Elecciones Claustro 2001
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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia

 Histórico Año III

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Abril 2001. Nº 24

Esta página está dedicada a los comentarios e informaciones que nos hacen llegar nuestros lectores, acerca de las pasadas elecciones a Claustro

Claustro 2001 (CSIT-UP)

Academia y ¿Democracia? (Carlos Mario Gómez)

Claustro 2001

Este comentario ha sido remitido por los responsables de la sección sindical CSIT-UP.

SALIDA DEL EQUIPO DE GERENCIA (GERENTE, VICEGERENTES, DIRECTORES Y JEFES DE SERVICIO) DEL CLAUSTRO.

Los resultados de las elecciones al Claustro de la Universidad celebradas el pasado 28 de febrero reflejan la evaluación que los distintos sectores en que está organizada (Profesores, Alumnos y PAS) hacen de sus compañeros, y dan su confianza a aquellos que han venido destacando, con su trabajo, en la defensa de la Universidad, para que los representen en el máximo órgano colegiado: el Claustro.

Desde el sindicato CSIT-Unión Profesional, de clara trayectoria reivindicativa de los derechos de los trabajadores, con fuerte implantación en la Comunidad de Madrid y una recién estrenada Sección Sindical propia en la UA, vamos a hacer una lectura del resultado de estas elecciones en donde nuestro principal interés es la situación del PAS en la Universidad de Alcalá, que una vez más, ha dado su opinión sobre la penosa gestión administrativa que está sufriendo la UA en los últimos años por parte de sus actuales gestores: Gerente, Vicegerentes, Jefes y Directores de Servicio, el también conocido como "equipo VIP" de la Universidad.

Este equipo resalta dentro del colectivo PAS por su "modus operandi": muchos se creen inteligentes y confunden inteligencia con prepotencia, respeto con miedo, dirigir con ordenar (Señor, sí señor) y se consideran imprescindibles. Pues miren Ilmos. Sres/as., para tratar y resolver los temas importantes en el Claustro podemos prescindir de su presencia. Este equipo es tan "perfecto" que nunca se equivoca, jamás comete errores, pero sus desastrosas y penosas intervenciones en la gestión administrativa por su limitado conocimiento de normativas y procedimientos, hacen que muchos funcionarios suframos el síndrome de "vergüenza ajena" por sus brillantes decisiones y actuaciones.

Es curioso ver, como después de no haber sido elegido claustral, debido a su incapacidad para estar a la altura del cargo, el Secretario General de la Universidad justifica esta situación en unas gallardas declaraciones al "Diario de Alcalá" echando la culpa al Rector, "... ha sido un voto contra el Rector que lleva 18 años en el cargo...", en donde responsabiliza al Rector de sus malos resultados en las elecciones. Es propio de prepotentes, él nunca se equivoca en su gestión, son los demás los ignorantes y además, en un alarde de oratoria, se esconde detrás del Rector, muy propio del Sr. Secretario en su meticuloso y profesional análisis de la situación ante la prensa. Pues bien, Sr. Bustos, sus compañeros han votado ahora su nefasta gestión en los últimos 10 años como Secretario General y al Sr. Rector, en su momento, ya se le valorará la suya, y entre otras cosas por nombrar a una persona tan poco preparada para el cargo de Secretario General de la Universidad.

Desde el sindicato CSIT–Unión Profesional se viene observando en los últimos años un malestar cada vez mayor por el clima laboral. El PAS ha venido diciendo por activa y por pasiva, una y otra vez, que la gestión de esta Universidad se está llevando de forma "poco profesional". La Gerente, Vicegerentes, todos los puestos de libre designación, han demostrado su ineptitud para dirigir una administración tan compleja como es la Universidad. En la encuesta realizada el pasado julio sobre el "Clima Laboral", incluso usando preguntas "trucadas", ya se observa en las respuestas el malestar y las quejas de muchos funcionarios. En el último concurso un tercio de los compañeros que legalmente podían solicitar otro puesto lo han hecho, fruto del descontento de los funcionarios con su situación actual y de la incomprensión y en ocasiones incompetencia de los propios jefes, que son incapaces de crear un ambiente de trabajo adecuado.

¿Cómo se ha llegado a esta situación?

