El Rincón Literario
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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia

Histórico Año I

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Junio 1999   Nº seis

 

Ivan Golub: "DOMINI EST TERRA". Poema

Eduardo Acaso Deltell: EJERCICIO MANUAL PARA UNA MAYOR EFICACIA EN COMBATE (INSTRUCCIONES DE USO).

Agradecemos a la editorial Oikos-Tau de Barcelona, su gentileza en permitirnos reproducir los textos de Ivan Golub, recogidos en la espléndida edición bilingüe, croata-español, titulada "Peregrino" ("Hodocasnik") (1998). La traducción ha sido responsabilidad de Albertina García Corveiras-Razum y Francisco Javier Juez Gálvez.
Para esta ocasión hemos elegido el poema "Domini est terra", que nos enfrenta a la cruda realidad de la guerra, desgraciadamente tan de actualidad.

Ivan Golub: "Domini est terra"

El niño jugaba en la tierra.
Se alegraba con un puñadito de arena.
Hacía casas y pasteles de tierra.
Cantaba contento en la tierra.

Se echó el soldado sobre el niño.
Le destrozó casas y hierbas.
Le pisoteó manos y cabezas.
Le puso la mano en la boca.

"¡No te alegres con la tierra!
Es mía
como la hierba y los campos."

Domini est terra
et plenitudo eius
Orbis terrarum.

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Nuestro compañero Eduardo Acaso, además de ser un excelente profesional de la geología, es un narrador extraordinario. Los que conocen sus habilidades, desde hace muchos años, siempre han disfrutado con sus cuentos e historias, normalmente en clave de humor. Esta vez nos ha sorprendido con una guía práctica, o folleto de instrucciones, que aconsejamos a nuestros lectores impriman antes de comenzar a leer, aunque esta escrita de forma ideal para publicar en una página WEB, ya que conviene tenerlo a mano en caso de necesidad. Que lo disfruten.

EJERCICIO MANUAL PARA UNA MAYOR EFICACIA EN COMBATE (INSTRUCCIONES DE USO)

Eduardo Acaso Deltell

 

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Figura 1
Primera.- Con el torso erguido, pegue el brazo derecho a su costado. A continuación, álcelo hacia adelante y, flexionándolo poco a poco, sitúe la mano a la altura de los ojos manteniéndola a unos treinta centímetros de éstos. El codo no debe abrirse hacia el lateral y habrá de situarse entre pecho y costado, como apuntando hacia abajo. A ver si ya desde el principio la vamos a empezar a fastidiar (Figura l).

 

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Figura 2
Segunda.- Abra la mano (ver figura 2), de modo que la palma quede hacia fuera y el dorso a la vista (en ademán de saludo) y obsérvese detenidamente las uñas (éstas se sitúan en los extremos finales de los cinco dedos).

 

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Figura 3
Tercera.- Sin olvidar el contenido de la instrucción anterior y según se detalla en la figura tres, vaya cerrando la mano suavemente sin llegar a adoptar la postura en puño. Gírese la mano hacia dentro (en sentido contrario a las manecillas horarias) de manera que pueda observar parte de los dedos y aquella zona de la palma que éstos permitan entrever. El dedo gordo habrá de contemplarse en su totalidad y aproximadamente de perfil. Contemple largamente las uñas de los otros cuatro dedos.

Cuarta. - Adopte de nuevo la postura descrita en la instrucción segunda (Figura 2). Piense que, por lo general, así se miran las uñas las mujeres.

Quinta.- Medite largamente sobre el hecho de que las mujeres, cuando se ven las uñas según especifican las instrucciones segunda y cuarta, no sólo les interesa éstas en exclusividad sino también sus relaciones geométricas y texturales con el resto de la mano dado que, dicha postura, permite contemplar el dorso de ésta en su totalidad.

¡Precaución!
Mantenga la mano según determina la instrucción cuarta. De no hacerlo así, puede invalidarse el ejercicio.

