La taberna del lugarBenjamín Hernández Blázquez, Universidad Complutense de Madrid. Antropólogos diversos defienden que la historia de los pueblos se ha escrito a la sombra de los árboles; sin embargo estas narraciones tienen por actores principales a agricultores y ganaderos, eterna dicotomía, que convergen en un escenario principal: la taberna del lugar. Este protagonismo se acentúa cuando el pueblo es pequeño, entonces su relevancia no tiene parangón; las tabernas son adalides de la ciencia rústica e indicadores sin par de lo que cotidianamente acaece en la localidad. Los tratos, las novedades vecinales que acontecen, las tertulias al lado de la damajuana, las partidas de tute o del cinco, todo el latir del pueblo se da en este escenario; en fin se puede colegir que "un municipio sin taberna es un municipio sin vida". El paisaje exterior de las tabernas solía estar formado por burros y mulas que circulaban aleatoriamente por callejuelas sin asfaltar, transportando vino y otras viandas; con sus relinchos y rebuznos actuaban como improvisados despertadores. El escritor Díaz Cañabate, que glosó guiones costumbristas como pocos, escribía: "una taberna es como un puerto de mar; el mostrador es el muelle, las mesas son las boyas y los barcos los bebedores que van y vienen, anclan y naufragan. Navegan por el mar del vino ahíto de sirenas y de sueños, pero también de escollos". Con esta mercancía, tabernas, ventas y posadas se confundían compitiendo por henchir andorgas y aliviar los gaznates de arrieros y jornaleros que venían en caterva a las zonas de trasiego. Consecuentemente, en algunas ocasiones, la hora de cierre se alargaba y el ambiente fue proclive a riñas y trifulcas entre los más trafalmejas que utilizaban un lenguaje zafío y soez, es decir, tabernario. En pueblos mayores o fronterizos, fueron refugio de espías y conspiradores contra el régimen de turno provocando frecuentes contubernios (cum taberna). En otro orden de cosas, la Real Academia define esta denominación como: "tienda o local público de tipo modesto donde se vende al por menor o para tomar en él, vino y otras bebidas espirituosas y, a veces también comidas". Tasca, chiscón o fondela son vocablos de origen caló y, como el sudamericano boliche han surtido idénticos efectos que taberna. Otras acepciones históricamente similares como hospedería y hostería, también hospital y hospicio tienen la misma raíz y contenido semántico que huésped, del latín hospes, es decir, hospedador con lo que se acentúa la función social de esta figura. En el referido escenario, a los protagonistas no les faltan detractores, como los que dicen que: "las tabernas son lugares donde se gasta en beber lo que hace falta para comer". Empero en los pueblos, los enemigos seculares han sido los curas, por razones obvias, y también los alcaldes que suelen estar en boca de todos los íncolas, bien por no hacer cosas, bien por hacerlas en contra de la voluntad de los vecinos. Incluso a algunos regidores no les resulta de agrado ni aún que allí se reciba el periódico de la provincia, sobre todo, cuando ensalzan los progresos y novedades "del pueblo dal lao". De cara a los próximos comicios, este indicador sociocultural debiera contemplarse o sustituirse por locales de otra denominación, cuando se extinguen los actores de este escenario al tibio sol de pueblos que tienden a confundirse con el olvido. Volver al principio del artículo Volver al principioEl desarrollo económico asiático visto al través de su industria defensiva NOTACarlos Díaz Gómez. Universidad de Alcalá Resumen Un país se desarrolla cuando, consciente de una amenaza inminente, latente o desatada, decide invertir seriamente en su sector defensivo, cuyas industrias resulta imposible separar de las demás industrias de la economía, a las que exige un esfuerzo permanente y a las que contribuye a modernizar con su demanda, su producción y sus constantes innovaciones. El desarrollo y el dinamismo económico de las economías del continente asiático puede muy bien apreciarse estudiando ciertas empresas que están desarrollando una amplia gama de armas cada vez más avanzadas, lo cual puede traducirse, en un plazo más bien corto, en el desarrollo de la capacidad militar china para embarcarse en un probable conflicto bélico en Taiwán, así como en la presencia permanente militar china en Asia. Esta comunicación pretende ilustrar cómo el hecho de que las economías del continente asiático supongan hoy una parte tan importante del producto bruto mundial se halla íntimamente relacionado con el hecho de que abundante crédito bancario privado se dirija a países estratégicos de la zona y a proyectos relacionados con el sector defensivo. Palabras clave: defensa, flujos financieros, industria. Área temática: Una mirada económica hacia Asia ABSTRACT A country develops when, aware of an imminent threat, it resolves to heavily invest in its defence industry, whose firms cannot be clearly separated from the rest of the industries in that country. This paper contends that the recent development and remarkable dynamism of Asia is very much related to the fact that abundant bank credit is directed to the region in order to finance defence-related projects.
