Tan extraño es el amorJesús Miguel Sáez González, crítico de cine LAITAKAUPUNGIN VALOT de Aki KaurismakiEl cine de Kaurismaki, su mirada, no es fácil de asimilar para un espectador adocenado. Sus planos fijos, quietos, sin apenas movimientos de cámara, son siempre puros; y en ellos se desenvuelven unos personajes lacónicos nada idealistas, más que eso, hieráticos, no emocionales, pero de profunda y extraña riqueza interior, que pronuncian esos diálogos miniaturistas pero, al tiempo, transcendentes casi místicos (ayudan sobretodo las cualidades interpretativas; en este caso de Janne Hyytiainen y Maria Jarrenhelmi). Personajes que pululan por esos espacios interiores, en su mayoría, prácticamente minimalistas y desnudos; en este caso tamizados con un halo de tristeza que nos recuerda, sin duda, la pintura de Hooper (tanto la iluminación de Timo Salminem como la selección musical subrayan esta idea; entre otros algunos tangos de Gardel). Porque lo común en la obra de este cineasta sobrio, desde el punto de vista temático, es la soledad y la incomunicación, como la de este héroe casi chapliniano, hermético, pero justo y moral, de valores, que vive en un mundo voraz, el de hoy, en una Helsinki poderosa económicamente (radiográfica, laberíntica); pero infeliz, incapaz para las buenas obras y el amor; y que ante el drama vivido, no oculta lo que también tiene de irónico lo cotidiano (siempre fuera de campo como pura intuición). Y para rizar aún más el rizo, se tamiza con una extraña trama elíptica estilo Noir, y un halo final esperanzador. Con Luces al atardecer, culmina la trilogía sobre la soledad, iniciada por Nubes pasajeras y Un hombre sin pasado. Ficha Técnica: Volver al principio de LAITAKAUPUNGIN VALOT Volver al principio del artículo Volver al principioSHI GAN de Kim Ki DukQuizás la última producción del realizador coreano sea la más asimilable de cuantas propuestas conocemos, la menos minimalista; pero no por ello cuestiona la obsesiva temática de su filmografía, ni siquiera ese halo poético inmanente, nada impostado, pero poroso, que convive con las dolorosas, hasta violentas, relaciones que se establecen dentro de la pareja. En este caso, bajo una estructura cíclica, incluso repetitiva, donde el tiempo en su variación juega un papel primordial, abocado a la relación de pareja, a sus cambios, de la belleza cuando es efímera y se la traiciona, trastocando el amor duradero hasta la extenuación, que conduce al desamor y al tedio y al dolor. Y la pérdida entre el deseo y la muerte siempre basculando pero, también, como bálsamo, la búsqueda del otro amor, abriéndose a las experiencias, al mundo de los otros y su confusión, más allá de la propia expiación, que existe sin duda, nunca renunciando a los pequeños detalles, sabidos como extrañas metáforas, inherentes a sus propias islas, el mundo interior carcomido del día a día en su rutina. Ficha técnica: Volver al principio de SHI GAN Volver al principio del artículo Volver al principioLAS CONSECUENCIAS DEL AMOR de Paolo SorrentinoDebe tener paciencia el espectador ante un film hermético, a la vez crepuscular, más bien existencial, de tempo lento, pausado, que poco a poco va abriéndose, gracias a una buena escritura de guión, que dosifica los crescendos dramáticos, tamizados éstos de un halo poético, que se desvanece hasta la abstracción más porosa de la existencia, siempre en crisis, convenientemente ayudada por una sobria y algo sombría y depurada puesta en escena (sugerente iluminación de Luca Bigazzi). También muestra una teatralidad vigente motivada por la transparencia, que confieren los diálogos y los soliloquios (voz en off del protagonista, estupenda interpretación de Toni Servillo); las luces y las sombras de las miradas, no sólo ya las individuales, sino las que se encuentran, pero también se desencuentran. Sin embargo, esa contención viene a ser turbada en el último instante, cuando un más que sorprendente giro narrativo se adviene hacia el thriller, de marcada tendencia Noir. Ficha técnica: Volver al principio de LAS CONSECUENCIAS DEL AMOR Volver al principio del artículo Volver al principioGABRIELLE de Patrice ChéreauCon retraso nos llega esta producción francesa, galardonada con varios Cesars; además de la copa volpi a la interpretación femenina para Isabel Huppert en el festival