Sexta.- Observe que el ademán de verse las uñas en su modalidad femenina, es notablemente incómodo por la tensión a que se someten músculos y tendones de mano y muñeca y aún del antebrazo. Sobre todo si la postura se mantiene durante más de tres segundos. Compruébese.

Séptima. - Descanse. Adopte ahora la postura descrita en la instrucción tercera (Figura 3). Piense que, por lo general, así se miran las uñas los hombres.

Octava.- Dedique unos minutos a pensar en el hecho de que los hombres, cuando se ven las uñas según especifican las instrucciones tercera y séptima, lo hacen siguiendo una lectura literal del deseo de contemplarlas, dada la dificultad de percibir el conjunto de la mano en dicha postura.

Novena. - Por otra parte, nótese la sorprendente naturalidad de la postura en su modalidad masculina, lo que se traduce en una intensa sensación de comodidad. Compruébese (duración opcional).

Décima.- Mientras continúa vigente la instrucción anterior, caiga en la cuenta que la postura adoptada no parece requerir la contemplación de la uña del dedo gordo por cuanto se supone que ésta se encuentra en el mismo estado físico y estético que las correspondientes a las del resto de los otros dedos.

Undécima.- Ponga atención ahora. ¿No es cierto que el contenido de la instrucción anterior supone aplicar toda una batería de suposiciones lógicas encaminadas a obtener rápida satisfacción de ver cumplido el deseo de verse las uñas? Pregúntese por qué.

Duodécima.- Responda en voz alta: Porque a la eficacia en cumplimentar la orden de verse las uñas, hay que sumar la comodidad referida en la instrucción número nueve.

Ayuda.
Una pareja -a y b que llamaremos a partir de ahora Alvaro y Begoña- es invitada a conocer el nuevo hogar de c y d (Carlos y Dolores). Al llegar al salón, les sugieren contemplar un hermoso cuadro que cuelga de una amplia pared. Alvaro se acerca y, abstrayéndose del entorno, lo observa con detenimiento. Sucede que ha interpretado la sugerencia literalmente y se aplica a satisfacerla rápida, lógica y cómodamente. Si cree que lo relatado no tiene porqué ocurrir de un modo significativo o simplemente le resulta una idiotez, pase a la lectura de la siguiente instrucción. En caso contrario, reflexione detenidamente sobre el tema durante unos minutos. Es independiente que entre Alvaro y Dolores exista una tormentosa relación íntima en donde el factor sexual cobra un considerable peso.

Decimotercera. - Descanse. Respire profundamente. Inicie de nuevo el ejercicio. Adopte el ademán en su modalidad femenina. Si no logra recordarlo, lea el contenido de las instrucciones segunda y cuarta y observe detenidamente la figura 2.

Decimocuarta.- Mientras continúa vigente la instrucción anterior, fíjese en el hecho de que la postura adoptada permite la contemplación de todas las uñas por cuanto se busca especialmente el análisis de éstas en relación con el dorso de la mano (véase instrucción quinta).

Decimoquinta.- Atención. ¿No es cierto que la anterior instrucción supone un interés no sólo en el contenido (las uñas) sino también en el continente (las manos que las sustentan), todo ello encaminado no tanto a obedecer el deseo literal de vérselas sino a dar respuesta al porqué de dicho deseo? Razone la respuesta. Si no la tiene pase a la lectura de la siguiente instrucción.

Decimosexta. - Respuesta: claro que sí porque el interés sobre el estado de las uñas sólo tiene significación si se relaciona con todo lo demás. A pesar de una cierta desobediencia a la inequívoca orden de verse las uñas por cuanto se asume la iniciativa de verse el resto de la mano. Y eso sin contar la indudable incomodidad de la postura femenina que puede restar eficacia a la acción.

