Opinión y Debate
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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia

Histórico Año V

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Marzo 2003. Nº 43

Contenido de la sección:

La vida tiene precio (Yoritomo Shouke)
Manipulación (Exalumnos de la promoción de 1975. Colegio Raimundo Lulio. Madrid)
Sobre el espacio educativo europeo (José Antonio Martínez Pons presenta un artículo de Camilo José Cela Conde)
Traducción de la carta de Terry Jones al London Observer (Terry Jones es integrante del grupo Monty Python)
Así éramos (Fuenteovejuna)
Carta abierta de una generación (Fuenteovejuna)
Comunicado sobre la Mesa Sectorial de Universidades celebrada en la Secretaría de Estado, el 7 de marzo de 2003 (CSI*CSIF)

La vida tiene precio

Yoritomo Shouke

Hoy viendo la televisión se me ha vuelto a caer el alma al suelo. Lo que no sé es por qué me molesté en recogerla, si total, es tontería. Pues resulta que los intrépidos reporteros de Antena 3, y que conste que para hacer lo que han hecho hay que ser intrépido, han descubierto que la vida se puede comprar y vender. Pero no se crean, que no se han mirado la legislación sobre riesgos laborales y se han sorprendido de la cláusula "económicamente rentable" que flota entre sus artículos como el principio de incertidumbre. No, se han ido a Medellín.

Medellín es un circo. Pero ese tipo de circos es macabro; en ellos alguien ha cambiado los elefantes por narcos, los trapecistas por paramilitares, los malabaristas por la contra y ha puesto de jefe de pista a la C.I.A., usando el ejercito colombiano. Es ese tipo de circos el payaso no es un payaso, sino un sicario, y no te hecha agua por una flor, sino que te da balasera. Bien, pues en ese circo la vida no cuesta lo que en España, unos treinta millones la víctima y unos añitos en la cárcel. En Medellín son unos cientos de euros. La tarifa varía en función de la categoría del sicario y la importancia del futuro fiambre.

También han descubierto que la totalidad de los sicarios son adolescentes, que no tienen donde caerse muertos, y cuya esperanza de vida no supera los veinte años. Se ha vuelto a ver claro. Si tu consientes que la gente viva alrededor de una ciudad sin trabajo, agua potable, servicio de basuras, alcantarillado, colegios, sanidad, bomberos, ni red eléctrica, sus hijos serán delincuentes. Malditos pobres, esto pasa por no tener mano dura con ellos, con el látigo estas cosas no pasaban. Sin embargo, dejas que escapen de la guerra, perdón terrorismo, y cuando no tienen futuro ni pasado a que volver, cuando sólo les queda su presente, comienzan a pasar de todo y de todos; y acaban trayéndonos el sufrimiento a nuestras bonitas ciudades.

Porque esa es otra: salen de su país a robar joyerías. Si tenía razón Torquemada... Estos son unos salvajes incivilizados que acaban de bajar del árbol. Se les ve en las caras, esas narices aplanadas, esa piel negrita. Porque mira, los congoleños serán tizón puro, pero a mí el café con leche sudaca... Pues a lo que iba, que lo llevan en la sangre. Salen de su país y como aquí no los mata la policía, se piensan que todo el monte es orégano y ala, a tirar pa´lante. El gobierno tenía que hacer algo al respecto.

Es cierto, y es la única frase de los dos párrafos anteriores con la que estoy de acuerdo, la última. El gobierno debería suprimir esa ley de extranjería que hace que sea imposible inmigrar a España. Debería ir al gobierno colombiano y decirle "Ya está bien campeón, que no son formas de tener a tu propio pueblo". Tendría que decirle a EE.UU. que no se puede ser superpotencia mundial a consta del resto de los pueblos de tu continente; claro que tampoco es que haya muchas otras formas de serlo. En resumen, atacar la causa en su origen. Pero el caso es que la gente entonces te dice que eso es una utopía inviable. Y mañana te volverán a comentar como está Madrid, que ya casi ni quedan sitios en el metro con tanto inmigrante.

Total, lo que yo decía, para que recogerla del suelo, el alma, si va a ser tontería.

