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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia.

  Histórico. Año VIII

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Septiembre 2006. Nº 78

Contenido de esta sección:

Las discrepancias en las cuentas de América esconden un agujero negro (Daniel Gros. Traducción: Carlos Díaz Gómez)
Anillos alrededor del Sol (Trudy E. Bell)

Las discrepancias en las cuentas de América esconden un agujero negro

Daniel Gros

Título original: "Discrepancies in America’s accounts hide a black hole"

Financial Times Thursday June 15 2006

Traducción: Carlos Díaz Gómez

El sistema financiero global parece tener un agujero negro en su seno. A lo largo de las dos últimas décadas, los residentes estadounidenses han vendido pasivos financieros a los extranjeros por un valor total de unos 5,5 billones de dólares (1012). Sin embargo, la posición inversora neta oficialmente registrada se ha deteriorado sólo en un poco más de la mitad (2,8 billones de dólares) de esa cantidad. El mercado de capitales estadounidense parece haberse comportado para los inversores del resto del mundo como un agujero negro en el que se han esfumado –al menos de las estadísticas oficiales– 2,7 billones de dólares.

¿Cómo es posible que desaparezcan 2,7 billones de dólares?

Suele argüirse que los EEUU pueden realizar grandes ganancias de capital en sus posiciones brutas sencillamente porque sus activos están denominados en moneda extranjera y sus pasivos en dólares. Sin embargo, los datos disponibles indican que durante las dos últimas décadas este factor ha supuesto en términos netos como mucho 300.000 o 400.000 millones de dólares. Lo que deja aún sin explicar una pérdida de más de 2 billones de dólares.

La explicación viene en dos tramos de aproximadamente 1 billón cada uno.

La primera fuente de ingresos contables para los EEUU procede de una anomalía en la partida "ganancias reinvertidas" de la inversión directa extranjera en la balanza de pagos de los EEUU. Esta partida mejora la cuenta corriente en aproximadamente 100.000 millones de dólares anuales porque las compañías extranjeras sistemáticamente declaran beneficios anormalmente bajos en sus operaciones en los EEUU para evitar los impuestos de sociedades de los EEUU.NOTA1 Si uno supone que las compañías extranjeras obtienen con sus inversiones directas en los EEUU la misma tasa de rentabilidad que con sus inversiones de cartera,NOTA2 la balanza por cuenta corriente de los EEUU se deterioraría en unos 100.000 millones de dólares. Propiamente medido, el déficit por cuenta corriente del país sería entonces mayor de lo que recogen las cifras oficiales en aproximadamente un 1 por ciento del producto interior bruto.

El hecho de que se esté subestimando el déficit por cuenta corriente implica que lo mismo sucede con el cálculo del endeudamiento de los EEUU. Si durante las dos últimas décadas se hubiese corregido de forma acumulativa la anomalía de las "ganancias reinvertidas" la posición neta deudora ascendería a fecha de hoy hasta el billón de dólares.

Una segunda fuente de las ganancias procede de los muy cuantiosos residuos –denominados "otros cambios" por la Oficina de Análisis EconómicosNOTA3 en sus estadísticas sobre la evolución de la posición inversora neta internacional de los EEUU–, cuyo total también alcanza aproximadamente 1 billón de dólares en las dos últimas décadas.

La posición actual inversora internacional de los EEUU debería en principio ser igual a la suma de los saldos (déficit casi siempre) por cuenta corriente registrados en el pasado. No es ese, sin embargo, ni de lejos el caso, ni siquiera tras considerar la partida compensatoria "errores y omisiones". Los bastante detallados datos disponibles para el periodo 1989-2004 ponen de manifiesto que el tipo de cambio y los mencionados ajustes de valoración han supuesto aproximadamente en términos netos unos 300 o 400 millones de dólares, quedando todavía sin explicar una discrepancia de cerca de 1 billón de dólares.

La discrepancia aflora por una sencilla razón: los datos de la cuenta corriente se basan en flujos de pagos efectivamente registrados en la balanza de pagos. Sin embargo, los datos de la posición inversora internacional de los EEUU proceden de inspecciones realizadas en las instituciones de depósito, que año tras año tienden a perder de vista los activos estadounidenses que mantienen los extranjeros, especialmente inversiones de cartera e inmuebles.

¿Podría la discrepancia deberse a estadísticas de la balanza de pagos poco exactas? Es improbable, porque los flujos financieros son exactamente la imagen especular de la cuenta corriente, que se puede medir con mucha precisión, puesto que mayoritariamente consisten en transacciones de empresa a empresa. Tras las mejoras introducidas en las estadísticas de la balanza por cuenta corriente, la discrepancia en la balanza por cuenta corriente global prácticamente ha desaparecido. Si las cifras de la cuenta corriente constituyen ahora una fuente más fiable (excepto para las "ganancias reinvertidas"), es probable que la auténtica posición deudora externa neta de los EEUU se sitúe en torno a los 4 billones de dólares (aproximadamente el 40 por ciento de su PIB), una cifra superior a los 2,5 billones que figuran oficialmente a 31 de diciembre de 2004. Si tenemos en cuenta el déficit por cuenta corriente de alrededor de 800.000 millones correspondiente a 2005, la posición neta deudora actual de los EEUU se situaría por encima de los 4,5 billones de dólares. (Es probable que la posición neta oficial de inversiones de los EEUU en el extranjero correspondiente a finales de 2005, que será publicada próximamente, vuelva a incluir significativas reducciones de activos extranjeros en los EEUU, de modo que es probable que los datos oficiales arrojen un endeudamiento neto inferior a los 3 billones de dólares.)

