EL RELOJ DE LA TORREBenjamín Hernández Blázquez Mayo es el mes mas largo del año, y florido por antonomasia: "mayo entrado, un jardín en cada pisado". El trigo lucha con el cardo para poder sobrevivir y los pájaros, dueños absolutos del espacio, se enfrentan a la naturaleza para equilibrar el ciclo vital de su existencia en la región. Pero mayo siempre desarrolla su contenido: "tardío o temprano que venga, dejará la cebada granada y el trigo en espigada" Asimismo, en este mes reverberan sobre el campo los sonidos como en ninguno otro; ciudades y pueblos abiertos a la cultura detienen su tiempo para que los engranajes del "reloj de la torre", el mayor productor de sonidos, se sumen al impulso de otras variables sociales por los caminos de Europa y una vez mas, la intrahistoria de pueblos, cobra protagonismo en la dinámica rueda de la vida social. El reloj de cuerda y polea, que históricamente sustituyó al reloj de arena, es un símbolo para los vecinos, un faro en los eriales y estepas castellanas. Generalmente, los relojes de la torre eran magistrales, en el aspecto de su norma horaria era seguida y asumida por los demás. Las historias de relojes, tantas como las torres que los subtienden, narran mas de un millón de horas que, a su vez, han gastado los entresijos de la máquina, no son solo máquinas del tiempo, sino también un elemento romántico inscrito en la era novísima de las tecnologías al uso. Los relojes de torre tienen en la hoja de servicios prestados al pueblo numerosos hechos y fueron guías de granjeros y agricultores que partían al despuntar el día. Sus asimétricas agujas marcaron el camino que siguieron los carros cargados de productos de herrenes o herrares vaciándose las trojes a su ritmo, a la par que indicaban el norte a los chalanes, arrieros, trajinantes y recoveros; viajeros en general que iban a prepararse para la fortuna. Antaño quedan los días en que alguaciles y serenos cantaban las horas de la noche al son de las campanadas; en la ciudades lo oían cocheros y lacayos portando carabinas y espadas, como exigía la inseguridad de la época, y mas por la noche, en que los amos de la calle eran los pícaros, capeadores, hampones y otra gente gallofa. En la vieja Castilla corrió el tiempo lentamente, tan despacio que se tildaba de eterno; por suerte no se detuvo y los emblemáticos relojes de torre despertaron a los campesinos, aunque sólo fuera para tomar el último tren, que siempre pasaba. Como eslabón importante de la cultura e indicador de la modernidad, el reloj de la torre tuvo un extraordinario desarrollo en el Siglo de Oro cuando a la capital de la Corte llegaron maestros relojeros alemanes y suizos. Según los cronistas de la época, hasta entonces "apenas había dos docenas en toda España" la mayoría en iglesias de Sevilla y Madrid; asimismo en esta relación aparece el de la iglesia de san Martín de Salamanca fechada en 1574, casi dos siglos más moderno que el de la catedral de Valencia que se compró en 1378. Hasta entonces, muchas diócesis o ciudades de España no sabían aun lo que era un reloj mecánico, y medían sus horas por el reloj de sol, construido en el atrio de las iglesia o sobre una losa de mármol en medio de algún patio. La venida a España de expertos relojeros europeos hizo que los conventos se apresurasen a poner una maquina que pudiera marcar las horas canónicas para los rezos conventuales, tanto de día como de noche, a la hora del alba, o de maitines. Otros, con varias campanas, podían combinar los sonidos de tal modo que a mediodía tocaban cantos de alegría y al ocaso de nostalgia, dando pábulo a leyendas y lúgubres episodios. Relojes de villas y pueblos "programados" por el relojero mayor que, para dar las horas, tocaban a muerto, como un permanente recuerdo de lo nefasto que acaeció a sus feligreses e iban doblando anticipadamente por la muerte del rey o del abad, por la muerte del imperio y tal vez por ellos mismos, augurándose una extinción próxima; como la de muchos pueblos y aldeas donde están enmarcados Volver al principio del artículo Volver al principioHilos, cables y conectores: los humildes componentes en la electrónica.Arturo Pérez París. Siempre he creído que son los detalles más insignificantes los que determinan que las cosas funcionen o no. Por otro lado, es de todos conocido el hecho de que la principal causa de los defectos y averías en nuestras máquinas es el deterioro, y por esto el mal