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La Calavera

Si observa bien la fotografía, no verá una calavera, como parece ser la primera impresión, sino una mujer sentada frente a un espejo.

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Piénsalo primero un poquito

Francisco Valero. Universidad Complutense de Madrid

La policía está vigilando un tugurio, en el que quiere introducir un detective para investigar que se cuece dentro. Al cabo de un rato de espera delante del local, aparece un hombre y llama a la puerta.

Alguien desde dentro abre una mirilla y dice : "Catorce", a lo que el hombre responde: "siete". Inmediatamente se abre la puerta.

Después de unos minutos, aparece otro tipo que llama a la puerta. Se abre la mirilla y se oye: "dieciocho", y el tipo responde: "nueve". La puerta se abre de nuevo.

Transcurrida una hora vuelve a aparecer alguien que llama a la puerta. Esta vez se oye desde dentro: "ocho" y la respuesta es en este caso: "cuatro", y el hombre entra sin problemas.

Los detectives piensan: "Es bastante fácil. Simplemente se trata de responder el numero resultado de dividir por dos la clave que nos dice el portero".

Sin mas dilación envían a un agente. El policía llama a la puerta. Se abre la mirilla y el portero dice: "cero". Tras unos segundos de confusión, el agente responde: "cero". Se oye una ráfaga de disparos y el agente cae muerto.

Los detectives piensan esta vez: "Vaya, debe de tratarse de un caso especial, ha habido mala suerte". Seguidamente envían a otro agente, que vuelve a llamar a la puerta. De nuevo se abre la mirilla y se oye: "seis", a lo que el agente, confiado, responde: "tres".

Sorprendentemente, se oye otra ráfaga y el policía es eliminado.

¿Cual es la clave?

La solución en el próximo número

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