Con palabras bonitas –pero convenientemente vaciadas de contenido- como "Control de Calidad", "Plan de Gestión 2000–2002" y "Manual de Procedimientos". No hay que olvidar fabulosos cursos de Formación en los "Paradores" para altos directivos, con todos los gastos pagados, realizados por la empresa OCU, donde explican esos estrictos "Procedimientos administrativos" indicados para funcionarios de niveles bajos para los que son de obligatorio cumplimiento (Control horario), mientras el equipo de Gerencia comete tropelías y actuaciones fraudulentas; reclasifican a las personas afines a sus intereses (Auxiliar del Consejo Social grupo D a nivel 20), fuera de toda negociación con los sindicatos, ilegalmente, sin pasar por Junta de Gobierno esta modificación de la RPT. Regalando niveles 20 a los auxiliares, y negando a los puestos ocupados por administrativos o de gestión la revisión del nivel, de acuerdo con las funciones que realmente desarrollan. Incumpliendo acuerdos firmados con los sindicatos, oposiciones del Grupo B sin convocar, plazas que no se cubren en las oposiciones, mal funcionamiento de muchos Servicios, etc. Ya solo falta que se cree otra Vicegerencia para controlar a las otras dos Vicegerencias, ¡de locos!

Pues bien, todo el equipo Directivo, con Gerencia a la cabeza, tras el examen a su gestión valorada por todo el colectivo PAS en estas elecciones al Claustro, ha obtenido la ostentosa calificación final de "MUY DEFICIENTE CUM LAUDE", diploma que se ha merecido a pulso por su trayectoria en los últimos años. Es tanta la ineptitud demostrada por este equipo de Gerencia, que el PAS ha considerado que ningún Jefe ni Director de Servicio, ni ningún miembro del equipo de Gerencia, deberían estar presentes en un órgano de la importancia y transcendencia del CLAUSTRO de la Universidad de Alcalá. Nada de prepotentes, por favor. No tienen el nivel suficiente.

Esta situación tan lamentable y vergonzosa, es la primera vez que ocurre en nuestra Universidad. Hasta ahora en las elecciones al Claustro siempre se han venido eligiendo, como representantes del PAS a la Gerente Vicegerentes, Jefes y Directores de Servicio. Como caso ejemplar podemos mencionar a la Jefa del Servicio de Investigación Dña. María José Llorente, que siempre estuvo a la cabeza de votos en todas las listas, por gozar de la confianza general.

Sin embargo, en los últimos años, los Jefes de Servicio y Vicegerentes venían siendo "suspendidos" por los votos del PAS, y en esta última elección, los Vicegerentes, para evitar la vergüenza y la humillación de una nueva derrota ni siquiera han tenido el valor de presentarse, al igual que la mayoría de Jefes y Directores de Servicio. Quieren evitar el mal trago de que el PAS los evalúe y les ponga el "Muy Deficiente" que su gestión se merece. Una actitud muy valiente cuando se trata de estar presente en el Organo colegiado más importante de la Universidad, donde se toman las decisiones que pueden cambiar el rumbo de la Universidad, elegir al Rector, aprobar los presupuestos etc... Pero claro, de nuevo este tipo de tareas, como siempre, deben salir adelante con el trabajo y la participación de los puestos "inferiores", de las "hormiguitas" que desde su puesto de trabajo y ahora por su colaboración y PARTICIPACIÓN en las elecciones al Claustro, han obtenido el apoyo y confianza de todos los trabajadores, dado que la confianza y el respeto no se obtienen con el cargo, sino que el trabajador debe de ganárselo con su profesionalidad en el trabajo, cualidades éstas difíciles de encontrar en el equipo de Gerencia.

Por todas estas conclusiones, se puede decir más alto pero no más claro, Sr. Rector: No confiamos en su Gerente ni en su equipo.

SINDICATOS

Otra lectura que este sindicato realiza del resultado de estas elecciones es la confianza del PAS en nuestros representantes sindicales.

La lista "Cambiar la Universidad", que se presentó como independiente y que incluye a destacados militantes y simpatizantes de CC.OO, y al Delegado Sindical de CSIT-Unión Profesional, ha obtenido el respaldo mayoritario del PAS. Cuando se trata de luchar por la defensa de los trabajadores, CSIT-Unión Profesional siempre estará presente, aún discrepando con la línea política de los demás sindicatos.

El otro sindicato, que iba con fotos de todos a todo color, y que apenas ha podido salvar los muebles, se presentaba con el eslogan de que su "Candidatura Colectiva" "... carecía de una afiliación sindical o política concreta". Naturalmente el PAS no se dejó engañar por esta ostentosa campaña y rápidamente reconoció a casi todas las personas de la candidatura. El resultado todo el mundo lo sabe: sólo fueron elegidos seis de los cincuenta de la lista. ¿Por qué será?

