que se escribieron los Libros de la Biblia, no existía Universidad, como nosotros la entendemos, por lo que no encontraremos una respuesta directa sobre ella. Pero tampoco existía democracia y en cambio la Biblia nos deja muy claro que todos los hombres somos iguales, aunque cada uno con nuestro carisma, que no hay hombre ni mujer, ni rico ni pobre, ni libre ni esclavo, etc, aunque han tenido que pasar muchos siglos para que los hombres y mujeres empecemos a estar convencidos de ello.

Tenemos entonces que buscar qué preguntas podemos hacer a la Biblia para obtener las respuestas que buscamos, y para ello necesitamos tener una idea clara de lo que entendemos hoy por Universidad.

Me surge otro problema cuando busco en distintas Enciclopedias y diccionarios lo que es la Universidad, lo que encuentro no responde a lo que yo creo que debiera ser. La idea de las enciclopedias la resume bien el Diccionario de la Lengua Española. Nos dice que la Universidad es: a) Institución de Enseñanza superior que confiere los distintos grados académicos; b) edificios destinados a las oficinas o cátedras de la Universidad; c) en una tercera acepción nos dice que una Universidad es un conjunto de personas que forman una corporación. Me parece de una gran pobreza esta idea de Universidad, y si sólo es esto, poco podemos decir sobre ella, que cuanto mejor estén equipados sus laboratorios, mejor preparados sus profesores, cuanto más listos y trabajadores sean sus alumnos y más eficaz el personal de administración de servicio, mejor funcionará, pero poco más.

La Ley Orgánica de Universidades, Diciembre 2001, amplía esta definición y nos habla: "del papel central de la Universidad en el desarrollo cultural, económico y social de un país", lo que recogen los estatutos de nuestra Universidad, que también reconoce el papel preponderante de la investigación. Y la Universidad es todo esto, e imparte la enseñanza superior, pero también creo que es mucho más.

La Carta Magna de las Universidades Europeas suscrita en Bolonia en 1988, me deja más tranquila, nos dice que la Universidad es: "una comunidad académica, que de modo riguroso y crítico, contribuye al desarrollo de la dignidad humana y de la herencia cultural, mediante la investigación, la enseñanza, y los diversos servicios ofrecidos a las comunidades locales, nacionales e internacionales". Creo que esta definición responde ya a lo que creo que es la Universidad.

La Universidad es una comunidad de hombres y mujeres en la que hoy distinguimos tres estamentos: el cuerpo docente o profesorado, el cuerpo discente o los alumnos, y el personal de administración y servicios, y bien sabemos que, cuanto más fuerte es la unión entre ellos, mejor funciona la Universidad.

Nos dice el documento que el fin de esta comunidad es "el desarrollo de la dignidad humana, y de nuestra herencia cultural, mediante la enseñanza, la investigación y su labor social". Aquí se amplía la idea de Universidad de las enciclopedias, no se trata sólo de hacer investigación, ni de impartir docencia superior, que le faculte al alumno para trabajar como químico, se trata del desarrollo global de la persona. Se trata de formar ciudadanos responsables, llamados a ocupar los puestos de responsabilidad en un futuro ya próximo. Creo que ésta debe ser la característica fundamental de la Universidad. Y esto supone la búsqueda de la Verdad, de la Sabiduría. Unamuno llamaba a la Universidad "Templo de la Sabiduría" y el lema de la Universidad de Valladolid, traducido del latín, dice: "La Sabiduría se edificó una casa".

Hoy en día, esta búsqueda de la Sabiduría está cada vez más especializada, nuestra Facultad de Química desarrolla el saber de la Química y, en este desarrollo, los alumnos que terminan sus estudios van a recibir un título que les faculta para trabajar como químicos, y la Universidad va a contribuir a su labor social, tanto a nivel local como nacional o internacional. Pero esto no puede hacernos olvidar el fin último, el desarrollo global de la persona.

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3. Problemas que conlleva la especialización del saber

Esta gran especialización actual de la docencia, conlleva problemas en la enseñanza. Problemas técnicos por la necesidad de laboratorios cada vez más sofisticados. Y, sobre todo, en este mundo actual en el que el avance de la ciencia es continuo y rápido, es necesaria y fundamental la formación permanente del profesorado. Creo que puedo aprovechar esta Tribuna para recordar, que la formación permanente es un derecho del profesorado que reconocen nuestros estatutos, pero para el que no se han puesto los medios necesarios, como eximir de docencia en momentos determinados, al profesorado que lo crea oportuno, para que así pueda acudir a otras Universidades o centros de investigación, a aprender nuevas técnicas de trabajo.

