El Rincón Literario
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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia.

  Histórico. Año VIII

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Julio - Agosto 2006. Nº 77

Contenido de la página:

Cuentos del Realismo Mágico (José O. Colón Ruiz)
La hormiga invisible (Un demonium como un bichito de dolor)
Lagartigita ¿mía?
ANOCHE (José O. Colón Ruiz)

Cuentos del Realismo Mágico

La hormiga invisible
(Un demonium como un bichito de dolor)

José O. Colón Ruiz

Esta hormiguita habita en mi casa. Y, la verdad, es que no sé cómo ni cuándo llegó, y me hace la vida imposible. Es como el demonium del subconsciente de la obra de Don Fredo Arias de la Canal.

He luchado por echarla de mi hogar, pero no he podido. He usado todas las armas de nuestros tiempos para eliminarla, Raid, Combat y hasta trampas de azúcar en las cuales pongo veneno...

Dejo mi tacita de café en algún lugar de la casa y, cuando regreso, las puedo ver por el contraste con el blanco de la taza. Luego las combato con Raid y las extermino.

Sin embargo, durante todo en día las veo pasar en grupos de no más de dos; eso porque se descuidan. No sé dónde habitan, de dónde proceden, ni cómo se mueven para que no las pueda ver. Tal vez vuelan o son producto de mi imaginación.

Si son un producto de mi imaginación, entonces, estoy loco de remate. Pero no, no lo crea, pues todos tenemos los fantasmas del subconsciente, unos más que otros. Cuando salen como las hormiguitas se nos convierten en "estrés" o nos hacen poetas.

Ayer, descubrí que había un hormiguero el la palma de mi patio y la arranqué de raíz, pero nada, siguen saliendo, siguen saliendo.

Búscate, hay un bichito en el fondo de tu alma. ¡Mira una hormiguita sube por tus zapatos! ¡Unjú!

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Lagartigita ¿mía?

José O. Colón Ruiz

La historia que les voy contar no me la van a creer, ya que trata del misterio de la comunicación con los animales.

Tengo una lagartigita que viene a mi persiana para hablar conmigo. Este animalito me recuerda mis amiguitas de la niñez. Especialmente a Lili, que no faltaba en mi cuarto, así, de vez en cuando.

No sé exactamente cuándo empezamos a comunicarnos, lo que sí sé es que ella me entiende y yo a ella. Le hablo y, como Lily, se queda quietecita. Le llamo putita y guarda silencio. ¡Claro si los lagartijos no hablan!

Lo que sí sé es que, después de estar un ratito hablándole, empieza a mover el rabito y a sacar la lengua. Y no le importan los lagartijos que pasan por su lado.

¿Recuerdan a la rolita que me entendía y que un día no regresó? Ella también se hizo mi favorita, porque venía a mi patio a jugar conmigo. Me picoteaba mis pies y hasta se dejaba tocar. De vez en cuando, la entraba a mi casa para jugar conmigo, hasta que un buen día se fue volando, y jamás regresó. Creo que, por estar amaestrada, un niño malo la pudo coger y la mató o la metió en una jaula.

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ANOCHE

Anoche soñé contigo,
lira triste de mi eternidad.

En un campo de mieses
bailábamos un vals.

Baile de amor en do, re, mi, fa, sol.

Luna y tiempo hecho realidad.

Segundo poema del libro Cantos a Olga, dedicado por el autor a su esposa. Publicado en Ediciones "El salvaje refinado" (2000).

José O. Colón Ruiz

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Vivat Academia, revista del "Grupo de Reflexión de la Universidad de Alcalá" (GRUA).
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Última modificación: 13-07-2006