Informe de AVITE
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Talidomida comprada en el mercado negro, por las propias victimas de Talidomida, para demostrar que el Control de Riesgos impuesto por la Unión Europea, no funciona. |
4.- Conclusiones.-
Acompañamos una presentación en PowerPoint con fotografías de algunas de las victimas españolas de Talidomida.
Consideramos y sugerimos que estos encuentros deberían celebrarse anualmente, en diferentes países, puesto que consideramos que es muy positivo poder intercambiar información e inquietudes, validas para todas las victimas de Talidomida del mundo.
The Thalidomide in Spain By AVITE |
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NUMBER SANITARY REGISTRATION |
NAME OF THE MEDICATION |
LABORATORY DISTRIBUTOR IN SPAIN |
IT DATES INITIAL OF SALE |
IT DATES OF RETIRED IN SPAIN |
32.936 |
IMIDAN, Tablets |
Lab. UCB PEVUA, S.A. (Today U.C.B. PHARMA) |
1957/1958 ¿? |
21 JANUARY 1963 |
34.593 |
VARIAL, Tablets |
Lab. UCB PEVUA, S.A. (Today U.C.B. PHARMA) |
1957/1958 ¿? |
21 JANUARY 1963 |
32.258 |
GLUTO NAFTIL, Tablets |
FARMACOBIOLÓGICOS N.E.S.S.A. |
1957/1958 ¿? |
21 JANUARY 1963 |
34.047 |
SOFTENON, Tablets |
MEDINSA(Today Andrómaco), as representative of Chemie Grünenthal |
1957/1958 ¿? |
21 JANUARY 1963 |
34.048 |
NOCTOSEDIV, Tablets |
MEDINSA (Today Andrómaco), as representative of Chemie Grünenthal. |
1957/1958 ¿? |
21 JANUARY 1963 |
34.875 |
ENTERO-SEDIV, Tablets |
MEDINSA(Today Andrómaco), as representative of Chemie Grünenthal. |
1957/1958 ¿? |
22 JANUARY 1963 |
37.665 |
ENTERO-SEDIV-SUPENSION (Syrup) |
MEDINSA (Today Andrómaco), as representative of Chemie Grünenthal. |
1957/1958 ¿? |
20 OCTOBER 1962 |
Alcantarilla, (Murcia), 2 de agosto de 2004.
Fdo.: José Riquelme López.
Webs Asociación Victimas Talidomida España: www.linneo.net/avite
www.asociaciontalidomida.galeon.com
Email: asociaciontalidomidaespana@alcantarilla.es
Email: jriquelope@hotmail.com
Foro Talidomida en España: http://www.foros.hispavista.com/talidomida
Tel.: 639 169393
C/ Comadrona Carmen Cascáles Carmita, 1-2º-H
C.P.: 30820 ALCANTARILLA (Murcia) ESPAÑA/SPAIN
Nº Insc. Rtro. Ministerio Interior: 171.733 Secc. 1ª
Nº Insc. Rtro. Com. Auton. Murcia: 7.536 Secc. 1ª
CIF ASOCIACIÓN: G73303026
Federación Mundial Asociaciones Víctimas Talidomida:
www.thalidomideworldwide.com
Periódico/magazín sobre Talidomida: www.thalidomideuk.com
Chat Talidomida: http://groups.msn.com/ThalidomideInternational
http://groups.yahoo.com/group/thalidomideint/
Freddie Astbury, Presidente de Thalidomide UK, Asociación inglesa de victimas de talidomida, que engloba a 450 víctimas británicas de la feroz droga que arrasó el planeta y el Reino Unido en los años 50 y 60, visitará España y concretamente Benidorm y Murcia, del 18 al 25 de septiembre de 2004.
El motivo central de su visita es entrevistarse con el presidente de esta Asociación española AVITE, José Riquelme, para comprobar, in situ y de primera mano, cómo marchan las negociaciones entre AVITE y las autoridades sanitarias del Gobierno Español, después de que este último, haya escuchado las reivindicaciones de las victimas españolas de talidomida.
Freddie Astbury, residente en Liverpool, que nació sin brazos y sin piernas, con tan sólo el tronco del cuerpo y cabeza, a causa de la talidomida, permanecerá durante una semana en España, manteniendo diversos contactos y reuniones de trabajo.
