Buzón del Lector
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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia

 Histórico Año III

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Octubre 2001. Nº 29

Contenido de esta sección:

Una hora de Tiempo (Fuenteoejuna)
Historietas que derivan del abuso de Internet (jorgeluchopachucho)

UNA HORA DE TIEMPO

Fuenteovejuna

Un hombre llegó a su casa tarde del trabajo, cansado e irritado, y encontró a su hijo de 5 años esperándole en la puerta.

- ¿Papá, puedo hacerte una pregunta?

- Sí, ¿cuál es? - contestó el hombre.

- ¿Papá, cuánto ganas en una hora?

- Eso no es asunto tuyo. Por qué preguntas eso? - Dijo el hombre enojado.

- Sólo quiero saberlo. Por favor dime, ¿cuánto ganas en una hora? – repitió el pequeño.

- Si quieres saberlo con tanto afán, te diré que en una hora gano 3000 Pts.

- ¡Oh,! - contestó el pequeño, cabizbajo. Volviendo a mirarlo, dijo - Papá, ¿puedo pedirte prestadas 1.500 Pts?

El padre se puso furioso.

- Si la única razón por la que me has preguntado eso es para poder pedirme prestado dinero para comprar un juguete tonto o alguna otra cosa sin sentido, entonces vete directamente a tu cuarto y acuéstate. Piensa por qué estás siendo tan egoísta. Yo trabajo muy duro muchas horas todos los días, y no tengo tiempo para estas tonterías infantiles.

El chico fue calladamente a su cuarto y cerró la puerta. El hombre se sentó y empezó a ponerse aun más enfadado pensando en la pregunta del muchacho.

- "¿Cómo se atreve a preguntar cosas así sólo para conseguir algún dinero?"

Después de aproximadamente una hora, el hombre se había tranquilizado, y empezó a pensar que quizás había sido un poco duro con su hijo. Quizás había algo que realmente necesitara comprar con las 1.500 Pts. Realmente el chico no pedía dinero muy a menudo. El hombre fue al cuarto del muchacho y abrió la puerta.

- Estás dormido, hijo? - Preguntó.

- No papá, estoy despierto, - contestó el pequeño.

- He estado pensando, quizá haya sido demasiado duro contigo antes.- dijo el hombre - Ha sido un día largo y he pagado mi agresividad contigo. Aquí están las 1.500 Pts. que me pediste.

El pequeño se sentó y sonrió.

- ¡OH, gracias papá ! - gritó.

Entonces, buscando bajo su almohada sacó algunos billetes arrugados.

El hombre, viendo que el muchacho ya tenía dinero, empezó a enfadarse de nuevo.

El pequeño contó despacio su dinero, entonces miró a su padre.

- ¿Por qué pides dinero, si ya tienes? - refunfuñó el padre.

- Porque no tenía bastante, pero ahora sí, - contestó.- Papá, ahora ya tengo 3.000 Pts. ¿Puedo comprar una hora de tu tiempo? Por favor ven a casa temprano mañana me gustaría cenar contigo."

Comparte esta historia con quien quieras, pero..., aún mejor, comparte el valor de 3.000 Pts. en tiempo con alguien a quien quieres.

No debemos permitir que se nos escurra el tiempo de entre los dedos sin haber dedicado algo del mismo a aquellos a quien realmente apreciamos.

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Historietas que derivan del abuso de Internet

jorgeluchopachucho

¡Ahhhh... las cadenas de información en Internet!

Yo tenía un amigo muy creyente en estas cadenas, al cual le pasó lo siguiente:

- Primero dejó de ir a bailar, temiendo ligar con una buena muchacha, pero que estuviera conectada con ladrones de órganos, que pudieran robarle las córneas o extirparle los dos riñones y hasta el esperma, dejándolo tirado en la bañera llena de hielo, con un mensaje en el espejo que dijera:

"Llama a urgencias o morirás".

- Dejó de ir al cine por miedo a sentarse en una butaca con una jeringa infectada con SIDA, o a que se le acercara un pervertido sexual en el servicio.

- Después dejó de recibir llamadas telefónicas temiendo que le pidieran marcar *9 y que le llegara una cuenta telefónica astronómica porque le usurparon la línea.

- También se deshizo de su teléfono móvil porque le iban a regalar uno más nuevo en Ericcson, que nunca le llegó. Entonces compró otro, pero dejó de usarlo por miedo a que las microondas le afectasen el cerebro o le produjesen cáncer.

- Dejó de ingerir varios alimentos por miedo a los estrógenos.

- También dejó de comer pollo y hamburguesas porque no son más que carne de engendros horripilantes, sin ojos ni pelo, cultivados en un laboratorio.

- Dejó de tener relaciones sexuales por miedo a que le vendieran los preservativos pinchados y pudiera contagiarse de alguna enfermedad.

- Además dejó de tomar cualquier cosa que viniera en lata por miedo a morir debido a orines de rata.

- Aunque se quería comprar un piso, huía de las inmobiliarias por miedo a que le raptaran a la novia y le obligaran a gastar todo sus ahorros, usando la "visa electrón" o le echaran un muerto en el maletero del coche.

- También donó todos sus ahorros a la cuenta de un tal Juanito, un chico enfermo que estaba a punto de morirse en el hospital. Además participó arduamente en unas campañas contra la tortura de unos osos asiáticos a los que les sacaban la bilis, contra un chino que metía gatos en unas botellas y contra la tala de árboles en el Amazonas.

-Por último quedó arruinado por comprar todos los antivirus existentes, a fin de evitar que las ranitas Budwiser invadieran su disco duro, o que los Teletubis se apoderaran de su protector de pantalla...

- Dejó de hacer, tomar y comer tantas cosas, que murió. Se murió de hambre, esperando junto a su correo los 150.000 US$ que le debían Microsoft y AOL por participar en la prueba de rastreo de e-mails. El teléfono de Ericcson tampoco llegó, ¡¡¡ni mucho menos el viaje a Disneylandia con todo pagado!!!

Justo antes de morir quiso hacer su testamento y dárselo a su abogado, para legar sus bienes a la institución benéfica que recibe un centavo de Dólar por cada persona que se anote al final de la cadena de la lucha por la independencia de las mujeres en Pakistán, pero no pudo entregarlo porque tenía miedo de pasar la lengua por el pegamento del sobre y cortársela con el borde, y entonces llenársela de cucarachas, porque se incubarían en ella los huevos que algún desaprensivo había colocado allí.

Por supuesto que tampoco ganó el millón de dólares, ni el Porsche, ni tuvo sexo con Paulina Rubio, que fueron los 3 deseos que pidió cuando reenvió a medio mundo el Tantra Mágico enviado por el Dalai Lama.

Y todo esto porque siempre creyó que sus males se debían a una cadena que olvidó de continuar, por lo que le había caído una maldición.

No sea usted tan crédulo y no se deje influenciar por todas esas tonterías que le llegan por INTERNET...

Viva su vida como quiera y sea feliz disfrutándola a su manera y no pensando en lo que pueda pasar.

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Vivat Academia, revista del "Grupo de Reflexión de la Universidad de Alcalá" (GRUA).
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Última modificación: 01-11-2001