Un país se desarrolla cuando, consciente de una amenaza inminente, latente o desatada, decide invertir decididamente en su sector defensivo, cuyas industrias resulta imposible separar de las demás industrias de la economía, a las que exige un esfuerzo permanente y a las que contribuye a modernizar con su demanda, su producción y sus constantes innovaciones. Así sucedió en la vieja Roma y así ha sucedido siempre en todos los imperios que en la Historia han sido. Cuando la amenaza desaparece del horizonte y se adelgaza "la partida bélica", comienza la decadencia. El profesor Richard N. Cooper opina en uno de sus papeles de trabajo disponibles en su página web que «la prosperidad económica moderna se basa en ideas, y que el territorio, los recursos, la mano de obra y el poderío militar cumplen desde que acabara la segunda guerra mundial un papel mucho más secundario que el que representaron en no tan prósperas épocas pasadas» (Cooper, p. 5). No estoy tan seguro de lo segundo. Es verdad que, según la clasificación habitual, puede decirse que el sector de los servicios ha ganado peso específico dentro de la estructura económica de las economías modernas más desarrolladas, aquellas que producen lo que no existe en el mundo y demandan para tal producción lo que sí existe (el petróleo, el oro, el capital intelectual, por ejemplo). Sin embargo, parece obvio que la validez de tal afirmación deriva de una cierta taxonomía. La clasificación en que toda definición consiste determina las conclusiones alcanzadas en el análisis que con tales definiciones o categorías se realiza. Así, un cambio en la definición de un concepto (abstracto, por definición) puede muy bien suponer una alteración radical de las conclusiones, que no se pueden considerar entonces nunca del todo definitivas. Este hecho epistemológico fundamental no ha de perderse nunca de vista a la hora de interpretar nuestras conclusiones. En consecuencia, la hipótesis de que en nuestra moderna sociedad del conocimiento y la información haya perdido importancia relativa la industria entendida como aquel sector de la economía dedicado a la producción de bienes a favor del sector de los servicios no tiene por qué hacernos creer que se haya producido cambio esencial alguno en la estructura económica. Valga como ejemplo para sustentar esta tesis el hecho de que, participando activamente en el proceso de consolidación de la industria defensiva europea, General Dynamics adquirió en 2000 nuestra Santa Bárbara Blindados; y en 2003 la austriaca Steyr Spezialfahrzeuge. Y las aglutinó, unificando su administración. La multinacional estadounidense es a fecha de hoy uno de los mayores fabricantes de vehículos militares de esta parte del mundo, con 3.000 empleados y 700 millones de euros en ventas en 2003 (Financial Times, 19 de noviembre de 2003). Y aunque volumen de ventas elevado no es siempre sinónimo de alta rentabilidad, mi análisis de la realidad económica asiática pone de manifiesto que el sector defensivo sigue siendo la espina dorsal de cualquier economía, la clave del arco económico, lo que queda cuando se reduce una cuestión a sus términos esenciales; la hormona sin la cual los procesos de circulación económica (flujos comerciales, volumen de empleo, generación y difusión de ideas ) no se inician o carecen de auténtica vitalidad. El suministro energético determina, aunque no garantice, el desarrollo económico. Y es función primordial del Ejército asegurar en la medida de sus fuerzas dicho suministro. La historia del Canal de Suez, por ejemplo, así lo demuestra. Por otro lado, el poder político es fiel reflejo del poderío militar, como pone de manifiesto la estructura política del Consejo de Seguridad de la ONU. Resulta muy clarificador en este sentido leer cómo empieza Heisenberg su libro de 1958 Physics and Philosophy: «Cuando uno habla hoy de física moderna nos dice Heisenberg, lo primero que le viene a la cabeza son las armas atómicas. A nadie pasa desapercibida la enorme influencia que estas armas tienen en la estructura política del mundo actual.» A menudo se comparan los modernos instrumentos financieros con armas atómicas. Las herramientas cuantitativas