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Manipulación

Exalumnos de la promoción de 1975. Colegio Raimundo Lulio. Madrid

Esta es una historia real. Un estudiante de Idaho, Estados Unidos, ganó el primer premio en una feria científica. Intentaba demostrar hasta qué grado está la gente condicionada para alarmarse por razones pseudocientíficas y a difundir el miedo sobre posibles catástrofes del medio ambiente.

Para su proyecto le pidió a cincuenta personas que firmaran una petición para el control estricto o la prohibición total de la sustancia química "monóxido de dihidrógeno".

Éstas eran sus razones:

1. Puede causar sudoración excesiva y vómito.

2. Es un componente de la lluvia ácida.

3. En estado gaseoso puede causar serias quemaduras.

4. La inhalación accidental puede ser mortal.

5. Contribuye a la erosión.

6. Disminuye la efectividad de los frenos en los

automóviles.

7. Ha sido encontrado en tumores de cáncer terminal.

De las cincuenta personas, cuarenta y tres firmaron por la prohibición de esta sustancia. Seis se mostraron indecisos. Sólo uno sabía que el "monóxido de dihidrógeno" es el agua.

El título del proyecto del estudiante era "¿En qué grado somos manipulables?"

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Sobre el espacio educativo europeo

José Antonio Martínez Pons. Universidad de Alcalá

Os transcribo más abajo un artículo que ha publicado Camilo José Cela Conde, condiscípulo mío, hace ya muchos años. Aunque se refiere a su Universidad, lo que dice es extensivo a todas. No toma posición clara, pero me parece un análisis inicial bastante coherente.

Yo en mis cortas luces creo que la reforma a la europea es para mal. Yo aplico la teoría de la escalera: "una escalera no es corta ni es larga, depende de dónde la apoyas y hasta dónde quieres llegar".

La nuestra se apoya muy bajo y, a veces , tal vez quiera llegar muy alto.

La segunda parte del teorema se corresponde con la evaluación de horas de esfuerzo.

Si difícil de medir son unos objetivos logrados, y los que llevamos casi siglos suspendiendo y aprobando lo sabemos muy bien, sobre todo cuando estamos casi al final de nuestra carrera docente, ¿cómo se va a evaluar y medir el tiempo de esfuerzo necesario?

Sí estoy de acuerdo en reducir el tiempo de clase y aumentar el de trabajo, pero esto también requiere dar la vuelta a la mente de nuestros estudiantes, y de nosotros mismos, como si de un calcetín se tratara. ¿Cómo le dices al mocito medio, que se limita a tomar unos apuntes, con los errores del profesor, los suyos propios y los accidentales de transmisión, y a más o menos memorizarlos, que no es eso lo que se pretende de él sino algo mucho más profundo?

Camilo José Cela Conde

Todas las universidades españolas, incluida, como no, la nuestra, la Universitat de les Illes Balears, cuentan ya con el documento marco elaborado por el Ministerio que tiene que servir para que nuestros centros docentes de mayor rango se adecuen al espacio europeo de enseñanza superior. El plazo para hacerlo parece largo, con el año 2010 como referencia, pero lo cierto es que algunas reformas fundamentales deberán adelantarse incluso hasta el curso próximo. Podemos reírnos de las reformas universitarias hechas de los socialistas y populares. Se quedan en nada al compararlas con el cambio profundo, diametral, impuesto desde Europa.

Ya de entrada y con carácter inmediato van a desaparecer las distinciones entre carreras de grado medio y superior para quedarse todas ellas en tres años; cuatro a lo sumo. Lo que significa eso en términos de adaptación no parece gran cosa si la reforma se contempla desde el espíritu anterior. Al fin y al cabo con la vetusta LRU ya se había pasado en algunos casos de las carreras de cinco años a cuatro sin que eso supusiese, en la práctica, nada. Los contenidos eran los mismos y muy pocos los alumnos que conseguían terminarlos en cuatro años. Pero lo de ahora es distinto. Cambia la esencia misma del contenido docente: el concepto de "crédito". Hasta ahora un crédito significaba diez horas de clase magistral o de prácticas, con el resultado de que las asignaturas más comunes, las de seis créditos, tenían cuatro horas a la semana de clase durante un cuatrimestre. Pero el documento de Bolonia obliga a entender los créditos de otra manera. Al estilo anglosajón, contará el esfuerzo del alumno y no la cantidad de horas de clase que recibe. Éstas van a reducirse de una manera sustancial a la vez que se promoverá un trabajo más personal o, si se quiere, una carrera más a la carta.