de cine de Venecia de 2005. Libérrima adaptación de un minimalista relato de Joseph Conrad -El regreso-, efectuada por Anne Louise Trividic y el propio cineasta. Sin ocultar en absoluto el respeto por la narración primigenia (utilización de la tercera persona que describe no subjetiva), se encauza más bien como una relectura aproximativa al mundo hermético y tumultuoso, violento si cabe, que confiere la filmografía de Chéreau; y que convive con un naturalismo interpretativo descarnado (excelentes interpretaciones de Huppert y Pascal Gregory), sometido a un atrevimiento formal más que sugerente, plenamente cinematográfico (utilización de la cámara lenta, planos congelados, sobreimpresión de comentarios con intertítulos resaltando ciertas líneas del diálogo, la voz en off en primera persona que no interrumpe el relato fílmico que ayuda a los crecendos dramáticos). El relato nunca es ajeno a una estilizada puesta en escena teatralizada, de espacios interiores, donde los sentimientos emociones- estallan violentamente (proponiendo si cabe un tercer personaje, no existente en el relato original, y que refuerza este tono dramático; el de la sirvienta). No solamente supone un férreo análisis antropológico sobre la sociedad y su tiempo, sino sobre el dolor ante el desamor en su descenso, sin redención posible, al infierno más angosto (ese oscurantismo bien iluminado por Eric Gautier retomando la textura pictórica de Frantín Latour -sin miedo a alternar o jugar con el blanco y negro- con el color) Ficha técnica: Volver al principio de GABRIELLE Volver al principio del artículo Volver al principioLA SPETTATRICE de Paolo FranchiEl enamoramiento, cuando el ser amado aún desconoce que se le ama, desde la distancia frágil del silencio y la mirada, que observa y siente misteriosamente, con todas sus contradicciones emocionales, y enmudece hasta la obsesión y el impulso de conocerlo todo, a pesar de ese azar inesperado y causal que pide abandonarlo todo, salir en su búsqueda, esperándolo todo o nada, introduciéndose en su mundo, expectante, siempre expectante, hasta imaginar, falseando una posible realidad, existente quizá hasta la fragilidad, o como reinvención (la mirada de Valeria, quién cuenta la historia). Ese estar, hasta la distracción del ser idealizado, vigilado (Máximo), que finalmente corresponde, rompiendo con su amor, el otro, el de Flavia y su mundo solitario. Finalmente el remordimiento, la huída, el temor dentro de cada espacio individual, el que queda tras el fracaso. Franchi trama una historia triangular, porosa, partícipe hasta la introspección desde su arranque, tamizada con pocos elementos narrativos de partida; y que poco a poco va dosificándose, cociendo una historia a fuego lento, nada esperable, sobre los requiebros del miedo al fracaso, a amar. Ficha técnica: Volver al principio de LA SPETTATRICE Volver al principio del artículo Volver al principioEL GRAN SILENCIO de Phillip GroningEn el principio fue el verbo, de ahí la palabra, que también es silencio. La morada donde habita el alma, también lo es del conocimiento, cuando éste es un viaje introspectivo, sin perjuicios, en silencio, más aún en espera; y el ansia de trasformase en susurro, que por el viento se entromete, escuchando su propia voz, cuando el mundo pasa y se detiene el tiempo, sin soltarse, como un eco repetitivo, que no interrumpe su propio ritmo inherente, al canon, de la voz humana y su devoción, ascendiendo por los cielos, flotando, de las entrañas de este mundo huido, hasta alcanzar al amado; pues todo soy, aquel que se es. El misterio; que trae por fin la paz, y se comunica, ya no sólo desde la intimidad, sino hacia fuera, a la comunidad, que es el don supremo -ora et labora- y se participa como el pan, en reposo, curtiéndose, respondiendo a la noche oscura y una luz tenue en claro oscuro, sirve de signo presente, ya no señal, porque la eternidad existe, más allá de su quietud, girando en un eterno retorno; la inmortalidad. El principio fue el verbo, de ahí la palabra, que también es silencio, entonces oímos y vemos. Ficha Técnica: Nota: La iluminación adquiere una tonalidad mística, próxima a la pintura Zurbarán Volver al principio de EL GRAN SILENCIO Volver al principio del artículo Volver al principio |
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