que se emplean en la valoración de los productos derivados son extremadamente complejas, pero se basan a su vez en supuestos tan elementales como imposibles, adoptados con el fin de poder contar con alguna herramienta que nos permita organizar y hacer operativo un sistema financiero tan lleno de misterios como de agujeros y contradicciones. Lo mismo sucede con la industria defensiva. Sus productos se hallan entre los más caros del mundo, pero rara vez se emplean para aquello para lo que habían sido pensados. Lo cual quiere decir que se actúa en gran medida a ciegas, aunque se hagan todos los esfuerzos por acertar y por ver claro. «Esta guerra afirma en referencia a la guerra de Irak Anthony Cordesman, un analista militar del Center for Strategic and International Studies, al margen de lo que con ella se consiga, nos enseñará mucho sobre lo que funciona bien y sobre aquello en lo que nos conviene invertir.» La tesis fundamental de esta comunicación es que la industria defensiva produce los bienes más caros de la economía. Y que la financiación de dicha producción es un elemento estratégico de primer orden capaz de explicar el tamaño económico de los distintos países. Algunas voces (Martin Wolf desde Financial Times, o Barry Eichengreen desde la Universidad de Berkeley, por ejemplo) reclaman que se conceda a China más voz en las instituciones multilaterales mundiales (el FMI, la OMC, la ONU ), con el argumento de que su importancia comercial y demográfica así lo reclama. Otras autoridades, menos visibles o publicitadas en los medios de comunicación, sostienen que las veneradas instituciones multilaterales no son sino enormes mamotretos políticos en los que hay que estar presentes siempre, alentando su operatividad y aplaudiendo sus aciertos y la prosperidad que procuren, pero cuidando de que no acaben por causar una atrofia en el cuerpo social mundial, una incapacidad de reacción de la que puedan beneficiarse los enemigos de la libertad. (De ello se ha quejado públicamente en más de una ocasión Robert Kagan.) Se argumenta entonces que China, una dictadura que, como Cuba o Venezuela, tuerce el gesto o monta en cólera cuando se le reclama una vuelta o la instauración de los derechos humanos y las libertades fundamentales bajo el imperio de la Ley, no cumple las condiciones exigidas por Occidente (los promotores y miembros fundadores de tales instituciones) y pierde por ello automáticamente su legitimidad para reclamar preponderancia en la gobernación política mundial. Baste en este sentido recordar cómo hace sólo unos días, el 16 de marzo de 2007, aprobaba el Parlamento chino una Ley que reconoce el derecho a la propiedad privada. El Gobierno chino ve cómo empresas estadounidenses venden armas al Gobierno de Taiwán, y tiene situadas 600 cabezas de misiles apuntando hacia la isla, cabezas quizá nucleares desarrolladas con tecnología y financiación quizá rusa, quizá israelí, quizá Puede que el territorio y el poderío militar sean menos importantes que en el pasado. Puede que el doctor Marañón, que aseguraba que «las guerras están en trance de desaparecer», estuviese en lo cierto. Él pensaba que «aun cuando existan, serán, cada vez más, gestión de diplomáticos, de ingenieros, de mecánicos, de químicos, de deportistas y de masas populares. Pero el militar añadía tiene la misión futura trascendental de organizar la paz» (Marañón, 1952, p. 45). Cuando, tras la primera prueba nuclear china, en 1964, vino la segunda, en 1967, el Gobierno taiwanés, a través de su ministro de defensa, Hsin Chu, propuso un proyecto para desarrollar armas nucleares. El "Programa Hsin Chu" «consistiría en un reactor y una planta de producción de agua pesada, un laboratorio de investigación sobre reprocesamiento de combustible nuclear y una futura planta de separación de plutonio, todo ello suministrado por la empresa alemana Siemens» (SIPRI, 2004). De modo que, si bien ninguna empresa española está en condiciones de disputarle a Siemens un contrato en Taiwán, cuando el aficionado merengue sonríe ilusionado al hacerse una foto junto a uno de sus ídolos deportistas, contribuye a financiar una operación militar en la misma China.