conexionado de los sistemas está en el origen de muchos fallos. Con todo ello, un punto fundamental a la hora de implementar cualquier equipo es las consideraciones que hagamos sobre los cableados a realizar y los conectores a emplear. Esta es la razón que me ha llevado a escribir el siguiente artículo, donde expongo, de manera muy superficial, qué materiales aislantes recubren los cables, qué es un conductor y qué es un cable, cómo influye la densidad de corriente en la sección a emplear y que tipo de conductores nos encontraremos en el mercado. Por último se tratará el tema de los conectores. Comencemos por los materiales aislantes que recubrirán nuestros cableados. Sabemos que, por su constitución, no todos los cuerpos permiten de igual forma el paso de la corriente eléctrica. La experiencia nos enseña que hay ciertos materiales por los que la corriente eléctrica circula con gran facilidad; otros, en cambio, necesitan de ciertas condiciones para favorecer el paso de los electrones, y aún existe otro grupo, que recibe el nombre de aislantes, compuesto por materiales que se oponen casi totalmente al paso de la corriente eléctrica. Se podrían incluir en este grupo la madera, el plástico, el papel, la porcelana, los barnices aislantes, etc. Se ha dicho casi totalmente, porque, aun sin favorecer el paso de los electrones, en ciertas condiciones especiales no existe material aislante, por ejemplo, con elevada humedad, para grandes tensiones, etc. No obstante, se consideran no conductores, es decir, aislantes en condiciones generales. Las propiedades dignas de mención en los aislantes son muy diversas, según se examinen sus aspectos eléctricos, químicos o físicos. Como propiedades eléctricas tenemos: Resistividad: Es la medida de la resistencia eléctrica de un material en general, dentro de unas características de ambiente y tamaño determinadas. Suele medirse en W m, o en W cm. Rigidez dieléctrica: Es la oposición que presenta un aislante a la ruptura eléctrica, o lo que es equivalente, la intensidad del campo eléctrico homogéneo bajo el cual se produce la conducción. Para realizar el ensayo de rigidez de un material, se sitúa éste entre dos placas, llamadas electrodos, y el conjunto se conecta a una fuente de alimentación variable, como aparece a continuación: La intensidad del campo a que se somete el cuerpo aislante por ensayar, cuando la configuración de electrodos es plano-paralela, vale: Siendo V la tensión existente entre las placas y d la distancia entre los electrodos. Se irá aumentando la tensión V de la fuente de alimentación y se llegará a un valor en el que se producirá la ruptura del aislante. La tensión a la que se ha producido este fenómeno recibe el nombre de tensión de ruptura o perforación. La intensidad de campo de perforación valdrá:
Como hemos mencionado anteriormente, la intensidad de campo de ruptura recibe el nombre de rigidez dieléctrica y se mide en KV/mm; cada material posee su valor de rigidez. Coeficiente de seguridad: Los aislantes no trabajan con valores próximos a las tensiones de ruptura. Siempre se les da un margen para evitar el peligro que supondría la perforación. Las normas regulan estos valores y obligan a los fabricantes a dar este coeficiente, que varía según las condiciones de trabajo a que vaya a estar sometido el aislante, con el fin de asegurar el correcto funcionamiento de las instalaciones y la debida protección a los usuarios de las mismas. El coeficiente de seguridad viene dado por la relación existente entre la tensión de perforación y la tensión de trabajo: y suele oscilar entre 2,5 y 7. Con frecuencia los aislantes se emplean como soporte. En tales casos han de ser resistentes a la tracción , a la comprensión, al choque, etc. Como quiera que, a veces, estos mismos aislantes han de ser moldeados y trabajados mecánicamente, conviene conocer sus características antes de tales operaciones. Los aislantes han de ser inalterables en las condiciones ambientales de trabajo. Hay que conocer su comportamiento frente a ácidos, álcalis, y disolventes. También ha de conocerse su resistencia a la oxidación, pues, si ésta se da con frecuencia, se deteriora solamente la capa superficial a su contacto con el oxigeno atmosférico y pierde sus características aislantes. A través de las características térmicas, se mide la temperatura máxima de utilización de un aislante. Hay un código que reglamenta la gama de temperaturas.
