El loro de Ricardo...Fuenteovejuna Ricardo recibió un loro para su cumpleaños. Ya era un loro adulto, muy parlotero y ¡¡¡con un vocabulario terrible!!! Cada vez que abría el pico era para decir palabrotas y siempre de muy mal genio. Ricardo trató desde el primer día de corregir la actitud del loro, diciéndole palabras afectuosas y con mucha educación. Le ponía música suave y siempre lo trataba con mucho cariño, pero el loro seguía siendo un mal hablado y un malhumorado; por todo se enojaba. Llegó un día en que Ricardo perdió la paciencia y le gritó al loro. Éste se puso todavía más grosero que lo habitual, hasta que por la desesperación, Ricardo lo agarró del pescuezo y lo metió en el frigorífico. Durante un par de minutos siguió escuchando los gritos del loro, las palabrotas y el revuelo que causaba en la nevera, hasta que, de pronto, todo se quedó en el más absoluto silencio... Luego de un rato, Ricardo, temeroso de haber matado al loro, abrió la puerta del frigorífico. El loro salió y con mucha suavidad y calma, se subió en el hombro de Ricardo y le dijo: - Siento muchísimo haberte ofendido con mis insultos y mi mal carácter. Te pido que me disculpes y te prometo que nunca más volveré a tener ese mal comportamiento de antes. Ricardo estaba muy sorprendido del tremendo cambio en la actitud del loro y estaba a punto de preguntarle qué fue lo que le había hecho cambiar de esa forma, cuando el loro continuó: - ¿Te puedo hacer una preguntita? ¿Qué fue lo que te hizo el pollo? Volver al principio |
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