Fiel a su lema electoral, el rector de la UAH hace todo lo posible para inducirnos a pensar en Europa. Así, posiblemente, solicitemos nuestro traslado a alguna Universidad que merezca tal nombre; única manera de acabar con la frustración cotidiana de ser miembros de esta comunidad. Son muchas las chinitas en el camino para desempeñar nuestro trabajo con ilusión y ganas:
Sin embargo, en estos últimos meses se han sucedido dos acontecimientos que nos han dejado perplejos, cuando no una sensación extrema de estar haciendo el tonto. Vamos con el primero. La señora vicerrectora de Investigación convoca a la flor y nata de los científicos de la UAH para, en un alarde de imaginación, tenerlos ocupados, más de dos horas, en explicarles cómo se rellena un impreso de solicitud por Internet. Eso sí, el paciente, con ganas de perder un poco más de su tiempo y resarcirse del pago del estacionamiento municipal, fue obsequiado con un refresco, al terminar el acto. Algunos, bien pensados, opinaban, antes de iniciarse la sesión, que se informaría y se debatiría sobre el reglamento correspondiente a la formación de los grupos de trabajo. Vana ilusión; no hubo oportunidad de abrir la boca, como no fuera para preguntar si el impreso se debía rellenar con letras mayúsculas o minúsculas. Lo importante, al parecer, era hacer saber a la comunidad científica lo bien que habían elaborado la aplicación y lo fundamental de pulsar con el ratón sobre el botón "guardar los datos". La presentación en pantalla necesitaba de telescopio, el cual no se proporcionó a la audiencia, quizás "porque no sabrían usarlo". Créanselo, la sensación de tomadura de pelo fue general. El segundo es aún más grave. Todos aquellos que hayan viajado un poco por universidades extranjeras, habrán notado que eso de hacer continuas obras de remodelación es algo fuera de lugar. Las autoridades académicas suelen mostrar orgullosas vetustos edificios sin añadidos estridentes, aulas y despachos con mobiliario antiguo, de época, donde trabajaban sus premios Nobel. Aquí (¿se imaginan una galería con fotos de profesores alcalaínos galardonados con tal distinción, como ésta de la Universidad de Chicago que les mostramos), al no tener esas cosas tan exóticas, nos dedicamos a hacer obras.
Es bien conocido, los españoles somos muy dados a reformar nuestro entorno continuamente y, en nuestro caso, como los salarios no permiten hacer las obras en la casa propia, es buena costumbre transferirlas al lugar de trabajo, usando los fondos públicos. ¿Para qué vamos a utilizar los recursos en cosas más necesarias e importantes, pudiendo malgastar el dinero? Como muestra, les ofrecemos una instantánea del mobiliario de laboratorio tirado como escombro.
No vayan a pensar que las mesas y armarios de laboratorio estaban así y por eso se deshacían de ellas. El aspecto es el resultado de haberlas arrojado por una ventana del tercer piso y así quedó la trasera del edificio.
Seguro que existe alguna ONG dedicada a recuperar mobiliario en buen estado, para utilizarlo en aquellos centros con escasez de presupuesto. ¿No podrían haber pensado en darle un mejor uso? Pero no acaba ahí el desastre. Como podrán apreciar en las fotografías, la tirada de escombros se realizó sin medida alguna de seguridad, ni siquiera a la voz de "mueble va". Resultado: ventanas y persianas rotas en el piso bajo. No obstante, en la fotografía no se puede apreciar algo mejor: la salida de emergencia quedó totalmente bloqueada. No se ve en la imagen anterior, porque la puerta estaba completamente tapada, pero esta foto, hecha desde el interior del edificio, les dará una idea de la calamidad.
Como es natural, hubo más problemas. Uno de los laboratorios de la planta baja sufrió el bombardeo interno de enormes cascotes, con la consecuencia obvia de un boquete en el techo, por el que ahora vemos el cielo. Afortunadamente, por esas cosas del destino, la semana anterior habíamos retirado el material de esa zona. Lamentamos no poder mostrarles una fotografía de este caso, pues el reportero gráfico decidió que tenía otras cosas más importantes que hacer; la más urgente, ir corriendo a un almacén de materiales de construcción a comprarse un casco. Y nosotros nos preguntamos. ¿Para qué se pagan suculentos sueldos a arquitectos y demás técnicos en la plantilla de la Universidad de Alcalá? ¿Estarían de vacaciones? Julio Gutiérrez Nota de VA: Julio Gutiérrez es uno de los afectados. Uno de los boquetes del techo está justamente junto a su despacho. Volver al principio |
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