ReflexionesJesús Miguel Sáez González Tras leer algunos editoriales de Vivat Academia, reflexiono. Mi generación fue otra, creo que mejor preparada, por lo menos con más inquietudes; no digo con esto que mejor. He hablado en más de una ocasión sobre mi desilusión académica. Mi experiencia tiene tanto que ver con El árbol de la ciencia de Baroja..., un escritor desconocido por la juventud, que no lee, ni se interesa; ¿se les motiva a leerlo? Cuánto he disfrutado con Las Inquietudes de Santi Andia, por ejemplo, o La Busca. Me he sentido, y me siento, muchas veces desplazado por aquellos que, incluso, saben menos que yo, pero tienen poder. No encajo en este mito de la caverna, que es nuestra sociedad. A veces estoy solo -exiliado sin saber el porqué- pero me alegro siempre por los demás, sobre todo por aquellos de gran valía. No obstante, siempre he respetado a todo el mundo, he sido considerado y amable, no me considero una víctima, sino sería verdugo; y debo mucho a las personas que me aprecian. Pero, ¡he sufrido tanto! De niño leía Las Moradas de Santa Teresa y la profesora se inquietaba hasta la preocupación, sin dedicarse a valorar altamente mi disposición, cuanto menos que yo entendía, de verdad; la complejidad de la santa escritora; me consideraba un loco, unos 13 años yo tenía. Como esa otra profesora, que me acusaba de haber copiado una crítica de cine, cuando era yo quién la había escrito de puño y letra. Me insultó delante de todos y llamó a mis padres; tenía 12 años, la peli era Sospecha de Hitchcock. He escrito novela, cuento, poesía, hasta ensayo; en tiempos pasados hasta escondidas. Aquí estoy, me acepto en mis virtudes, pero sobretodo en mis carencias y errores. Sigo adelante, no tengo rencor, si penar. En ocasiones, entre las bambalinas de la insensatez y del anodino pensamiento, nace un sentimiento lúcido, que lo empapa todo, fluyendo por las agrestes tierras del Po, hacia la cuenca mediterránea, donde se reinventará, no morirá, aunque la sangre se mantenga fresca en la playa de Hostia, intacta, intercomunicándose con la arena como en Saló, con su aliento amargo, que nos impide mirarla de frente. Qué más da, si el mito es carne y también despojo y no su memoria, según quién entredicho lo dicte. Pero en verdad os digo, masacra a sus hijos con el gesto bello del veneno, que proporciona el placer del asesinato. Dónde estás Paolo, los hechos se han consumado. No hace mucho tiempo, he vuelto a leer una carta que Pasollini envío al escritor Allan Ginsberg. El lúcido italiano admite que esta Europa nuestra la conforman los idiotas; frente a la locura americana. Estamos rodeados de ellos: pesebreros, malandrines del lenguaje... Por ejemplo, Yihad significa esfuerzo, nunca guerra santa y uno de los principales mandamientos del Corán se refiere a no matarás -si matas un hombre, matas a la Humanidad. Otros se decantan por las máquinas registradoras, para insuflarse un beneficio económico, aunque sea a costa de la desgracia y la tragedia, pues ésta no significa nada, además de manipular, incluso el miedo. Más vale que se pusieran una soga al cuello, dijo Cristo, quién verdaderamente hablaba de perdón y lo predicaba con su ejemplo, y eso que no me considero muy religioso, más bien moral. Qué tiempos, todo es posible, nada es aceptado. La vida la conforman las grandes decepciones y las pequeñas y contadas victorias. Yo espero poco, por lo que esa fractura, me permite escribir y sobrevivir, seguir adelante, en definitiva. Volver al principio del artículo Volver al principioUn mutante en CataluñaJosé Carlos Navarro Muñoz. Mérida (Badajoz) Los principales candidatos a la Generalidad catalana van en peregrinación a los obispos y abadías en busca del voto católico. La conferencia de obispos catalanes lo ha dicho claro, quiere que la gente participe en las elecciones con el objetivo del bien común. Para la Iglesia catalana -como para toda la Iglesia- el bien común consiste en protección a la vida desde la concepción hasta la muerte natural; protección a la familia y a los hijos, libertad de los padres en la educación de los hijos; libertad religiosas fundamentalmente. A poco que leamos el informe de Profesionales por la Ética sobre el estatuto aprobado por el 90% de los diputados catalanes, nos confirmará lo que la mayoría de católicos piensan: va en contra de todos estos principios considerados como bien común por la Iglesia catalana. Cuando la Conferencia Episcopal española dijo que la unidad de España es un bien común, estaba claro que se refería a la unidad de la fe y nuestra tradición católica vertebradora para el bien general. El estatuto rompe esa unidad desde todos los puntos de vista, pero fundamentalmente desde el católico. Ya ha sido bautizado cómo un mutante en Cataluña, que puede multiplicarse en el resto de España. Mutante de la Constitución, y por tanto de los valores mencionados. Los electores católicos tendrán claro quienes le trajeron este mutante que, después de las elecciones, seguirán alimentando, a pesar de los cantos de sirena. Unos que ayudarán a la familia, otros que la educación, los que se callan ni se sabe. Por otra parte, coincido plenamente con el comunicado de los religiosos catalanes. Volver al principio del artículo Volver al principio |
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