Coincidiendo con el encuentro de todas las Asociaciones del Mundo de Victimas de Talidomida, organizado por la Fundación de Victimas Japonesa Ishizue, para conmemorar el 30 aniversario de la creación de dicha fundación, la Asociación de Víctimas de Talidomida de España AVITE, el próximo día 11 de octubre DE 2004, en Tokio, va a denunciar y a exponer al mundo:
1. La situación denigrante que arrastran las victimas españolas de Talidomida, que durante mas de 40 años hemos sido ignorados y humillados por todos los gobiernos anteriores.
2. También se expondrá y podrán visualizar los asistentes y los representantes de los diversos medios de comunicación que acudirán a la reunión de Tokio, en una Presentación en PowerPoint, todas las pruebas de que dispone esta Asociación española, para demostrar y desmontar la idea de que en España no se había vendido Talidomida y de que no había victimas: AVITE tiene las pruebas de todo: frasquitos, Vademécum, victimas por doquier, etc... Informaremos también que el nuevo Gobierno Español, recientemente elegido, se está reuniendo con nosotros y nos ha prometido que en próximas reuniones, atenderá todas nuestras peticiones y reivindicaciones.
3. También denunciaremos la existencia de diversos mercados negros de Talidomida en Internet en los Club de Compradores o Clubs de Buyer, o farmacias virtuales, sin que nadie actúe ni controle su venta, y demostraremos que los controles de riesgos impuestos por la EMEA (Agencia de Evaluación de los Medicamentos) y la U.E., no funcionan, y para demostrarlo, nosotros mismos la hemos comprado en Internet.
4. Denunciaremos quién está detrás del mercado negro de Talidomida.
5. Pronto anunciarán, como ya hizo hace unos años EE.UU, la panacea de que cura el Acné. El riesgo y el peligro es muy grande, sobre todo para la gente joven que la adquiera en Internet, a bajo precio.
6. Denunciaremos los precios escandalosos de la Talidomida actuales, con los que mucha gente se quiere enriquecer a costa de ella y de las victimas de antaño.
El Presidente de la Asociación de Víctimas de Talidomida de España AVITE y otras Inhabilidades.
El 29 de julio de 2004, representantes de AVITE se reunieron con el Gobierno español, en una segunda reunión de trabajo, en la persona de Fernando Lamata Cotanda (Secretario General de Sanidad), en el Ministerio de Sanidad en Madrid.
La valoración de esta segunda reunión es positiva al 100 %.
El representante del Gobierno español, escuchó todas y cada una de las peticiones y reivindicaciones médicas y sociales de los representantes de AVITE, y las calificó de justas y accedió a estudiar todas y cada una de ellas con su equipo de colaboradores más directos.
Esta reunión se celebró por encargo expreso de la Sra. Ministra de Sanidad, la cual quiere que se le dé prioridad a las peticiones de las víctimas españolas de talidomida.
Fernando Lamata, se ha marcado el plazo de un semestre para estudiar todas y cada una de las peticiones de AVITE en reuniones conjuntas de trabajo, y que son las siguientes:
- Comisión Médica para la evaluación de las posibles víctimas, que dictaminará con las pruebas oportunas, quién fue y quien no, afectado por talidomida en España.
- Comisión Médica que estudiará y hará revisiones periódicas anuales a las víctimas españolas, para estudiar las posibles degeneraciones físicas, que la talidomida puede producir día a día en los cuerpos de los afectados de antaño.
- Equipo psicológico para el tratamiento de las víctimas y sus familiares directos.
- Campaña institucional para intentar que salgan a la luz, y de sus casas, las víctimas de la talidomida en España, y que dejen de una vez su vergüenza social; en colaboración y con ayuda de las Comunidades Autónomas, a las que se les pedirán datos de sus ficheros y bases de datos, para también conseguir información de posibles afectados de antaño, y con ello crear un censo definitivo.
- Elaboración de una Ley en el Parlamento, para abrir nuevos plazos para posibles indemnizaciones, con fondos aportados por las empresas farmacéuticas.
Después de más de 40 años, los gobiernos anteriores no quisieran nunca recibirnos, ni contestar a nuestras cartas y reivindicaciones, e intentaron sepultarnos en vida.
El Gobierno actual, en un gesto que le honra, nos ha escuchado, y nos ha quitado la tierra que otros echaron en nuestra sepultura en vida, y van a tratar de ayudarnos.
El Presidente de AVITE,
Fdo.: José Riquelme López
Cómo combatir el miedo a viajar en avión a través de la realidad virtual.