Todavía me parece más importante el problema que conlleva la gran especialización, sobre el que trata Ortega y Gasset. Decía Ortega en sus "Lecciones de Metafísica", publicadas en 1966, que "la Verdad es aquello que aquieta una inquietud de nuestra inteligencia", así decimos que hemos encontrado una Verdad, cuando encontramos un pensamiento que satisface una necesidad intelectual, previamente sentida por nosotros. La Verdad existe para todos aquellos que tienen necesidad de ella.

Según Ortega, para estudiar cualquier ciencia no hacen falta unas dotes especiales, solamente se necesita sentir la necesidad de ella. Considera Ortega que el estudiante de hoy está obligado a aprender la ciencia de la que tuvieron necesidad otros hombres, y de la que él no tiene necesidad. Y cuanto más se especializa la Ciencia más lejos está el alumno de sentir necesidad de ese saber. Nos dice entonces Ortega, que hay que volver del revés la enseñanza. Lo que tenemos que enseñar al alumno, más que grandes teorías y disciplinas, es la necesidad de esa ciencia, de ese saber, y quizás aquí se encuentre el gran problema del fracaso escolar que tanto fustiga a la Universidad.

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4. ¿Sabemos cómo hacer un experto de hombre?

Otro problema con el que nos tenemos que enfrentar en la formación global del alumno es que no sabemos cómo hacer un experto de hombre. Decía Sócrates que hay una técnica para todo en la vida, y así nosotros sabemos bien cómo formar a un químico experto, a un científico. Cada uno de nosotros tenemos una idea clara de cómo hacerlo y tenemos grandes discusiones sobre los planes de estudio.

Sin embargo, decía Sócrates, que no conocemos la técnica para hacer un experto de hombre. Los sofistas por el contrario consideraban que sí existe un arte del hombre, que tenemos cada uno de nosotros y que llegamos a nuestra excelencia por medio de la Sabiduría, entendiendo la Sabiduría como cúmulo de conocimientos. Sócrates alaba la Sabiduría que cree de origen divino, pero dice que solamente con la virtud puede llegar el hombre a su plenitud. Nos dice Sócrates que nadie es malo voluntariamente, sino que todo mal proviene de tomar la ignorancia como ciencia. Algo que ya había sido escrito en la Biblia.

Con estas ideas de base sí que estamos en condiciones de preguntar a la Biblia. Le vamos a preguntar sobre la Sabiduría, pues creo que sus ideas pueden servirnos en nuestra Universidad y en nuestro mundo actual. Hago un desarrollo quizás un poco amplio del tema, pues me parece en sí mismo interesante.

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5. La Sabiduría en el Antiguo Oriente

Hay que decir que, antes que en Israel, aparece literatura sapiencial en los pueblos del Oriente Próximo Antiguo, lo que conocemos como el Creciente Fértil o la Media Luna fértil, zona de terreno fértil que va desde la desembocadura de los ríos Eufrates y Tigris en el golfo Pérsico, bordea el desierto de Arabia y llega a Egipto. En estas tierras fértiles florecieron las culturas antiguas base de nuestra civilización. Los escritos sobre la Sabiduría de Egipto, y de Mesopotamia, influyeron en la literatura sapiencial de Israel, y con el descubrimiento en el S. XIX de estos textos escritos, ha adquirido importancia el estudio de los textos sapienciales bíblicos que, en muchos casos, presentan grandes semejanzas.

En la literatura sapiencial de Egipto encontramos instrucciones del rey al príncipe heredero, e instrucciones para la formación de un magnate, pues son las cortes de los reyes y los grandes santuarios los centros de la cultura. Entre estas instrucciones egipcias cito algunas que nos interesan:

"nadie es sabio de nacimiento" (Máxima de Ptah-hoped)
"sólo se convierte en maestro el que se deja instruir"
(De la instrucción dirigida a Merikaré)
"no digas soy instruido y ponte a aprender" (Instrucción de Ank-sesonqy)

También nos hablan ya en aquella época lejana de la injusticia y nos dicen:

"la injusticia nunca ha llevado su empresa a buen puerto" (Ptah-hoped)

Otras instrucciones a las que tengo un especial cariño son éstas:

"las golondrinas vuelan pero al final se posan"
"la intimidad de un hombre es más amplia que un granero; está llena de respuestas"
(De la instrucción de Aní)

Imaginemos el ambiente campesino, ganadero, del momento en el que fueron escritas estas instrucciones, sin TV, sin discos, sin ordenadores, donde parece que sobra todo el tiempo, y aún así el pueblo siente la necesidad de pararse y de buscar respuestas en su interior. ¡Cuánto más necesario será en este tiempo nuestro, tan lleno de actividad y de dispersión, pararse a pensar, y buscar respuestas dentro de nosotros! Más tarde nos dirá Sócrates: "Conócete a ti mismo", como base de todo conocimiento. Y S. Agustín nos dice que: "En el interior del hombre está la Verdad".

