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Seis chistes malos, seisSigfrido del Alce Uno de Jaimito Jaimito le dice a su padre: - ¡Papá, papá, tengo una noticia buena y otra mala! - ¿Cuál es la buena Jaimito? - ¡He aprobado todas! - ¿Y la mala? - ¡Es mentira!
¡Cuidado con el loro! Un ladrón se mete en una casa a robar a media noche. Entra por una ventana, y cuando está dentro, en la oscuridad, oye una voz que dice: - ¡Jesús te está mirando! Entonces, el ladrón se asusta y se detiene. Luego como ve que no ocurre nada continúa. Y de nuevo la voz le dice: - ¡Jesús te está mirando! El ladrón, asustado, enciende la luz y ve que la voz provenía de un loro en una jaula. El ladrón exclama: - ¡Ahhh, qué susto me has dado! ¿Cómo te llamas lorito? Y el loro le responde: - Me llamo Pedro. - Pedro es un nombre extraño para un loro. Y el loro le contesta: - Más extraño es el nombre Jesús para un Doberman.
La frase oportuna Antonio se despierta en casa con una resaca monumental. Se esfuerza en abrir los ojos y lo primero que ve es un par de aspirinas y un vaso de agua en la mesita de noche. Se sienta y ve su ropa toda bien limpia y planchada frente a él. Antonio mira alrededor de la habitación y ve que todo está en perfecto orden y limpio. El resto de la casa está igual. Toma las aspirinas y ve una nota sobre la mesa: "Cariño, el desayuno está en la cocina, salí temprano para hacer unas compras. Te quiero." Así que va a la cocina y, ¡cómo no!, ahí estaba el desayuno y el periódico del día esperándole. Su hijo entra y Antonio le dice: - Hijo, ¿qué pasó anoche? El chico contesta: - Bien, pues volviste después de las 3 la madrugada, borracho como una cuba y con delirios. Rompiste algunos muebles, vomitaste en el pasillo y te pusiste un ojo morado cuando te diste contra la puerta. Confundido, Antonio pregunta: - ¿Y cómo es que todo está tan limpio y ordenado, y el desayuno esperándome en la mesa? Su hijo responde: - ¡Ah, eso! Mamá te arrastró hasta el dormitorio y cuando intentó sacarte los pantalones, tu gritaste: "¡¡¡Señora!!! ¡¡¡déjeme en paz!!!, ¡¡¡soy un hombre casado!!!" * Conclusión:
Uno de bilbaínos Es un avión de las 'Bilbo Air Lines' (única compañía aérea con pilotos de Bilbao, sin extranjeros, ni falta que les hace) que se acerca al aeropuerto de Madrid y avisa por radio: - Atención! Aquí vuelo 023, con dos cojones... oye. Solicitamos pista para aterrizaje, ¿oyes...? No tenemos combustible. ¡Queremos pista ya! - Aquí Torre de Control. Utilicen la pista numero 3, no hay otra disponible, pero no apuren hasta el final, pues, en esa zona, la pista está en obras. - ¡Ahivalaostia! No te preocupes chaval, somos de Bilbo y si nos ponemos..., somos perfectamente capaces de aterrizar con la mitad de la pista, si hace falta. ¿Que te has creído? ( por lo bajini...) ¡Mandagüevos! Estos de Madrid... El avión inicia la maniobra y descubren que la pista es muchísimo más corta de lo que se habían imaginado. Desesperados, los pilotos echan mano de todos sus recursos, flaps extendidos, aerofrenos, inversión de reactores... Se acaba la pista y empiezan a detectar pinchazos de ruedas... Se rompe parte del tren de aterrizaje y el avión avanza arrastrando el fuselaje por la tierra... Pese a todo, el aparato se detiene a unos milímetros de un terraplén, claro que para eso son de Bilbao y, si me apuras, incluso del Athletic. Secándose el sudor, el comandante del avión comenta: - ¡¡¡Serán cabrones Patxi!!! Joder, si que era corta la pista, ¿no? Y el copiloto (que es del mismísimo Baracaldo) mira a la derecha, mira a la izquierda y dice: - ¡¡¡No te jode Aitor!!! ¡¡¡ Has aterrizado a lo anchooooo...!!!
En el colegio La profesora le dice a Pepito: - A ver Pepito, si yo digo fui rica, es pasado, pero si yo digo soy hermosa, ¿Qué es? - ¡Exceso de imaginación profesora!
Chiquillada Una pareja tenía dos niños pequeños, de 8 y 10 años de edad, extremadamente traviesos. Siempre estaban metiéndose en problemas y sus padres sabían que, si alguna travesura ocurría en su pueblo, sus hijos estaban seguramente involucrados. La mamá de los niños escuchó que el sacerdote del pueblo había tenido mucho éxito disciplinando niños, así que le pidió que hablara con sus hijos. El sacerdote aceptó, pero pidió verlos de forma separada. La mamá envió primero al niño más pequeño. El sacerdote era un hombre enorme con una voz muy profunda. Sentó al niño frente a él y le preguntó gravemente: - ¿Dónde está Dios? El niño se quedó boquiabierto pero no respondió, sólo se quedó sentado con los ojos pelones. Así que el sacerdote repitió la pregunta en un tono todavía más grave: - ¿Dónde está Dios? De nuevo el niño no contestó. Entonces el sacerdote subió el volumen de su voz, aún más, agitó su dedo frente a la cara del niño, y gritó: - ¿Dónde está Dios? El niño salió chillando del cuarto, corrió hasta su casa y se escondió en el baño, dando un portazo. Su hermano, que había visto la entrada espectacular, abrió la puerta con cautela y preguntó: - ¿Qué te ha pasado? El pequeño, sin aliento, le contestó: - ¡Ahora si que estamos en graves problemas hermano! ¡Han secuestrado a Dios y creen que nosotros lo tenemos! Volver al principio |
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