Chistes malos
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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia

 Histórico. Año VI

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Junio 2004. Nº 56

6 chistes malos, 6

Sigfrido del Alce

La isla desierta

En una bonita y desierta isla en el medio de ninguna parte, naufragaron las siguientes personas:

a.. 2 italianos y 1 italiana
b.. 2 franceses y 1 francesa
c.. 2 alemanes y 1 alemana
d.. 2 griegos y 1 griega
e.. 2 ingleses y 1 inglesa
f.. 2 búlgaros y 1 búlgara
g.. 2 suecos y 1 sueca
h.. 2 irlandeses y 1 irlandesa
i.. 2 argentinos y 1 argentina
j.. 2 catalanes y 1 catalana
k.. 2 madrileños y 1 madrileña
l.. 2 andaluces y 1 andaluza
m.. 2 vascos y 1 vasca.

Un mes después, en esta bonita y desierta isla en medio de ninguna parte, la situación era...

Uno de los italianos mató al otro por la mujer.

Los dos franceses y la francesa viven juntos y felices en un "Menage a Trois".

Los dos alemanes llevan un estricto horario en el que se alternan para estar con la alemana.

Los dos griegos duermen juntos y la griega limpia y cocina para ellos.

Los dos ingleses esperan que alguien les presente a la inglesa.

Los dos búlgaros miraron primero al océano infinito, luego a la búlgara y entonces se echaron a nadar.

Los dos suecos contemplan la posibilidad del suicidio mientras la sueca les da la tabarra con lo de que su cuerpo es suyo y la verdadera naturaleza del feminismo. Al menos no nieva y los impuestos son reducidos.

Los irlandeses comenzaron dividiendo su isla en Región Norte y Región Sur e instalaron una destilería. Ellos no recuerdan si hay sexo a la vista, porque desde que se produjeron los primeros litros de whisky de coco hay una especie de neblina flotando que lo tapa todo, pero por lo menos saben que los ingleses no están teniendo ningún tipo de actividad sexual.

Después de un tiempo, se encontró a la argentina muy aburrida en un rincón de la isla, limpiándose las uñas con una ramita. Resulta que los argentinos ya no le dan bola, y pasan todo el día hablando de fútbol y de lo estupendos que son haciendo el amor.

El hecho diferencial de los catalanes consistió en alquilar la catalana a los suecos, y usar ese dinero para financiar a los irlandeses la construcción de una planta de destilación en su parcela de la isla, donde ellos trabajan a cambio de que las botellas de whisky de coco estén etiquetadas también en catalán. En el plano sexual a dos velas, pero ahorran una barbaridad en condones.

Los madrileños se turnan para quedarse una de cada dos noches con la madrileña e irse la otra de copas con los irlandeses y poner a parir a los ingleses, italianos, franceses, alemanes y por supuesto, y sobre todo, a los catalanes.

Los andaluces han conseguido que los irlandeses pasen de los catalanes y destilen una variedad de "fino de coco". De inmediato se han montado un extraordinario calendario de fiestas la isla: que si Feria de Abril, que si Semana Santa, que si día de Andalucía en el Exilio, a las que se apuntan todos los demás. Por supuesto, no dan ni un palo al agua.

Los vascos se dedican a cortar los troncos de coco, levantar piedras, boicotear a los madrileños y en el terreno sexual, onanismo puro y duro: ya sabéis, ante todo independencia.

No hay que precipitarse...

Un borracho que olía a vino por los cuatro costados se sube al autobús y se sienta

con su roñoso bolso y un diario viejo al lado de un cura. Saca una petaca con ginebra y se toma toda la que queda. Satisfecho agarra el diario y se pone a leer.

El cura finge que el borracho no existe y disimula su incomodidad.

Al rato, el borracho mira al cura y le pregunta:

- ¡Oiga buen hombre! ¿Puede decirme que cosas causan artritis?

