Les presentamos la última entrega del recorrido general por los mundos del vino, pero les recordamos que nuestro colaborador ha prometido hacernos una especial sobre los caldos de Castilla-León. Con tres basta ( artículos sobre el vino).Por Arturo Pérez París. Alumno de la Escuela Politécnica. Universidad de Alcalá. Con esta tercera entrega pensaba poner punto final al tema. Sin embargo, Vivat Academia me solicitó una más, dedicada a los excelentes vinos de Castilla León, tan de moda. Fiel a mi compromiso con esta revista, les dedicaré unas cuantas páginas en un próximo número. Personalmente, cuando comencé este trabajo, no imaginaba lo largo que podría llegar a ser, y eso que he dejado de lado muchas cosas. Entiéndaseme bien, no me quejo por mí, sólo lo hago por el sufrido lector. ¡Lo que soportó con gran estoicismo!, cual aguerrido alumno o alumna, (también al revés: alumna o alumno), de la Politécnica ante algunas taimadas asignaturas que ha de sufrir, con el fin de obtener su anhelado título de ingeniero o ingeniera, (me reitero, también vale al revés: ingeniera o ingeniero), y con él acceder a un glorioso futuro lleno de grandes perspectivas ( ).
En el presente artículo terminaré la exposición general de vinos comenzada ya en el primero. Así pues, como diría D. Manuel Guerra, profesor del Politécnico: "Al lío" o "al tran tran". En los Estados Unidos de América se produce vino en por lo menos nueve de éstos: Arkansas, California, Maryland, Michigan, Nueva York, Ohio, Oregón, Virginia y Washington; de ellos sólo los estados de Nueva York y California producen un vino digno de tener en cuenta. En California se producen las tres cuartas partes de todos vinos estadounidenses, unos 909 millones de litros. Con todo, y para hacernos una idea, esto sólo supone una sexta parte de la producción total francesa. Con el tiempo mejoran estos caldos, a pesar de que intentan imitar los métodos del "Viejo Mundo", donde claramente deberían usarse sus propios sistemas. A raíz de esto, las grandes multinacionales como Coca-Cola, Moet-Hennessey, Seagrams y Nestlé, empiezan a hacerse con fincas en el área con el fin de no dejar correr el gran filón en el que se convertirán los caldos de allí.
California se divide en cuatro regiones productoras, a saber:
En estas dos últimas, sobre todo, se producen la mayoría de las "emulaciones" de Burdeos con las variedades de uvas Cabernet Sauvignon, Pinot Noir y Gamay. También se emplean las variedades autóctonas, como la Zinfandel para vinos secos en especial. Los procedentes de Nueva York son producidos fundamentalmente en dos regiones situadas entre dicha ciudad y las cataratas del Niágara: Finger Lakes y Hudson River Valley. Estos vinos se obtienen a partir de la mezcla de lo producido en el país con lo que se produce en California, a fin de mejorar el producto final, debido a lo mediocre del neoyorquino. Australia ha realizado un largo camino desde los tiempos en que su vino era basto, dulce, y "al estilo Borgoña", que además se vendía en grandes botellones, (casi a granel), y se etiquetaba con nombres ridículos. El clima australiano, como el que nos encontramos en la República de Sudáfrica, asegura todos los años una y sólo una cosecha, la cual los productores han aprendido a explotar, aprovechando la gran versatilidad de las uvas europeas y produciendo unas u otras variedades según conveniencia. Al igual que en California, Estados Unidos, aquí nos encontraremos con cuatro grandes regiones productoras:
La República de Sudáfrica produce un buen vino, aunque resulte poco, (por no decir nada), conocido debido a su escasa comercialización a nivel mundial. A escala local no es así: aumenta su comercialización, a medida que mejora el producto con el tiempo. El vino de mesa sudafricano es tinto y dulce, con una ligera fortaleza en su sabor, hecho a partir de uvas de origen europeo, procedentes de la provincia del Cabo, en donde gracias al clima se garantiza, (como en Australia), una cosecha anual. A diferencia con el país de los canguros, muchos vinos sudafricanos reciben el nombre de la uva con la que se elabora, con la excepción del Roodeberg, que es un vino de mezcla muy popular en este país.