El sindicato perdedor ha sido el de siempre, el CSI-CSIF. De nuevo ninguno de sus miembros tiene la confianza del PAS para estar en el Claustro. A pesar de que tienen un gran número de personas liberadas (parece un Club Social de Liberados) muy poca gente sabe en realidad ¿a qué dedican su tiempo libre?, ¿Qué intereses defienden? De todas formas, una vez evaluado el trabajo que ha realizado el CSI-CSIF en defensa de los trabajadores, ninguno de sus integrantes tiene el respeto ni la confianza necesaria como para representar al PAS de la Universidad en el Claustro.

El PAS también existe

Para terminar, decir a todos los trabajadores de la Universidad que desde CSIT-Unión Profesional queremos denunciar todo este tipo de actuaciones que hemos venido sufriendo, y a demostrar que estamos aquí, para defender los intereses de todo el PAS de la UA.

CSIT-Unión Profesional quiere dar un mensaje bien claro a todos los candidatos a Rector: "El PAS también existe". Queremos que sea el candidato a Rector el que se dirija a los trabajadores a negociar, y no como hasta ahora, que el sindicato de turno va detrás de los candidatos ofreciendo el apoyo gratuito del PAS, para que el catedrático de turno pueda sentarse en el sillón y una vez allí, volver a tratar a los trabajadores como "ese insignificante colectivo de Funcionarios No Docentes". Este sindicato quiere exigir a los candidatos a Rector un mayor compromiso con el colectivo de trabajadores y el nombramiento de Gerente y Vicegerentes capaces de ganarse con su trabajo, el respeto y la confianza del PAS.

Más información en nuestra página Web:

http://www.uah.es/otrosweb/csit-up

Si quieres preguntarnos, sugerirnos o informarnos sobre cualquier asunto sindical, hazlo en la confianza de que "estamos para servirte".

Para mayor comodidad, sugerimos que nos escribas a nuestra dirección:

csit-up@uah.es

Queremos escuchar tus opiniones. ¡Para nosotros son muy importantes!

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En el número anterior, publicamos unas reflexiones sobre las elecciones a Claustro 2001, de nuestro compañero Saturnino Aguado que, como habíamos prometido, difundimos previamente a todos nuestros potenciales lectores, vía correo electrónico. Posteriormente nos llegó el artículo que a continuación reproducimos, también con la petición de difundirlo a toda la comunidad universitaria alcalaína. Dado que había pasado mucho tiempo, y que tenía un carácter casi idéntico al precedente, decidimos que lo mejor era reservarlo para esta edición.

Academia y ¿Democracia?

Carlos Mario Gómez
Profesor Titular de Fundamentos del Análisis Económico. Universidad de Alcalá.

mario.gomez@uah.es

Recientemente se han celebrado las elecciones al Claustro de la Universidad y como resultado de ellas una Candidatura Colectiva, denominada Titulares Unidos, ha obtenido el 90 por ciento de los representantes de ese colectivo, lo que supone un éxito sin precedentes en la Universidad de Alcalá. Todo ello merece una reflexión, no tanto por lo apabullante del resultado, que sin duda debe ser motivo de satisfacción para los promotores de la candidatura colectiva, sino por otra cosa que en política suele ser más importante, y es el efecto que esto puede tener sobre los procedimientos de elección y el nivel de democracia que puede haber en nuestras elecciones de representantes a los órganos colegiados de decisión.

En la lid electoral, la candidatura colectiva se presentó a sí misma como una corriente de opinión organizada en torno al objetivo común de revitalizar la democracia universitaria mediante una reforma de estatutos que, como punto destacado, incluía la limitación de mandatos. De la trayectoria de los candidatos más destacados de la lista se puede deducir sin duda que tal limitación se aplica exclusivamente al mandato del Rector de la Universidad, y no ha de hacerse extensiva a Decanos, miembros de la Junta de Gobierno u otro cargo electo a quienes, por razones inexplicadas, el ejercicio de funciones de responsabilidad no parece ocasionar efecto negativo alguno que les invalide para posteriores mandatos.

