En recuerdo de Rafael AzconaJesús Miguel Sáez González, crítico de cine. Sobrevivir es seguir adelante siempre, Un restaurante. En una de las mesas hay un grupo que se lo está
pasando muy bien, justo en la de al lado, otro grupo se dice a sí mismo: "Cómo
se lo están pasando éstos, y de que se ríen, y piden champán
" La
historia consiste, en cómo estos de la segunda mesa hacen lo posible para aguar la velada
a los de la primera mesa, y eso es España. Volver al principio del artículo Volver al principioLA LENGUA DE LAS MARIPOSAS de José Luis CuerdaLa relación de José Luís Cuerda con la literatura no es un hecho accidental. Desde sus primeros trabajos cinematográficos, la narrativa ha sido directriz esencial, cuanto menos vertebradora de su filmografía (recordemos El Bosque animado, novela fantástica de Wenceslao Fernández Florez). En esta ocasión el realizador opta por tres cuentos del periodista gallego Manuel Rivas, correspondientes a la obra "¿Qué me quieres, amor?": Carmiña, La lengua de las mariposas y Un saxo en la niebla. Además, ha contado con la excepcional colaboración de Rafael Azcona, quien adapta y relaciona magistralmente estos tres relatos dentro de un corpus. La lengua de las mariposas se describe, a modo de viaje iniciático, como un análisis de la naturaleza y su aprendizaje: La naturaleza y sus misterios, la naturaleza humana y su vertiente más siniestra; teniendo en cuenta que ambas premisas son inseparables. Extraordinaria cinta del realizador albaceteño. Destacamos con voz propia, las interpretaciones de Fernando Fernán Gómez y el niño Manuel Lozano. Reseñamos, en última instancia, la presencia de Alejandro Amenábar, quien compone su banda sonora y Mateo Gil, quien actúa como segundo operador. Ficha técnica: Volver al principio de "La lengua de las mariposas" Volver al principio del artículo Volver al principioObra de AzconaAlgunas películas que tienen a Azcona como guionistaEL COCHECITO de Marco Ferreri(1960) Como adaptador teatralMEMORIA DE ADRIANO, bajo dirección de Maurizio Scaparro (1989) Guionista para televisiónLOS DESASTRES DE LA GUERRA de Mario Camus (1982) Como escritorLOS EUROPEOS Como dibujante para La CodornizEl repelente niño Vicente Volver al principio de "Obra de Azcona" Volver al principio del artículo Volver al principioAlguna que otra perla más, que me narró aquella tarde de otoño tardíoUna tarde, en New York, durante una fiesta en un apartamento, Tono se puso a hablar con Einstein; observados de cerca por Edgar Neville. Al regreso del humorista al pequeño grupo de contertulios español, el cineasta le preguntó: "¿Estabas hablando con Einstein?" Tono asintió con la cabeza. "¿Y de qué hablabas, si tú no sabes inglés?" A lo que Tono contestó: "De que en la vida todo es relativo." El guión con respecto a la película siempre debe permanecer invisible. En la vida no todo es triste, el humor también es posible, por esto los dramas no son tales. En el cine, un galán americano, con sólo silbar, acude rauda una chica despampanante a su lado. Si, por el contrario, éste es europeo, sólo se le acerca un perro que alza la pata y lo mea en los pantalones. Ésta es la diferencia entre el cine norteamericano y el europeo. Volver al principio de "perlas" Volver al principio del artículo Volver al principioEn primavera, las callesJesús Miguel Sáez González, crítico de cine. THREE TIMES de Hou Hsiao-hsienY ante un mismo tema se nos presentan tres variaciones independientes, que actúan sucesivamente como pulsaciones emocionales, y cuyo orden cronológico no sigue de ninguna forma una justa linealidad lógica (Tiempo de amar 1966/Tiempo de Libertad 1911/ Tiempo de Juventud 2005). Sobre el amor hacia el desamor en la pareja y viceversa, apostando porque los actores (cuerpos) condicionen como autómatas la acción, meciéndose (intervienen en éstas; Shu Qi y Chang Chen, bajo diferenciados personajes). Pero nunca lo contrario, suministrándose así un verdadero sentido musical, más que eso, coreográfico, porque todo lo que ocurre durante esos planos secuencia, además, trasciende a nuestra mirada y la cámara, con sus procelosos y minimalistas movimientos, resulta expectante con sus sutiles requiebros rítmicos, conjugándose dentro de unos espacios