Tanto en los estadounidenses, como en los australianos y como en los sudafricanos, los tipos de vino producidos son variantes de los que se producen en Europa. Esto se debe a que los productores de estos tres países son descendientes de emigrantes europeos, cuyos conocimientos en este campo eran plenamente del continente, si bien sólo últimamente se han desarrollado técnicas propias para producir vinos autóctonos que aún no están muy difundidos. De ahí que para estos tres países no haya hecho un exhaustivo comentario de sus caldos, ya que son similares a los expuestos en los países europeos occidentales, sobre todo franceses, italianos y españoles. Los mejores vinos de la ex-Yugoslavia se producían, (o se producen a baja escala), en el área de Lutomer, Slovenia, cerca de la frontera austríaca. Se hacen con la mezcla de tres variedades de uvas, obteniendo así el Sipon, nombre con el que se conoce a estos vinos. Son del estilo de los alemanes, siendo los de mejor calidad los procedentes de Dalmacia, en la costa del Adriático. Los vinos más típicamente húngaros proceden de la ciudad de Tokay, en los Cárpatos, tristemente conocidos en el mundo por la novela de Bram Stoker y no por un magnífico vino que rivaliza con el mismísimo Burdeos. El vino más raro, (y más dulce), es el Tokay Escenia, hecho con el jugo de las uvas más maduras exprimidas por su propia presión, es decir, sin presionarla con máquina o pie. En su mayoría, el vino húngaro procede de la zona del lago Balaton, pero en el norte del país, cerca de la ciudad de Eger, se hace uno de los mejores vinos que he probado: el Egri Bikaver, o comercialmente llamado "sangre de toro", un tinto tan oscuro que apenas si deja pasar la luz, de sabor algo dulce pero intenso, una verdadera maravilla. Existen más vinos en Rumanía, Bulgaria, Rusia, (de los alrededores del mar Caspio, vinos con un alto contenido alcohólico), Argentina, (que a pesar de ser el cuarto productor mundial de vino, el suyo es un vino muy ordinario, según los entendidos), Chile, (en donde se produce el mejor vino de América del Sur, fácilmente confundible con el de Borgoña), Israel , etc. de los cuales no comento nada debido a que no he probado nada de ellos y, claro, escribir sin saber es echar boletos a meter la pata; así que lo dejaremos aquí, que ya es bastante, (vamos digo yo). Los vinos reforzados son aquellos a los que se les añade brandy o algún otro alcohol, con el fin de aumentar su graduación o detener la fermentación, manteniendo así un mayor nivel de azúcar. Veamos los más típicos. El Oporto es el vino alicorado, o reforzado, procedente del Alto Duero, en Portugal. Existen otros de California, Chile, Rusia, la República de Sudáfrica e incluso España, (en Tarragona), que se le asemejan en sabor y a veces incluso se les denomina de la misma manera; más no debemos confundirlos, pues el verdadero es el procedente de nuestro país vecino. De hecho, éste tiene cinco variedades bien diferenciadas, de que sus imitadores carecen: con esto no digo que éstos sean malos, sino que son eso, una simple imitación a la que denominaron así, como le pudieron dar otro nombre. Las mencionadas variedades de este vino que habitualmente nos encontraremos son:
A causa de los antiguos vínculos comerciales de Portugal con Gran Bretaña, los exportadores de oporto suelen tener nombres británicos y como buenos comerciantes declaran tener en exclusiva las mejores cosechas, (añadas), para poder elaborar el mejor de todos los oportos. La realidad es bien distinta, debido a que todos realizan mezclas con añadas no tan excelentes, con el fin de abaratar el producto. Con esto no digo que hagan "chapuzadas", ya que deben mantener su reputación, (pero como las "meigas", haberlas "haylas"). Estrictamente el Jerez es el vino reforzado en las cercanías de la ciudad que lleva su nombre, al suroeste de nuestro país y, como en el caso del oporto, existen un buen número de imitaciones a lo largo y ancho del globo, por ejemplo en California, Chipre y en la República de Sudáfrica, (que están metidos en todos los "fregaos"). Estos vinos no dejan de ser imitaciones que no le llegan ni a la suela de los talones (perdón por este excesivo purismo mío, pero siempre he sido más partidario de lo original que de las copias, aunque éstas sean buenas). Este vino reforzado varía desde el claro y seco al oscuro y dulce, (y con ello incluso la liquidez de los primeros frente a la densidad de estos últimos). Aquí no se tienen en cuenta los años de cosecha; el vino envejece en una serie de toneles llamados solera. Cuando el vino se saca de un tonel, se vierte en otro y el vaciado se rellena con otro más joven. Para hacernos solo una ligera idea, podríamos decir que una solera, (la serie de toneles), puede llevar perfectamente un siglo establecida, por lo que en algunos jereces importantes puede haber incorporados vinos muy antiguos.
Los tipos de Jerez, (o como dicen los anglosajones y la gente hortera "sherry"), son muchos; mas los habituales que nos encontraremos son:
Pues bien, esto es todo lo que tenía que decir sobre el tema. Por desgracia, (o por fortuna, según se mire), mis exiguos conocimientos no llegan más allá. Si alguien pudiera aportar los suyos para expandir esta página con nueva información, o con el fin de rebatir errores que yo haya cometido en esta exposición, o manifestar críticas, (a ser posible constructivas por favor), o cualquier tipo de comentario, les animo a que dirijan a esta magna revista para que aquí me echen la bronca, quiero decir, me lo hagan saber. Y hago aquí la solemne promesa: que en cuanto sepa manejar este diabólico artefacto de los "internés de la güeb", publicaré, si ello fuere menester, claro, aquello que se me enviare.
Espero que haya resultado del gusto del lector el presente articulazo (lo digo por lo extenso, no por otra razón); si no fue así, desde aquí hago propósito de enmienda para que el próximo artículo salga mejor, eso si no me echan antes por "rollista", (todas las veces lo digo, y no consigo que me echen). Si por el contrario les gustó, y despidiéndome una vez más al más puro estilo Shakesperiano, (¿llegará a convertirse en una tradición esta forma de hacerlo?), quedemos como amigos y volvamos a encontrarnos donde a la diosa fortuna más le complazca, a ser posible delante de una botella de buen vino, (esto último, lo de la cursiva, no tiene nada que ver con Shakespeare, pero seguro que le hubiera gustado decirlo). Volver al principio |
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