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Lamentable23/04/01 Querida Vivat Academia: Me parece lamentable vuestra forma de publicar algunas de las opiniones que "no coinciden con su línea editorial". ¿No es Vivat Academia una revista libre e independiente? Sí, pero cuando alguien envía un escrito que no coincide con la línea editorial, es evidente, al parecer ("Por ello,..."), que Vivat Academia debe salir al paso de lo que se dice y arrogarse de la verdad mesiánica de la que se cree depositaria. Se puede estar en desacuerdo con el texto de Carlos Mario Gómez (Vivat Academia, abril de 2001), por supuesto, pero no es de muy buen estilo, que digamos, apostillarlo como se hace. Naturalmente que Vivat Academia está en su derecho de hacerlo (¡la revista es suya!), pero entonces que no nos cuente historietas sobre la libertad, la independencia y la participación de la que tanto alardea. Con la esperanza de que déis publicidad a esta breve nota de la forma que estiméis oportuno, os saluda cordialmente, Luis Toharia Cortés. Departamento de Fundamentos de Economía e Historia Económica.
Universidad de Alcalá NOTA DE VIVAT ACADEMIA: Lamentamos profundamente, prof. Toharia, que confunda unas precisiones aportadas por Vivat Academia con un ataque al remitente del escrito que usted menciona, por falta de adecuación a nuestra línea editorial. Simplemente nos limitamos a constatar que esas listas que, al parecer del prof. Gómez son de nueva creación, han existido siempre, aunque no tan clara y libremente confeccionadas. Precisamente porque nuestra única preocupación es la de que todo miembro de la comunidad universitaria pueda expresarse y actuar en un ambiente de libertad, sin coacción alguna, es por lo que no podemos dejar pasar por alto opiniones que parecen encaminadas a considerar válidas unas opciones y no otras. Entendemos su preocupación porque, en esta ocasión, se hayan "llevado el gato al agua", en las elecciones a Claustro, otros grupos no alineados con las ideas oficialistas pero, desgraciadamente para algunos, ese es el juego democrático. Sus aportaciones han sido publicadas, como verá, pero debe usted ser consciente que el debate es posible y necesario. Quizás si uno de nuestros colaboradores hubiera respondido con un artículo largo y más contundente se hubiera sentido menos agraviado, precisamente por el hecho de que nuestra nota se limitó, como decíamos, a refrescar la memoria de nuestros lectores. Gracias por su aportación. No dude de que cualquiera otra que nos haga llegar será igualmente publicada. Volver al principio de la carta Volver al principioEvolución de la Escuela Politécnica de la UAHUno de nuestros lectores nos ha enviado el siguiente reportaje fotográfico sobre la evolución de la Escuela Politécnica de la Universidad de Alcalá desde 1995 a 2000. Las imágenes hablan por sí solas, por lo que sobra cualquier comentario
Volver al principio del reportaje Volver al principioEl comodín del públicoJulio Gutiérrez Muñoz. Catedrático de la Universidad de Alcalá. Voy a intentar resumir para los lectores de Vivat Academia lo que fue el debate sobre el estado de la Universidad de Alcalá, que tuvo lugar el pasado 3 de mayo. Me gustaría, aunque eso va a ser prácticamente imposible para la visión de algunos, que no se entendiera como un ataque electoralista al posible candidato Manuel Gala, y para ello parto de la base de sus propias declaraciones en las que parece afirmar que no va a volver a presentarse, aunque personalmente tenga mis dudas.Durante el debate, el rector me recordó a esos participantes en el concurso de moda de la televisión (50x15) que, no teniendo idea alguna de la respuesta a la pregunta formulada, deciden utilizar el comodín del público, con la malsana intención de no hacer caso de su opinión, porque están seguros de que los espectadores tienen aún menos idea. Tiran por la borda, sin rubor alguno, esa posibilidad y terminan contestando algo absurdo cuando los presentes en el plató habían acertado. Manuel Gala ha desperdiciado el comodín del público, sin querer enterarse de que él puede estar equivocado. En bien cierto que no hubo un debate real. Pero cinco minutos para las intervenciones es un lapso de tiempo insignificante para justificar posturas de crítica. Ahora bien, independientemente de este hecho, allí se vislumbró claramente que había una gran mayoría de asistentes que no estaba conforme con el fondo y la forma de gobernar