Un examen más detenido de los datos disponibles sugiere, por tanto, que tanto el déficit por cuenta corriente como la posición neta deudora de los EEUU son incluso peores de lo que indican las cifras oficiales. Lo cual sólo puede significar que la necesidad de depreciar sustancialmente el dólar y/o de un periodo de crecimiento bajo la par es aún mayor de lo que oficialmente se reconoce.

NOTAS

1. Que se encuentran entre los más altos o gravosos del mundo.

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2. Adquisición de acciones de empresas del país en que se invierte.

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3. Bureau of Economic Analysis

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El articulista es director del Centre for European Policy Studies de Bruselas y presidente del consejo de San Paolo IMI Asset Management. Véanse los documentos de trabajo números 242 y 243 del CEPS para mayores detalles (http://shop.ceps.be)

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Anillos alrededor del Sol

Trudy E. Bell

En cualquier lugar donde haya Sol y nubes en el cielo, asegúrese de mirar hacia arriba: ¡podría usted ver anillos, arcos y otras maravillas!

Octubre 24, 2002: Fue justo después del almuerzo aquél 25 de septiembre, cuando salí hacia el patio trasero de mi casa en Ohio. Qué espléndido atardecer de otoño. El azul pálido del cielo estaba rayado por mechones de cirros. El Sol se hallaba alto y brillante.

Miré entonces hacia arriba... El Sol estaba rodeado por un halo extraordinariamente brillante, con los colores del arco iris. Flanqueándolo a derecha e izquierda se hallaban dos brillantes "perros solares" (en inglés sun dogs), con forma de cometa y también coloreados como un arco iris (estos fenómenos se conocen técnicamente como parhelia, palabra que proviene de palabras griegas que significan "detrás del Sol"). ¡Fenomenal!

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Esta escena, grabada en Finlandia por Pekka Parviainen usando una lente gran angular, es parecida a la que el autor Trudy E. Bell observó en Ohio el mes pasado. Un "halo circunscrito" en forma de balón de futbol americano rodea al Sol. Un "círculo parhélico" más tenue encierra al horizonte. "Nunca había visto algo tan grande y tan perfectamente circular", dice Bell.

Me dirigí entonces al patio delantero, que tiene una mejor vista del cielo, y comencé a girar para ver hasta dónde llegaba la "cola de cometa" de los perros solares. Di una vuelta de 360º, y accidentalmente perdí el equilibrio y caí sobre la hierba. No sólo había un halo alrededor del Sol —el llamado "halo de 22º" que los observadores del cielo ven frecuentemente—, sino que también había un enorme anillo de luz corriendo en forma paralela al horizonte, a la misma altura que el Sol. Era como un gigantesco halo angelical suspendido sobre mi pueblo, interrumpido cada 120º por una brillante salpicadura de luz (más "perros solares"). "¡Este es el círculo parhélico completo!", exclamé en voz alta en la calle vacía.

Toda aquella mañana había estado saliendo fuera de mi casa cada hora para mirar al cielo, porque sabía que aquellas tenues nubes cirros con aquella brillante luz solar, eran casi una garantía de que vería algo maravilloso. Las nubes tipo cirros están hechas de millones de cristales hexagonales de hielo y se localizan a alturas de 5 a 10 km en la troposfera, donde los aviones vuelan —cada cristal actúa como un prisma en miniatura, refractando (doblando) la luz del Sol y enviándola de regreso a la atmósfera en todas direcciones-. Debido a que la parte superior de la troposfera se encuentra casi siempre a temperaturas por debajo del punto de congelación, los cristales de hielo pueden ser observados a lo largo de todo el año (yo he visto tenues perros solares aun en julio). Pero despliegues realmente insólitos en los Estados Unidos, son más comunes en el otoño, el invierno y en la primavera, cuando la corriente de chorro del norte desciende hacia el sur, trayendo masas de aire ártico que cargan consigo como joyas, un tesoro de prismas de hielo.

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Nubes de gran altura con forma de mechón, como éstas, contienen cristales de hielo que causan la formación de halos solares. Crédito: Pekka Parviainen

Justo entonces, mi vecina Cindy sacó su camioneta en reverso fuera de su estacionamiento. La llamé y apunté hacia arriba. Ella salió de su vehículo y miró hacia arriba. Sus ojos se abrieron amplios y dejó caer la quijada. "¿Habían predicho esto?", preguntó entusiasmada. "¿Sabía la gente que esto iba a pasar? ¿Cómo sabes cuándo hay que mirar?"

