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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia

 Histórico Año III

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Mayo 2001. Nº 25

Nueva página dedicada a las contribuciones de carácter electoral, ante las próximas elecciones a rector. En esta sección incluiremos también las intervenciones públicas de los precandidatos declarados que ellos mismo nos proporcionen

Intervención de José Morilla Critz en la sesión del Claustro del 3 de Mayo
Intervención de José Morilla Critz en la sesión del Claustro del 10 de Mayo

Intervención de José Morilla Critz en la sesión del Claustro del 3 de Mayo

Queridos compañeros y compañeras

Nada más conocido el resultado de las elecciones al Claustro, pedí públicamente al Rector que lo convocara para debatir sobre nuestra situación y declarara concluida esta etapa y, de esta forma iniciar una transición tranquila. Las cosas han sido más tortuosas, pero felizmente aquí estamos hablando de lo que tenemos que hablar.

En estos momentos necesitamos afrontar tres grandes retos en nuestra Universidad:

Uno es el financiero: Un endeudamiento que representa un tercio de nuestro patrimonio, que nos veamos obligados a aprobar presupuestos con déficit sin garantías, y proyectos que un día se consideraron soluciones para conseguir fondos, como la Fundación General, se hayan convertido, precisamente, en un problema para las finanzas generales; son temas que no se pueden banalizar. El problema que necesitamos arreglar aquí es de Ingresos, pues la Universidad en los últimos tiempos no consigue lo que necesitamos.

Otro reto es el de la erosión de las condiciones de trabajo de los miembros de la Universidad, sobre todo en cuanto a la docencia. De ello hay indicios económicos: basta comprobar la reducción progresiva del peso relativo del gasto en Departamentos, centros y estudiantes (4,65% en 1992, 2,9% en 2001). Hay indicios de debilitamiento de la responsabilidad institucional: Tal es la progresiva limitación de los medios de los profesores a los que eventualmente conseguimos con proyectos y contratos. Y hay indicios morales: sometidos a la reducción de alumnos, asuntos como las dotaciones y distribución docentes se van mal resolviendo con luchas personales cada vez con menos transparencia y más desconfianza. Y en el PAS crece la desconfianza con las promociones y con la amenaza de competencia llamada privada, que cuando se ha arbitrado ha demostrado ser inexperta e ineficiente. Todo esto significa un divorcio creciente entre la "gran política" del Rectorado (necesaria) y la "vida diaria" de los servidores de a pié de la institución, igualmente necesaria.

Y el tercer reto que hay que afrontar, es el de un liderazgo positivo en la Universidad. Se han convertido en endémicos, por ejemplo, el desencuentro del Rectorado con la Junta de PDI y con el Consejo Social; son frecuentes las mayorías agónicas, casuales y erráticas en la Junta de Gobierno y crece un inexplicable enfrentamiento de las representaciones de profesores y alumnos, cuando lo normal es que, estuviéramos ocupados en la búsqueda del objetivo común de calidad de nuestra docencia, en cuya reclamación tienen toda la razón los estudiantes.

¿Es caótica nuestra situación?, no. Su gestión, Sr. Rector, globalmente en los 17 años ha sido adecuada y, en lo inmediato, lidia como puede ante problemas y conflictos crecientes. Ahora somos una Universidad grande, buena en muchas cosas, pero con problemas y con conflictos internos crecientes que hay que resolver. Es la contumaz dialéctica de crecimiento, conflicto provocado por el crecimiento, cambio para recuperar consenso y estabilidad.

Tenemos que recuperar capacidad de negociación, tenemos que restablecer el encuentro dentro de la institución entre "gran política" y "vida diaria" y tenemos que restablecer un liderazgo arbitral. O sea, estamos ante un genuino caso de necesidad de renovación, que se expresó en el resultado de las elecciones al Claustro. De modo que el "estado de la Universidad" es el de la reclamación de un reconocimiento de final de etapa y comienzo de otra.

A todo lo anterior se ha venido a unir el anuncio inexorable de la nueva Ley. Y Vd., Sr. Rector, en consecuencia con un análisis acertado de las elecciones del Claustro del 28 de Febrero y con el anuncio de la citada Ley, ya ha declarado en público que estamos en transición y que no es su intención seguir siendo Rector en este proceso.

Si es así, no hay motivos para alargar innecesariamente los primeros pasos de esta renovación. En lugar de luchar como parte interesada, Vd. debe, asumir un papel consensuador en una transición en la que no podemos entrar con victimismos y anunciar una fecha de elección que sea aceptable a todas las partes.