¿Están preparadas nuestras universidades para un cambio así? Lo dudo. Para ello tendrá que cambiar de firme lo más complicado que existe a la hora de hablar de transformaciones: la mentalidad de los profesores y de los alumnos. A partir de ahí, el documento de Bolonia encierra una trampa de riesgo inmenso para nuestros centros: van a ser evaluados de verdad, de tal manera que sólo podrán seguir adelante los estudios y las facultades que superen unos mínimos nada despreciables.

A la UIB el proceso le coge metida de lleno en un proceso de cambio de estatutos y de rector. Si lo primero, la reforma de estatutos, no parece que vaya a tener gran influencia en la adaptación a los criterios de Bolonia, la comunidad universitaria balear haría muy bien en leerse con lupa, por una vez, el programa de cada candidato a nuevo rector.

La forma cómo piensa enfrentarse con el compromiso cada aspirante a conducir la UIB por ese sendero incierto tiene que ser conocida y valorada, no por el claustro de la universidad, sino por toda la comunidad intra y extrauniversitaria. Ahora votarán las personas de la UIB pertenecientes al personal administrativo y de servicios, los alumnos y los profesores. Pero somos muchos más. Notad la comunidad balear quiénes vamos a jugarnos cómo será nuestra universidad de mañana mismo.

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Traducción de la carta de Terry Jones al London Observer

Terry Jones (integrante del grupo Monty Python)

Estoy entusiasmado con la última razón que da George Bush para bombardear Iraq: se le agota la paciencia. ¡A mí me pasa lo mismo! Llevo un tiempo bastante cabreado con el Sr. Johnson, que vive dos puertas más abajo. Bueno: con él y con el Sr. Patel, que regenta la tienda de comida naturista. Los dos me miran mal, y estoy seguro de que el Sr. Johnson planea algo horrible contra mí, aunque aún no he podido descubrir el qué.

He estado husmeando su casa para ver qué pretende, pero tiene todo bien escondido. Así es de taimado. En cuanto a Patel, no me pregunten cómo lo sé, el caso es que sé -de buena tinta- que en realidad es un asesino en serie. He llenado la calle de panfletos explicando a la gente que, si no actuamos primero, nos irá liquidando uno a uno. Algunos de mis vecinos dicen que, si tengo pruebas, vaya a la Policía. Qué ridiculez. La Policía diría que necesitan evidencia de un crimen del que acusar a mis vecinos. Saldrían con interminables sutilezas y objeciones sobre los pros y los contras de un ataque preventivo y, mientras tanto, Johnson estaría finalizando sus planes para cometer actos terribles contra mi persona, mientras Patel estaría matando gente en secreto.

Ya que soy el único de la calle con un arsenal decente de armas automáticas, me doy cuenta de que es cosa mía mantener la paz. Pero hasta hace poco ha sido algo difícil hacerlo. Ahora, sin embargo, George W. Bush ha dejado claro que todo lo que necesito es que se me agote la paciencia, ¡y ya puedo tirar hacia delante y hacer lo que quiera! Y, reconozcámoslo, la política cuidadosamente razonada de Bush con respecto a Iraq es la única manera de conseguir la paz y la seguridad internacionales. La única manera segura de parar a los terroristas fundamentalistas suicidas que amenazan a EE.UU. y al Reino Unido es bombardear algunos países musulmanes que nunca nos han amenazado.

¡Por eso quiero volar el garaje de Johnson y matar a su mujer y sus hijos!

¡Ataquemos primero! Eso le dará una lección. Así nos dejará en paz y dejará de mirarme de esa manera tan absolutamente inaceptable. El Sr. Bush deja claro que todo lo que él necesita saber antes de bombardear Iraq es que Saddam es un hombre desagradable de verdad y que tiene armas de destrucción masiva -aunque nadie pueda encontrarlas-. Estoy seguro de que tengo la misma justificación para matar a la esposa y a los hijos de Johnson, que tiene Bush para bombardear Iraq.