interiores, como plena comunión lírica, y que, por tanto, su lectura no parte en exclusiva de lo narrativo, sino de lo propiamente visual, es decir, de lo emotivo. En Tiempo de Amar filma a sus personajes de cuerpo entero ante una mesa de billar, donde el movimiento y dirección de las bolas sobre el tapete adoptan diversos movimientos. Los temas Smoke gets in yours eyes y Rain and tears no sólo marcan un tiempo subjetivo y romántico, sino que actúan como leit motiv de los sentimientos de la pareja. En Tiempo de libertad filma a los personajes en planos medios, una historia deliberadamente muda, aunque sin imposiciones, marcando la imposibilidad del amor. Así se acude, por ejemplo, a los intertítulos, interviniendo la música diegética de piano como pulsación emocional adecuada, tan sólo en leves momentos de miradas, el canto de la cortesana irrumpe, lo único plenamente audible, alza en su interpretación los sentimientos verdaderos. En Tiempo de Juventud se encuentra filmada con todo tipo de planos, mostrando atención primordial por los primerísimos planos que consiguen en ocasiones difuminar los rostros, la música va apagándose, así como la iluminación en la escena, en ocasiones, se ve interrumpida por el ruido caótico de la ciudad. El nihilismo y el vacío emocional pendular triunfa en estos tiempos incomunicados; imposibles. Ficha técnica: Volver al principio de "THREE TIMES" Volver al principio del artículo Volver al principioREGRESO A NORMANDÍA de Nicolas PhilibertHacia dónde, sé a ciencia cierta que avanzo obstinadamente, hace tanto tiempo, que el río y sus atrabiliarios meandros conforman, en su trascurso, mi arbitrario viaje. Y quién reconoce el paisaje conocido, aquel tiempo atrás hace treinta años, cuando fui un joven, el mismo, puede, un desconocido ayudante de dirección, cuando el cine incentivó mi deseo. El mismo asunto que inicia hoy mi trayecto motivado, el del origen, quizás, al fin, el de llegada, donde descansa la traviesa mirada; porque no estoy seguro o sí lo estoy, lo reconozco, los parámetros espacio temporales se han trasformado de un lado a otro. Me detengo a lo largo de la existencia y pienso -las opciones multiplicadas-. Tantas veredas que se antojan divergentes a mi juicio, pero son también alma intrínseca sin querer, interiores, paisajes, multitud de caras literarias, o no, que conocí, para huir de su espacio y tiempo por un momento arrebatado, hacia la intrahistoria de los acontecimientos elevados. Los crímenes de antaño perpetrados por Pierre Riviere, en 1835, bajo las revisiones pertinentes de Focault, en 1973, alojadas dilatadamente en un guión, hacia 1976. Por supuesto, grabados sobre la mente precipitada, para ser trascritos sobre papel y disfrutable en pantalla. Así los que permanecen, aquellos mismos que en su día interpretaron y fantasearon por un momento, realmente, sus disfraces, claro está, aquella cinta de mi maestro Allio, y se fugaron por un momento de su cotidianidad, son los que, al cabo de un tiempo, también regresaron con sus recuerdos inmediatos (no tienen por qué ser cinematográficos), en paralelo, diferenciados e inmanentes. Investigo hoy y los reencuentro, entrevistándolos incluso, como no sé si dotarlos de otra vida en la distancia, devolviéndolos a los personajes del ayer o a otros tantos con sus sombras adheridas ya mortales. Y los reinserto a la historia o a la ficción trasmigrada o, por el contrario, a la mía propia, en su contacto real y fidedigno. Pero su tiempo, sin duda, el que fue, también trasnochó. Éste es un hecho. Otro, también sus fantasmas líricos del pasado no inmediato, que arrebataron de sus espacios, los que gravitan ingrávidos, metamorfoseados, y los paisajes y los testimonios regenerados y la secuencias oníricas, que se enriquecen en sí como memoria y estos recuerdos, que deben concatenarse, como posibilidades providenciales que dialogan o, todo lo contrario, intervienen como emociones primigenias olvidadas, también como momentos en su discurrir tardío, que surgen, sin preverlo. Nadie lo sabe. Ficha técnica: Volver al principio de "REGRESO A NORMANDÍA" Volver al principio del artículo Volver al principioRECORTES DE PRENSAJuan Orellana Publicado en Páginas digital Yo conocí a Rafael Azcona en