Aparte de que puede haber muchos otros motivos para reformar los estatutos de la universidad, a algunos que no formamos parte de la candidatura colectiva (y que tampoco tuvimos la oportunidad de apuntarnos), la limitación de mandatos del Rector puede resultarnos un argumento no sólo peregrino sino también maniqueo. Peregrino, porque cabe esperar que una coalición de profesores universitarios cuente con una visión un poco más ambiciosa del futuro de la Universidad, y maniquea por los motivos señalados arriba: no parece admisible que sólo el poder del Rector corrompa, mientras que a otros su parcela de poder les enaltece y habilita para asumir mayores responsabilidades. Al mismo tipo de maniqueísmo se apuntan aquellos que, en las páginas de esta revista, califican de continuistas a aquellos que no pertenecen a su coalición electoral. Sin embargo, si hemos de ser consecuentes con los hábitos democráticos, debemos también admitir que la votación obtenida por la lista refleja que muchos profesores titulares no comparten mi opinión y, precisamente por ello, han votado a conciencia por la candidatura colectiva.

No obstante, en un proceso electoral, el grado de éxito no se mide solamente por el número de votos. Hace algunos años, el Frente Islámico de Salvación ganó abrumadoramente en Argelia con un proyecto político consistente en destruir las débiles instituciones democráticas de ese país, y en la República de Weimar se resolvieron mayoritariamente algunas votaciones que tuvieron resultados lamentables. En un ámbito más próximo, todos hemos comprobado que hay "victorias amargas" y "dulces derrotas". En todos esos ejemplos, lo que se pone en cuestión no es el número de votos sino algo más importante para todos nosotros: las reglas de juego. Por ese motivo, cabe preguntarse si las instituciones de representación de la Universidad y, más concretamente, nuestros mecanismos de formación de una voluntad colectiva, son ahora mejores que antes. En otras palabras, ¿nos movemos ahora en un marco institucional más democrático que antes?.

Mi respuesta a esta pregunta es clara, nuestros mecanismos de elección al claustro de la universidad son hoy en día menos democráticos de lo que lo fueron en elecciones pasadas. Como expongo a continuación, la sonada victoria de la candidatura colectiva de Titulares Unidos se ha conseguido con un claro menoscabo de nuestras reglas democráticas de elección de representantes, y vale la pena que quienes han resultado elegidos tomen nota de ello, no sólo por la responsabilidad que les compete, sino también porque, si su deseo de aportar mayor democracia a la universidad es un deseo sincero, deberían dar alguna prueba mejor que la del éxito indudable de su coalición electoral.

En su origen, nuestro sistema de elección de representantes no fue diseñado para organizar la competencia entre distintas sensibilidades organizadas en torno a candidaturas colectivas. Todo lo contrario, en los estatutos de la Universidad se consagra un sistema de elección nominal con candidaturas individuales. Las candidaturas colectivas aparecieron bastante después y se incorporaron a nuestro marco institucional, como un apaño, cuyas consecuencias negativas sólo se hicieron patentes muchos años después, precisamente ahora. La ventaja de un sistema de elección nominal con candidaturas individuales está en que los candidatos son votados por sus ideas y quienes obtienen más votos consiguen los puestos en el claustro. Cuando se opta por un sistema de listas, las personas votan por idearios, doctrinas o programas colectivos (si algo de eso hay en la candidatura colectiva, deberían haberlo dicho en la campaña electoral). Pero, más importante es que si la competencia electoral se organiza a partir de listas que agrupan distintas sensibilidades, lo lógico, y lo democrático, es que los escaños se asignen siguiendo un criterio de proporcionalidad, de modo que todos los proyectos de futuro de la Universidad queden representados en función del porcentaje de votos obtenidos.

Nuestro sistema electoral actual es un híbrido de ambas cosas (un sistema de elección nominal con Candidaturas Colectivas), y desafortunadamente reúne lo más perverso de cada uno de los dos sistemas de elección. Por una parte, los candidatos que se presentan individualmente tienen nulas o muy pocas posibilidades de triunfar ya que han de enfrentarse a una coalición electoral en la mayoría de los casos multitudinaria; si logran superar la elección, tendrán además pocas posibilidades de sacar adelante sus propuestas ya que para ello deberán enfrentarse a la disciplina de voto de la coalición electoral exitosa. La candidatura colectiva lo tiene muchísimo más fácil; para copar el claustro, o para tener al menos una cómoda mayoría, le bastará con obtener la mayoría simple de los votos. Por poner un símil político, si nuestro sistema de elección se hubiera utilizado en las últimas elecciones generales españolas, el Partido Popular se habría hecho con la práctica totalidad de los escaños en el Congreso de los Diputados (o si prefieren "sólo" con el noventa por ciento), por el sólo hecho de haber obtenido la mayoría de los votos. Pues aunque parezca escandaloso, y sin duda lo es, ése es en este momento nuestro sistema de elección de representantes al claustro de la Universidad. No cabe duda que nuestro claustro no es representativo de las opiniones diversas que hay en el cuerpo electoral. Sólo quien no sabe qué es la democracia, puede mostrar esta situación como paradigma de la renovación de los hábitos democráticos de la Universidad.