Parece que Ares haya desaparecido del Olimpo de los profesores Marañón y Cooper. Para el general John Jumper, en cambio, «esta guerra de Irak es como esta guerra. No es como la última ni como la próxima.» El desarrollo y el dinamismo económico de las economías del continente asiático (sintetizado en la Tabla 1) puede muy bien apreciarse estudiando el estado y la evolución de ciertas empresas de defensa que están desarrollando una amplia gama de armas cada vez más avanzadas, lo cual puede traducirse, en un plazo más bien corto, en el desarrollo de la capacidad militar china para embarcarse en un probable conflicto bélico en Taiwán el enclave capitalista y la punta de lanza occidental frente al gigante rojo, así como en la presencia permanente militar china en Asia. Esa es la idea fundamental del estudio de la RAND Corporation que incluimos en la bibliografía.
La distinción conceptual entre masa y velocidad económica se corresponde con los dos significados que cabe atribuir al término "dinero": dinero como renta o ingreso periódico (anual, en este caso) frente a dinero como expresión o cuantificación de bienes y derechos que forman el activo (de un país, en esta ocasión). El primer significado es el que aplicamos al interpretar las cifras correspondientes a las distintas partidas que componen una cuenta de resultados y el segundo el que tenemos en mente a la hora de valorar las propias de un balance de situación. Así lo explica el reciente y tristemente fallecido economista americano Milton Friedman en su libro de 1992 Money Mischief. Y en tal explicación me he apoyado para hablar de masa y de velocidad económica, de aceleración y de fuerza. Resulta obvio decir que he llamado "keynes" a la unidad de fuerza económica en claro paralelismo con el newton de la mecánica clásica. En su interesantísimo «Atlas mundial de financiación internacional», Iñigo Moré nos informa de que los bancos de EEUU tienen en Taiwán y en Corea del Sur a sus principales aliados en Asia. Les prestaban en 2003 tres veces más fondos que a China. Por otro lado, Francia es «el principal proveedor de fondos de Japón, al que ofrece el 16% de sus créditos internacionales» (Moré, 2003, p. 11) Inspirándome en este trabajo del Sr. Moré, y con los últimos datos publicados por el Banco Internacional de Pagos de Basilea, he elaborado la Tabla 2.
Esta comunicación pretende ilustrar cómo el hecho de que las economías del continente asiático supongan hoy más de la mitad del producto bruto mundial se halla íntimamente relacionado con el hecho de que abundante crédito bancario privado, el flujo financiero más importante de la economía internacional, se dirija a países estratégicos y a proyectos relacionados con el sector defensivo. En la Tabla 2 se recogen cantidades totales que incluyen todos los sectores, y no sólo el sector privado, bancario o no. La Tabla 3 y el Gráfico 1 justifican parcialmente la tesis esencial de esta comunicación.
