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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia

 Histórico Año III

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Noviembre 2000. Nº 20

El pasado 25 de octubre, miércoles, se reanudaron las tertulias del Grupo de Reflexión de la Universidad de Alcalá, para el curso 2000/2001.

El tema a tratar, más que motivo de debate, se prestaba a un intercambio de ideas y de propuestas, para afrontar las inminentes elecciones al Claustro de la Universidad de Alcalá. A nadie se le oculta que estas elecciones son de vital importancia para el futuro de la UAH, porque la renovación de este órgano de gobierno implica que los representantes salidos de las urnas son los que, en poco más de un año, elegirán al nuevo rector, que desarrollará su actividad en el cuatrienio 2002-2006.

Son muchos, nos atreveríamos a decir que ya son mayoría, los miembros de la comunidad alcalaína, que piensan en la necesidad imperiosa de un cambio en las personas al frente del gobierno de la universidad. El proyecto del actual rector, Manuel Gala, no ha significado una mejora en la calidad de la docencia y de la investigación en nuestra institución, lo que se supone ha de ser el motor de toda entidad dedicada a la enseñanza superior, sino, más bien al contrario, ha convertido la UAH en un centro con profesorado mal contratado, inversiones desviadas hacia proyectos ajenos al espíritu universitario y, en cualquier caso, esfuerzos de las personas que dirigen nuestro día a día encaminados a logros de dudosa necesidad.

Todos los presentes estuvimos de acuerdo en que no se puede dejar que la campaña electoral para el próximo Claustro esté dominada por la desidia, la falta de información y la ignorancia de la trascendencia del reparto de fuerzas entre los representantes. Los universitarios de todos los sectores, estudiantes, PAS y PDI no pueden dejar pasar la oportunidad de manifestar su opinión frente a las urnas.

Es tradicional que el porcentaje de alumnos que depositan su voto no supere el 10% de la matrícula en los diferentes centros, no llegando en los casos de licenciaturas ya bien establecidas ni siquiera al 1%. Llevamos ya varias renovaciones que, sistemáticamente, la candidatura organizada por los responsables del Consejo de Estudiantes, arrasa en los comicios, no porque consigan una abrumadora mayoría de los sufragios, sino porque, prácticamente, basta con elaborar una lista con el número de candidatos a elegir y los correspondientes suplentes, quienes votándose entre ellos salen elegidos sin problemas.

En el desarrollo de la tertulia, se planteó la necesidad de informar al estudiantado de la naturaleza del Claustro, su importancia y la necesidad y obligación moral de los estudiantes en participar activamente, con el único fin de aportar pluralidad a las candidaturas. Fuimos conscientes de que la tarea es ardua, cuando no prácticamente misión imposible, por la falta de medios y las características especiales de la UAH, pero no cabe duda alguna de que todos tenemos nuestra parte de responsabilidad en la situación que llevamos más de un decenio padeciendo.

En el sector del PAS las cosas están mucho más claras. Los trabajadores tienen conciencia de que su participación es esencial y no cabe ninguna duda sobre el movimiento activo que se dará entre los que piensan que la situación actual debe perpetuarse, como entre los que opinan exactamente lo contrario, para poder colocar a sus representantes más significativos en los puestos del Claustro. Sus posturas están bien definidas y poco, o nada, se puede hacer para intentar desequilibrar la balanza en uno u otro sentido.

Y el más difícil todavía, la situación del profesorado, supuso el final del análisis motivo de la reunión. Si los alumnos son poco fáciles de convencer para que participen activamente, el profesorado, en general, es todavía más reacio a tomar posturas públicas a favor del cambio o el continuismo. Ya no se trata del pasotismo o la desidia provocada por una situación ante la que nos vemos impotentes de modificar. Eso hasta sería comprensible hasta cierto punto. El problema radica en una componente muy importante de miedo, no a lo desconocido, sino a figurar como acompañantes de lista de personas demasiado significadas.

Es de todos conocido el "síndrome de la cafetería" que tiene uno de sus mejores exponentes en la universidad alcalaína. Consiste, para aquellos que todavía no lo hayan sufrido, en el bombardeo sistemático, sobre todo en el bar, por parte de un gran numero de miembros del PDI de sus compañeros representantes, contándoles lo mal que van las cosas, la necesidad de medidas urgentes, lo imperioso del cambio de personas que llevan, como el rector, más de 14 años desempeñando el cargo, lo que es inaudito en la universidad española y en muchas del mundo occidental, salvo las privadas, etc, etc. Sin embargo, a la hora de participar, aunque sea tímidamente, se muestran no sólo reacios a hacerlo, sino incluso indignados por tener que enfrentarse a una petición de apoyo y participación para intentar resolver los problemas que les preocupan.

Como conclusión de la reunión, que como es habitual se prolongó por más de dos horas y media, se aventuró la idea de establecer con el profesorado, por parte de los representantes más activos del PDI, y con los alumnos, por parte de sus compañeros, una serie de contactos, previos a las elecciones, para paliar, en la medida de lo posible, la falta de información sobre la actual situación de nuestra universidad. Y ello con vistas a conseguir una participación más activa en el proceso, tanto a la hora de presentar candidaturas, como, sobre todo, a la hora de entregar la confianza a los representantes verdaderamente comprometidos. Es un hecho constatable el absentismo que se produce en los plenos del Claustro cuando se tratan temas de la mayor importancia, como en el caso de la aprobación de los presupuestos anuales; sobre un total de quinientos Claustrales, no se supera nunca la cifra de ciento treinta asistentes, entre los que hay que contar una mayoría abrumadora de estudiantes.

Es nuestro deber como representantes la asistencia a los debates del máximo órgano de gobierno universitario. Eludir las responsabilidades para las que hemos sido elegidos supone una falta de seriedad indigna de una comunidad que debe ser exponente de la cultura y las ideas de un país. Por ello, no nos queda más que solicitar a nuestros compañeros que midan muy bien a quiénes se les concede la confianza porque pueden ver frustradas sus aspiraciones, tanto los que creen en que todo va bien, como los que desean cambios, por la elección de representantes absentistas.

La siguiente tertulia quedó programada para el próximo jueves 23 de noviembre, a las 20,00 horas, en la Cafetería de la gasolinera de San Isidro (Rotonda de la Facultad de Derecho). Rogamos a los interesados que anoten el cambio de hora y día de la semana. Alguno de los contertulios nos había indicado hace tiempo la necesidad de cambiar alternativamente la fecha, horario y lugar para poder asistir.

El tema a debatir será: Sucesos de la Junta de Gobierno de 31 de octubre y sus consecuencias.

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