Carta de divorcio
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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia.

  Histórico. Año VIII

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Marzo 2006. Nº 73

Carta de divorcio

jorgeluchopachucho

De ella a él

Querido esposo:

Te escribo esta carta para manifestarte que he decidido dejarte, por el bien de los dos.

He sido una buena mujer para ti estos siete años y, sin embargo, no puedo mostrar nada bueno que me haya tocado a mí.

Estas dos últimas semanas han sido un infierno. Tu jefe llamó hoy para decirme que habías renunciado al trabajo, y eso fué lo máximo que he podido soportar.

La semana pasada, cuando llegaste a casa, no me mencionaste nada acerca de mi corte de cabello y el arreglo de mis uñas. Cociné tu comida favorita y hasta usé un nuevo negligé. Llegaste a casa, comiste en dos minutos, y te fuiste directo a dormir después de ver el fútbol en la televisión.

No me dices nunca que me amas, no me tocas... nada. Creo que, o me estás engañando con otra, o has dejado de amarme. Cualquiera sea el caso, me quiero ir..., te abandono.

Tu ex-esposa.

P.D.: No trates de buscarme. Tu hermano y yo nos mudamos a Cáceres juntos. Espero que tengas una buena vida.

De él a ella

Querida ex-esposa:

Nada me hubiera causado mayor alegría como el recibir tu carta de despedida.

Es verdad que tú y yo hemos estado casados siete años, aunque eso no significa que hayas sido una buena mujer. Todo lo contrario.

Yo admiro mucho los juegos para tratar de ahogar el aburrimiento que me causan tus constantes quejas y malas actitudes.

¡Qué lástima que no funcionó nuestro matrimonio!, porque yo te amaba.

Sí noté que te habías cortado el cabello, y lo primero que me vino a la mente fue: "¡¡¡Le queda como un hombre !!!" Pero mi madre me enseñó que, si no puedo decir algo bueno de alguien, es mejor no decir nada.

Cuando cocinaste mi comida favorita, te debes haber confundido con mi hermano, porque yo dejé de comer cerdo hace casi siete años.

Me fui a dormir cuando te pusiste ese negligé, porque la etiqueta con el precio todavía estaba pegada a la prenda. Recé pidiendo que fuera pura casualidad que mi hermano me hubiera pedido prestados 350 euros esa misma mañana; la etiqueta de tu negligé marcaba 349,99 €.

Después de todo esto, como todavía te amaba, sentí que quizás estábamos a tiempo de resolver favorablemente lo nuestro. Así, cuando me enteré que había ganado seis millones de euros en "la primitiva", renuncié a mi trabajo para tener todo el tiempo para ti y, además, compré dos billetes para Jamaica. Pero cuando llegué a casa, tú ya te habías marchado.

Todo ocurre por una buena razón, creo. Espero que tengas la vida que siempre deseaste.

Mi abogado dice que por la carta que me dejaste, no recibirás ni un céntimo de mí. Así pues, cuídate mucho.

P.D.: No sé si alguna vez te comenté esto antes, pero mi hermano Carlos, cuando nació, se llamaba Carla. Confío en que esto no sea un grave problema.

Firmado:

Tu ex-esposo, ¡¡¡rico y libre!!!

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Vivat Academia, revista del "Grupo de Reflexión de la Universidad de Alcalá" (GRUA).
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Última modificación: 16-03-2006