Ayuda.
- Mirar qué cuadro más bonito -dicen casi al unísono, Carlos y Dolores. Begoña se aleja un tanto porque desea ver el cuadro y sus relaciones estéticas con respecto a la pared donde se ubica y a la habitación donde se encuentra. No en balde, ha venido a ver una casa, no una obra pictórica. Y todo esto, a pesar de Alvaro, el adúltero, que al acercarse a la pintura dificulta la contemplación de Begoña obligando a ésta a formar opinión con cierta incomodidad. ¿Que esto no viene al caso? Pase a la lectura de la instrucción decimoséptima. ¿Que le parece coherente con los contenidos didácticos del ejercicio? Dedique un buen rato a sacar sus propias conclusiones a partir de un minucioso análisis comparado. A todo esto, Begoña lo sabía todo sobre la relación entre Alvaro y Dolores. La casa le gustaba mucho - el cuadro hacía muy bien en el salón- y se dedicaba a proferir grandes elogios para satisfacción de Carlos.

 

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Figura 4
Decimoséptima.- Baje el brazo y relájese. Inspire profundamente. Atención ahora. Con el torso bien erguido pegue sus brazos a los costados en posición de firmes (Figura 4).

 

¡Precaución!
Puede cumplimentar la instrucción anterior y siguientes en posición sentada sin que por ello tenga que invalidarse el ejercicio pero ha de concentrarse aún más si cabe. Ojo.

 

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Figura 5
Decimoctava.- Eleve ambos brazos hacía delante y, flexionándolos, sitúe las manos a la altura de sus ojos y a unos treinta centímetros de éstos. No se abra de codos y fíjese en la figura 5.

 

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Figura 6
Decimonovena. - Adopte el ademán femenino de verse las uñas con la mano derecha (instrucciones segunda y cuarta) y el ademán masculino con la mano izquierda (instrucciones tercera y séptima). La figura 6 aclarará todas sus dudas. Guárdese de sacar conclusiones precipitadas acerca de la carga simbólica que tiene la derecha y la izquierda en relación con el sexo que le ha correspondido a una y otra mano. Es irrelevante, de verdad.


Vigésima
.- A estas alturas del ejercicio, se habrá dado cuenta usted mismo que la mano derecha (ademán femenino) dibuja un saludo intimo y leve además de defenderse suavemente de un blando golpe imaginario. La mano izquierda, por el contrario, más parece una garra en tránsito a ser puño y golpear mediante un hábil giro de muñeca en plan karateka.

¡Precaución!
Como siga creyendo que la elección de una mano y otra, para representar las distintas modalidades de verse las uñas, no ha sido al azar y la cosa obedece a sutiles mensajes de hondo calado político-social, puede dejar la lectura de este texto porque, tarde o temprano, se producirá la completa invalidación del ejercicio. Si insiste en el error, sólo queda remitirle de nuevo a la instrucción primera o aconsejarle la atenta lectura del "Ejercicio manual para un mayor entendimiento de la guerra de carácter político (Instrucciones de uso) ". Si por el contrario, se ha mostrado de acuerdo con el último párrafo de la instrucción decimonovena, continúe sin más dilación el ejercicio. Lo está haciendo muy bien.

Vigesimoprimera.- Salta a la vista que, en flagrante contradicción con los contenidos de la instrucción anterior, la mano "masculina" que sugiere violencia reposa suavemente llena de comodidad y quietud mientras que la mano "femenina", abierta y comunicativa, predica la paz con el esfuerzo de unos músculos en agresiva tensión. Si le cuesta creérselo, basta con que recuerde las instrucciones sexta y novena. Reflexione serenamente sobre el asunto.