El deseo a largo plazo del Sr. Bush es hacer del mundo un lugar más seguro, eliminando a los "estados peligrosos" y al "terrorismo". Una intención a largo plazo bien inteligente, porque, ¿cómo diablos se sabe cuándo se ha acabado? ¿Cómo sabrá Bush cuándo ha acabado con todos los terroristas? ¿Cuando todos los terroristas hayan muerto? Pero un terrorista sólo lo es una vez que ha cometido un acto de terror.

¿Qué pasa con los futuros terroristas? Ésos son los que realmente hay que eliminar, porque la mayor parte de los terroristas conocidos, como son suicidas, se eliminan ellos solos. ¿Será acaso que el Sr. Bush necesita acabar con todos los que podrían, quizá, ser futuros terroristas? ¿A ver si es que no puede estar seguro de lograr su objetivo hasta que cada fundamentalista islámico esté muerto? Pero resulta que algunos musulmanes moderados pueden convertirse en fundamentalistas.

Tal vez lo único seguro que quepa hacer, según Bush, sea eliminar a todos los musulmanes. Lo mismo pasa en mi calle. Johnson y Patel son sólo la punta del iceberg. Hay docenas de personas en la calle a las que no gusto y que -lo digo con el corazón- me miran muy mal. Nadie estará seguro hasta que haya acabado con todos. Mi mujer me dice que a lo mejor estoy yendo demasiado lejos, pero yo le digo que lo único que hago es usar la misma lógica que el Presidente de los Estados Unidos. Con eso le callo la boca.

Igual que le ocurre al Sr. Bush, a mí se me ha acabado la paciencia, y si ésa es razón suficiente para el Presidente, también lo es para mí. Le daré a la calle entera dos semanas -no, diez días- para que salgan a la luz y entreguen a todos los alienígenas y piratas interplanetarios, a los forajidos galácticos y a los cerebros terroristas interestelares, y si no los entregan de buena gana y dicen "gracias", bombardearé la calle entera.

Tan sensato es esto como lo que se propone George W. Bush. Y al contrario de lo que él pretende, mi política sólo destruirá una calle.

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Así éramos

Fuenteovejuna

Mirando atrás es difícil creer que estemos vivos, habiendo vivido en la España de antes.

Nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad y sin air-bag. Hacíamos viajes de 10-12 horas con cinco personas en un 600 y no sufríamos el síndrome de la clase turista.

No tuvimos puertas, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños.

Andábamos en bicicleta sin casco, eso sin contar con que hacíamos auto-stop.

Los columpios eran de metal y con esquinas en pico, y jugábamos a "lo que hace la madre hacen los hijos", esto es a ver quien era el más bestia.

Pasábamos horas construyendo nuestros carros de rodamientos para bajar por las cuestas y sólo entonces descubríamos que nos habíamos olvidado de los frenos. Después de chocar con algún árbol, aprendimos a resolver el problema.

Jugábamos a "churro va" y nadie sufrió hernias ni dislocaciones vertebrales.

Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces de la calle. Nadie podía localizarnos. Eso sí, no buscábamos maderas en los contenedores o donde fuera y hacíamos una fogata para asar patatas y contar historias de miedo.

No había móviles. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerra de piedras y no pasaba nada, eran cosa de niños y se curaban con Mercromina y unos puntos. Nadie a quién culpar, sólo a nosotros mismos.

Tuvimos peleas y nos "esmorramos" unos a otros y aprendimos a superarlo.

Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era un poco gordo y punto.

Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando. Compartimos botellas de refrescos y nadie se contagio de nada. Sólo nos contagiábamos los piojos en el cole. Cosa que nuestras madres arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente.

No tuvimos Playstations, Nintendo 64, vídeo juegos, 99 canales de televisión, películas en vídeo, sonido surround, móviles, computadores ni Internet. Nosotros tuvimos amigos. Quedábamos con ellos y salíamos. O ni siquiera quedábamos, salíamos a la calle y allí nos encontrábamos. Y jugábamos a las chapas, al peón, a las bolas, a la lima, al rescate ..., en fin tecnología punta. Íbamos en bici o andando hasta su casa y llamábamos a la puerta. ¡Imagínense!, sin pedir permiso a los padres, ¡nosotros solos, allá fuera, en el mundo cruel! !Sin ningún responsable! ¿Cómo lo conseguimos?

