Vivat Academia abre una nueva sección dedicada a la cinematografía, con la intención de alternarla con la página "El Rincón Musical". A título de inauguración, dedicamos este número a uno de los cineastas españoles más internacional, pero, quizás, menos conocido en profundidad.
Buñuel: un cineasta español prácticamente desconocidoJesús Miguel Sáez González, crítico de cine. A Alfonso Sánchez Mi último suspiro. Un gran enigma. Un reto. Un viejo sofisma filosófico sin resolver. Supongo, que cualquier premisa resulta tangible para definir, con merecidas mayúsculas, a uno de los más universales directores de la Historia del Cine, injustamente tratado en su propio país, quizá porque no hemos conseguido de manera alguna analizar, por un momento, su figura; ni tan siquiera su filmografía (Buñuel fue nuestro primer Oscar). Por eso, hoy, continúa resultándonos un extranjero, un exiliado republicano o un anarquista demasiado vulgar -desde el punto de vista ideológico y estético-, que "odiaba conceptualmente" principios tan universales, tomados desde la religión, la lucha de clases, la pobreza o la burguesía (Soy ateo gracias a Dios). Sin embargo, el propio cineasta consciente de esto, siempre supo que su mirada cinematográfica jamás sería objeto de comprensión por parte de sus paisanos; y así, plenamente, lo supo corroborar en innumerables entrevistas. Qué error tan lamentable, una marginal lectura, por nuestra parte. De esta manera y atendiendo a una perspectiva temática, nos enfrentamos ante el realizador más genuinamente español. Luis Buñuel supone -técnicamente hablando-, el final de un largo hilo conductor, que parte, en su origen, del Barroco y culmina con Valle Inclán. Es decir, una línea espiral, profundamente imaginativa, que se inicia con el género literario picaresco -cuyo máximo baluarte fue sin duda alguna Francisco Quevedo-, extendiéndose a continuación, sin parangones, con la obra pictórica de Velázquez, para proseguir con la última etapa de Goya (La etapa negra o Quinta del Sordo) y concluye, por ejemplo, con el esperpento ante un espejo cóncavo, donde se reflejan Las Luces de Bohemia. Cualquier cinta de Buñuel refleja, indudablemente, estas constantes vitales (resulta interesante, por ejemplo, que el realizador aragonés siempre habló por digresiones, como el Lazarillo y el Buscón Don Pablos, captando, no sólo la esencia de la Novela Picaresca Española, en general, sino la tradición cervantina, en particular, encarnada en Don Quijote, como acepción de la Literatura Universal. Por tanto, su filmografía recoge por inercia (incluso su etapa mexicana, donde interrelacionó lo genuinamente hispánico, las novelas de folletín, y el barroquismo lírico. Así nace El Bruto) ejemplos palpables, que resultan claves (por su vital importancia) o esenciales y nos invitan, inexorablemente, a comprender temáticamente su cine: El concepto de composición velazqueño de "Los Borrachos" queda reflejado, ciertamente, en la Sagrada Cena de Viridiana (no sólo subsiste el concepto de la perspectiva, sino que los rostros de los pobres trascienden una maleficencia esperpéntica psicológica desmitificadora; de ahí su tratamiento Baco y sus secuaces). La inquietud constante por describir a los bufones (un enano paquidérmico, en Nazarín, acaricia con un placer impío el rostro de una niña, mientras ésta siente placer). La intención obsesiva por representar Los Caprichos de Francisco de Goya, fruto de la monstruosidad (un viejo deslenguado y su sobrina, sentada ésta sobre sus rodillas, en Los Olvidados o el ajado Don Lope, metiendo mano a su sobrina Tristanita, mientras la sostiene entre sus picajosos brazos). Los argumentos buñuelianos, tanto los propios, como las adaptaciones literarias de autores ajenos (ver Cumbres Borrascosas de Emile Bronte/ Nazarín de Galdós/ Robinson Crusoe de Stevenson), se vieron impregnados de obsesiones propias de la infancia, que se transforman, a su vez, en sueños exentos de afectos y símbolos, conformando éstos un estilo único, añadiendo a la leyenda una Mitología marcadamente transgresora, que proviene, sin lugar a dudas, de una lectura muy personal sobre el Marques de Sade y una preocupación insostenible por el Azar (El sueño es lo verdaderamente anárquico de la realidad). Así, nos encontramos con sacrilegios (crucifijos transformados en puñales, como el accionado por Viridiana), cuchillas de afeitar a punto de cortar (la disección de un ojo en Perro Andaluz), inserción de insectos, crustáceos, aves, reptiles, corderos o perros (los alacranes en La Edad de Oro/ el Gosquejo debajo de un carro de