TIME:Joëlle Attinger
Traducción al castellano de Ana María Pérez París.
De pronto, oigo a alguien que pregunta: "¿Has podido arreglarlo?"; entonces, automáticamente giro la cabeza hacia la derecha y me fijo en un hombre con un gorro de piel y un anorak rojo de esquí, que se detiene antes de responder. En ese momento pienso: Ya está, el avión tiene algún problema mecánico. Sin poderlo evitar, los pensamientos me invaden la mente, que empieza a dar vueltas sin control, pues reconozco que odio los aviones 737; ya se sabe que tienen malos timones. Al menos, me tranquiliza pensar que tal vez haya otro vuelo de regreso a casa o, todavía mejor, que podría coger el tren
Al final, el tipo del gorro de piel responde, mientras señala su maleta: "Sí, sólo es el timón". Típico. En cuestión de un nanosegundo la mente se me ha disparado desde la sala de espera del Aeropuerto Logan hacia una espiral de muerte sobre el Atlántico. Según el Dr. Curtis Hsia del Center for Anxiety and Related Disorders (Centro para los Trastornos de Ansiedad y otros asociados a ella) de la Universidad de Boston, a este tipo de reacción, se le conoce con el nombre de "pensamiento automático". De todas maneras, fue todavía peor unas horas antes, cuando el Dr. Hsia me había reservado una plaza para participar en el programa terapéutico de "Exposure Airlines" (Aerolíneas de Desensibilización), como parte de un tipo de tratamiento que estoy recibiendo, especialmente pensado para casos remitentes de aviofobia o miedo a viajar en avión. Es lo último en terapia aplicada a trastornos fóbicos: Un avión virtual equipado con hardware, software y sofisticados monitores en la parte delantera, que parece real.
Justo antes del despegue de mi avión virtual, mi primer pensamiento es: No soporto los asientos junto a la ventanilla, pues uno puede ver desde qué altura caería, si... ¡Madre mía!, preferiría no tener que sentarme ahí. En ese momento, siento la necesidad de hablar con la tripulación para tranquilizarme, pero no hay nadie; así que estoy apretujada en una fila de cuatro asientos y completamente sola.
Decido echar una rápida ojeada por la ventana para comprobar el tiempo y veo que sólo hay unos cuantos estratos en el cielo; está bien. El ruido de los motores a reacción me abruma, al tiempo que mi avión virtual avanza por la pista. Tengo las piernas entumecidas y arqueo la espalda en previsión del momento del despegue; pero, en esta simulación, no hay fuerza de gravedad, lo que me da un pequeño respiro. Finalmente, tomamos una trayectoria horizontal y compruebo que el cielo sigue estando bien. Empiezo a tranquilizarme. Miro a mi alrededor y pienso que la situación no está mal.
De repente, oigo un ruido tremendo que me hace dar un respingo; así que decido echar otra ojeada por la ventana. Las cosas no están bien, pues, por desgracia, nos encontramos en medio de una tormenta. Los asientos de delante se están moviendo y siento que los truenos me retumban hasta en los huesos. Aunque sé que esto no es real, me parece imposible controlar el miedo. En medio del estruendo, oigo al Dr. Hsia preguntarme que qué tal me encuentro según una escala de ansiedad del 1 al 10, es decir, desde el nivel de relajación hasta el de pánico. Inmediatamente presiono la tecla que corresponde al nivel 9. Sigue tronando y empiezo a sentir que odio todo esto.
Suplicando consuelo, le pregunto al Dr. Hsia que por qué el piloto no dice nada: Supongo que estará haciendo esfuerzos por mantenerse a cierta altura o, a lo mejor, está borracho. Después, el Dr. Hsia me pregunta acerca del copiloto, que, en mi opinión, también debe de estar bebido, pues de lo contrario alguien me diría algo para tranquilizarme. A la pregunta de cuál es la probabilidad de que los dos pilotos consigan librarse de esta situación, respondo de mala gana que ninguna. Está bien; me imagino que han recibido malas noticias sobre las condiciones meteorológicas. Por eso, me pongo a mirar por la cabina, en busca de algún indicio de presión sobre las junturas del fuselaje, pero no sé qué espero encontrar: Tal vez, un panel suelto, agua que gotea o un tornillo roto. Mientras tanto, sigo sin oír una palabra de la tripulación. Tengo que reconocer que me están fastidiando, pues creo que deberían decirme algo. Mi cabeza está a punto de estallar. No dejo de toquetear mi collar. Me duelen las piernas.
