¿Es el enemigo?
Es que queríamos pedirles un favor. Verán, la jefa se ha puesto de parto y tenemos a
todo el batallón calentando agua y buscando toallas limpias, así que, si no les es
molestia, ¿podrían aplazar la guerra unas horas? Hoy por mí, mañana por ti.
Muchas gracias, sabíamos que lo entenderían.
Y digo yo, ya puestos, ¿podríamos hacer una tregua de veinte minutos cada tres horas?
Es para que la jefa le dé el pecho al nuevo soldado. Y luego, cuando disparen, ¿no les
importaría poner silenciadores a los fusiles y los cañones? Es que con el ruido se puede
despertar y ya saben lo que cuesta acunar a un recién nacido.
Sí claro, no se preocupen, que al bautizo les invitaremos.
¡Ah! Se me olvidaba. De parte del coronel, que, en la próxima carga cuerpo a cuerpo,
se traigan en los bolsillos pañales y cosas por el estilo, así, cuando hagamos
prisioneros, tendremos repuestos y no habrá que ir a buscarlos a la farmacia. Es que la
nuestra nos queda un poco lejos, ¿saben?, y atravesar las líneas para ir la suya
resultaría una desconsideración por nuestra parte. Y, ¿no tendrían una niñera para
prestarnos? Es que el general Rubalcalva no va a dar abasto a cambiar pañales y cargar
los fusiles.
Pues muchas gracias. En cuanto sepamos la fecha del bautizo se la comunicaremos.