Viridiana), el erotismo y el fetichismo (las piernas de Susana / la cajita de Bella de Día)como parte del deseo. A menudo se ha considerado al genio Aragonés como un Surrealista. Sin embargo, finalmente, en apariencia, parece que éste renegó del movimiento (ver el documental verista; Tierra sin Pan), pese a haber pertenecido al grupo durante los años veinte y treinta en París -cuya cabeza visible era Bretón-, y realizar conjuntamente con Dalí dos manifiestos, marcadamente provocadores para la época, como son El perro Andaluz y La Edad de Oro. Se dice que cada sueño, en ocasiones con tendencia onírica, era presentado como idea fuera de lógica y racionalidad. De estos sueños nacerán las hormigas recorriendo una mano / un hombre carga con un piano, una cabeza de animal y dos seminaristas Maristas / un hombre mamando un pecho. Sin embargo, esta acotación fue incierta; porque siempre mantuvo un anarquismo absoluto, no sólo temático, sino visual y de pensamiento; por tanto siempre decidió jugar con los extremos, tanto estéticos como argumentales: La Realidad y la Ficción siempre se yuxtaponen (idea cervantina planteada en La Vía Láctea). Aunque, por otra parte, transformó estas razones en pura sátira esperpéntica, acoplándolas a su visión formal sobre el mundo, traicionando y negando de esta manera la cultura occidental, que él mismo ya conocía previamente por sus lecturas en la residencia de Estudiantes, no sólo desde la experiencia, sino desde el conocimiento más absoluto (las relaciones sociales, la religión, la historia, la filosofía, son algunos ejemplos). Por tanto, el cine, según Buñuel, no se transcribe como Cine Político, sino que busca la quimera del hombre en su medio (ver Él, El Fantasma de la Libertad, El Ángel Exterminador, El Discreto encanto de la Burguesía). Desde un punto de vista técnico, aunque nos parezca extraño, el cine buñueliano contiene una estética personal, alejada de los conceptos básicos sobre la técnica cinematográfica. Por eso nunca le importo que un determinado encuadre estuviese bien realizado y fotografiado (se dice que volvió locos a operadores de fotografía como José Aguayo y Gabriel Figueroa), que, en montaje, la introducción de la música fuera la adecuada o que los actores hiciesen gala de sus dotes interpretativas (ver a Jorge Negrete en El Gran Calavera). Aunque, bien es verdad, el director español contó con grandes actores como Silvia Pinal, Katy Jurado, Ángela Molina, Catherine Denueve, Fernando Rey y Paco Rabal, entre otros. Personalmente Luis Buñuel fue otro gran misterio, dentro del propio misterio, como aquella cajita de Belle Jour. Amante de las tertulias y la broma, la conversación afable sin retoricismos, el Martini (el famoso cóctel Buñuelino de creación propia), la habitual tendencia en hablar por digresiones ya mencionada, donde el sueño se formulaba parte onírica (ver su autobiografía Mi último suspiro), el exhaustivo trabajo casi monacal por la preparación de un film (los rodajes no duraban más de cuatro semanas) o un especial cariño por las armas de fuego, convierten a este personaje en todo un baluarte de incertidumbres. Por otro lado, algunos testimonios, como los de Luis Alcoriza (su mano derecha como guionista y otro español más, completamente desconocido), Carlos Saura y Paco Rabal, nos revelan al director español como un ser afable, humano y cariñoso. En el terreno profesional ha sido uno de los más galardonados directores del cinematógrafo. Festivales como los de Cannes y Venecia, los premios Oscar, revistas como la famosa Cahiers Du Cinema con sus críticos al frente, alumnos que lo homenajean como Arturo Ripstein y compañeros de generación como George Stevens o Hitchcock se han rendido ante su genialidad. Una genialidad que siempre convivió entre la Ficción y la Realidad. Volver al principio del artículo Volver al principioBreve biografía de Luis BuñuelTomada de http://www.encomix.es/~espada/texto/lb.html (02/02/06) En 1917 se trasladó a la Residencia de Estudiantes de Madrid para cursar estudios de ingeniero agrónomo por imposición de su padre. En la Residencia conoció, entre otros, a Federico García Lorca y a Salvador Dalí. Se licenció en Filosofía y Letras en 1924 . Louis Aragon impartió en la Residencia una conferencia sobre el surrealismo en 1925. En este mismo año, Buñuel se trasladó a París y trabajó como asistente de Epstein. Al año siguiente ingresó en la Académie du Cinema de París. Su primer guión lo escribió, en 1927, para la celebración del primer centenario de la muerte de Goya (no se realizó por falta de presupuesto). El 2 de abril