Chistes malos
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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia

  Histórico Año VII

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Mayo 2005. Nº 65

Seis chistes malos, seis

Sigfrido del Alce

Piense antes en las consecuencias de lo que dice

En Asturias hay una empresa dedicada a fabricar azulejos que se llama Venus. Su dueño, de nombre Marciano, tuvo hace un par de meses problemas con la tierra arcillosa que se usa para fabricar los azulejos. Para solucionar el problema, el dueño llamó a la suministradora de la tierra arcillosa y le dijo lo siguiente a la secretaria:

- Hola, soy Marciano, de Venus. Tengo problemas con la Tierra.

Marciano todavía no se explica por qué le colgaron el teléfono tan violentamente.

Coincidencia

Estaba San Pedro en la puerta del cielo, cuando siente imperiosa necesidad de ir al baño... entonces le pide a Jesús que lo reemplace unos minutos.

Jesús se sienta en el escritorio a recibir a los que intentaban entrar. En eso aparece

Un viejito y Jesús le pregunta:

- Abuelo, ¿a qué se dedicaba en la Tierra?

- ¡Ah...! -dice el abuelo- yo era carpintero, tenía una larga barba, muchas canas, era pobre y supe tener un hijo fruto de un milagro y que fue muy, pero que muy famoso y muy querido por todos los hombres, especialmente por los niños...

Jesús emocionado lo mira sollozando y le dice:

- ¡¡¡PAPÁ!!!

Y el abuelito lo mira sorprendido y, también emocionado, le contesta:

- ¡¡¡PINOCHO!!!

Viajes de la tercera edad

En un autobús repleto de viejecitos, en una gira especial a Lourdes para gente de tercera edad, una viejecita le toca el hombro al chofer y le brinda un buen puñado de cacahuetes sin cáscara.

El chofer sorprendido le da las gracias y se los come con agrado.

Cinco minutos después, la abuelita repite, el chofer vuelve a agradecerle el gesto y se come los cacahuetes.

Cinco minutos mas tarde, la anciana viene con otro puñado.

El chofer ya no puede comer más y le pregunta:

- Dígame abuelita, es muy gentil de su parte atiborrarme de cacahuetes, pero ¿usted no cree que, a lo mejor, sus cuarenta amigos y amigas querrían también unos pocos?

- ¡ No se preocupe joven!, no tenemos dientes para masticarlos y sólo chupamos el chocolate que los recubre!

 Cosas que pasan

- Edgar, ¡te olvidaste otra vez!

- ¿De qué, Alejandra?

- ¡Hoy cumplimos 5 años de casados!

- Pe... pe... pero, ¿cómo me voy a olvidar de eso?

- Quiero que me lleves a cenar, a ver un buen espectáculo y a bailar.

- ¡Justamente eso era lo que tenía planeado!

- Bueno, quiero que me lleves al Gold Finger

- ¿Quéeee? ¿Estás loca? ¡Eso es un antro!

- ¡Edgar! ¡Quiero que me lleves ahí porque quiero conocerlo!

Y fueron... Apenas llegaron, el aparcoches dijo:

- Buenas, ¿cómo le va caballero? ¡Qué bueno verlo otra vez!

La mujer saltó sorprendida:

- ¿Qué dice éste? Dijo que qué bueno verte otra vez. ¿Has venido ya por aquí tú solo?

- ¿Yo? ¿Pero estás loca? ¿A este antro? Les dicen a todos lo mismo. Estos lugares son así.

Llegaron a la portería:

- Señor Murillo... ¡Qué gusto! –dijo el portero.

- Te dijo Señor Murillo... ¡Te conoce!

- ¿Ehhh?... Y cómo no me va a conocer, si este tipo trabaja por las mañanas en el edificio de mi oficina. Es el electricista del edificio.

Ya adentro, los recibió Alex, el maitre:

- ¡Cómo está Doctor Murillo ! ¿La mejor mesa, como siempre, verdad?

- ¿Este también es electricista en tu oficina, Edgar? ¡Te voy a matar!

- No... ehh... no, este señor me conoce porque es el que me vendió el 4x4 Explorer que te compré.

- Edgar, me estás...

En ese momento apareció la vendedora de cigarrillos:

- ¡Mi Reeeeeeeeyy! ¿Te doy tu Cohiba?

La cigarrera se puso el habano entre los pechos:

- ¡Méte la manita, mi amor, y saca tu habanito!