Estas instrucciones egipcias fueron escritas entre los años 3000 a 2000 a.C., hace cerca de 5000 años y podrían ser de ayer.

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6. La Sabiduría en Israel

La Sabiduría de Israel se encuentra recogida en lo que conocemos como Libros Sapienciales de la Biblia: el Libro de los Proverbios, el Libro de Job, el Eclesiastés, llamado también Qohélet, que es el seudónimo de su autor, el Eclesiástico o Sabiduría de Ben Sirá, el único libro de la Biblia del que conocemos su autor, y el Libro de la Sabiduría, también conocido como Sabiduría de Salomón. Los proverbios más antiguos se pusieron por escrito en el S. VIII a.C., mientras que el Libro de la Sabiduría parece que se escribió próxima ya nuestra era.

Para estos libros bíblicos, la Sabiduría consiste en saber. El hombre quiere conocer todo, este mundo y sobre todo al hombre, con sus complejidades, tendencias y capacidades. Parece una Sabiduría profana, pero el israelita no se pregunta si es religiosa o profana, para ellos no hay separación entre el mundo profano y el religioso. Tres tipos distintos de Sabiduría desarrollan los Libros bíblicos, que vamos a ver: la Sabiduría Antigua, la Sabiduría crítica y la Sabiduría específicamente Religiosa.

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6.1. La Sabiduría Antigua

La primera Sabiduría de Israel, la que conocemos como "Sabiduría Antigua", es la Sabiduría popular. Se considera Sabio al que sabe cómo cultivar el campo, trabajar con el ganado, cocinar, curar. Esta Sabiduría se desarrolla en el seno de la familia, en el clan, es fruto de la experiencia humana y su objetivo es salir triunfante cada día en el combate con la creación. El hombre quiere conocer para sacar provecho de ello, para vivir mejor. El Sabio es el artesano experto, y por lo tanto el mayor Sabio, el Sabio con mayúsculas, es Dios que ha realizado la obra magnífica de la creación.

Entre los hombres, el rey Salomón es el Sabio por excelencia del Israel de aquella época. Nos dice la Escritura que pidió a Dios un corazón sabio para gobernar. Quizás no supiera leer, ni escribir, pero organizó la escuela de corte a imitación de la de Egipto. Allí se formaron los funcionarios públicos. Realizó la organización fiscal y el catastro del pueblo, desarrolló el conocimiento de las ciencias naturales, de las plantas y sus propiedades curativas, el comercio exterior, construyó el espléndido Templo de Jerusalén, estudió los fenómenos celestes, y con él aparecieron los historiadores. El rey Salomón produjo un gran progreso del pueblo israelita, a todos los niveles, económico, cultural, social, a cuyo servicio puso todos los recursos del reino.

Nos dice el Libro de los Reyes que la Sabiduría de Salomón era mayor que la de los Sabios de los otros pueblos, y que compuso proverbios y cánticos (1Re 5,10-14). De todos los pueblos fueron a él a aprender. También fue la reina de Sabá, quería comprobar si era tan sabio como para resolverle ciertos enigmas, y cuando vio el palacio construido, los manjares de su mesa, las residencias de sus servidores concluyó: "Tu sabiduría y prosperidad superan con mucho las noticias que yo escuché" (1Re 10,1-10). El juicio de Salomón, que tan bien conocemos, es una demostración de su sabiduría jurídico-burocrática (1Re 3,16-28). Recordemos la solución que da a las dos madres que luchan por el mismo niño.

Esta Sabiduría popular es eudemonística, produce la felicidad, igual que el trabajo y se encuentra recogida, fundamentalmente, en el Libro de los Proverbios.

