Chistes malos
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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia

  Histórico Año VII

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Julio - Agosto 2005. Nº 67

Seis chistes malos, seis

Fuenteovejuna

Incentivación por objetivos

Había una vez, en un pueblo, dos hombres que se llamaban Joaquín González; uno era sacerdote, el otro era taxista. Quiere el destino que los dos mueran el mismo día.

Llegan al cielo, donde les espera San Pedro.

- ¿Tu nombre? -pregunta San Pedro al primero.

- Joaquín González.

- ¿El sacerdote?

- No, no; el taxista.

San Pedro consulta su planilla y dice:

- Bueno, te has ganado el Paraíso. Te corresponden estas túnicas de seda con hilos de oro y esta vara de oro con incrustaciones de rubíes. Puedes pasar.

- Gracias, gracias... -dice el taxista.

Pasan dos personas más y le toca el turno al otro Joaquín, quien había presenciado la entrada de su paisano.

- ¿Tu nombre?

- Joaquín González.

- ¿El sacerdote?

- Sí.

- Muy bien, hijo mío. Te has ganado el Paraíso. Te corresponde esta túnica de poliéster y esta vara de plástico.

El sacerdote dice:

- Perdón, no es por presumir, pero... debe haber un error. ¡Yo soy Joaquín González, el sacerdote, no el taxista! Seguro que hay una confusión con los nombres.

- Sí, hijo mío, te has ganado el Paraíso, te corresponde la túnica de....

- ¡No, no puede ser! Yo conozco al otro señor, era un taxista, vivía en mi pueblo, ¡era un desastre como taxista! Se subía a las aceras, tenía accidentes todos los días. Una vez se estrelló contra una casa, conducía muy mal, tiraba los postes de alumbrado, se llevaba todo por delante. Y yo me pasé cincuenta años de mi vida predicando todos los domingos en la parroquia. ¿Cómo puede ser que a él le toque una túnica con hilos de oro y vara de platino y a mí esto? ¡Debe haber un error!

- No, no es ningún error -dice San Pedro-. Lo que pasa es que aquí en el cielo ha llegado la globalización con sus nuevos enfoques administrativos. Nosotros ya no hacemos las evaluaciones como antes.

- ¿Cómo? No entiendo...

- Claro, ahora nos manejamos por objetivos y resultados. Mira, te voy a explicar tu caso y lo entenderás enseguida: durante los últimos cincuenta años, cada vez que tú predicabas, la gente se dormía; pero cada vez que el taxista conducía, la gente rezaba y se acordaba de Dios. Entonces, ¿quién vendía más nuestros servicios? Nos interesan los resultados, hijo mío. ¡Re - sul - ta - dos!

Del norte

Va uno de Bilbao por la autopista adelantando a todo el mundo con su coche recién comprado, cuando de repente nota algo raro. Se echa a un lado, se baja y se da cuenta que una rueda se ha pinchado.

- ¡Aiba la ostia! ¿Dónde cojones estará en este coche el puto gato y la puta rueda de repuesto?

Mientras mascullaba cagándose en "too", se para uno de San Sebastián, al que había adelantado anteriormente de mala manera, y le dice:

- Joder la ostia, de Bilbao tenias que ser. ¿No sabes que estos coches modernos no tienen ni gato ni rueda de repuesto?

- ¡Aiba la ostia! -responde el otro- ¿Y cómo coño se arregla esto pues?

- Sólo tienes que soplar fuerte por el tubo de escape y se vuelve a inflar la rueda.

- La ostia Patxi, de cojones. Gracias, ¡eh!

El guiputxi se monta en su coche y se aleja muriéndose de risa.

- Estos de Bilbao son unos soplagaitas –piensa.

Mientras, el de Bilbao estaba sopla que te sopla por el tubo de escape de su flamante coche.

- ¡Aiba la ostia! que no se infla . A ver si lo estoy haciendo mal. ¡¡¡Cagoen....!!!

Pero seguía y seguía. Lo único que se inflaba era la vena del cuello, a punto de estallar. Ya estaba casi extenuado cuando se para otro de Donosti:

- Oye Patxi, ¿qué haces pues?

- Mira tú, que he pinchado y ha parado un guiputxi y me ha dicho que, en estos coches de ahora, soplando por el tubo de escape se infla la rueda.

El otro comienza a reir y le dice:

- ¡Aiba la ostia!, pero mira que eres gilipollas, ¿eh? !!!Tienes las ventanillas bajadas y se te escapa por ahí el aire, ¡cagoen...!!!