Alejandra estaba a punto de matar a su marido cuando se apagaron las luces. Edgar y su mujer se sentaron y empezó el espectáculo. Apareció una mujer sensacional que empezó a hacer un striptease. Cuando se quedó sólo con la tanguita se acercó a la mesa de Edgar y, cariñosísima, preguntó a toda la concurrencia:

- Y ahora, ¿quién me va a quitar la tanguita?

Todos los presentes cantaron a coro:

- ¡Se ve, se siente, Edgar con los dientes! ¡Se ve, se siente, Edgar con los dientes! ...

Alejandra no aguantó más. Salió corriendo y se metió en un taxi. Edgar la siguió... Dentro del vehículo, la mujer empezó a pegarle y trató de arrojarlo fuera.

- ¡Eres el hijo de puta más grande de toda la historia!

Alejandra se sacó un zapato e, histérica, comenzó a darle con él en la cabeza y a gritarle groserías.

El taxista se dio la vuelta y comentó:

- Mire que hemos llevado putas locas, Don Edgar... ¡Pero, como ésta ninguna!

Creo que soy hermafrodita...

Un hombre llega al consultorio del médico y le dice:

- Doctor, creo que soy hermafrodita.

- Qué extraño. Por favor, desnúdese para examinarlo.

El paciente obedece, y el doctor sólo encuentra un pene y dos testículos.

- Pero señor -le dice,- usted sólo tiene órganos masculinos. ¿Dónde cree que tiene la vagina?

El hombre señala su cabeza y dice:

- Aquí, doctor, todo el día, aquí...

Preparando el camino

Queridos papá y mamá:

Hace ya tres meses que estoy en la universidad y aún no os he escrito. Siento mucho la demora, pero ahora voy a poneros al corriente de todo. Antes de continuar, por favor, sentaos. No continuéis leyendo si no os sentáis ¿vale? Bien.

Ahora ya estoy mejor de la fractura y el traumatismo craneal que tuve al saltar por la ventana de mi cuarto en llamas. Pasé sólo dos semanas en el hospital, mi visión es ya casi normal y aquéllas terribles jaquecas sólo se repiten una vez por semana.

Como el incendio fue causado por un descuido mío, tenemos que pagar 500.000 pesetas a la Facultad por los daños causados, pero eso no es nada, pues lo importante es que estoy vivo.

Felizmente la empleada de la lavandería que está enfrente lo vio todo. Fue ella quien llamó a la ambulancia y avisó a los bomberos. Fue también ella quien fue a verme al hospital y como yo no tenía donde ir ya que mi apartamento estaba reducido a cenizas, tuvo la gentileza de invitarme a vivir con ella. Es un cuarto en un sótano, pero es muy agradable.

Ella me dobla la edad, pero estamos perdidamente enamorados, y nos queremos casar. Todavía no hemos fijado la fecha de la boda, pero será antes de que su embarazo sea muy evidente.

Así pues, querido papá, yo también seré papá pronto. Sé cuánto deseáis ser abuelos y estoy seguro que acogeréis a los bebes (esperamos trillizos) con todo el amor y cariño que me distéis cuando yo era pequeño.

Lo único que está retrasando nuestra boda es una infección que cogió mi novia y que nos impide salir del hospital donde estamos ingresados. Los médicos la llaman sífilis o algo así. Yo también, por descuido, acabe infectándome, pero estoy mejor con los antibióticos que me ponen en vena diariamente.

Sé que recibiréis a mi mujer con los brazos abiertos y que pronto será una más de la familia, ella es muy amable y, aunque no tiene ni los estudios primarios, tiene mucha ambición.

Claro que no es de nuestra misma religión, pero sé que vosotros sois tolerantes y también sé que tampoco os importará el hecho de que su piel sea más oscura que la nuestra.

Estoy seguro que la querréis tanto como yo. Como ella tiene más o menos vuestra edad, estoy seguro de que os llevaréis muy bien y os divertiréis mucho juntos, pues como en el apartamento donde vivimos es muy pequeño, pienso regresar a casa con toda mi nueva familia.

Sus padres también son muy buenas personas, parece que su padre es un traficante de droga muy famoso de la aldea de África de donde ella es originaria...

Ahora que ya lo sabéis todo, es preciso que os diga que no hubo incendio ninguno, no tuve traumatismo, ni fractura en el cráneo, no fui al hospital, no tengo novia, no tengo sífilis y no hay ninguna mujer en mi vida. La verdad es que saque un cero en física, un dos en matemáticas y un uno en biología y quise enseñaros que existen cosas peores en la vida que sacar notas bajas.

Un beso de vuestro hijo.

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Vivat Academia, revista del "Grupo de Reflexión de la Universidad de Alcalá" (GRUA).
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