Hay proverbios dedicados a todas las facetas de la vida ordinaria: proverbios de amor a la Sabiduría, la Sabiduría como una Madre que exhorta a sus hijos, que enseña la justicia y el derecho; proverbios sobre la amistad verdadera y los peligros de las amistades con los impíos; del desprestigio del holgazán; de la importancia de la palabra como medio de comunicación si se utiliza con prudencia; proverbios que defienden la humildad frente la soberbia, la razón para ello que a todos los hombres nos espera el mismo final. Hablan de la justicia ante todo. Se ponen enfrente de la injusticia social y defienden al pobre frente al rico. Estos Libros bíblicos no están en contra de la riqueza a la que consideran un premio divino. Hay que recordar aquí su idea de retribución del hombre justo en esta vida, una vida larga llena de hijos e hijas y con abundancia de riquezas y bienes materiales. Pero los Sabios están en contra del mal uso de esa riqueza y nos dicen:

"Buena es la riqueza adquirida sin culpa, mala es la pobreza causada por la arrogancia" (Si 13,24; cf 40,26)
"Más vale poco con justicia que mucho con injusticia" (Pr 16,8)
"Dichoso el que se apiada de los pobres"
(Pr 14,21)
"No es justo ser parcial al juzgar" (Pr 24,23)

También nos hablan de las ventajas de la alegría frente a la tristeza y nos dicen:

"Alegría del corazón es vida del hombre, el gozo alarga sus años" (Si 30,22)

En algunos textos la Sabiduría aparece personificada como una dama y se ofrece para que se la conozca. En el mundo semítico, conocer es tener relaciones sexuales, y el Conocimiento desposa a la Sabiduría, para así conocerla. Dice la Sabiduría:

"Venid a mí los que me deseáis, y saciaros de mis frutos".
"Que mi recuerdo es más dulce que la miel, mi heredad más dulce que los panales"
"Los que me comen aún tendrán más hambre y los que me beben aún tendrán más sed"
(Si 24,19-21).
"Yo amo a los que me aman, y los que me buscan con afán, me encuentran"
(Pr 8,17)

Muchos de estos proverbios han llegado hasta nuestros días. Así:

"El hombre tiene proyectos, Dios la última palabra" (Pr 16,1). Decimos nosotros: "El hombre propone y Dios dispone".
"Más vale maña que fuerza"
(Pr 24,5)

Esta Sabiduría Antigua está basada en que el mundo es armónico. El conocimiento sólo puede darse porque el mundo funciona según unas normas determinadas, es armónico, es bello, bueno, ordenado, está bien creado. Ya nos dice el relato de la creación de Gn 1: "Y vió Dios que lo creado era bueno". La Sabiduría consiste en conocer las leyes de este mundo armónico. Además Dios es bueno. Lo percibimos en la espléndida creación. El mal proviene de la ruptura de ese mundo armónico. Si uno muere por comer setas venenosas, muere porque es un necio, porque no sabe que hay setas que son venenosas, muere porque ha roto la armonía de la creación. Para estos Sabios de Israel, la justicia de la creación es la que controla el bien y el mal.

En estas condiciones, ¿cuál tiene que ser el código de comportamiento? El Sabio tiene que conocer las leyes de la creación y actuar de acuerdo con ellas. Este actuar produce la felicidad del sabio. No se entendería en el mundo oriental que la gente fumara, sabiendo que fumar produce cáncer.

Como vemos la Sabiduría Antigua de Israel, se caracteriza por su fuerte carácter práctico frente al teórico, matiz distinto a lo que conocemos como Sabiduría en el mundo occidental, donde priman los elementos intelectuales y cognoscitivos sobre los prácticos. Hay que decir que nuestra Facultad de Química, ha intentado siempre integrar teoría y práctica y ha dado una gran importancia al trabajo práctico de laboratorio que, por otra parte, es fundamental para el trabajo del Químico.

En esta primera idea de Sabiduría también se utiliza la palabra de Sabio con una connotación negativa, no es algo que ennoblece al que la tiene. Nos referimos al que se cree Sabio sin serlo, o al que obra desde la astucia para conseguir algo que no es bueno. Nos dice la Escritura:

"Más se puede esperar de un necio que de alguien que presume de sabio" (Pr 26,12)
"No es Sabiduría ser experto en maldad, no es prudencia la deliberación de los malvados" (Si 19,22)

Y además hay que decir que la Sabiduría que propició el progreso de Salomón, también produjo una gran discriminación entre la gente y una gran opresión de los más pobres. Tenemos que preguntarnos: ¿Es posible que la Sabiduría, que trae el progreso, produzca la separación de clases y la opresión de los débiles? ¿Puede la auténtica Sabiduría favorecer a unos en detrimento de los otros? Claro que no, y ya podemos decir que, si la Sabiduría es discriminatoria, es que no es auténtica Sabiduría.

