El Rincón Literario
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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia

  Histórico Año VII

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Junio 2005. Nº 66

La Hormiga y la Cigarra

Fábula invertida

Fuenteovejuna

Había una vez una Hormiguita y una Cigarra que eran muy amigas. Durante todo el verano y parte del otoño la Hormiguita trabajó sin parar, almacenando comida para el invierno. No aprovechó el sol, la brisa suave del fin de tarde, ni se entretuvo en charlar con los amigos tomando una cervecita después de un día de labor.

Mientras, la Cigarra sólo andaba cantando con los amigos en los bares de la ciudad, no desperdició ni un minuto en trabajar. Cantó y bailó durante todo el otoño, aprovechó el sol, disfrutó muchísimo sin preocuparse del mal tiempo que estaba por venir.

Pasadas unas semanas comenzó el frío. La Hormiguita, exhausta de tanto trabajar se resguardó en su pobre guarida, repleta hasta el techo de comida.

En esto, alguien la llamó por su nombre desde la puerta y, cuando abrió, se llevó una gran sorpresa. Vio a su amiga, la Cigarra, dentro de un despampanante Ferrari y ajena al frío gracias a un valioso abrigo de pieles.

La Cigarra dijo:

- ¡Hola amiga! Voy a pasar el invierno en París. ¿Podrías cuidar de mi casita?

La Hormiguita respondió:

- ¡Pues claro! Sin problemas. Pero ¿qué te ha ocurrido? ¿Dónde conseguiste el dinero para ir a París, comprar este Ferrari... y ese abrigo tan bonito y caro?

Y la Cigarra relató:

- ¡Imagínate! Estaba yo cantando en un bar la semana pasada y a un productor le gustó mi voz. Firmé un contrato para unos conciertos en París y me adelantó la mitad del dinero estipulado en él. A propósito, ¿necesitas algo de allá?

- Sí -dijo la Hormiguita-. Si encontraras a La Fontaine (autor de la fábula original), ¡¡¡mándalo de mi parte a tomar por...!!!

Moraleja: Aprovecha la vida, aprende a dosificar trabajo y diversión, pues trabajar demasiado sólo trae beneficios en las fábulas de La Fontaine. Este mundo no está hecho para los que se ganan la vida con el sudor de su frente, más bien es de los oportunistas. No en vano el trabajo era una maldición Bíblica, hasta que a alguien –imaginamos que algún patrón avispado- se le ocurrió la idea de considerarlo uno de los derechos fundamentales.

Trabaja, pero disfruta de la vida, ¡es única! Si no encuentras tu media naranja, no te desanimes, busca medio limón, ponle azúcar, ron, hielo y ¡sé feliz! Recuerda, vivir sólo para trabajar le hace mucho bien al patrimonio... del Patrón.

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Vivat Academia, revista del "Grupo de Reflexión de la Universidad de Alcalá" (GRUA).
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Última modificación: 24-06-2005