de 1929 se inició la filmación de Un perro andaluz. Dos días antes de la finalización del rodaje se incorporó al mismo Dalí para interpretar a un marista arrastrado por el suelo. A finales de ese año ambos se reúnen en Figueras para la elaboración del guión de La edad de oro, que se estrenó en Londres el 2 de enero de 1931. En 1932 Buñuel se aleja de la corriente especulativa del surrealismo, aproximándose al ala comunista del movimiento, colaborando con la Asociación de Escritores y Artistas Revolucionarios. En los meses de abril y mayo rodó el documental Las Hurdes, siendo prohibido por la censura por considerarlo denigrante para España. En 1935, fundó la productora Filmófono con Ricardo Urgoiti, y estrenaron Don Quintín el amargao y La hija de Juan Simón. Tras el inicio de la guerra civil española Buñuel es enviado a Francia por el Ministro de Asuntos Exteriores para coordinar misiones de propaganda. En ese periodo, ayuda a André Malraux a rodar Sierra de Teruel y a Joris Ivens en Tierra de España (The Spanish Earth). Al año siguiente supervisa el montaje de España leal en armas, un documental a partir de las filmaciones de corresponsales de guerra. En 1941 Buñuel ingresó en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, como productor asociado en el área documental. Al año siguiente, Nelson Rockefeller lo nombra supervisor de documentales y Buñuel solicita la ciudadanía estadounidense. En octubre de ese mismo año se publica en inglés la Vida secreta de Salvador Dalí. La información contenida en este libro referente a Buñuel provocará un escándalo lo que le obliga a dimitir de sus cargos al año siguiente. En 1945 Buñuel se trasladó a Hollywood, donde coincidió con José Rubia y otros exiliados españoles. Uno de sus proyectos es el rodaje de Los basureros de Los Angeles, en colaboración con Man Ray, además de La novia de los ojos asombrados. En 1946 se trasladó a México, para rodar Gran Casino con Jorge Negrete, que será un rotundo fracaso. En 1949 Buñuel adoptó la nacionalidad mexicana. Al año siguiente rueda Los olvidados, que tiene una fría acogida, y Susana. Del 8 de enero al 3 de febrero de 1951 rodó La hija del engaño. En abril inicia el rodaje de Una mujer sin amor. En mayo Cannes premia Los olvidados, lo cual supone el redescubrimiento de Buñuel. En agosto se inicia el rodaje de Subida al cielo. En 1952 comienzó En bruto y Robinson Crusoe (en inglés y en color). 1953 es el año de: El, Abismos de pasión y La ilusión viaja en tranvía, y1954 el de: El río y la muerte. En 1955 filmó Ensayo de un crimen, cuyo éxito le abrió las puertas de la cinematografía francesa. Así es la aurora es filmada el Córcega ese mismo año. En 1956 se rueda La muerte de este jardín, una coproducción franco-mexicana. En 1958 Nazarín recibe la Palma de Oro en Cannes, lo que está a punto de valerle el premio de la Oficina Católica de Cine, motivo por el que Buñuel declara: "Si me la hubiesen dado, me habría visto obligado a suicidarme... Gracias a Dios, todavía soy ateo". También en 1958 comienza la filmación de Los ambiciosos (la fièvre monte à El Pao). En 1961 regresó a España para dirigir Viridiana, que obtuvo la Palma de oro en Cannes y los furibundos ataques del Vaticano... oficialmente la película desapareció. En 1962 dirigió El ángel exterminador, con claras alusiones a Dalí. En 1963 rodó Diario de una camarera iniciándose la colaboración con el productor Serge Silberman y con el guionista Jean-Claude Carrière. En la película de Carlos Saura Llanto por un bandido, Buñuel interpreta el papel del verdugo, y en En este pueblo no hay ladrones, de Alberto Isaac, interpreta a un cura. En 1964 planea Cuatro misterios y rueda: Las Menades (de Cortazar), Gradiva (de Jensen), Ilegible, hijo de flauta (de Buñuel y Larrea) y Secuestro (guión suyo). Después cambia de planes y comienza Simón del desierto, inspirándose en ideas de Lorca, que obtiene el León de Plata en la Mostra de Venecia. El rodaje de Belle de jour se realizó en Francia en 1966, obteniendo un enorme éxito de público y un León de Oro en la Mostra. La vía láctea se rueda en 1969, estrenándose en París. Al año siguiente, Toledo es el escenario de Tristana. El discreto encanto de la burguesía, rodada en 1972, obtiene el Oscar a la mejor película extranjera. Su última película, Ese oscuro objeto del deseo, se terminó de rodar el mes de Junio de 1977. Luis Buñuel Portolés falleció el día 29 de julio de 1983, en Ciudad de México, a los 83 años de edad. Volver al principio de la biografía Volver al principio |
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