Ivan Golub: "DOMINI EST TERRA". Poema Eduardo Acaso Deltell: EJERCICIO MANUAL PARA UNA MAYOR EFICACIA EN COMBATE (INSTRUCCIONES DE USO). Agradecemos a la editorial Oikos-Tau de Barcelona, su gentileza en
permitirnos reproducir los textos de Ivan Golub, recogidos en la espléndida edición
bilingüe, croata-español, titulada "Peregrino" ("Hodocasnik")
(1998). La traducción ha sido responsabilidad de Albertina García Corveiras-Razum y
Francisco Javier Juez Gálvez. Ivan Golub: "Domini est terra"El niño jugaba en la tierra. Se echó el soldado sobre el niño. "¡No te alegres con la tierra! Domini est terra Volver al principio del poema Volver al principioNuestro compañero Eduardo Acaso, además de ser un excelente profesional de la geología, es un narrador extraordinario. Los que conocen sus habilidades, desde hace muchos años, siempre han disfrutado con sus cuentos e historias, normalmente en clave de humor. Esta vez nos ha sorprendido con una guía práctica, o folleto de instrucciones, que aconsejamos a nuestros lectores impriman antes de comenzar a leer, aunque esta escrita de forma ideal para publicar en una página WEB, ya que conviene tenerlo a mano en caso de necesidad. Que lo disfruten. EJERCICIO MANUAL PARA UNA MAYOR EFICACIA EN COMBATE (INSTRUCCIONES DE USO)Eduardo Acaso Deltell
Cuarta. - Adopte de nuevo la postura descrita en la instrucción segunda (Figura 2). Piense que, por lo general, así se miran las uñas las mujeres. Quinta.- Medite largamente sobre el hecho de que las mujeres, cuando se ven las uñas según especifican las instrucciones segunda y cuarta, no sólo les interesa éstas en exclusividad sino también sus relaciones geométricas y texturales con el resto de la mano dado que, dicha postura, permite contemplar el dorso de ésta en su totalidad.
Sexta.- Observe que el ademán de verse las uñas en su modalidad femenina, es notablemente incómodo por la tensión a que se someten músculos y tendones de mano y muñeca y aún del antebrazo. Sobre todo si la postura se mantiene durante más de tres segundos. Compruébese. Séptima. - Descanse. Adopte ahora la postura descrita en la instrucción tercera (Figura 3). Piense que, por lo general, así se miran las uñas los hombres. Octava.- Dedique unos minutos a pensar en el hecho de que los hombres, cuando se ven las uñas según especifican las instrucciones tercera y séptima, lo hacen siguiendo una lectura literal del deseo de contemplarlas, dada la dificultad de percibir el conjunto de la mano en dicha postura. Novena. - Por otra parte, nótese la sorprendente naturalidad de la postura en su modalidad masculina, lo que se traduce en una intensa sensación de comodidad. Compruébese (duración opcional). Décima.- Mientras continúa vigente la instrucción anterior, caiga en la cuenta que la postura adoptada no parece requerir la contemplación de la uña del dedo gordo por cuanto se supone que ésta se encuentra en el mismo estado físico y estético que las correspondientes a las del resto de los otros dedos. Undécima.- Ponga atención ahora. ¿No es cierto que el contenido de la instrucción anterior supone aplicar toda una batería de suposiciones lógicas encaminadas a obtener rápida satisfacción de ver cumplido el deseo de verse las uñas? Pregúntese por qué. Duodécima.- Responda en voz alta: Porque a la eficacia en cumplimentar la orden de verse las uñas, hay que sumar la comodidad referida en la instrucción número nueve.