el invierno del año 2000, cuando quedamos a desayunar en el José Luis del madrileño Paseo de la Habana, justo debajo de donde vivía el famoso guionista. El motivo de nuestro encuentro era que yo le entregara la medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC) que había ganado por el guión de La lengua de las mariposas y que no había querido ir a recoger a la gala de los premios por su horror a los homenajes públicos. Me encontré con un hombre simpatiquísimo, gran conversador, muy iconoclasta y que, en lo conceptual, rechazaba el cine llamado de tesis, empezando por Bergman y siguiendo por todos los demás "autores". En aquella ocasión él se quejaba de las manipulaciones que sufrían sus guiones y comentaba cómo a menudo él no se reconocía en el resultado final de películas en las que aparecía el genérico: "Guión de Rafael Azcona". Al margen de lo atractivo de su personalidad, Azcona representa mucho más que un reputado guionista. En cierto modo, él encarna la versión cinematográfica de la Transición, por un lado, y la implantación del laicismo -también cinematográfico- por otro lado. Azcona anuncia la transición ya en sus películas de los sesenta y setenta, de la mano de Berlanga y de Ferreri, con películas de profunda carga irónica y crítica, como El pisito (Ferreri, 1959), El cochecito (Ferreri, 1960), Plácido (Berlanga, 1961), o El verdugo (Berlanga, 1963) por citar ejemplos de todos conocidos. En esa época, aún bajo la miope mirada de una censura cada vez más torpe, Azcona introduce una lectura sociopolítica en sus guiones que el espectador atento sabe desentrañar. Pero muerto Franco, y abiertas las puertas de la libertad de expresión, Azcona se consagra a consolidar algunos de los tópicos progresistas sobre nuestra historia que en el cine español siguen vigentes todavía. Pensemos en películas como El año de las luces (Fernando Trueba, 1986), ¡Ay, Carmela! (Carlos Saura, 1990), Belle Epoque (Fernando Trueba, 1992), Tranvía a la Malvarrosa (José Luis García Sánchez, 1997), La niña de tus ojos (Fernando Trueba, 1998) o La lengua de las mariposas (José Luis Cuerda, 1999), casi todas producidas por Andrés Vicente Gómez. Si el citado José Luis Cuerda acusó recientemente a los obispos españoles de querer imponer "una teocracia absurda", Andrés Vicente Gómez hace un año declaraba públicamente que comprendía que en otros tiempos "la gente quemara las iglesias", en referencia a la persecución religiosa de nuestra guerra civil, que él ha abordado tantas veces en sus producciones. Con estas películas se ha consagrado la "memoria histórica oficial", aquella que hace de la guerra civil un enfrentamiento entre los buenos, defensores de la libertad, y los malos, promotores del oscurantismo y el crimen, un bando donde se incluye a la Iglesia. Uno de los últimos trabajos de Azcona fue el guión de María Querida (2004), un film más de su amigo José Luis García Sánchez sobre María Zambrano. Allí, a través de las palabras de la pensadora, las que dice y las que calla, Azcona aprovecha para impartir una doctrina laicista y para arremeter contra todo lo que atisbe catolicismo. De esta forma el film violenta el talante real de María Zambrano para meter en el mismo saco a la Iglesia, al fascismo, la represión, el matrimonio, la incultura y en el supuesto cajón del paraíso y de la libertad al aborto, el divorcio, la república y cierta filosofía. En realidad, Azcona hacía unos años que había pasado de hacer cine de trasfondo histórico a abordar producciones de Andrés Vicente Gómez basadas en el chiste grueso y en el reclamo sexual, como fue el caso de El paraíso ya no es lo que era (F. Betriú, 2001) o La marcha verde (García Sánchez, 2002), uno de los mejores ejemplos de un cine casposo y machista. En fin, Azcona se puede considerar como uno de los guionistas más influyentes de los treinta últimos años, que ha hecho de la comedia un referente socio-cultural que explica en parte el humus cultural del régimen del presidente Rodríguez Zapatero, un régimen que es el paso lógico de un proceso que, como vemos, nace en los años sesenta. Volver al principio del artículo Volver al principio de "Recortes" Volver al principio |
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