Ante estos hechos, la reflexión de los Sabios introduce nuevos matices en lo que se entiende por Sabio y Sabiduría. Reflexión que tuvo lugar después de la experiencia dolorosa del destierro, que el pueblo tuvo que sufrir por la invasión de Babilonia. Se aplica el concepto de Sabio no sólo al que sabe mucho, sino al que obra bien, moralmente bien. Aparece entonces la antítesis Sabio/necio. Sabio como Justo, y necio como malvado.

Estas antítesis, Sabio/necio, Justo/malvado, se aplican tanto a las relaciones entre los hombres, a la relación del hombre con la creación, o a las relaciones del individuo o de la comunidad con Dios. De esta forma el Sabio por excelencia deja de ser el rey Salomón y se convierte en el hombre Justo. El hombre Justo es el Sabio que alcanza la felicidad en esta vida, mientras que el hombre necio, será desgraciado. Nos dice la Escritura:

"El porvenir de los justos es risueño, la esperanza del malvado fracasa" (Pr 10,28)
"La ganancia del justo es la vida, la renta del malvado es el delito" (Pr 10,16)
"El necio está contento de su proceder, el Justo escucha el consejo" (Pr 12,15)
"No reprendas al cínico que te odiará, reprende al Sabio y te amará" (Pr 9,8)

Podemos concluir del estudio de los textos de Sabiduría Antigua, que la Sabiduría de un hombre Sabio y Justo está basada en: la Prudencia, la Justicia, la Fortaleza y la Templanza. La Sabiduría es: Sinceridad, es Discreción, Juicio, Eficacia, Reflexión, Humildad, Inteligencia, es Fidelidad.

¿No es válida en nuestro mundo actual, esta idea de Sabio? El Sabio no es el que sabe muchas cosas, sino el que hace un uso recto de sus conocimientos, de toda su Sabiduría.

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6.2. La Sabiduría crítica

Hasta aquí todo parece muy bonito, hay que conocer la creación y sus leyes, y actuando rectamente llegaremos a la felicidad. Pero el pueblo comprende que no es válida esta idea de retribución en esta vida. El justo no es siempre feliz, ni el más sabio, y por el contrario a los hombres pecadores y necios les va bien. Hoy sabemos que hay muchos que no fuman y sin embargo son los que tienen cáncer.

El pueblo israelita se plantea que el mundo no es armónico y esto les lleva a la duda: ¿Es que Dios no es bueno? No se plantea el pueblo la existencia o no de Dios, sí se duda en cambio sobre si Dios es justo o si, por el contrario, es arbitrario. En definitiva, el pueblo pone en duda la Justicia de Dios. En este contexto se desarrolla en los círculos de los Sabios, lo que conocemos como "Sabiduría crítica", que se describe en los Libros de Job y en el Eclesiatés o Qohélet.

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6.2.1. El Libro de Job

El Libro de Job es como un cuento con distintas partes: el prólogo y el epílogo y un largo poema. El prólogo y el epílogo se mantienen fieles a la doctrina tradicional antigua, los justos alcanzarán la felicidad en esta vida, mientras que los pecadores serán castigados. Y Job, hombre justo y temeroso de Dios, es además rico y lleno de todos los bienes. Tenemos que recordar la idea de felicidad del pueblo: una larga vida con muchos hijos e hijas, y con el disfrute de riquezas y bienes abundantes.

En el poema a Job se le despoja de todo, bienes, familia, salud, honor, con lo que su vida se hace insoportable y Job maldice el día de su nacimiento. Los amigos, que van a visitarle, le dicen que lo sucedido es motivo de su pecado, que se arrepienta y así Dios le restaurará la dicha. Pero Job responde una y otra vez que es justo. Está en juicio la justicia de Dios. Job busca una explicación a su situación sobre la base de que Dios es justo y bondadoso, y sobre su experiencia personal de ser un hombre justo, e insta a Dios para que se autojustifique (Jb 9,15.32,33; 13,3.22; 21,35-37). ¿Es el sufrimiento una prueba de Dios?, y si es así, ¿tiene derecho Dios a probar al hombre? Job se rebela ante el silencio de Dios. Estamos ante un hombre lleno de fe, que sufre y se lamenta ante un Dios misterioso, que es el Señor de la historia. Le dice:

"¿Por qué me ocultas tu rostro y me tratas como a un enemigo" (Jb 13,24)