Hicimos juegos con palos y balones de fútbol improvisados, y comimos pipas y, aunque nos dijeron lo que pasaría por ingerir tal basura, nunca nos crecieron en la tripa ni tuvieron que operarnos para sacarlas. Bebíamos agua directamente del grifo, sin embotellar y algunos incluso chupaban el grifo.

Íbamos a cazar lagartijas y pájaros con la "escopeta de perdigones", antes de ser mayores de edad y sin adultos, ¡DIOS MÍO!!

En los juegos de la escuela, no todos participaban en los equipos. Los que no lo hacían, tuvieron que aprender a lidiar con la decepción. Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como otros y repitieron curso. ¡Que horror, no inventaban exámenes extra!

Y ligábamos con las chicas persiguiéndolas para tocarlas el culo, no en un chat diciendo: hola chati :-))

Éramos responsables de nuestras acciones y arreábamos con las consecuencias.

No había nadie para resolver eso. La idea de un padre protegiéndonos, si trasgredíamos alguna ley, era inadmisible. ¡Ellos protegían las leyes!

Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello.

¿Tú eres uno de ellos? ¡Enhorabuena! Eres como muchos otros que tuvieron la suerte de crecer como niños, antes de que los abogados y los gobiernos regulasen nuestras vidas, para nuestro propio bien.

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Carta abierta de una generación

Fuenteovejuna

El objeto de esta misiva es la de reivindicar una generación, la mía, la de todos aquellos que nacimos entre 1970 y 1977 (año arriba, año abajo), la de los que estamos currando de algo que nuestros padres ni podían soñar, la que vemos que el piso que compraron nuestros padres ahora vale 20 ó 30 veces más, la de los que estaremos pagando nuestra vivienda hasta los 50 años.

Nosotros no estuvimos en la Guerra Civil, ni en mayo del 68, ni corrimos delante de los grises, no votamos la Constitución y nuestra memoria histórica comienza con el Mundial de España 82 y el Naranjito. Aunque nacimos en una dictadura, siempre hemos tenido una conciencia democrática y la serie "Cuéntame" nos parece que es una mierda y que hace apología del franquismo. Por no vivir activamente la Transición se nos dice que no tenemos ideales y sabemos de política más que nuestros padres y de lo que nunca sabrán nuestros hermanos pequeños y descendientes.

Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las chapas, la peonza, las canicas, la comba, la goma o el rescate y, a la vez, somos la primera que hemos jugado a videojuegos, hemos ido a parques de atracciones o visto dibujos animados en color. Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos, pero oíamos (y seguimos oyendo) que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron después de nosotros sí lo tienen realmente y nadie se lo dice.

Se nos ha etiquetado de generación X y tuvimos que tragarnos bodrios como Historias del Kronen o Reality Bites y creer que éramos nosotros reflejados (si te gustaron en su momento, vuélvelas a ver, verás que chasco). Lloramos con la muerte de Chanquete, con la madre de Marco que no aparecía y con las putadas de la Señorita Rottenmayer; nuestra primera canción del verano fue "Los Pajaritos" (1981) y nuestra primera tele fue en blanco y negro.

Somos una generación que hemos visto a Maradona hacer campaña contra la droga, que nos reímos de un anuncio que decía que si el Madrid era otra vez campeón de Europa, que durante un tiempo tuvimos al baloncesto como el primero de los deportes.

Hemos vestido vaqueros de campana, de pitillo, de pata de elefante y con la costura torcida; nuestro primer chándal era azul marino con franjas blancas en la manga y nuestras primeras zapatillas de marca las tuvimos pasados los 10 años.

Entramos al colegio cuando aún existía Castilla la Vieja, cuando el 1 de noviembre era el día de Todos los Santos y no Halloween, cuando todavía se podía repetir curso y el profesor te podía soltar una bofetada; fuimos a la universidad con unas notas de corte del copón y con una masificación acojonante, pidiendo prórrogas en la mili y objetando. Somos los primeros en incorporarnos a trabajar a través de una ETT (gracias PSOE) y a los que no les cuesta un duro echarnos del curro (gracias PP).

Siempre nos recuerdan acontecimientos de antes de nuestro nacimiento, como si no hubiéramos vivido nada histórico. Nosotros hemos aprendido lo que era el terrorismo contando chistes de Irene Villa, vimos caer el muro de Berlín, a Boris Yelsin borracho tocarle el culo a una secretaria; los de nuestra generación fueron a la guerra (Bosnia, etc.) cosa que nuestros padres no hicieron; gritamos OTAN no bases fuera, sin saber muy bien qué significaba y nos enteramos de golpe un 11 de septiembre.

