Jesús Miguel Sáez González
Exprime el tiempo las sombras que rectan, atravesando los méritos que les son
ausentes; al raso el cielo azul cobalto, deambulando por la arboleda de un eral
tergiversado de cantos quietos y miradas contrapuestas, pululan las aves de éste Madrid
de Otoño, molesto por los vientos. Y las marquesinas cerradas, por defunción, al
tráfico rodado, hasta en Callao el metro aúlla por debajo descerebrando, tramo a tramo,
los silencios cómplices de la inseguridad, más que eso, la fragilidad de estar
anestesiado por el zumbido rubricado de los impertinentes salvajes de la mendicidad
global, increpando las culpas que le son ajenas. Y el contenedor de la basura, ya está
fuera de sus moradas; y el olor, nuestro olor, impregnado en nuestra ropa, cuesta la
contaminación delatora precipitándose en Plaza de España. Y Don Quijote empuñando su
arma, la pluma de la libertad liberadora contraplano con el edificio Torre Madrid, y las
hojas zumbonas levantan el polvo de los justos. Lo peor de un atentado es la soledad, que
se te queda.
El mundo, detrás a ninguna parte; el sol; los caminos son enjambres donde la autopista
nunca concluye, la arena sobre la frente y el viento un cuchillo cegado; el pasante
diagnostica sobre el terreno; la frontera un estado mental curvilíneo, los postes de la
luz se someten al Rock, la piedra rodante se suspende sobre el asfalto; un crujido parece
un abrazo genital, las muchachas secan su verguenza y Carolina For Sale.
José O. Colon Ruiz
Abre tus ventanas amada mía,
para ver tu faz en pleno vuelo.
Quiero ver tu luz irisada al cielo,
y posarme en tu suelo de ambrosía...
Quiero arribar al techo de tu alma.
Quiero ser agua clara en tu rocío.
Quiero ser como la lluvia en tu río.
Quiero estar en el fondo de tu karma.
Ámame amándome mi estrella y cielo;
para llegar a tu ría en pleno vuelo,
para dormirme en puerto de tu seno.
Para tenerte cada hora del día,
para quererte sintiéndote mía.
Y en tu Sol y tu noche ser sereno.
Ofrecemos la lector la posibilidad de
reproducir un vídeo del autor recitando el poema. Pulse este enlace para obtenerlo en
formato AVI.
José O. Colón Ruiz
[aunque todo esto les parezca un cuento, les aseguro que no lo es]
Todo comenzó, cuando en Yahoo, apareció el dibujo o figura de un avatar,
para reconstruirlo, como si fuera uno mismo. Le puse mi pelo, como poco más o menos, el
mío, la ropa , etc. Y ahí lo dejé así, construido mi avatar...
Luego, de diferentes culturas, española, judía, árabe... reconstruí mi
Avatar. Yo mismo, mi psiquis. Estaba preparado...
Yo. Después de descubrir que soy sickle cell mutante, me dio con
convertirme en avatar. Nada podía detenerme.
Pues es que, en la serie Las Brujas, los avatares eran invencibles e
inmortales. Y así me hice inmortal e invencible. Aunque mi maquinilla estuviera
embrujada.
"THE AVATAR"
"YOU ... ME"
UN AVATAR DE LA VIDA
José O. Colón Ruiz
Estando yo meditando sobre mis fuentes literarias, sentado en brazos de la historia y
en un mundo de sombras silenciosas, Paleto llega a mi y me dice:
- Amo quiero presentarle a Niple que estuvo perdido por mucho tiempo,
indeterminable, y cuando lo encontramos, había llevado vida de "bom". Un perro
bom...
- Paleto, ¿qué es eso de "bom"?
- Así es como llaman a los que se alejan del mundo de su familia y se
dedican a vivir en las calles sin trabajar...
- ¿Pordioseros, Buen Amigo?
- Más que pordioseros, se convierten en vagabundos, consumen alcohol,
drogas. Depende del problema que los llevó a tirarse a la intemperie para vivir.
- El perro, Niple fue que se perdió...
- Ya sé. En New York los recogen en el Boury, donde les dan comida, techo,
y albergue. A Niple lo encontró usted, Amo, flaco, enfermo, con sabandijas. Se lo llevó
a su casa lo bañó... Y aquí está como si nada.
- Mucho gusto. Vengo para que me cuenten una leyenda.
- Amo, hace tiempo que no nos cuenta una leyenda de Puerto Rico.
- Paleto, precisamente estaba por contarte la leyenda de "La Vuelta de
La Culebra" que leí en El Vocero. Niple puedes quedarte y escucharla.
Cuando ya estaba a punto de comenzar, me llega un misterioso e-mail de Pablo Paniagua,
sobre LA LITERATURA FRACTUAL, irrumpiendo así en mi cuento a Paleto y Niple.
- Amo dejemos lo de la literatura factual para otro día, Cuéntenos La
Leyenda de Guayama.
- Amigos, La Leyenda De Guayama, base para que al pueblo se le llame
"El Pueblo de Los Brujos", sucede por allá por el mil setecientos... Para ese
tiempo, en Guayama, existía una hacienda denominada Los Rodríguez. En ésta tenían dos
esclavos llamados Mercé y Cayo, que se amaban. Cuando estaban haciendo los preparativos
de su boda, con permiso, de su amo, éste compró una docena de nuevos esclavos para los
trabajos de su finca.
- Amo, eso no tiene nada de extraño. Era la época de la esclavitud en
Puerto Rico, que fue abolida en el año mil ocho cientos...
- Pero déjame contarte.
Y Niple que estaba muy interesado se queja:
- "A mal tiempo buena cara". Paleto, no interrumpas.
- El problema, fue que entre los esclavos recién comprados trajeron una
mulatita, llamada Fini, que era un encanto, con caderas amplias, hermosa, estrecha cintura
y coquetona.
Y Paleto relincha:
- ¡Wuuuaoo!
- Pues miren, algo así, debió haber dicho Cayo, porque quedó locamente
enamorado de la esclava Fini. El asunto es que Mercé, al enterarse de todo, fue a una
bruja, para que le ayudara a retener a Cayo. Ésta le preparó un trabajito, mezclando,
yerba buena con ungüentos y le incluyó piel de culebra.
Y Paleto y Niple, a coro.
- Amooo, ¿qué es eso?
- Un hechizo endemoniado...
- ¿Y usted no nos había dicho que no creía en eso?
- Bueno amigos yo no juzgo esos acontecimientos, simplemente los respeto y
los cuento como la tradición los narra. Déjenme terminar...
- La Bruja le había prometido y asegurado que el hechizo tendría sus efectos y que
Cayo se casaría con ella y caería en sus brazos. Para ello, la bruja tenía que ir al
Cementerio y enterrar el mañujo. Pero era tan vieja que se había vuelto olvidadiza y, al
enterrarlo, cambió los nombres con los de Fini y Cayo. Aquella misma tarde, Fini y Cayo
se habían casado. Mercé, que amaba tanto a Cayo y soñado con su boda, corrió llorando
desesperadamente, se volvió loca y se escondió en el bosque. Se dice que, al otro día,
salió del monte una enorme culebra, moviéndose por todas partes, y a la Bella Mercé
jamás se la volvió a ver...
Sábado 13 de octubre de 2007, mes de las BRUJAS en Puerto Rico. 31 de
octubre, "Halloween".