Seis chistes malos, seisSigfrido del Alce El gato Un señor odia al gato de su mujer y decide hacerlo desaparecer. Lo mete en una bolsa y lo lleva en el coche a 20 kilómetros de su casa. Cuando vuelve, el gato está sentado en el portón de la casa. Nervioso, el tío repite la operación, pero ahora lo abandona a 40 kilómetros del domicilio. Cuando vuelve, el gato está otra vez esperándolo en el portón. El hombre estaba furioso. Agarra al gato, lo pone en el coche y conduce 10 kilómetros a la derecha, 20 a la izquierda, 30 hacia el norte, y 25 hacia el sur, suelta el gato y emprende el regreso a casa. Al cabo de un rato, llama a su mujer por el móvil y le dice: - Querida, ¿el gato está por ahí? - Acaba de llegar, ¿por qué querido? - Pon a ese canalla al teléfono, que me he perdido y no sé volver a casa... La suegra En una ocasión había muchas personas reunidas en una casa y pasó por aquel lugar un conocido de la familia y preguntó: - ¿Qué pasó compadre? ¿Murió alguien? - Sí, mi burro mató a mi suegra de una patada. - ¿Y toda esa gente conocía a tu suegra? - No... ¡Han venidoa comprar el burro! Las tres razones La empleada doméstica pidió aumento de sueldo. A la señora no le cayó muy bien la solicitud y le preguntó: - María, ¿por qué quieres que te aumente el sueldo? - Señora: hay tres razones. La primera es que yo plancho la ropa mejor que usted. - ¿Quién te dijo que planchabas mejor que yo? - Su esposo me lo dijo. - ¡¡¡OH!!! - La segunda razón es que yo cocino mejor que usted. - Eso es puro cuento. ¿Quién te dijo que cocinas mejor que yo? - Su esposo también me dijo eso. - ¡¡Ah caramba!! - La tercera razón es que yo soy mejor en la cama que usted. La señora muy descompuesta, preguntó: - ¿Mi esposo te dijo eso? - No señora, el jardinero fue quien me lo dijo. Obviamente, la señora le aumentó el sueldo. Uno de Jaimito Le pregunta la profesora a Jaimito: - A ver Jaimito, ¿Qué es un caníbal? - No lo sé profesora. - A ver. Si te comes a tus padres, ¿qué eres? - Huérfano, señorita, huérfano. A pelearse tocan Entra un tipo a un bar y pide un vaso de güisqui. Seguidamente, empieza a soltar puñetazos al aire como hacen los boxeadores cuando pelean con su sombra. El barman lo mira asombrado y no le hace caso. Al rato: - Deme otro vaso de güisqui. Y continúa con el boxeo. Tras beberse el segundo trago, vuelve a pedir: - Otro, por favor. Y sigue con el boxeo. El camarero tomándolo por loco, le pregunta: - ¿Qué? ¿Cuándo empieza la pelea? - Cuando usted quiera, no tengo dinero para pagar las bebidas... Amor conyugal Estaba un hombre sentado en el sofá, viendo la televisión, cuando llega su esposa y le empieza a contar todo lo que había hecho en el día. El marido le dice: - ¿Sabes mi amor?, cuando oigo tu voz, recuerdo el mar. Y la esposa muy emocionada le pregunta: - ¿Por qué mi voz te recuerda el mar? Y el marido le responde: - Porque tu voz me marea. Volver al principio |
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