Ayuda.
- El cuadro es bastante feíto, ¿verdad? - susurra Alvaro a Begoña.
- ¡Qué tonterías dices! Si hace precioso en el salón - contesta ella con la hostilidad que producen las opiniones de los demás. Sobre todo si vienen de Alvaro.
- ¿Decíais algo? - pregunta amable Carlos.
- Es que a Alvaro no le gusta el cuadro pero yo creo que le va al salón de maravilla - contesta Begoña.
- Hombre, no es que no me guste... - balbucea Alvaro.
Mientras tanto, Dolores no pierde ripio y se da cuenta que, tarde o temprano, habrá de enfrentarse a Begoña. Carlos, por su parte, la mira intensamente. No se entera de nada. Begoña responde a su mirada con la misma intensidad. Si piensa que la escena podría haber ocurrido de otro modo y que tanto da, prosiga el ejercicio sin más preocupación que la de mantener sus brazos en las posiciones descritas en la instrucción decimonovena. Ahora bien, si cree que la cosa tiene un cierto telenguendengue, se aconseja aprovechar para el análisis los próximos minutos. Pierda cuidado, estamos terminando. ¿Es significativo el hecho de que, meses después, Begoña ocupase el lugar de Dolores y en el sofá, bajo el cuadro referido en anteriores párrafos, se mirase las uñas según contenidos de la instrucción segunda? ¿Y que Dolores abandonase enseguida a un estupefacto Alvaro para luchar por su hogar perdido, mientras Carlos olvidaba a ésta enamorado como estaba de Begoña? Para nada. Si tiene la convicción de que no le perjudica en su concentración, pregúntese cómo se miran las uñas Alvaro, Carlos y Dolores. Saque sus propias conclusiones de este pequeño ejercicio práctico opcional.

Vigesimosegunda.- Como conclusión final, reflexione sobre el hecho de que la modalidad masculina se atiene a la vía del empirismo y la formulación de hipótesis (a la satisfacción por la eficacia) mientras que la femenina, por el contrario, son la intuición y la valoración del contexto las líneas de actuación predominantes (a la satisfacción por la estética).

Vigesimotercera.- Mucha atención a ver si la fastidiamos ahora que estamos terminando. Respire profundamente aunque la presente instrucción sólo contiene consideraciones de carácter generalista. Caiga finalmente en la cuenta que ambas modalidades desobedecen, en esencia, el deseo de verse las uñas: La masculina por defecto pues sólo se observa cuatro y la femenina por exceso pues aprovecha la acción para contemplarse el resto de la mano. Pregúntese por qué durante el tiempo que sea necesario.

Vigesimocuarta.- Baje los brazos. Relájese. Fin del ejercicio.

 

Ejercicio práctico adicional

Para un mejor aprovechamiento y como actividad de mantenimiento de lo asumido, responda con sinceridad a la siguiente pregunta: ¿cómo se mira usted las uñas? Ni Begoña, ni Carlos, ni nadie, usted. Saque sus propias conclusiones de este ejercicio práctico adicional que, por otra parte, quedará reforzado si puede cotejar resultados con alguien en su misma circunstancia cognitiva. ¿Estamos? Ni que decir tiene que sus opiniones no deberían variar un ápice por el hecho de que Begoña y Carlos, a los pocos días de vivir juntos, invitaran a Eduardo y Francisca - e y f, simpática pareja aunque de convivencia infeliz- a mostrarles su nuevo hogar si bien la novedad sólo era para Begoña porque Carlos ya había vivido allí con Dolores (ver contenido de la primera ayuda). Tampoco es relevante que Carlos fuera antiguo novio de Francisca y que Begoña no lo supiese. Ojo a este último dato. Ni que la casa mantenía la misma decoración de meses atrás. Se dice por el cuadro, que allí seguía. Lo dicho, ¿por qué se mira usted las uñas como se las mira? Un pequeño debate sobre este asunto con personas de su confianza y en días sucesivos, mantendrá sus tesis con la suficiente capacidad operativa para proporcionarle los necesarios argumentos. En caso contrario, se aconseja repetir por entero el presente ejercicio. De lo que se trata es estar en forma. Su eficacia en combate es su mayor garantía, no lo olvide.

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Última modificación: 16-12-1999