Las instalaciones eléctricas se realizan mediante materiales que permiten el paso de la corriente eléctrica sin ofrecer dificultad. Son, pues, imprescindibles para el desarrollo de la tecnología eléctrica y electrónica, ya que sin ellos sería imposible cualquier realización. Como es obvio, la estructura molecular de los materiales difiere notablemente de unos a otros, por ello no todos los cuerpos permiten el paso de la corriente eléctrica con la misma facilidad. A los que menor oposición presentan al paso de la corriente se les denomina conductores. De ellos, destacan el oro y la plata; pero su elevado precio hace que no se empleen como tales, salvo en aparatos de precisión. Las aleaciones de plata se usan para contactos en aparatos de maniobra. Los materiales empleados comúnmente son el cobre y el aluminio, peores conductores, pero mucho más baratos. Estos conductores se presentan de diversas maneras: en forma de hilos, de varillas, de cables, de pletinas, etc. Se llaman hilos cuando el conductor es cilíndrico y no pasa de 4 mm de diámetro; se emplean en las instalaciones interiores. Se denominan varillas cuando el conductor sobrepasa 4 mm de diámetro; se utilizan en líneas de distribución. Son cables cuando el conductor se compone de varios hilos de menor sección enrollados en espiral; se emplean en instalaciones interiores y en líneas eléctricas de mucha intensidad. Se llaman pletinas cuando el conductor es de sección rectangular; se emplean en bobinados y cuadros de maniobra y distribución. Las diferentes secciónes de los conductores está justificada, si se piensa que cada instalación precisa de valores de corriente eléctrica distintos. Al ser recorridos por la corriente eléctrica, los conductores, aumentan su temperatura. Además, cuanto mayor es el valor de la intensidad que circula por un conductor, mayor es el calentamiento, y antes puede llegar su deterioro o la avería del circuito. Sería fácil comprender este razonamiento con un símil hidráulico, suponiendo que el conductor es una tubería y la corriente eléctrica el agua que por ella circula. Si el caudal de agua aumenta hasta valores superiores a los que la tubería puede transportar, ésta termina por romperse. De lo expuesto nace un nuevo concepto, el de densidad de corriente eléctrica, que es el cociente que resulta de dividir el valor de intensidad de corriente eléctrica que recorre un conductor por la sección geométrica del mismo. Se expresa por la fórmula Suelen fijarse, para cada tipo de instalación, los valores máximos de corriente eléctrica que pueden circular. La densidad de corriente admisible depende de varios factores. Conviene señalar, entre ellos, estos dos:
Las limitaciones que hace el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión son las de los párrafos 30.14.1 y 30.14.2. Se dice que los conductores están desnudos cuando no llevan ningún recubrimiento aislante; y aislados, cuando llevan dicho recubrimiento. El aislamiento de los conductores se hace con diversos materiales. Se dice que es textil cuando se recubre el conductor con una capa trenzada de algodón. Si el recubrimiento es doble, una cinta va cruzada con la otra, y se llama doble capa; esta capa puede impregnada con una sustancia aislante. Se dice que un conductor es vulcanizado, cuando va recubierto de una capa de caucho vulcanizado. Esta capa suele ir recubierta de otra capa textil impregnada. Cuando el conductor vulcanizado es de cobre, éste debe llevar un baño de estaño que le proteja de la corrosión de la capa aislante. La fabricación de materiales plásticos resistentes al calor ha permitido la construcción de cables de aislante plástico; el más empleado en la actualidad es el cloruro de polivinilo (PCV). Otros aislantes muy utilizados son: goma sintética SBR, goma butílica, Piperol, etc. Comercialmente se fabrican muchos tipos de conductores, de acuerdo con el uso al que vayan a ser destinados. He aquí algunos: Tipo IAAR: A propósito para instalaciones a la intemperie. Se presenta en dos formas: como hilo para secciones de 1 a 10 mm2, y como cable para las de 6,3 hasta 100 m2. Siempre es de cobre recubierto con dos capas textiles, la interior en espiral y la exterior trenzada. Ambas van barnizadas con barniz intemperie. Tipo IKB: Es un conductor para instalaciones interiores, cuya sección puede ser de 1 a 10 mm2 para hilo y de 6,3 a 100 mm2 para cable . El conductor va estañado y recubierto por una capa de caucho vulcanizado sobre la que lleva una trenza