No, expliqué, los despliegues atmosféricos no pueden ser previstos del modo que los astrónomos predicen las fechas y horas de las tormentas de meteoros o los eclipses. El observar un espectáculo de luz como éste es más parecido a ver volar alguna inusual ave migratoria sudamericana en Ohio: es saber generalmente cuáles son las condiciones climatológicas ideales y la época del año; simplemente tienes que confiar en tu suerte.

No sólo eso, sino que cada despliegue de cada cristal de hielo es tan diferente como cada patrón de un caleidoscopio —y por razones similares-. Los despliegues en el cielo de día dependen de la inclinación de los cristales de hielo en el aire y de la altitud del Sol. Los despliegues dependen de si los cristales de hielo son como platos planos o como lápices alargados. Dependen también del tamaño de los cristales. Aquellos cristales que son demasiado pequeños o imperfectos no pueden actuar como prismas. Pero si los cristales son de una excepcional calidad, casi como joyas, el domo entero del cielo diurno puede acabar festoneado con exóticos halos, bucles, arcos y cruces -¡o el círculo parhélico completo brillando ahora sobre nuestras cabezas en una silente gloria!- "Y pensar que" -remarcó Cindy, volviéndose a subir a su camioneta-, "¡yo no hubiese notado nada de esto si tú no me hubieras hecho mirar hacia arriba!"

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La autora Trudy Bell hizo este boceto en 3 dimensiones del círculo parhélico que observó el 25 de septiembre del 2002.

Cuando mi amiga se alejó manejando, me quedé pensando en sus preguntas y en su comentario.

Aunque he sido una ávida astrónoma aficionada y amante del cielo nocturno desde 1965, hace apenas cinco años que me volví también devota del cielo diurno. Durante ese tiempo, mi experiencia me ha revelado que aun supuestos raros despliegues de óptica atmosférica, son más comunes de lo que indican los libros de meteorología—y completamente visibles para cualquiera a quien simplemente se le ocurra inclinar la cabeza hacia arriba-.

Ahora que he cultivado el hábito de mirar hacia arriba una docena de veces al día, rara vez ha pasado una semana en que no obtenga mi recompensa —ya sean halos solares, perros solares, rayos crepusculares (astas de rayos solares y sombras saliendo de atrás de hinchadas nubes cumulos), arcos circumcenitales (un "arco de hielo" coloreado como un arco iris que forma un medio círculo alrededor del cenit), pilares solares, ó ahora, el círculo parhélico completo-.

Sí, el cielo diurno abunda en regalos inesperados, que pueden ser suyos con sólo tomar un momento ¡para mirar hacia arriba!

Nota del editor: Los cristales de hielo en la atmósfera terrestre no sólo crean anillos alrededor del Sol, sino también anillos alrededor de la Luna, perros lunares y hasta Pilares de Venus. Si usted ve un pilar solar o un halo poco antes de que se oculte el Sol, esté alerta para ver anillos y pilares alrededor de objetos del cielo nocturno unas cuantas horas después.

Créditos y Contactos

Autor: Trudy E. Bell
Funcionario Responsable en NASA: Ron Koczor
Editor de Producción: Dr.Tony Phillips
Curador: Bryan Walls
Relaciones con los Medios: Steve Roy Traducción al Español: Carlos Román Traducción de Gráficas: Boris G. Simmonds
Editor en Español: Héctor Medina

El Directorio de Ciencias del Centro Marshall para Vuelos Espaciales de la NASA patrocina el Portal de Internet de Science@NASA que incluye a Ciencia@NASA. La misión de Ciencia@NASA es ayudar al público a entender cuán emocionantes son las investigaciones que se realizan en la NASA y colaborar con los científicos en su labor de difusión.

Más Información (en inglés)

Óptica Atmosférica. Una guía completa acerca de los perros solares, halos y pilares. Estas secciones son de particular interés: comenzando; sugerencias para fotografía; ¿Qué tan poco frecuentes son los halos y por qué?

Halos, pilares y perros solares pueden ocurrir durante cualquier estación. "Los cristales de hielo que los causan se forman en nubes de gran altitud a 5 km o más sobre la superficie de la Tierra, donde la temperatura siempre es gélida", dice Bruce Wielicki, un científico atmosférico del Centro de Investigaciones Langley (Langley Research Center) de la NASA.

Robert Greenler, Arco Iris, Halos y Glorias, con un catálogo completo de formas de cristal de hielo, y los despliegues que producen, además de útiles fotografías a color de muchos tipos de despliegues que se pueden observar. (Este es un libro clásico, hoy fuera de imprenta, pero ampliamente disponible en las bibliotecas).

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Vivat Academia, revista del "Grupo de Reflexión de la Universidad de Alcalá" (GRUA).
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Última modificación: 26-09-2006