Editorial
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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia

 Histórico. Año IX

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Febrero 2007. Nº 82

LAS FRASES DEL MES:

No importa lo que hagas, sin restricciones morales, éticas o personales, lo importante es cobrar por ello.

1ª ley empresarial (Autor anónimo)

No hay ninguna cosa seria que no pueda decirse con una sonrisa.

Alejandro Casona

El Efecto Fotopolítico

En Física, se conocen desde hace tiempo varios efectos ligados a la interacción de la luz -en general la radiación electromagnética- con la materia. Podemos enumerar los más importantes: Efecto Fotodieléctrico (variación de la constante dieléctrica); Efecto Fotoeléctrico (expulsión de electrones de átomos, moléculas o de medios condensados); Efecto Fotovoltaico (producción de fuerza electromotriz en semiconductores); etc. En ninguno de los casos anteriores se ha demostrado que la materia tenga avidez por la luz, hasta el extremo de moverse rápida y aceleradamente hacia las zonas iluminadas, como si actuaran poderosas fuerzas de atracción hasta ahora desconocidas. Sin embargo, en los últimos decenios, los científicos han sido sorprendidos con un nuevo fenómeno, de naturaleza aún desconocida, que promete interesantes aplicaciones para el futuro desarrollo de la humanidad; se trata del Efecto Fotopolítico.

Los datos experimentales no han conseguido dilucidar la causa última del fenómeno, ni el tipo de interacción involucrada, pero sí demostrar su universalidad. Cualquiera que sea la extracción étnica, social o ideológica de un político, en cuanto se produce un destello de flash emanado de una cámara fotográfica, el individuo en cuestión siente una imperiosa necesidad de encontrarse en el campo de detección del objetivo. La interacción se muestra con fuerza mayor si, en vez de un destello, la señal luminosa tiene una duración mayor, como la procedente de una antorcha ligada a una cámara de televisión. El resultado final proviene de la interacción de las imágenes obtenidas con la masa de votantes, produciendo en éstos, a su vez, una corriente de simpatía por el político fotografiado. Reconocemos la complejidad del fenómeno, no obstante, es muy efectivo, sobre todo, si se da cercano a un evento electoral.

Se ha constatado que la agrupación de políticos en la zona iluminada hace desaparecer cualquier diferencia de opinión, mostrándose prestos a la sonrisa, el apretón de manos y hasta la convivencia pacífica y el consenso. Además, responden a la radiación electromagnética agrupándose civilizadamente, evitando todo movimiento posterior, escapando así al pernicioso efecto "salir movido en la foto".

Es tal la apetencia de fotones, que se producen secuelas colaterales ligadas a la necesidad de ser bombardeados por tales partículas. De esta forma, si se trata de inaugurar una avenida, no se esperará hasta tenerla completada. En vez de ello, se producirán tantas inauguraciones parciales como admitan los contratistas encargados de las obras. Es más, se generan obras innecesarias, con la exclusiva finalidad de atraer los fotones periodísticos a los entornos cercanos a la habitual residencia del político en cuestión.

Ejemplos de este nuevo comportamiento físico son muy comunes en España. Hubo una época en la que se acusaba al general Franco de inaugurar pantanos; en tales fechas las únicas cámaras captadoras de los eventos eran las del famoso NODO, carentes de iluminadores fotónicos. En los tiempos actuales, con las modernas técnicas de iluminación, se inaugura cualquier cosa y tantas veces sea necesario. Así, los trabajos en la carretera M30 de circunvalación de Madrid se ven interrumpidos, cada pocos días, para proceder a la agrupación de políticos atraídos por la radiación electromagnética. Algo parecido ocurre con las líneas nuevas de metro, abiertas oficialmente estación a estación. Un rector, como el de la Universidad de Alcalá, puede proceder a la inauguración de una rotonda en una encrucijada, con banda de música y desfile militar incluidos, cortando el tráfico en pleno día lectivo –sin avisar, por supuesto-, impidiendo el paso a los profesores y alumnos que deben moverse en automóvil de facultad en facultad. Un aula, en funcionamiento desde hace años, puede ser inaugurada, de nuevo, si se la ha remozado con una manita de pintura. Eso sí, una vez apagados los destellos luminosos, a lo peor no se deja entrar a los usuarios habituales, no vaya a ser que se estropee (caso verídico acaecido con el nuevo polideportivo construido en el campus de la UAH).

Pero no son todo obras. Un ministro de interior puede hacerse la foto rodeado de sus colaboradores y los nuevos policías asignados a la seguridad ciudadana en prácticas de formación; supongamos unos 800, cifra bastante normal. La foto se repite cuando, una vez terminados sus estudios, a la hora de recibir sus despachos, se les vuelve a asignar destino en prácticas, esta vez previa a la elección de destino. Serán los mismos ochocientos pero, como la imagen no distingue bien las fisonomías, puede darse por entendido que se trata de nuevos efectivos. A la tercera va la vencida. Nueva foto para festejar, junto al presidente autonómico de turno, la asignación de destino a los flamantes agentes de la seguridad. En total se han contabilizado 3 x 800 = 2.400 individuos, cuando la realidad es muy otra: siendo sólo ochocientos, en ese mismo periodo de tiempo, se han jubilado unos 1.500 veteranos, con la consiguiente merma real. Sin embargo, el fenómeno fotopolítico ha dado su fruto y sus correligionarios tienen el pretexto para votar sin remordimientos de conciencia.

Además de lo anterior y pese a lo mencionado en el tercer párrafo, existe en esta interacción un pequeño detalle adicional a estudiar, el cual distingue a los políticos de una y otra ideología, sobre todo en periodo electoral. Si se trata de un político de izquierdas, habitualmente ataviado de ropa informal (nada de trajes ni corbatas), en presencia de los fotones parece tener un ropero bien repleto. Por el contrario, los políticos de derechas responden a la interacción electromagnética dejando en el armario los trajes y las corbatas y vistiendo, para la ocasión, hasta con chándal. Declaramos nuestra ignorancia sobre el particular, aunque postulamos una consecuencia derivada de la existencia de dos cargas de diferente signo en relación con los campos eléctricos y magnéticos.

El efecto colateral más grave de este fenómeno consiste en la casi total despreocupación de los políticos por todo aquello que no atraiga los emisores de luz potente. De esta forma se dejan de lado todo tipo de actuaciones, muchas veces imprescindibles, pero no merecedoras de una foto publicable en los medios de comunicación. Triste destino el de los ciudadanos afectados.

LA REDACCIÓN

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Vivat Academia, revista del "Grupo de Reflexión de la Universidad de Alcalá" (GRUA).
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Última modificación: 20-02-2007