del actual equipo rectoral. Como es habitual, la justificación de lo bien que iba la Universidad de Alcalá (la Universidad va muy bien, afirmó en su discurso final) se fundamentó casi exclusivamente en los aspectos más externos de la misma, con afirmaciones genéricas sobre la bondad de la calidad de la enseñanza y la investigación. Estos aspectos externos están bien pero, por un lado, no deben ser esgrimidos como argumento de bondad y, por otro, cualquiera de las universidades nuevas que se han creado en el país, si bien no han recuperado edificios históricos de muy difícil mantenimiento, si han conseguido sustancialmente más fondos para tener campus dignos, edificios funcionales y seguros y profesorado más cualificado. Alguien intervino para decir que este tipo de posturas son las utilizadas por los malos actores: andan siempre mostrando el lado bueno de su perfil, en un intento de paliar sus deficiencias interpretativas con un físico agradable. Mas claro, si cabe, quedó que el Claustro deseaba un adelanto de las elecciones, por muy diversas razones. Unos lo solicitaron por su voluntad de cambiar la persona del rector, y otros porque la situación de permanente campaña electoral durante un año es verdaderamente insufrible para la comunidad universitaria. Sin embargo, Manuel Gala eligió el camino de los "Cerros de Úbeda" y en su discurso final utilizó argumentos absolutamente incongruentes. Habló de que él había sido elegido por un periodo de cuatro años e iba a cumplir con la legalidad (la Universidad de Alcalá cumplirá con la legalidad, dijo con cierto énfasis). Nosotros nos preguntamos: ¿qué legalidad? ¿Desde cuándo son ilegales los adelantos de las elecciones? Habitualmente se queja de la situación de ingobernabilidad a la que hemos llegado. ¿Qué mejor solución, entonces, que provocar unos comicios en los que, si gana, saldrá reforzado para seguir con "su proyecto" por un periodo mucho más tranquilo? Nadie le obliga a que no se presente, eso sí que sería ilegal. No debe tener duda alguna sobre el hecho de que él es el único que conoce su tan cacareado "proyecto" y, por supuesto, el único que lo puede llevar a acabo. Va a tener muy difícil encontrar una persona de mucha confianza que sea capaz de seguir, sin desviaciones apreciables, lo que él considera debe ser una Universidad pública. Hizo alusión a la inminente promulgación de la contrarreforma de la LRU y, según su criterio, un nuevo rector debería encontrarse realizada la adaptación a la nueva legislación. ¿Por qué? Él mismo accedió a la poltrona rectoral para iniciar un periodo constituyente; nunca le oímos decir que era mejor la continuidad de Manuel Martel, o alguno de sus colaboradores, evitando la llamada a las urnas de la comunidad universitaria. En su discurso inicial, además, arremetió contra los precandidatos, haciendo desprecio ostensible de esta figura que, evidentemente, no existe sobre el papel. Como alguien le recordó, parecía haber olvidado su calidad de precandidato, desde mediados de 1983, en las elecciones de 1984; en realidad fue el inventor del precandidato. Con su actitud el rector Gala ha perdido la oportunidad, quizás la última que le quedaba, de demostrar a la comunidad universitaria que sabe ser el máximo representante de la misma. No se puede argumentar, como hizo, que el Claustro que le había elegido era otro diferente al que le pedía que adelantara las elecciones y que sería el único que lo podía deponer. Coger el rábano por las hojas tiene el peligro de no arrancarlo, dejando la parte sustanciosa en tierra. Eso es lo que va a suceder si no se replantea la situación. No cabe duda de que a mí, personalmente, me gustaría que no se volviera a presentar, ni se presentara ningún otro que pudiera significar, aunque fuera de lejos, un gobierno similar. Pero eso, en un sistema democrático, no quiere decir que aceptemos su aferramiento, con uñas y dientes, al sillón rectoral. Con este tipo de actitudes incluso sus votantes más incondicionales están empezando a hacer llegar la idea de que está "pasado de rosca". Unas palabras finales como consejo a nuestro sempiterno rector: rectificar es de sabios, no eche en saco roto las peticiones de un Claustro que, a la postre, va a ser quien decida la persona que ocupará el máximo cargo de la Universidad de Alcalá, en un futuro inmediato. Volver al principio del artículo Volver al principio |
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