Aprendimos a programar el video antes que nadie, jugamos con el Spectrum, odiamos a Bill Gates, vimos a Perico Delgado anunciar los primeros móviles y creímos que Internet sería un mundo libre.

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Comunicado sobre la Mesa Sectorial de Universidades celebrada en la Secretaría de Estado, el 7 de marzo de 2003

CSI*CSIF

El día 7 de marzo de 2003 se reunió la Mesa Sectorial, presidida por el Director General de Universidades, reanudándose el diálogo para el desarrollo normativo de la LOU con los sindicatos mayoritarios presentes, CIGA, CC.OO. CSI-CSIF y UGT.

Tras de la aprobación de las últimas actas, pasó a informar el Director General de las nuevas iniciativas del Ministerio para el desarrollo de la Ley Orgánica de Universidades y de su deseo de diálogo sobre ellas con los interlocutores sindicales. Las iniciativas enumeradas fueron, esencialmente:

1- El desarrollo normativo para la integración en el espacio de educación superior europeo.

2- La homologación de titulaciones universitarias; para lo que se prevé un periodo de ensayo de criterios de evaluación, con posterior análisis de los mismos y sus efectos y, finalmente, la validación del sistema, para su aplicación oficial.

3- Nuevo decreto sobre Áreas de Conocimiento y su estructuración y sobre los Departamentos.

4- El nuevo sistema de acceso a la universidad y las cautelas de reparto de alumnos en las áreas más congestionadas por la demanda, en previsión de la desaparición de la selectividad,

5- La normativa para la creación de centros universitarios.

6- La aplicación del Suplemento Europeo al Título.

7- Retomar los criterios para los complementos docentes y de investigación (quinquenios y sexenios) para evitar agravios y disfunciones. Comenta la dificultad técnica y práctica para proceder a una revisión de la primera evaluación, como demanda CSI-CSIF (demanda a la que posteriormente se han ido sumando los demás sindicatos).

Finalmente comentó la posibilidad de reformar el protocolo de negociación para adaptarlo a la presente situación.

Seguidamente se abrió un turno de intervenciones en la que todos los sindicatos agradecieron que se retomara el diálogo. Las preocupaciones expuestas por los agentes sociales y por el propio ministerio se pueden concretar en los siguientes puntos:

a- La necesidad de que las Comunidades Autónomas cumplan la Ley en la nueva contratación del profesorado, realizando concursos en cada nueva contratación.

b- La obligación de las Comunidades Autónomas de admitir las evaluaciones de la ANECA sin dar preferencia a las de su propia Agencia de Evaluación.

c- La necesidad de que la ANECA de mayor motivación a las evaluaciones para la mejor defensa de los interesados.

d- La creación de una mesa técnica para evaluar las condiciones de trabajo de los profesores de la UNED, tratas de enviar los agentes sociales sus observaciones al proyecto de Decreto regulador. El Director General hizo una aclaración jurídica sobre la interferencia de LOU con el estatuto de los trabajadores, ambas son leyes orgánicas y la LOU, posterior al estatuto, puede autorizar a normar sobre las condiciones de trabajo en la universidad.

e- Se propuso de creación de mesas técnicas para continuar con la cuestión pendiente de la evaluación de los sexenios y del antiguo acuerdo sobre la primera evaluación de conceder un sexenio denegado en la primera evaluación, con algún requisito adicional, y para el seguimiento de la participación de los sindicatos en los concursos de contratación del PDI laboral.

f- CSI-CSIF pidió opinar sobre el nuevo decreto que regula las relaciones entre las universidades y el INSALU, mostrando su preocupación sobre los efectos que para los profesores vinculados a hospitales puedan derivarse de él, algunos tan graves como la posibilidad de que no tengan la cobertura de un seguro de responsabilidad civil, como los demás médicos del INSALU. El Director General informó que aún está en el inicio el tema.

Tras de estas intervenciones finalizó la reunión manifestándose nuevamente el interés por retomar los temas pendientes por parte del Ministerio y de los Sindicatos.

Antonio Villarino
Presidente del Sector

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Última modificación: 20-04-2003