La horterada madrileñaSigfrido del Alce Uno de los inconvenientes, de los muchos que los madrileños han debido soportar por causa del anacronismo de una "boda real", ha sido la iluminación, harto hortera, con que las autoridades obsequiaron a los ciudadanos. En otros tiempos, con motivo de tan faustos acontecimientos, se daba de comer al pueblo y se hacían esfuerzos porque se sintiera feliz. Los tiempos cambian, ahora se debe tirar la casa por la ventana, sólo para impresionar al mundo. He aquí una muestra remitida por uno de nuestros lectores.
Volver la principio del artículo Volver al principioComunicado de prensa de la Asociación de Víctimas de Talidomida de España (AVITE)José Riquelme López. Presidente de AVITE. Pharmion anuncia que retira el uso de talidomida en la Unión Europea, para el tratamiento del myeloma múltiple AVITE, Murcia, 24 de mayo de 2004. La EMEA, organismo dependiente de la Unión Europea, acaba de anunciar hoy que Pharmion ha realizado un comunicado de prensa en el que retira el uso de Talidomida para Myeloma Múltiple en Europa, aunque no para la lepra. Pharmion igualmente ha anunciado que continuará utilizándola en uso compasivo, para no dejar a los enfermos que la toman desasistidos e igualmente investigando con ella. ¿Con esta medida se acabará el mercado negro o se potenciará quizás aún más? El tiempo lo dirá. Sin duda las presiones de las diferentes asociaciones de víctimas de talidomida han tenido algo que ver. Para más información, visite: http://investor.pharmion.com/ Volver al principio del comunicado Volver a principioTerapia génicaOffice of Biological and Environmental Research, Human Genome Program Traducción al castellano de Ana María Pérez París Definición de terapia génica La terapia génica constituye una nueva forma de tratar, curar o, en última instancia, prevenir enfermedades, mediante la modificación de la expresión de los genes de una persona. Sin embargo, la terapia génica todavía está en mantillas y su aplicación actual es sobre todo experimental, al encontrarse la mayor parte de los ensayos clínicos con seres humanos en fase de investigación. La terapia génica se puede aplicar a las células somáticas (del cuerpo) o a las células germinales (de los óvulos y espermatozoides). En la terapia génica somática, se modifica el genoma del paciente; si bien dicha modificación no se transmite a la siguiente generación. Por el contrario, en la terapia génica germinal, se modifican las células de los óvulos y espermatozoides de los progenitores, con la finalidad de transmitir tales modificaciones a su descendencia. Ahora bien, este último tipo de terapia no se está investigando en serio, al menos no con animales de gran tamaño ni con seres humanos; aunque se está discutiendo mucho acerca de su utilidad y conveniencia. Muchas personas suponen equivocadamente que la terapia génica germinal ya se está aplicando con regularidad. Es verdad que las noticias en torno a la posibilidad de que los padres seleccionen un óvulo analizado genéticamente para que sea implantado o elijan el sexo de su futuro hijo podrían inducir a la gente a creer que la terapia génica es un hecho; pero hay que tener en cuenta que, en estos casos, lo que, en realidad, se hace es seleccionar información genética, sin alterar o cambiar ninguna célula. Obstáculos a la terapia génica La terapia génica se halla todavía en una fase incipiente y experimental, pues hay muchos factores que han impedido a los investigadores descubrir técnicas eficaces que permitan aplicar este tipo de terapia. El primer obstáculo es el instrumento utilizado para insertar los genes nuevos en el organismo, lo cual se hace mediante unos vehículos denominados "vectores" (el medio de transporte de los genes), que introducen los genes terapéuticos en las células de los pacientes. Actualmente, los vectores más comunes son los virus, que han adquirido una predisposición a encapsular e introducir sus genes en las células humanas de un modo patógeno. Por ello, los científicos han tratado de sacar partido de la biología de los virus, al manipular su genoma para eliminar los genes causantes de la enfermedad e insertar genes terapéuticos en el organismo. Ahora bien, a pesar de ser efectivos en este sentido, los virus pueden suponer otro tipo de problemas para el organismo: producción de toxicidad, respuestas inmunes e inflamatorias y problemas relacionados con el control y la transferencia efectiva de los genes; de ahí que se haya considerado la posibilidad de utilizar algunas