Se acabó. El cielo vuelve a estar despejado. Recupero el aliento y, cuando ya estoy dejándome caer en el asiento... ¡Toma ya!, nos encontramos en medio de otra tormenta; qué mala suerte. El nivel de pánico vuelve a ser de 9. Sigo sin oír una sola palabra del piloto, ¡maldito sea! Me pregunto si este avión tiene pararrayos. La cabeza me estalla. En ese momento, el Dr. Hsia me pregunta que qué pasaría, si un rayo alcanzara al avión: La verdad es que no lo sé, pero supongo que el avión estallaría en pedazos. A la pregunta de si algo similar ha pasado anteriormente, respondo que no, que yo sepa. Al final, el Dr. Hsia me dice con calma que, si los pilotos pueden volar en estas condiciones meteorológicas, es porque el avión puede soportarlas. Tal vez, el avión pueda, pero yo no.
Otro momento de calma. Creo que todo ha terminado. Mentira; se nos echa encima una tercera tormenta y sigo sin saber nada del piloto. Por lo menos, las junturas están aguantando. Me inclino hacia la ventana lo más lejos posible. No veo nada, excepto la oscuridad perturbada por los rayos, y oigo ese espantoso estruendo de los truenos. Estoy desgastando mi collar. Sólo sé que quiero largarme de aquí. Cierro los ojos, pues pienso que, tal vez, eso me ayude a llevarlo mejor; pero se me vuelven a abrir. ¡Necesito saber qué está pasando! Tengo que superar esta situación. Es evidente que el piloto está en el avión y que éste no está estallando en pedazos.
Vuelvo a mirar por la ventana: Compruebo que el cielo está azul y que los edificios se alzan frente a nosotros para recibirnos. Esto significa que estamos descendiendo; así que me dejo caer en el asiento. Se terminó. Bueno, no del todo, pues, diez minutos más tarde, estoy de vuelta en el aire. Poco después, nos encontramos en medio de otra tormenta que dura el resto del vuelo. Repaso mis suposiciones pesimistas y, esta vez, trato de darles respuesta por mi misma: Por ejemplo, con respecto al piloto, está claro que no sabe comunicarse en absoluto; por otro lado, el avión se mantiene en su posición, pues está hecho para ello. Miro por la ventana: Las nubes y su movimiento rítmico me recuerdan a Van Gogh. Mantengo las manos en el regazo y jugueteo con mis anillos. El avión descenderá dentro de poco y mi nivel de ansiedad oscila entre el 3 y el 4: Creo que puedo superar el miedo a viajar en avión.
De vuelta al Aeropuerto Logan, los pasajeros suben a bordo del vuelo continental nº 367 con destino a Newark. Mientras avanzo por el pasillo del avión en dirección al asiento 8E, junto a la ventanilla, oigo a un pasajero que dice: "¿Le he comentado lo malo que ha sido el vuelo para llegar hasta aquí?" No le hago ni caso, pues no tengo por qué escuchar ese tipo de comentarios; así que me acomodo en el asiento y miro por la ventanilla: El cielo es bonito y está despejado; además, apenas hace viento. El motor derecho está justo debajo de mí y sé que podría mantener el avión en su posición, si el otro motor fallara. De pronto, el motor se pone en marcha y se me encoge el estómago, pues se trata de una experiencia real. ¿Qué puede pasar? No parece probable que se dé alguna de las peores situaciones posibles y, si realmente tuviéramos problemas, hay montones de aeropuertos ahí abajo, que están preparados para hacer frente a un aterrizaje de emergencia. Todo irá bien. Tras un despegue perfecto, el avión se dirige hacia el sur sobrevolando el Puerto de Boston y, después, se ladea ligeramente hacia la derecha en dirección a donde vivo. Hemos alcanzado una altura de 5.000 m. aproximadamente. Oigo el ruido de interferencias procedente del intercomunicador: El piloto dice que será un vuelo tranquilo; así que la señal del cinturón de seguridad se apaga. Reconozco que me encanta su voz. Después, empujo el asiento hacia atrás y me quedo mirando por la ventana.
Finalmente, debo decir que, en mi caso, no ha habido ningún remedio milagroso, pero sí que me siento un poco más tranquila y veo que tengo un mayor control de la situación. De todas maneras, creo que voy a ver cómo hago frente a este problema en futuras ocasiones.
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