No hago cuestión de dos o tres meses antes o después, eso realmente no tiene importancia en este proceso de transición; lo que sí le pido, Sr. Rector, es que la fecha que anuncie sea aceptable para todas las partes: también para esa que ha expresado su oposición y crítica y ha obtenido merecidamente su triunfo en las elecciones para este claustro. Vd. debe de ser el Rector del consenso para esta transición en la que no podemos entrar divididos de antemano.

Y puesto que hablamos de intenciones y promesas, metidos ya en esa transición particular y general, en mi caso, de ser elegido Rector me comprometo a dimitir y convocar nuevas elecciones cuando empecemos a funcionar con la nueva Ley.

De modo que estamos esperando a escuchar aquí, en este Claustro que se ha ganado el derecho al cambio, una propuesta de Vd. aceptable para todos.

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Intervención de José Morilla Critz en la sesión del Claustro del 10 de Mayo

El Claustro y el presupuesto

José Morilla Critz

Celebramos este año el 400 aniversario del nacimiento de Baltasar Gracián y no está de más traer a colación uno de los sabios consejos de su Oráculo manual y arte de Prudencia (Huesca 1647):

"No se han de negar de rondón las cosas, vaya a tragos el desengaño; ni se ha de negar del todo, que sería desahuciar la dependencia: queden siempre algunas reliquias de esperanza, para que templen lo amargo del negar; ........ El no y el si son breves de decir, y piden mucho pensar" (edición facsimil de Marcial Pons, Madrid 2000, p. 464)

Yo no voy a votar globalmente contra estos Presupuestos, lo cual es hacer lo que hice tanto en la comisión (en la que recién me incorporé cuando ya llevaban algún tiempo elaborándose) como en la Junta de Gobierno, en la que se aprobaron por escasa mayoría. Y ello por las razones que, en suma di en la misma.

Pero antes de razonar esta posición, que es simplemente mía, haré un pequeño comentario sobre las características más importantes de este Presupuesto.

  1. Es un Presupuesto de austeridad e incluso de pobreza, porque el incremento del gasto total en relación al año anterior es prácticamente insignificante (0,25%), agravado por el hecho de que los Ingresos no sólo no se mantienen, sino que disminuyen, si descontamos el déficit previsto de 660 millones de pts..

  2. Pero en este contexto de forzada austeridad, crece el Gasto de personal (de todo tipo, docente y no docente) en torno al 12% (811 millones más) y los Gastos Generales y de Administración un 12,5%, pero éste como consecuencia de un extraordinario crecimiento (desde menos de 100 millones a 300 millones) de los Gastos financieros asociados al endeudamiento viejo y nuevo (ya un tercio de nuestro patrimonio) pues en el resto de gastos se han llegado a reducir 130 millones en Servicios Comunes, Secretaría General, Servicio Jurídico, Acción cultural, Tribunales, Relaciones internacionales generales, Mantenimiento y conservación de investigación, Aparataje científico, Diversos investigación, y algunas partidas más. Algún incremento significativo sólo lo hay en alguna partida como Equipos Técnicos Informáticos (que se duplica) como consecuencia de un contrato nuevo para el mantenimiento del Servicio. Y en lo demás simplemente se ha incrementado el 2% de inflación oficialmente prevista que, en términos reales ya sabemos es una reducción.

  3. Otras partidas son de menor significación y hay cambios formales que no nos deben de inducir a error, como la reducción significativa en el conglomerado de Departamentos y Estudiantes, Desarrollo científico y tecnológico e Investigación de Departamentos, pues es fundamentalmente el resultado de no aparecer reflejados este año los remanentes que, eso sí, por la misma razón no debieron haber aparecido el año anterior, pero por lo visto entonces convenía producir el efecto psicológico de una aportación adicional, que no la era. Destaco también una significativa reducción en los gastos previstos en Infraestructura, y en este aspecto, una reducción de la aportación neta de la Universidad a la misma. La demás, como sabemos, constituye un saco propio de inversiones finalistas. Algo similar podríamos decir de Investigación, que registra un importante incremento (aprox. un 50%), como consecuencia de contratos finalistas previstos de fondos FEDER y Contrato-Programa con la CAM.

En resumen lo que todo esto significa es que hemos conseguido de nuestros verdaderos patrocinadores (la CAM) un incremento de los ingresos para los gastos de Personal insuficiente con lo que hemos pactado, acordado, previsto, etc. entre nosotros para ampliación, mejora, reconversión, promoción, etc. de plantillas y, de gastos Corrientes, no hemos conseguido ni tan siquiera lo suficiente para el nivel de gastos generales, mantenimiento, etc. del año anterior y, desde luego, nuestros ingresos propios (con excepción de las tasas oficiales que, se prevén en todo caso estancadas) están a años luz de ser algo significativo en nuestras finanzas. Y como a eso hay que añadir que para tapar el agujero neto corriente (déficit de 460 millones) e histórico (Deuda de 7.000 millones) tenemos que pagar por intereses 200 millones más, nos encontramos que nos faltan 660 millones que, de momento, la CAM dice que seguramente algún día pagará, cuando hayamos incrementado aún más esos déficits en años sucesivos a este ritmo.

