Julio Gutiérrez. Universidad de Alcalá de Henares
Triste espectáculo el que dieron nuestras autoridades académicas (al menos parte de
ellas, ahora que se han quedado sin el vicerrector Angulo), en la sesión del Claustro
celebrada la semana pasada. Con ello han conseguido confirmar que no sólo son incapaces
de gobernar la Universidad de Alcalá, sino incapaces de llevar el ritmo de una reunión
en la que, dicho sea de paso, había muy poquitas personas.
Señor rector, todos sabemos que es muy humano tener arrebatos antidemocráticos, y que
usted los tiene quizás más a menudo que el resto de los componentes de nuestra
comunidad; de sabios sería reconocerlo, y aquí no habría pasado nada. Pero, empeñarse
en demostrar que no dijo lo que dijo, sino que dijo lo que no dijo, nos parece falto de
todo rigor inherente al sentido común. Primero empezó usted con aquello de que jamás
hubiera dicho que a usted sólo le podía quitar el Claustro que lo eligió que,
precisamente, no era el actual. Después terminó intentándonos convencer de que las
gestiones sobre las parcelas del Campus no eran un trueque de cesión en propiedad de una
parcela por otra, sino de cesión en propiedad por cesión de uso. Y digo yo ¿Para que
narices quiere la Universidad de Alcalá la cesión de uso por cincuenta años de una
franja a lo largo de la vía del ferrocarril? ¿Será que vamos a cultivar alguna planta
exótica que necesita del "tracatá" del tren?
El señor vicerrector de Infraestructuras no se quedó a la zaga, explicándonos una y
otra vez lo inexplicable, para explicar que se habían equivocado en cierta ocasión (hace
diez años) y había que rectificar. Pero claro, intentar la maniobra sin reconocer que
uno, a veces, - sólo a veces- , "mete la mata", sino queriendo convencer al
personal de que todo se hizo perfectamente y que son los imponderables de la
administración los que nos hacen desandar lo caminado, resulta infumable. Por cierto
señor vicerrector, le recomendamos que modere un poco su tono y sus formas de intervenir
en público, porque está usted estropeándose físicamente, más de lo que a su edad le
correspondería. Ha caído en nuestras manos una foto correspondiente a su orla "fin
de carrera" y, la verdad, nos preocupa su salud a la vista de los resultados.