El cura, molesto, le responde en tono sarcástico:

- Ciertamente la vida relajada, el andar frecuentando mujeres mundanas, los excesos con el tabaco y la bebida, en especial el alcohol, esas borracheras que terminan en noches de putas... y muchas más de esas porquerías.

- Laaaaaa mieeeeerda -responde el borracho con los ojos desorbitados por la sorpresa. Después volvió a su lectura.

El cura, pensando en lo que le dijo al pobre infeliz, condolido decide disculparse y le dice en tono comprensivo:

- Disculpe usted, no quise ser tan rudo ¿desde cuando sufre de artritis?

- ¿Yoooo?, yo nunca la padecí, padre... Sólo estaba leyendo en este diario que El Papa sufre de artritis desde hace varios años.

El dilema de los sellos

J.M. Aznar, en sus últimos días de gobierno, quería un sello con su foto para exaltar su despedida y conmemorar sus ocho años de presidencia. Exigió uno de altísima calidad.

Los sellos fueron diseñados, impresos y vendidos.

¡Aznar estaba feliz y radiante! Pero, en pocos días, se puso furioso al escuchar reclamaciones sobre que los sellos no se adherían a los sobres.

El presidente convocó a los responsables y ordenó que se investigase el asunto.

Se realizaron pesquisas en las oficinas de Correos de todo el país y le relataron el problema al presidente:

- No hay nada malo con relación a la calidad de los sellos. El problema consiste en que la gente está escupiendo en el lado equivocado...

En un juicio

Pregunta el Fiscal:

- ¿Es cierto que usted en el día de autos se cagó en los muertos del denunciante, en toda su puta familia, en la perra de su madre y en el cabronazo de su padre?

Respuesta del Acusado :

- No, es falso... Yo estaba tranquilamente trabajando en la fundición y entonces le dije: Jorge Eduardo, por Dios, ten cuidado ¿no te das cuenta de que me has echado todo el acero fundido por la espalda y que esto es muy molesto?"

La Tercera Guerra Mundial

George W. Bush y Tony Blair están en la Casa Blanca cenando.

Uno de los invitados se acerca a ellos y les pregunta de qué están discutiendo.

- Estamos haciendo planes para la tercera guerra mundial -dice Bush.

- ¡Vaya! -contesta el invitado-. ¿Y cuáles son esos planes?

- Vamos a matar a 400 millones de musulmanes y un dentista -contesta Bush.

El invitado les mira algo extrañado y exclama:

- ¿Un... dentista?, ¿por qué un dentista?

Blair golpea a Bush en el hombro y le dice:

- ¿Qué te dije? Nadie va a preguntar por los musulmanes.

En pleno monte

Un periodista llega a un paraje montañoso para hacer un reportaje sobre la vida del lugar. Aborda a uno de los aldeanos y le dice:

- Por favor, cuénteme algo anecdótico de esta región.

El aldeano comienza:

- Una vez se perdió una cabra de nuestro rebaño, y como es la costumbre, nos reunimos todos los de la aldea, bebimos todas las botellas de vino y salimos juntos a buscarla al monte. Cuando la encontramos, como es la costumbre, volvimos a beber y uno por uno hizo sexo con la cabra…

El periodista interrumpe:

- Oiga, este reportaje será público. Mire, mejor me cuenta algo alegre de la región.

- Bien, una vez se perdió en el monte la mujer de un vecino y, como es la costumbre, todos bebimos y salimos en su búsqueda. Al encontrarla, como es la costumbre, bebimos y cada uno hizo sexo con ella.

El periodista no soportó más y con el fin de evadir ese tema, le dijo al aldeano:

- Mire, mejor cuénteme algo triste.

El aldeano, limpiándose una lágrima que comenzaba a salir de sus ojos, continuó:

- Una vez yo me perdí en el monte...

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Vivat Academia, revista del "Grupo de Reflexión de la Universidad de Alcalá" (GRUA).
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Última modificación: 07-07-2004