"¿No es un servicio la vida del hombre a la tierra?, ¿no son sus días, días de jornalero" (Jb 7,1)

"Si he pecado, ¿qué te he hecho, Centinela del hombre? (Jb 7,20)

Elihu, uno de los amigos le hace ver a Job la inmensa grandeza de Dios que no entendemos, y finalmente termina el poema con un discurso de Dios, en el que, con una gran ironía, despliega ante Job todos sus títulos y obras, ¿cómo puede un hombre atreverse a pedirle cuentas? El hombre no puede entender la creación entera y por tanto no puede entender el dolor. El sufrimiento no es una prueba, sino una parte del Misterio de la creación que no entendemos. La Sabiduría como Misterio. El hombre que no conoce el misterio de la existencia, no puede conocer tampoco el misterio del sufrimiento, ni a Dios que se hace presente en él.

No es este un poema que trate el problema del dolor en el mundo, que queda sin solucionar, sino de la Justicia de Dios que queda intacta. Job llega al convencimiento de que el sufrimiento es lo que hace conocer a Dios como Misterio, y rendido ante la evidencia termina exclamando:

"hablé sin pensar de maravillas que me superan y que ignoro. Sólo de oídas te conocía, ahora te han visto mis ojos Señor" (Jb 42, 3-6).

Decía Lutero, cuando todavía no había sido excomulgado de la Iglesia Católica, que "saber que Dios es el principio y fin de todas las cosas, que es bueno, todopoderoso, eterno, no hace a nadie Sabio, mientras que saber que Dios se encuentra en el sufrimiento y en el dolor, es lo que hace al hombre Sabio y Justo".

Hoy en día cuando los filósofos reflexionan sobre el problema del mal en el mundo, comprenden que, sin el sufrimiento, Dios sería entendible, sería el orden interno de la creación. El sufrimiento es lo que nos hace ver que Dios es Misterio.

En este poema se pone en duda la retribución en esta vida pero, en un momento de la narración, Elihu, uno de los amigos, le dice a Job que, aunque no haya retribución en esta vida, ser justo es bueno.

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6.2.2. El Libro de Qohélet

El Libro de Qohélet es el otro texto de Sabiduría crítica. Si el autor del Libro de Job habla desde la experiencia religiosa más profunda, Qohélet lo hace desde la racionalidad como pensador y filósofo, aunque no puede ponerse en duda la fe judía del autor. Qo reflexiona sobre la condición humana, sobre lo efímero de su existencia, nos dice que el esfuerzo humano no modifica la naturaleza, ni tampoco la historia, siempre es lo mismo, no hay nada nuevo bajo el sol.

Para Qo, "Todo es vanidad de vanidades, todo es vanidad", que se repite a lo largo del libro, entendiendo vanidad como vaciedad. Tanto la actividad fatigosa, el apetito, la alegría y los placeres, todo lo que pueda disfrutarse, la Sabiduría y la necedad, el poder y su entorno, todo es vanidad. Qo habla de la fugacidad de la vida que no merece la pena ser vivida, pues incluso sufrir y penar, todo es vanidad. Incluso todos, tanto hombres como animales tienen la misma suerte. De esta forma, Qo hace frente a los problemas que atormentan a los hombres y habla sobre el escaso valor de las cosas, sobre la mentira en la vida de familia y de la sociedad, sobre el mercantilismo de la religión, sobre la fría realidad de la muerte y su repercusión en la manera de concebir la vida. Analiza el placer y encuentra que no sirve para nada, lo mismo que la riqueza, sí nos dice que la Sabiduría supera a la necedad, pero que tanto al Sabio como al necio les espera la misma suerte. Incluso nos dice:

"Quien acumula cultura, acumula dolor" (Qo 1,12-2,16)

Muchos consideran a Qo un pesimista, mientras que para otros es un Sabio enamorado de la vida. Qo busca el sentido de la vida y explora las razones del ateísmo, del sin sentido y concluye que todo es efímero, falaz, que no hay correlación entre esfuerzo humano y resultados. El hombre por sus propios medios no puede conocer toda la obra bajo el sol, estamos ante la impotencia del hombre frente a la obra de Dios. No habla Qohélet de una posible retribución después de la muerte, la retribución tiene lugar en esta vida, y de ahí los fugaces momentos de felicidad, que dan sentido a los esfuerzos del hombre en su tarea diaria. Pero aún así para Qohélet la felicidad la da Dios cuando quiere y a quien quiere. Y con cierta amargura dice que incluso pan, vino y mujeres, se lo da Dios a quien quiere.