alternativas a los virus como los complejos de ADN con lípidos y proteinas. Por otro lado, los investigadores están realizando una serie de experimentos con el objetivo de introducir en el organismo un cromosoma 47 (creado artificialmente a partir de material orgánico de origen humano), que existiría de forma autónoma junto a los 46 cromosomas que se tienen por naturaleza, sin influir en su funcionamiento u originar mutaciones. Se trataría, pues, de un vector de gran tamaño capaz de transportar cantidades considerables de código genético. Además, se prevé que, debido a su estructura y anatomía, el sistema inmunitario del cuerpo no lo atacaría y, por consiguiente, no se producirían las reacciones negativas que se han descrito en el párrafo anterior en relación con los virus. Otro de los obstáculos es nuestro conocimiento sobre las funciones de los genes. De los 100.000 genes que tenemos aproximadamente, los científicos conocen la función de unos cuantos. Por esta razón, los esfuerzos por aplicar la terapia génica, sin saber cómo funciona toda la "maquinaria" de los genes, sólo estarían destinados a manipular algunos de los genes implicados en determinadas enfermedades. Asimismo, es posible que algunos genes tengan más de una función. Por ejemplo, pensemos en la anemia drepanocítica que tiene su origen en un defecto del gen encargado de indicarle al organismo cómo debe producir la hemoglobina y que se manifiesta sobre todo entre los afroamericanos. Los hijos que heredan dos copias (una de cada progenitor) del gen causante de la anemia drepanocítica tendrán la enfermedad. En cambio, los que heredan una sola copia no la padecerán. El defecto del gen que controla la producción de hemoglobina es consecuencia de una mutación genética que se dio hace miles de años en la población de ciertas zonas de Africa, la Cuenca del Mediterráneo, Oriente Medio (a excepción de Egipto), Armenia, Azerbayán, Georgia, Chipre, Turquía e India. En aquella época, había una forma mortal de malaria que era muy común y, por eso, las epidemias de esta enfermedad causaron la muerte a un gran número de personas. Curiosamente, en ciertos estudios se demuestra que, en aquellas áreas donde la malaria constituía un problema, los niños que habían heredado el gen de la hemoglobina falciforme y que, en consecuencia, eran portadores del rasgo determinante de las células falciformes, contaban con cierta ventaja de supervivencia. Así, a diferencia de los niños que tenían los genes de la hemoglobina normal, aquellos sobrevivían a las epidemias de malaria, se hacían adultos y tenían sus propios hijos, a los que transmitían el gen determinante de la hemoglobina falciforme. Una vez que la secuencia del genoma humano esté completa, el siguiente paso en la investigación relacionada con esta cuestión será la genómica funcional, que se encargará de desvelar la función que corresponde a cada gen. Por otra parte, los trastornos determinados por varios genes constituyen un tercer obstáculo. La mayoría de las enfermedades hereditarias están determinadas por más de un gen y sólo en el caso de un reducido número de enfermedades genéticas, como sucede, por ejemplo, con la enfermedad de Huntington, el hecho de heredar un gen específico significa que hay un cien por cien de posibilidades de padecer la enfermedad. Ahora bien, es preciso tener en cuenta que la mayoría de las enfermedades son resultado de la interacción entre varios genes y el entorno; por ello, muchas personas que padecen cáncer no sólo han heredado el gen causante de la enfermedad, sino que además probablemente no han heredado determinados genes oncosupresores; por otro lado, puede que el tipo de dieta, la falta de ejercicio, el hábito de fumar y otros factores ambientales también hayan tenido cierta influencia en el desarrollo de la enfermedad. De hecho, hay estudios realizados con gemelos idénticos, en los que se ha puesto de manifiesto que los individuos que tienen la misma dotación genética no padecen las mismas enfermedades y trastornos; lo que constituye una prueba irrefutable del papel que el factor ambiental desempeña en la expresión de los genes. Finalmente, los elevados costes que supone el desarrollo de esta tecnología, así como la normativa en torno a la experimentación con seres humanos, representan otro impedimento para que los investigadores lleven a cabo sus proyectos en este campo. Los problemas éticos de la terapia génica: Algunas cuestiones que nos deberíamos plantear
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