El estudio sobre China elaborado en 2005 al que antes nos referíamos sostiene que existen cuatro consideraciones que mutuamente se refuerzan para explicar el reciente progreso de la modernización de la industria defensiva china. Son éstas: 1) Los fondos dedicados a la adquisición de armas se han incrementado muy notablemente desde 1990 hasta 2003, pasando de 5.000 a casi 65.000 millones de yuanes (600 a 7.800 millones de dólares) en 2003. El embargo de armas impuesto a China por los Gobiernos de la Unión Europea en 1989 a raíz de los sucesos de la plaza de Tiananmén y las constantes presiones ejercidas por Washington sobre los distintos países europeos para que tal embargo se mantenga, tiene obvias repercusiones sobre la evolución y el desarrollo de las industrias defensivas europeas. Si a ello añadimos el hecho de que son muchas veces empresas de inversión estadounidenses quienes adquieren las acciones que se emiten tras procesos privatizadores, como sucedió en el caso de QinetiQ el equivalente británico del INTA, que fue privatizado en 2002 y adquirido por Carlyle, se comprenden o interpretan de otra forma ciertos niveles de desarrollo o tasas de crecimiento económico de algunos países asiáticos. 2) En el transcurso de los últimos 25 años en los que China ha vivido su proceso de transición económica, ciertas empresas de defensa muy expuestas a la competencia de los mercados internacionales han resultado ser especialmente eficientes a la hora de mejorar sus capacidades de I+D y de producción, tanto en su papel de asociadas como en cuanto competidoras de empresas extranjeras. 3) En la última década, la industria defensiva china ha disfrutado de acceso regular, si bien limitado, a equipamiento militar, así como a asistencia técnica, especialmente por parte de Rusia e Israel, gracias a lo cual los chinos han sido capaces de mejorar por imitación su capacidad productiva de sistemas de armas, integrar en sus líneas de producción avanzadas tecnologías extranjeras y mejorar la pericia técnica del personal chino dedicado a la producción defensiva. 4) Durante décadas, Beijing se abstuvo de acometer seriamente el tipo de reformas fundamentales racionalización y consolidación que exige la revitalización de la industria defensiva. Desde la primavera de 1998, los líderes chinos han venido adoptando una nueva serie de políticas encaminadas a subsanar la estructura y el funcionamiento del sistema y el procedimiento de adquisiciones de material defensivo; y a reformar la forma en que se administran las empresas de defensa. Este proceso ha permitido que se reconozca la gravedad de los problemas que aquejan el sistema defensivo industrial chino. Los líderes chinos procuran que sean los principios de "competencia, evaluación, supervisión y apoyo", conocidos como los "cuatro mecanismos" (sige jizhi) los que rijan su sistema defensivo industrial. El documento que aquí reseñamos analiza pormenorizadamente cuatro sectores industriales defensivos concretos: diseño y construcción de misiles, industria naval, aviación militar y tecnología/electrónica de la información. Es evidente que se trata de los sectores con mayores efectos de arrastre de las economías más desarrolladas. A ellos dedican denodados esfuerzos todos los países que creen en su futuro. Y de ellos depende esencialmente nuestro progreso moral y material. Volver al principio del artículo Volver al principioEsta comunicación se presentó fuera de plazo a la IX Reunión de Economía Mundial y al Primer Premio de Economía Mundial "José Luis Sampedro" organizados por la Sociedad de Economía Mundial. No fue aceptada porque, en opinión del evaluador correspondiente, "carece de estructura, no están claros los objetivos, ni la metodología de análisis, ni de dónde obtiene las conclusiones." Pensamos que con más tiempo y una pequeña revisión, al final hubiese sido aceptada. Volver al párrafo Volver al principio del artículo Volver al principioBibliografía Cooper, R. N. (2000): «A Glimpse of 2020». Working Paper. Harvard University. Financial Times, November 19, 2003: "Defence Industry" (Special Report). Friedman, M. (1992): Money Mischief: Episodes in Monetary History. Harcourt Brace Jovanovich, Publishers. Orlando, Florida. Marañón, G. (1952): Raíz y decoro de España. Espasa-Calpe. Madrid. Moré, I. (2003): «Atlas mundial de financiación internacional». Análisis del Real Instituto Elcano. Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos. Madrid. RAND Corporation (2005): «A New Direction for Chinas Defense Industry». Santa Monica. SIPRI (2004): «Non-proliferation and Export Control Project». Volver al principio del artículo Volver al principio |
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