Después de la inmensa desesperanza, termina el Libro con unas conclusiones optimistas y alegres. Qo no renuncia a la posibilidad de ser feliz en este mundo. Aunque reconoce que la felicidad que disfrutamos también es obra de Dios. No basta con tener riquezas y bienes si Dios no nos da la facultad para disfrutar de ellos. Nos dice:

"Comprendí que no hay nada mejor para los hombres que alegrarse y pasarlo bien en esta vida. Pero también, que el hombre coma y beba y disfrute de todo su trabajo es don de Dios" (Qo 3,12-13)

Después de estos Sabios críticos, el pueblo se queda sin saber cómo actuar, pues no se puede conocer toda la obra bajo el sol, y es que nuestro aparato de medida, la mente humana, trabaja en otro intervalo, en un mundo finito y no alcanza a entender el infinito. Surge entonces un gran escepticismo. El pueblo tampoco sabe lo que significa ser Sabio; en palabras de Qo, "Sólo Dios lo sabe". Dios es el único Sabio y es a partir de aquí de donde surge la Sabiduría Religiosa.

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6.3. La Sabiduría Religiosa

La Sabiduría Religiosa considera que el hombre no puede conocer toda la creación por sus propios medios, pero que sí puede llegar al conocimiento del infinito por la Revelación de Dios. La Sabiduría basada en la Revelación, y la forma de actuar, la virtud.

El principio de la Sabiduría es el Temor de Dios, y esto es muy importante, pues se entiende este Temor de Dios como una especial sensación reverencial, que experimenta el hombre creyente, ante la Majestad divina. El hombre se siente creatura, pequeño, frente a la creación y frente a Dios. Es desde esa posición, la humildad, desde la que el hombre puede empezar a saber y llegar a la auténtica Sabiduría, desde el convencimiento de que todo lo que tiene le ha sido dado, y está en deuda con la creación y la humanidad. Nos dicen los Libros bíblicos que:

"El Temor de Dios es escuela de Sabiduría" (Pr 15,33; cf Si 1,16.18)

Hay dos formas de entender esta idea de Revelación. Para el Eclesiástico, el Libro de la Sabiduría de Ben Sirá, S. II a.C., la Revelación la encontramos en la Torah, el Pentateuco, los cinco libros de la Biblia que constituyen la Ley de Israel, Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Todo lo que se puede saber, descubrir, investigar se encuentra en la Torah. Lo que se encuentra fuera de la Ley no es Sabiduría.

En este Libro, el ejercicio de la Sabiduría supone el cumplimiento de la Ley, en definitiva de los mandamientos. El Eclesiástico nos dice:

"Si deseas la Sabiduría guarda los mandamientos, y el Señor te la concederá" (Si 1,26)

Distinto es el Libro de la Sabiduría, lo que conocemos como Sabiduría de Salomón, escrito en los albores de la era cristiana. Este Libro se escribe en Alejandría, un gran centro cultural de aquella época, con su famosa Biblioteca. Para entender el Libro tenemos que saber que en el S. IV a.C., Alejandro Magno había conquistado todo el imperio persa, lo que produjo un fuerte cruce de culturas entre Oriente y Occidente: Oriente con su tradición religiosa y cultural; Occidente con la tradición filosófica y científica del mundo griego. Esta fusión de culturas se encuentra presente en este Libro. El sueño de Alejandro era hacer un mundo nuevo, un gran imperio, en el que se fusionaran Oriente y Occidente, pero Alejandro muere pronto y si el sueño del imperio político quedó frustrado, no así el sueño de una cultura universal.

Para este Libro, la Sabiduría es un don que Dios nos da, es una forma de relación entre el hombre y Dios a través del Espíritu de Dios. El Libro hace una relectura del AT, a través de un judío de la diáspora, pues es en la historia de Israel donde el autor encuentra la forma de ser y de actuar de Dios. La Historia como maestra de vida para el que la sabe interpretar.