El número 7

Si eres de los que al 7 le ponen una rayita horizontal, debes saber el porqué. Incluso hoy en día, hay muchas personas que el número 7 lo escriben con una barra horizontal suplementaria en la mitad de la cifra, sin saber por qué.

La mayor parte de las tipografías han hecho desaparecer, en la actualidad la rayita, como puedes constatar pulsando la tecla correspondiente en tu teclado. Pero... ¿sabes porqué ha sobrevivido esta barra hasta hoy?

Hay que remontarse muchos siglos atrás, a los tiempos bíblicos...

Estando Moisés en el Monte Sinaí, le fueron dictados los 10 Mandamientos y, cuando descendió, en voz alta los fue enumerando a la multitud uno a uno.

Moisés comenzó diciendo: "Amarás a Dios sobre todas las cosas", y así sucesivamente. Cuando llegó al 7, Moisés anunció: "No desearás a la mujer de tu prójimo". Entonces todas las voces se alzaron gritando:

!!! NO JODAS!!!. ¡TACHA EL SIETE... TACHA EL SIETE!

Cuidado con las interpretaciones

Un hombre y una mujer que no se conocían, coincidieron en el mismo compartimento de coche cama de un tren.

Después de lo embarazoso de la situación inicial, ambos se acostaron, el hombre en la litera superior y ella en la inferior.

A medianoche, el hombre se inclina sobre la litera inferior, despierta a la mujer y le dice:

- Siento molestarla, pero tengo un frío tremendo. ¿podría Ud. alcanzarme una manta?

La mujer se asoma y con un guiño de ojo le dice:

- Tengo una idea mejor, tan sólo por esta noche supongamos que estamos casados.

El hombre, encantado, dice:

- ¡De acuerdo, fenomenal!

Entonces la mujer le contesta:

- ¡Cógela tú mismo, gilipollas!

Precio del cerebro

En el hospital había un paciente gravemente enfermo. Los familiares se habían reunido en la sala de espera y por fin entró un médico y, con aire cansado y apesadumbrado, dijo mirando las caras preocupadas de la familia:

- Siento ser portador de malas noticias. La única esperanza para vuestro familiar consiste en un trasplante de cerebro. Es algo experimental y arriesgado y, económicamente, totalmente por cuenta de ustedes.

Los familiares permanecieron sentados tras escuchar las graves noticias, sin saber qué decir. Al cabo de un rato, uno preguntó:

- Pero... ¿cuánto cuesta un cerebro?

- Depende -respondió el médico-, 5.000 euros un cerebro de hombre, 200 uno de mujer.

Se produjo un largo momento de silencio, mientras los hombres de la sala intentaban no reírse y evitaban mirar a las mujeres a los ojos, aunque alguno sonreía. Al final, la curiosidad llevó a uno de ellos a preguntar:

- Doctor, ¿a qué se debe la diferencia de precios?

El médico sonrió ante la pregunta y contestó:

- Es sólo una lógica política de precios. Hemos tenido que bajarlos en el caso de los cerebros femeninos porque éstos son los únicos que están usados.

Muchos saludos a todos los hombres que sonrieron cuando llegaron a la mitad del cuento y besos a todas las mujeres que sonrieron al final.

De 0 a 100

NOTA IMPORTANTE: Primero lean y luego vean la imagen.

Tres hombres en un bar hablan de los regalos de cumpleaños que compraron para sus mujeres.

El primero dice:

- Yo le compré a mi mujer algo que la puso de 0 a 100 en 6 segundos.

Los otros dos se quedan mirando boquiabiertos. Él les explica:

- Le compré un Porsche blanco que pega bien con su pelo rubio y con sólo pisarle lo pone de 0 a 100.

El segundo dice:

- Pues yo le compré a mi mujer algo que va de 0 a 100 en 4 segundos.

Los otros dos vuelven a mirarse asombrados. Él les explica:

- Le compré un Ferrari rojo que pega bien con su pelo panocha.

El tercero dice:

- Pues yo le compré a mi mujer algo que la pone de 0 a 100 en 2 segundos, también con sólo pisarlo.

Los otros dos, incrédulos exclaman:

- ¡No puede ser, el Ferrari es lo más rápido que hay!

Él les dice dice:

- ¿No existe nada más rápido? Entonces mirad lo que le compré. No fue ningún coche, le compré esto...

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Vivat Academia, revista del "Grupo de Reflexión de la Universidad de Alcalá" (GRUA).
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Última modificación: 06-09-2005