Seis chistes malos, seis

Sigfrido del Alce

Uno de locos

En el manicomio, un loco gritaba:

- ¡Yo soy el enviado de Dios!

Se le acerca otro loco y le dice:

- No, ¡Yo soy el enviado de Dios!

Y así, los dos locos discuten. Entonces, se acerca un tercer loco, y les pregunta:

- Qué pasa aquí?

Y el primer loco dice:

- ¡Yo soy el enviado de Dios!

Y el segundo dice:

- No, ¡Yo soy el enviado de Dios!

Entonces, el recién llegado exclama:

- Un momentito, ¡Yo no he enviado a nadie!

Uno de abogados

Los abogados jamás deberían hacer una pregunta a una abuela si no se encuentran preparados para la respuesta.

Durante un juicio en una pequeña ciudad, el fiscal llamó al estrado a su primera testigo, una mujer de avanzada edad.

El abogado se acercó y le preguntó:

- Señora Fortunati: ¿sabe quién soy?

Ella respondió:

- Sí, lo conozco señor Sanny. Lo conozco desde que era un niño y francamente le digo que usted resultó ser una gran decepción para sus padres. Siempre miente, cree saber de todo, es muy prepotente, abusivo, engaña a su esposa y, lo peor de todo, manipula a las personas. Se cree el mejor de todos, cuando en realidad es un pobre hombre. Sí, lo conozco...

El fiscal se quedó perplejo, sin saber exactamente qué hacer. Apuntando hacia la sala, le preguntó a la Sra. Fortunati:

- ¿Conoce al abogado de la defensa?

Nuevamente ella respondió:

- Claro que sí. También conozco al señor Geen desde que era un niño. Es un flojo, medio raro y tiene problemas con la bebida. No puede tener una relación normal con nadie y es el peor abogado del Estado. Sin mencionar que engañó a su esposa con tres mujeres diferentes, una de ellas la señora Sanny, esposa suya señor Sanny, ¿recuerda? Sí, yo conozco al Sr. Geen. Su mamá tampoco está orgullosa de él.

El abogado de la defensa se desmaya del síncope correspondiente.

Entonces, el Juez llama rápidamente a los dos abogados para que se acerquen al estrado y les dice:

- Si alguno de los dos le pregunta a esa vieja si me conoce, los mando a la silla eléctrica.

¡Ojo con el lenguaje!

Estaban dos niños jugando con un trompo y uno le dice al otro:

- A ver, baila el trompo.

Y el otro le contesta:

- No sabo.

El primero le dice:

- No se dice "no sabo", se dice "no sepo".

En ese momento, una señora, que estaba escuchando la conversación de los niños, les comenta:

- No se dice "no sabo" ni "no sepo".

Los niños le preguntan:

- Entonces, ¿cómo se dice?

La señora les responde:

- No sé.

Y los niños le dicen:

- Entonces, ¿por qué se mete en lo que no le importa?

No es lo que parece

Un hombre va al cielo y le preguntan:

- ¿Nombre y apellidos?

- Manolo Gutiérrez Gutiérrez.

- Vaya por Dios, no me aparece en pantalla.

- Pero, ¿y eso?, si yo he sido muy bueno, pero que muy muy bueno.

- Pues no sé, va a tener usted que pasar por el purgatorio.

- Pero, caramba, si yo..., ni siquiera he dicho un taco en mi vida.

- Nada, nada, ya le digo que su nombre no aparece en la pantalla y, por favor, no nos interrumpa que tenemos mucho lío.

Llega al purgatorio.

- ¿Nombre y apellidos?

- Manolo Gutiérrez Gutiérrez.

- ¡Uhm!, no aparece en pantalla, va tener usted que pasar por el infierno.

- Pero oiga, ¿qué dice?

- Sí, sí y además no me entretenga. ¿No ve que estoy ocupado?

Llega al infierno.

- ¿Nombre y apellidos?

- Manolo Gutiérrez Gutiérrez.

- No, no parece en pantalla, tiene usted que reencarnarse. Puede elegir entre un rinoceronte del Congo o una gallina andaluza.

- Pero...

- Ni pero ni pera, a reencarnarse ya mismo.

De repente Manolo aparece en una granja convertido en gallina, entre otras dos gallinas.

- Esto..., ¿también reencarnación?

- Sí.

- ¿Y aquí, qué hay que hacer?

- Pues poner huevos.

- ¿Y eso?

- Si no pones huevos, te pasan a la sala de despiece.

- ¿Y cómo se ponen los huevos? Yo no he puesto huevos en mi vida.

- Apretando.

- ¿Apretando?

- Sí, sí, sí, aprieta.

- Gghrmhnrrrmeegrnmnmgreggmmh...

- ¡Manolo! ¡Manolo! ¡Despierta que te estás cagando!

Todo depende de...

- ¿Papá, los marcianos son amigos o enemigos?

- ¿Por qué lo preguntas, hijo?

- Es que se están llevando a la abuelita.

- Pues entonces, ¡¡¡son amigos!!!

Uno de Jaimito

La profesora le dice a Jaimito:

- A ver Jaimito, la frase "yo busco novio", ¿qué tiempo es?

- Tiempo perdido, señorita.

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