En fin:

  1. Empezamos a tener un problema serio de ingresos que, queramos o no va a tener que ser afrontado en los próximos años, dado el contexto que se avecina, con cambios estructurales en los presupuestos sucesivos, tanto en la forma, como en las prioridades, como en las estrategias para conseguir dinero. En éste no se han empezado siquiera a afrontar, ni estudiar, esos posibles cambios. El año pasado ya apuntaba yo este fenómeno: estamos igual pero más agobiados y es porque la institución no está precisamente en sus mejores condiciones de consistencia y nervio convivencial para afrontar un asunto de esta importancia.

  2. Nos hemos ido metiendo nosotros mismos en una trampa de incremento en los gastos de personal (seguramente por la debilidad interna que tenemos en nuestros órganos de deliberación y decisión, como consecuencia del poco consenso que hay entre nosotros) que, inevitablemente, debería llevar aparejado un incremento de los gastos generales que nos permitan trabajar, pero que no conseguimos, seguramente porque no tenemos tampoco la consistencia necesaria para ver incrementado nuestro respeto ante instancias exteriores.

  3. Se hacen en este Presupuesto unos recortes de gastos serios, que no pueden ni deben ser objeto de crítica, al contrario, felicito a los servicios que los han hecho, que han estudiado minuciosamente las liquidaciones reales de partidas de años anteriores. Pero, sinceramente, poco más se puede hacer recortando.

  4. A estas alturas del año nos encontramos ya, por otra parte, con muchas cosas irreversibles:

Ya hemos gastado en numerosas partidas (sobre todo de Gastos Generales) de acuerdo a un presupuesto no tan restrictivo prorrogado y ahora tendremos, en consecuencia, que aplicar el ajuste sólo en seis meses o menos.

Algunas de las pocas ampliaciones han significado modificaciones de contratos, que todos nosotros ya hemos visto en acción (como el de microinformática) y de los que no sé cual sería la consecuencia de vuelta al presupuesto anterior. Otro caso es que, en el ejemplo puesto, y dada la estructural carencia e insatisfacción general al respecto, al final se demuestre que esa ampliación y cambio de contrato hayan repercutido en una mejora del servicio. Lo suyo es esperar.

Están creadas las expectativas (con la anuencia de todos) de las reconversiones, promociones, etc.

Y estamos ante una esperanza de cambio general y renovación en la dirección de la Universidad, que debería reflejarse en la práctica de los próximos meses en un trabajo concentrado en conocer en profundidad la situación financiera de la institución y sus organismos, empresas y fundaciones asociadas y elaborar con tiempo unos Presupuestos para el año 2002 acordes con la situación.

Son pues éstos, unos Presupuestos llenos de tantos condicionamientos que vienen, en la práctica, sin remedio global (otra cosa podrían ser, para aquellos que así lo estimen conveniente, la introducción de algunas pequeñas modificaciones) y son el fruto de una etapa terminal. Vienen aprobados con escaso margen y vienen precedidos de la carencia del requisito más necesario en una situación de este tipo: el entendimiento entre el proponente (el Rector) y quienes han de aprobarle su pieza esencial de política como es el Presupuesto (el Claustro), como vimos recientemente en la sesión del pasado día 3.

En suma, con este Presupuesto, nuestro Rector nos pide que le demos el respaldo moral y político para conseguir la financiación para un déficit que es el fruto de todas las debilidades concentradas de la institución, que está verdaderamente en crisis de liderazgo positivo. Sinceramente, me gustaría darle mi apoyo, soy un hombre de la institución y no es momento para ponernos chinas en el camino. Pero ante lo que está ocurriendo no me escudo como muchos otros compañeros en la no comparecencia (que la tendría bien simple pues hoy mismo he tenido que retrasar la convocatoria de un Tribunal del que soy Presidente), sino que vengo aquí a abstenerme, como el principal acto de protesta, porque un Presupuesto es siempre más que un Presupuesto. No olvidemos que en torno a la discusión sobre el Presupuesto nació, precisamente, la democracia moderna. Y la democracia en la época postmoderna en la que vivimos se identifica con consenso, integración y no arrogancia.

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Última modificación: 29-05-2001