Leyenda recogida por el Dr. José O. Colón Ruiz
Hace mucho, pero mucho tiempo, que Paleto y yo queríamos regresar a Las Piedras del
Collao.Y en una mañana calurosa de verano nos fuimos a visitarlas. La cuesta era
empinada, y subimos a Las Dos Tetas, como las había bautizado el pueblo Cayey. Pasamos
por los viejos caminitos que eran recuerdos del ayer que nunca volverán. Nos paramos
frente a lo que es un monumento natural de nuestro bello Puerto Rico. Luego subimos a la
cima, y desde allí pudimos observar a la distancia, desde la inmensa altura, El Valle, La
Lapa y el horizonte policromado de diferentes tonos de amarillos y anaranjados que se unen
al mar en una inmensidad celestial e inigualable.
Y Paleto maravillado me dice:
- ¡Mire ,Amo, La autopista!
- Buen amigo, y más arriba está el Monumento del Jíbaro.
En eso Paleto da un resbalón y le dije:
- ¡Quieto Paleto!
Por un momento mi mente empieza a divagar, como ido. Y pienso..., el átomo es
inmutable como el lirio luz del cucubano, luciérnaga que ya ha desaparecido de estos
lares, como aspa del rocío.
Y Paleto, como adivinando mi pensamiento me dice:
- Amo la vegetación está desapareciendo.
- Yo hace tiempo que no he visto un guaraguao. Y aunque se aprobó un
proyecto de ley para rescatarlos de la destrucción todavía no se ha hecho nada.
- Amo, ya se hará algo. En el programa Zúmbate, los tres alcaldes de
Aibonito, Cayey, y Salinas dijeron que se reunirían para hacer algo.
- Eso esperamos.
- Cuénteme, la Leyenda del Collao.¡Usted me lo prometió!
- Amigo mío, esta leyenda me la contó Yayín, mi primo, hijo de Franco
Colón Ruiz, dueños de Las Dos Tetas.
- ¿Dueñoos?
- Bueno, ellos se las compraron a mi prima Tonita, esposa de Don Pin. Y
quiero aclararte que yo fui a Barranquitas, para hacer un estudio de propiedad con un
Señor de Caguas, y pude comprobar que están registradas en los terrenos de Franco
Serafín Colón.
- Rompa con la leyenda, Amo.
- Cuenta la leyenda que por allá, por los años mil quinientos, siglo
dieciséis, poco más o menos, hubo un romance entre una bella doncella india y un joven
español. El amor se hizo imposible, los estatutos de la época lo prohibían. La bella
india, al ver sus sueños destruidos e inalcanzables, se suicidó. Y se dice, que en las
laderas de Las Piedras la enterraron acostada hacia arriba y que sus senos tenían la
misma forma de Las Dos Tetas, o Puntitas del Collao.
Un nubarrón opacó la bella vista del valle de Salinas y Paleto relinchando me dijo:
- ¡Vámonos, Amo que parece que va a llover!
Huyéndole a la lluvia regresamos a nuestros hogares, después de disfrutar un bello
día en el lugar que nos vio nacer.
José O. Colón Ruiz
Eran los tiempos en que los terroristas estaba explotándose con chalecos de bombas y
asesinando centenas de inocentes en los trenes, los autobuses y los lugares congestionados
de mucha gente o de turistas. Lo habían hecho en Irak, Inglaterra y hoy en Egipto, entre
otros países. Y en una tarde calurosa de verano, Paleto y yo nos fuimos al paseo del
río.
Estando yo dando una vuelta por el paseo del Río Cagüitas, tributario del Río
Cañabón, que alimentan el Lago Carraizo que provee de agua a San Juan, y otras zonas,
Paleto viene a mí, y me dice:
- Amo,"a malos tiempos buena cara". Ya no hay gasolina, y el agua
sube y la energía eléctrica está por los cielos.
- Paleto, y mi pensión se encoge.
- Oiga, ya que estamos por aquí, paseando, aproveche y cuénteme sobre uno
de los negros más famosos de nuestra historia puertorriqueña.
- ¿El maestro Rafael y Molina?
- ¡Sííí, Amoo!
- Paleto, él nace el 24 de octubre de 1790 en San Juan de Puerto Rico. Es
hijo del artesano de la Capital, Lucas Cordero y de Rita Molina, los dos maestros. De sus
padres hereda la inteligencia y recoge el conocimiento para enriquecer su cultura, que
trasmite a sus discípulos.
- Generosamente, amo porque no cobraba. Perdone , siga.
- ¡Sí! Tabaquero, pero sobre todo maestro. Su siembra fue fecunda porque,
pionero, la realizó mucho, mucho antes, de que el Gobernador Superior de la isla de
Puerto Rico, organizara la enseñanza primaria por los años 1845.
- ¡Oiga, que no fue hasta el siglo XX, que vino a desarrollarse
plenamente.
- Así es, Buen Amigo. Entre sus obras esta la fundación, en el 1810, en
San Juan, de la Escuela, gratuita para niños. Cuando muere, el 5 de julio de 1868, su
hermana Celestina, maestra como él, sigue su obra escolar y educó más de cien niñas.
Así que también se merece reconocimiento y homenajes.
- Bueno, Amo, ya terminamos el viaje.
Aquella tarde recorrimos casi todo el recién inaugurado paseo ecológico, destinado a
conservar el Centenario e histórico Río Cagüitas y todos los elementos culturales en su
camino.
Regresamos al Mirador. Yo estaba cansado. Paleto ni hablar.