La práctica de la Sabiduría es la Justicia. Nos dice el Libro, que la Justicia es inmortal, (Sb 1,15), y que su práctica hace al hombre también inmortal, recordado por todos. Aparece aquí una nueva idea de retribución en la otra vida, basada en la idea de inmortalidad, que también encontramos en los Libros Proféticos de la Biblia y en las culturas de Egipto y Grecia. Una inmortalidad que implica una total comunicación con Dios, y por la que el hombre adquiere una dimensión de eternidad. Y nos dice el Libro que:

"Dios creó al hombre para la inmortalidad" (Sb 2,23)

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7. Conclusión final

Hasta aquí el estudio de la Sabiduría bíblica y de su evolución con el tiempo. Con Salomón empieza siendo una Sabiduría científica, que desarrolla ciencias como la Biología, Astronomía, Farmacia, Medicina, también el Derecho, la Historia, Administración. Pero el pueblo comprende que este tipo de Sabiduría no es suficiente para explicar los problemas del hombre. Evoluciona con los Sabios críticos y se convierte en una Sabiduría filosófica, que trata de buscar el sentido de la vida y del dolor, para convertirse finalmente en una Sabiduría religiosa.

Todos estos saberes son también base de nuestra Universidad actual, a través de sus distintas facultades y escuelas. Y yo me pregunto, ¿no será necesario para la formación global de nuestros químicos una cierta formación filosófica-humanística-religiosa, además de la formación científica? Pienso que podría ser una enseñanza institucionalizada desde la misma Facultad, a través de las asignaturas de libre elección.

Y no puedo por menos de preguntarme también: si ésta es la base de la Sabiduría cristiana, es decir de Europa, de Estados Unidos, América Latina, también del pueblo judío, ¿cómo se puede entender el comportamiento de los distintos pueblos ante el silencio de los otros?, ¿qué tipo de Sabiduría hay debajo de sus acciones, llenas de soberbia, arrogancia, intolerancia, insolidaridad? Creo que todo sería muy distinto si los pueblos se pararan a pensar en la Sabiduría de sus antepasados.

Para terminar decir que Cristo es más tarde designado como Sabiduría y Sabiduría de Dios (Mt 11,19; par; Lc 11,49; Mt 23,34-36; 1Co 1,24-30; Jn 1; todo el Evangelio de Juan). Y si el Crucificado, que es "escándalo para los judíos y necedad para los gentiles", según nos dice S. Pablo, (1Co 1,23), es Sabiduría de Dios, es porque la Sabiduría es Amor, y mayor será nuestra Sabiduría cuanto mayor sea nuestro Amor. Y esta es otra bella historia para ser tratada en otro momento. Pero sí me gustaría que recordáramos las palabras del Evangelio de S. Juan: "la Verdad os hará libres" (Jn 8,32).

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8. Agradecimientos

Quiero concluir esta lección con mis agradecimientos:

a la Universidad de Alcalá por su continuo apoyo y cariño, nunca exentos de dificultades, pero en definitiva apoyo y cariño;
a la Facultad de Química y al Departamento de Química Física, porque habéis sido mi casa;
a todos vosotros compañeros y amigos, profesores y personal de administración y servicios, pues habéis hecho que todo fuera más fácil y más bonito;
a mis alumnos, porque habéis sido una parte muy importante en mi vida;
a todos los que habéis trabajado conmigo en vuestras Tesis de Licenciatura y Tesis Doctorales, mis niños, gracias a vosotros hemos conseguido montar en Alcalá un grupo de investigación en sistemas micelares.

Todos podéis estar seguros, que sin cada uno de vosotros, mi historia hubiera sido bien distinta.

Finalmente quiero dar la gracias a la Ciudad de Alcalá de Henares, porque con sus muchas Iglesias, y sus campanas llamando a la oración, me ayudó a encontrar a Dios, y esta es la aventura más maravillosa que a uno le puede ocurrir.

A todos Uds., Sras. y Srs., muchas gracias por su atención. Gracias

Agradecimiento especial

Quiero agradecer especialmente al Profesor José Ramón Busto SJ, Decano de la Facultad de Teología, actualmente designado como nuevo Rector de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, que me inició en el estudio de los Libros Sapienciales de la Biblia. De sus clases he cogido algunos de los ejemplos. También me han ayudado sus sugerencias sobre esta lección.

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9. Bibliografía

BUSTO SAIZ, J.R., "La justicia es inmortal", Sal Terrae, Santander, 1992.

von RAD, G., "Sabiduría en Israel", Cristiandad, Madrid, 1985.

RUIZ de la PEÑA, J.L., "La Pascua de la Creación", BAC, Madrid, 2000.

VILCHEZ LINDEZ, J., "Sabiduría y Sabios en Israel", Verbo Divino, Estella, 1995.

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Vivat Academia, revista del "Grupo de Reflexión de la Universidad de Alcalá" (GRUA).
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Última modificación: 07-02-2003