LAS FRASES DEL MES:La mayoría de las personas son como los alfileres: sus
cabezas no son lo más importante. Jonathan
Swift Quienes opinan que el dinero todo lo puede, sin duda están dispuestos a todo por dinero. E. Pierre Beauchêne Algunas estupideces estivalesEl verano de 2006 no pasará a la historia como el más cutre y ridículo, por una simple razón: los autores de mediocridades seguirán superándose en el futuro y nos depararán nuevas y mejores muestras de creaciones e informaciones inútiles e insufribles. Para empezar, no hemos podido ver un solo programa televisivo, sea en cadenas públicas o privadas, incluidos los noticieros, en el que los protagonistas no hayan sido los "pantojos" y sus "pantojas" correspondientes. Por supuesto, nada de cultura ni buen cine; las vacaciones, al parecer, se prestan bien a los cotilleos más barriobajeros. Sin embargo, no podemos creer que, verdaderamente, los españoles estén interesados en toda esta basura. Si es así, ¡paren el país, por favor, voy a apearme! Si la tendencia actual se mantiene, el día que los responsables de los medios masivos de comunicación decidan hacerse la competencia, con programaciones y contraprogramaciones que inviten al espectador a la reflexión y el disfrute sano del ocio, será señal del fin del mundo. Se ha pasado de la religión al fútbol y, ahora, al vil cotilleo como opio del pueblo. Luego nos quejamos de las carencias en la educación de nuestros hijos, pero ¿hemos considerado, alguna vez, el ejemplo dado con nuestra conducta? ¿Han pensado en lo bueno de apagar el televisor y jugar con sus hijos a "la Oca", "el Parchís" o, simplemente, a "las Tres en Raya"? Desde el punto de vista formativo, a años luz de lo aprendido mirando "la caja tonta". Hemos llegado a una situación tal que, hasta en las radiodifusiones de música clásica, antes de un concierto o la reproducción de una pieza de cualquier compositor, como información cultural adicional, se ha puesto de moda hablar de los amoríos, las traiciones y las bajezas de su vida. Si es cuestión de ganar audiencia, todo vale. En otro orden de ideas, el verano ha dado otros frutos amargos, procedentes de la propia Ciencia, mejor dicho de algunos científicos. El triste espectáculo de los astrónomos reunidos en un congreso, votando si Plutón era un planeta o no, muestra que la estupidez humana no tiene límites, como muy bien decía Einstein. La notoriedad y el salto a la fama es la ambición de muchos humanos, sin embargo, antaño, los límites de la ridiculez eran un freno a ciertas prácticas de poco sentido común. Estamos viviendo la época de la necesidad de ser motivo de noticia para que nuestro trabajo sea valorado, aunque no valga un pimiento y, claro, los científicos no iban a ser menos. ¿Se imaginan ustedes votar si las leyes de Newton o la Teoría de la Evolución son válidas o no? La Ciencia progresa haciendo modelos e imaginando leyes que tienen más o menos acierto, y así debemos enseñarlo al gran público, otra cosa es convertir una reunión científica en una representación circense. ¿Y ahora qué? ¿A la hoguera con los recalcitrantes que sigan enseñando que Plutón es un planeta? ¿A modificar todos los libros de texto por una simple votación? Si al menos el resultado de la misma hubiera sido unánime... Según los entendidos, como se habían encontrado se nos colaban de "ocupas"- dos nuevos vecinos con la categoría de planetas, se hacía imprescindible redefinir las condiciones para evitarlos; para algunos debía ser algo intolerable, como para la Inquisición era que la Tierra no fuera el centro del Universo. ¿Tan malo es tener nuevos compañeros de viaje en nuestro vagar por el Cosmos? Ya puestos, redefinamos estrella y, a lo mejor, el Sol pasa a ser una candela un poco grande; redefinamos Humanidad y, a lo mejor, no pasamos de ser un error de la evolución y debemos catalogarnos como una subespecie de simios de inferior categoría. No obstante, los ganadores del premio 2006 a la notoriedad veraniega son los estudiosos del cambio climático. Noten los lectores que decimos estudiosos del cambio climático -deberíamos decir, quizás, agoreros del cambio climático- y no meteorólogos o científicos climáticos; hay un abismo entre esas dos clases. Puestos a sacar las cosas de madre: ¡el Mediterráneo ha aumentado su temperatura en casi 7 grados Celsius, durante el estío! ¿Se puede saber dónde han tomado la temperatura del mare nostrum para llegar a tal conclusión? Posiblemente, a orillas del mar Menor, el fenómeno haya sido de tal magnitud, pero los veraneantes de la costa del Azahar, hemos tenido, al menos durante el mes de agosto, una temperatura del agua bastante inferior a la registrada en años anteriores. Alguno de nuestros lectores, asiduos de la costa del Sol, también ha notado el descenso. Si se trata de una broma, estamos dispuestos a aceptarlo, en caso contrario, den la noticia con la precisión requerida, por favor. Como conclusión, además de comprobar el desastre provocado por el calor en las neuronas, entre unas cosas y otras, sólo podemos pedir un poco de seriedad. Pedimos seriedad a los responsables de los medios de comunicación para acabar con la basura informativa, como medio de captar audiencia. Pedimos seriedad a los trabajadores de la Ciencia para evitar el alarmismo y la espectacularidad de las teorías no contrastadas. Posiblemente el empeño sea vano pues, valga el tópico, ya sabemos que el sentido común es el menos común de los sentidos. LA REDACCIÓN Volver al principio |
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