Pero lo anterior no es lo único preocupante, a la vista de los pocos detalles que han trascendido del proyecto de Universidad de la Candidatura Colectiva de Titulares Unidos, es inevitable pensar que lo único que hay detrás de ella es una coalición electoral, es decir, un aparato en el sentido político del término: una organización cuyo principal cometido es captar votos (para lo cual en nuestro caso sólo basta con incluir al votante en la lista de la coalición), sin un programa de futuro que dote a la acción de tal alianza de un contenido real. Por continuar con los símiles políticos, la coalición triunfante es similar a la que gobernó México durante las últimas cinco décadas, en las que el PRI funcionó como maquinaria electoral con el único objetivo de conseguir y conservar el poder, y la política mejicana se decidía en el sanedrín de privilegiados con el poder para decidir quienes formaban parte de las listas electorales vencedoras. Por mucho que se diga que "lo malo de las élites es no estar en ellas", en el caso de México y también en el de Alcalá, los que no pertenecemos al aparato tenemos motivos fundados para alegrarnos de nuestra derrota. Tal vez, en el futuro, podamos resarcirnos de ella sin caer en la tentación de solicitar nuestro ingreso en el aparato. En ese momento, cuando volvamos al sistema de elección nominal o se opte por un sistema proporcional de elección en el que concurran verdaderos proyectos de universidad, se podrá decir que la Universidad habrá saldado el grave déficit democrático que padecemos en este momento.

En suma, con la elección pasada, nuestras instituciones de participación en lugar de fortalecerse han sufrido un deterioro manifiesto y, si lo que se pretende es profundizar en la democratización de la Universidad, se deberán reformar los estatutos para evitar resultados como los que se acaban de producir. Los nuevos claustrales, deberían aprovechar su éxito para corregir el sistema de elecciones y optar por un sistema electoral coherente que, sea de elección nominal o por listas, no consista en una mezcla que, sin tener los méritos de ninguno de los dos sistemas sólo reúne lo peor de cada uno de ellos, para convertirse en algo manipulable por coaliciones electorales.

NOTA DE VIVAT ACADEMIA: Como es natural, las opiniones de las colaboraciones publicadas en esta revista no siempre coinciden con su línea editorial. Por ello, en esta ocasión no hemos resistido la tentación de hacer un pequeño comentario al artículo anterior.

En primer lugar, queremos aclarar que nosotros también opinamos que no sólo el cargo de rector ha de estar limitado temporalmente. Hay muchos, demasiados, decanos y directores de departamento, por no decir "directores de chiringuitos varios", enquistados en sus "responsabilidades" (puede que alguno de ellos enarbole la bandera de reducción del tiempo rectoral, pero no ven la viga en ojo propio, no lo negamos).

En segundo lugar, nos gustaría que nuestro remitente reflexionara un poquito sobre sus propias palabras. ¿Se ha preguntado alguna vez por qué Manuel Gala lleva tantos años de rector? No me negará que desde el equipo de gobierno se han distribuido listas, evidentemente no públicas, pero sí circulantes entre los posibles votantes, o enviadas telefónicamente, que han hecho posible que, en otras ocasiones, fueran siempre los mismos los elegidos para el Claustro, Junta de Gobierno, etc., (Vivat Academia posee alguna de esas lisas que, ingenuamente, nos ha entregado algún destinatario). Al parecer, a nuestro compañero se le ha olvidado que los estudiantes del Consejo, sistemáticamente, han utilizado este sistema electoral híbrido que critica, llegando incluso a repartir papeletas rellenas el día de las elecciones en el apeadero de RENFE. Le recordamos que, en 1998, el rector salió elegido con el voto casi unánime de los alumnos componentes de esas listas.

Nos gustaría saber si nuestro comunicante ha formado, alguna vez, parte de eas candidaturas electorales fantasma.

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