¡EL CLAUSTRO VIVE!Pese a todos los intentos por parte del gobierno de la Universidad de Alcalá, para hacer inoperante el Claustro Universitario, éste aún conserva un poco de vitalidad, la suficiente para poder seguir aferrándose a la vida, aunque en cama y con pronóstico reservado. El pasado 29 de junio, como J. Gutiérrez había anunciado, en esta misma revista, sección de INCONGRUENCIAS, en época de exámenes y a la vez que se reunían los Tribunales de Selectividad para calificar, fue convocado el Claustro, con un orden del día verdaderamente importante, ya que se debían elegir los representantes de los diferentes colectivos en la Mesa. El método de convocatoria no es nuevo, esas coincidencias no parecen responder a la aleatoriedad propia de las necesidades de una universidad normal. Lo han intentado todo. No es de extrañar, ya que algunos rectores, y más de un profesor, consideran que el Claustro es inoperante, porque no pueden sacar adelante sus proyectos personalizados, al margen del interés común. Califican el gobierno de la universidad de asambleario, desde el momento en que han de convencer a gran número de representantes de lo "buenas" que son sus iniciativas. ¿Se habrán preguntado alguna vez lo fluidas que serían las relaciones con los órganos de gobierno, si los proyectos fueran verdaderamente universitarios? Utilizan toda suerte de trucos para conseguir disminuir la participación y desanimar, aún más, a la comunidad, convenciéndola, por la vía de los hechos, de que es mejor quedarse en el despacho o en casa, para no perder el tiempo. Al fin y al cabo, se vote lo que se vote, se decida lo que se decida, se va a seguir adelante con las propuestas más peregrinas. Todo consiste en repetir las convocatorias en el momento adecuado o, simplemente, decir que no hay nada que opinar porque otros órganos ya lo han hecho. ¡Genial! Pero el Claustro del pasado 29 de junio reaccionó, mostrándonos su vitalidad renovada, y demostró que no está dispuesto a dejarse ganar por estas maniobras. Los convenios que presentó el equipo de gobierno al pleno hubieron de ser retirados. Ni el fondo ni las formas convencieron a los representantes y todo anunciaba una sesión movida. Allí se oyeron voces que aseguraban sentir vergüenza ajena, junto con alguna otra, suponemos que interesada, y no nos referimos al equipo rectoral, que alababa el proyecto. Se nos intentó convencer de que todo estaba apoyado por la Junta de Gobierno. Al parecer cosa incierta. Ésta es otra de las argucias comúnmente utilizada: Se lleva el proyecto a un órgano de representación sin incluirlo en el orden del día, con aire de despiste, - sólo es para información previa, aseguran-. Posteriormente, al órgano competente siguiente se le informa, cuando las cosas se ponen difíciles, de que ya el anterior ha dado su visto bueno, y así se va escalando la jerarquía de representación hasta conseguir el fin propuesto. A veces, descaradamente, se hacen afirmaciones totalmente falsas, ¿quién va a poner en duda la buena fe y la memoria del gestor? Además, siempre hay algún espontáneo que afirma haber sido testigo de la aprobación; hay que apoyar al poder, faltaría más. En definitiva, esta vez el Claustro no se dejó tomar el pelo. ¿Es fuerte la expresión? Pues podemos asegurarles que allí se utilizaron términos más duros. Demostró síntomas inequívocos de actividad, de ganas de protagonismo, el concedido por la legislación vigente, de no dejarse dar la puntilla, aunque le hayan entrado a descabellar por enésima vez. ¿Estará despertando la UAH de su letargo? (Pulsando aquí pueden encontrar el resumen no oficial de lo que fue la sesión) Hay que destacar, eso sí, la escasa asistencia del profesorado. Estamos seguros de que no todos los ausentes tenían ese día compromisos ineludibles. Y ello denota una falta grave de responsabilidad ante el electorado. La verdad, es costumbre muy española olvidar a quién y por quién se ostenta la calidad de representante. Asistir para resolver nuestros problemas personales o los del grupo más cercano y olvidarnos del interés común es algo demasiado extendido y peligroso. En otro orden de ideas, diremos que algún novato en las lides claustrales se quejaba de la actitud tomada por el rector en su papel de moderador, que, dicho sea de paso, nunca ha sabido ejercer: "¡Siempre dice la última palabra! ¡Siempre apostilla cualquier afirmación! ¡Siempre contesta al ponente, aunque él no haya generado la propuesta!", decía admirado. Ciertamente los que llevamos muchos años en la UAH ya nos habíamos acostumbrado, y hasta lo encontrábamos natural. Claro que nuestro compañero recién incorporado tuvo suerte, porque el rector esta vez no nos abroncó por no por sacar adelante sus propuestas, algo que viene siendo costumbre. Desde estas páginas exhortamos a los claustrales a seguir en la línea de no dejar que el Claustro sea vaciado de contenido. Pero, sobre todo, exhortamos a los no claustrales a pedir responsabilidades y exigir la participación activa de sus compañeros representantes. Finalmente, sólo nos resta desearles a nuestros lectores unas ¡MUY FELICES VACACIONES!
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