El robo
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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia

  Histórico. Año X

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Julio- Agosto 2008. Nº 97

Cómo denunciar un robo en España

Fuenteovejuna

Yo tengo un sueño ligero y una noche noté que había alguien rondando por el jardín de mi casa.

Me levanté silenciosamente y me quedé escuchando los leves ruidos que venían del exterior, hasta que vi una silueta a través de la ventana del baño.

Como mi casa es muy segura, con protecciones en las ventanas, cierres internos en las puertas, perro asesino y unas reja parecidas a las que tienen las jaulas de los leones en el zoológico, no me preocupé demasiado, pero estaba claro que no iba a dejar al ladrón ahí y seguir contemplándolo tranquilamente.

Llamé a la policía e informé de la situación y di mi dirección. Me preguntaron si el ladrón estaba armado, de qué calibre era el arma, si estaba solo o acompañado o si ya estaba dentro de la casa. Aclaré que no sabía y me dijeron que no había ninguna patrulla cerca para ayudar, pero que iban a mandar a alguien en el momento que fuera posible y si pasaba algo que volviera a llamar.

El ladrón seguía intentando entrar y así pasó más de media hora. Entonces llamé nuevamente y dije con voz calmada:

- ¡Hola! Hace un rato llamé porque había alguien en mi jardín. No hay necesidad de que se den prisa. He matado al tipo con un tiro de escopeta del calibre 12 que tengo guardada para estas situaciones. El tiro se lo pegué en la cabeza. ¡Le volé los sesos y ahora están esparcidos por el jardín!

Pasados menos de tres minutos, había en mi calle:

5 patrullas de la policía, agentes de los Geos y un helicóptero;
2 unidades de Bomberos, el Defensor del Pueblo y el representante de Protección Civil;
2 ambulancias;
1 equipo de reporteros de TV y fotógrafos de la Primera, Segunda Tercera la Cuarta y Las Últimas Noticias;
1 fiscal del Ministerio Público, 1 diputado, 2 concejales y un grupo de los de derechos humanos, que no se perderían esto por nada del mundo.

El ladrón miraba todo con cara de asombro, por el gran despliegue de fuerzas. Debió haber pensado que era la casa de Zapatero o de otro personaje político de gran influencia

En medio del tumulto, un teniente se aproximó y me dijo:

- Creí que había dicho que había matado al ladrón.

Yo le contesté:

- Creí que me habían dicho que no había nadie disponible...

¡Viva España!

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Vivat Academia, revista del "Grupo de Reflexión de la Universidad de Alcalá" (GRUA).
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Última modificación: 30-07-2008