El Rincón Literario
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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia

 Histórico. Año IX

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Marzo 2007. Nº 83

Contenido de la sección:

Los niños de hoy en un planeta en convulsión (José O. Colón Ruiz)
Rescatando a mi abuelo, León Ruiz (¿Mito o fantasía?) (José O. Colón Ruiz)

Los niños de hoy en un planeta en convulsión

José O. Colón Ruiz

Pensar en los niños del Planeta, como yo los he visto, me hace divagar...Y no quiero caminar en el llanto, quiero ponerle punto final a la constitución del hambre. Que el Verbo no llore.

Y siento como si miles de voces se arremolinaran en mi espíritu, cual eco de la existencia humana. Entonces, Paleto viene a mí y, como siempre, trata de penetrar en mi conciencia y me pregunta:

- ¿Qué le sucede hoy?

- Buen Amigo, es que estaba pensado cómo los niños del Globo Terráqueo sufren por las guerras, por las injusticias y por la maldad del hombre.

- Cuénteme.

- Bien, en un periódico he leído que, solamente en 2005, hubo más de dos mil niños asesinados en la India.

- ¡Dígalo!

- ¿Qué diga queéé?

- Que cuando usted viajó a Thailandia, en las calles ofrecían niñas para la prostitución en los burdeles.

- También he sabido de otros países que no quiero mencionar.

- Oiga, sólo en Irak, han muerto centenas de niños por la guerra.

- Y en África vemos como la CNN presenta niños, bebés, con moscas molestándolos, y delgados, esqueléticos por el hambre.

Y aquella tarde, Paleto, no pudo soportar más el tema y para sorpresa mía salió corriendo y se enterró en el bosque tropical, que ya estaba empezando a secarse, porque hacía dos meses que ni llovía.

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Rescatando a mi abuelo, León Ruiz
¿Mito o fantasía?
Tomado del cuento "Y se llevaron la nena" (de Don Miguel Meléndez Muñoz)

Dr. José O. Colón Ruiz

Para fantasear, el purgatorio me basta. El átomo es inmutable, lirio y luz de cucubano, aspa de rocío o como arpegio del Cosmos, donde el átomo se hizo hombre y Dios le dio la Luciérnaga lírica para alumbrar su viaje. Y entonces, abro el libro Cuentos de la Carretera Central de Don Miguel Meléndez Muñoz y me topo con el cuento: Y se llevaron la nena. Y Paleto, que siempre me acompaña como adivinando me dice:

- ¡Ya viene!

- ¿Ya viene con qué?

- Con inventos y fantasías, Amo. Pero, cuénteme.

- Invento o fantasía ya quisiera que fuera realidad, Paleto. Es que yo casi no conocí a mi abuelo por parte de mi madre. Solamente lo vi una vez con vida y la segunda fue en su sepelio.

- ¿Qué edad tenía usted?

- Como cinco años y no recuerdo nada de él. Vamos al grano, el asunto es que el personaje, Don Carato, del cuento " Y se llevaron la nena" se llama Antonio Ruiz, creo que Don Miguel pudo haber conocido a mi abuelo.

- ¡Pero cómo es posible, Amo!

- Déjame adivinar. Es que, además de ser español como mi abuelo, tenía finca y era terrateniente como él. Fíjate, ¿cuántos Ruiz dueños de tierras iba a haber en esa área entre Cayey y Aibonito con nuestro apellido?

- Bueno, siempre hay una remota posibilidad.

- No tan remota. El autor describe a Don Carato como asturiano , obeso, nariz chata, grandes mostachos caídos, ojos pequeños e inquietos, con cosechas magníficas, etc. Y lo llamó Antonio, aunque mi abuelo se llamaba León, sabemos que los autores cambiamos los verdaderos nombres de los personajes de nuestros cuentos.

Hoy, algún tiempo después, como de costumbre, me he levantado a las tres de la mañana. Me bulle en el pensamiento la escena de cuando yo era "truant officer" en el distrito diecinueve, en Brooklyn, New York. Me habían asignado a un programa especial de niños con problemas, para visitarlos y devolverlos a las más de siete escuelas intermedias. Una mañana de trabajo llegué temprano y me senté en la mesa de los maestros judíos. Allí, con ellos, pasé algún tiempo en silencio.

Luego de levantarme, cuando ya iba por el pasillo de la escuela, llega un joven maestro judío, corre hasta mí y me pregunta:

- ¿Are you a "choosen one" (judio).

Y le contesté :

- No, I'm Puerto Rican.

Se fue callado y nada me dijo. Creo que el sabía lo que el grupo de maestros judíos creían, que yo era judío.

Pasado el tiempo, y después de haber tenido conocimiento de que los emigrantes judíos a América se cambiaban los apellidos a nombres de planetas, y por la duda del apellido Colón, y por el apellido de mi bisabuela, Luna, he empezado a creerme judío. Así que mi abuelo, León Ruiz Luna (Ruiz de Ruz, árabe), procedía de árabes judíos; sacados de España durante la Inquisición.

Mi abuelo era trigueño, como los árabes y mi abuela rubia, Sánchez, bellísimas mujeres... Mi abuelo administró su finca de más de cien cuerdas hasta que envejeció y murió. Solamente, pude verlo dos veces. De qué otra manera iba a abandonar el Progresista Imperio Español para venirse a sufrir a estas montañas de las Piedras del Coyao...

En fin, mis bisabuelos emigraron a este inhospitalario Nuevo Mundo, para escapar a la incomprensión que siempre ha existido sobre los matrimonios entre razas distintas, aunque sean nativos del país de procedencia; en este caso españoles. El apellido judío de mi bisabuelo se desconoce, ya que lo cambiaron por Luna y, en el caso de mi bisabuelo, de la raíz Ruz, moro (árabe), por Ruiz. Según información obtenida de Don Leandro Arriba, historiador de apellidos de Aibonito, mis tatarabuelos fueron, Felipe González y María de Santis.

Así termino mis datos legendarios biográficos. Amén.

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Vivat Academia, revista del "Grupo de Reflexión de la Universidad de Alcalá" (GRUA).
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Última modificación: 30-03-2007