Decimotercera. - Descanse. Respire profundamente. Inicie de nuevo el ejercicio. Adopte el ademán en su modalidad femenina. Si no logra recordarlo, lea el contenido de las instrucciones segunda y cuarta y observe detenidamente la figura 2. Decimocuarta.- Mientras continúa vigente la instrucción anterior, fíjese en el hecho de que la postura adoptada permite la contemplación de todas las uñas por cuanto se busca especialmente el análisis de éstas en relación con el dorso de la mano (véase instrucción quinta). Decimoquinta.- Atención. ¿No es cierto que la anterior instrucción supone un interés no sólo en el contenido (las uñas) sino también en el continente (las manos que las sustentan), todo ello encaminado no tanto a obedecer el deseo literal de vérselas sino a dar respuesta al porqué de dicho deseo? Razone la respuesta. Si no la tiene pase a la lectura de la siguiente instrucción. Decimosexta. - Respuesta: claro que sí porque el interés sobre el estado de las uñas sólo tiene significación si se relaciona con todo lo demás. A pesar de una cierta desobediencia a la inequívoca orden de verse las uñas por cuanto se asume la iniciativa de verse el resto de la mano. Y eso sin contar la indudable incomodidad de la postura femenina que puede restar eficacia a la acción.
Vigesimoprimera.- Salta a la vista que, en flagrante contradicción con los contenidos de la instrucción anterior, la mano "masculina" que sugiere violencia reposa suavemente llena de comodidad y quietud mientras que la mano "femenina", abierta y comunicativa, predica la paz con el esfuerzo de unos músculos en agresiva tensión. Si le cuesta creérselo, basta con que recuerde las instrucciones sexta y novena. Reflexione serenamente sobre el asunto.
Vigesimosegunda.- Como conclusión final, reflexione sobre el hecho de que la modalidad masculina se atiene a la vía del empirismo y la formulación de hipótesis (a la satisfacción por la eficacia) mientras que la femenina, por el contrario, son la intuición y la valoración del contexto las líneas de actuación predominantes (a la satisfacción por la estética). Vigesimotercera.- Mucha atención a ver si la fastidiamos ahora que estamos terminando. Respire profundamente aunque la presente instrucción sólo contiene consideraciones de carácter generalista. Caiga finalmente en la cuenta que ambas modalidades desobedecen, en esencia, el deseo de verse las uñas: La masculina por defecto pues sólo se observa cuatro y la femenina por exceso pues aprovecha la acción para contemplarse el resto de la mano. Pregúntese por qué durante el tiempo que sea necesario. Vigesimocuarta.- Baje los brazos. Relájese. Fin del ejercicio.
Ejercicio práctico adicional Para un mejor aprovechamiento y como actividad de mantenimiento de lo asumido, responda con sinceridad a la siguiente pregunta: ¿cómo se mira usted las uñas? Ni Begoña, ni Carlos, ni nadie, usted. Saque sus propias conclusiones de este ejercicio práctico adicional que, por otra parte, quedará reforzado si puede cotejar resultados con alguien en su misma circunstancia cognitiva. ¿Estamos? Ni que decir tiene que sus opiniones no deberían variar un ápice por el hecho de que Begoña y Carlos, a los pocos días de vivir juntos, invitaran a Eduardo y Francisca - e y f, simpática pareja aunque de convivencia infeliz- a mostrarles su nuevo hogar si bien la novedad sólo era para Begoña porque Carlos ya había vivido allí con Dolores (ver contenido de la primera ayuda). Tampoco es relevante que Carlos fuera antiguo novio de Francisca y que Begoña no lo supiese. Ojo a este último dato. Ni que la casa mantenía la misma decoración de meses atrás. Se dice por el cuadro, que allí seguía. Lo dicho, ¿por qué se mira usted las uñas como se las mira? Un pequeño debate sobre este asunto con personas de su confianza y en días sucesivos, mantendrá sus tesis con la suficiente capacidad operativa para proporcionarle los necesarios argumentos. En caso contrario, se aconseja repetir por entero el presente ejercicio. De lo que se trata es estar en forma. Su eficacia en combate es su mayor garantía, no lo olvide. Volver al principio de los ejercicios Volver al principio |
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