textil negra. Tipo 3 900 BT: Es una variante del tipo IKB, de mucha mayor utilización actualmente. Se compone de hilo o cable de cobre con protección metálica, tubo de goma vulcanizado y, a partir de 16 mm2, cinta de papel sobre el cable y cinta de tela sobre la goma aislante. Exteriormente lleva una capa trenzada textil y barniz negro. Tanto el tipo IKB como el BT están siendo sustituidos en la actualidad por el Polipol, de mejores características. Tipo GTR: Es un conductor en espiral visible, compuesto por dos cables de cobre estañados, ambos con protección de caucho vulcanizado y capa textil blanca. Casi no se usa. Tipo Pirepol: Se fabrica en forma de hilo y de cable. Al pirepol en hilo se le denomina rígido; se fabrica con un solo conductor aislado, con una capa de plástico (PVC) , y se emplea para secciones de 0,16 a 6,3 mm2. También se fabrica en pirepol rígido con secciones de 10 a 100 mm2, pero en forma de cable. El pirepol se clasifica en dos grupos: flexible y extraflexible. El pirepol flexible es un cable compuesto por hilos finos de cobre, lo que le permite una gran flexibilidad. Va recubierto por una capa aislante común de cloruro de polivinilo. Puede estar formado por uno, dos o tres conductores. Es el denominado paralelo flexible. En el tipo extraflexible, los hilos que forman el cable son mucho más finos, con lo que se aumenta su flexibilidad. Sobre la capa de cloruro de polivinilo, llevan una trenza textil común. Conductores tipo pirepol, para aplicaciones especiales: 1. Pirepol-gas: Es el tipo de cable denominado manguera. Se utiliza para acometidas a máquinas que, por cualquier circunstancia, no van bajo tubo. Se fabrican bipolares y tripolares. Consta cada conductor de un cable flexible de cobre con aislante de PVC y una cubierta exterior común, de protección, en plástico de alta calidad. Se fabrican de 2 x 0,63 a 2 x 6,3 mm2 para bifilares; y de 3 x 0,75 a 3 x 25 mm2 para trifilares. 2. Pirepol concéntrico: Se utiliza para acometidas. Consta de dos conductores colocados concéntricamente. El interior es de hilo rígido de cobre y lleva una funda aislante de PVC; sobre ésta va enrollada una capa de cobre flexible trenzado, que es el segundo conductor. Todo ello está cubierto por plástico de alta calidad. 3. Pirepol-nam: Es un conductor de cobre flexible, cuya cubierta aislante es muy gruesa. Se emplea en las instalaciones de encendido del automóvil. 4. Pirepol-p: Es el tipo denominado antihumedad. Se fabrica con uno, dos y tres conductores. En su construcción es similar al pirepol-gas, sólo que este tipo es de forma plana. Se construye con hilo rígido, en vez de cable flexible, hasta 4 mm2. A partir de 6,3 hasta 100 mm2 para los unifilares y hasta 25 mm2 para los bifilares y trifilares, en forma de cable. También existe el tipo llamado polipol que coincide, en todas sus características constructivas, con los tipos correspondientes del pirepol. La diferencia de este conductor radica en que lleva, entre el conductor propiamente dicho y la capa aislante, un aislante intermedio transparente de PVC. Su tensión de aislamiento es, por tanto, más elevada, siendo de 1000 V para el pirepol y de 4000 V para el polipol. Cuando se desean conectar conductores a aparatos eléctricos, o conductores entre sí, normalmente la conexión se hace a través de elementos auxiliares que facilitan esta tarea. Estos elementos son:
Los cuatro primeros garantizan el contacto entre los conductores y aparatos eléctricos que unen, mientras que los dos últimos además de esta función permiten la rápida sustitución de los aparatos eléctricos a los que están conectados. Los terminales son elementos que se añaden al final de un cable de conexión, con el fin de unirlo a otro cable o a una regleta por medio de la presión. Esta presión es ejercida por un tornillo-tuerca: por la elasticidad de una presa metálica : El modo de unir el terminal al conductor también puede ser de diversas formas, por soldado: con tornillo de presión: engastado: Este último método es el más usado en la unión de terminales a conductores, aunque tiene el inconveniente de precisar utillaje especial: Los bornes son elementos destinados a la fijación de conductores, con terminal o sin él, a elementos o aparatos eléctricos. Hay gran variedad de bornes, según los usos a que son destinados: Las regletas para unir cables son unos conjuntos formados por un soporte base aislante y unos elementos metálicos de apoyo, en los cuales se realizan las diversas conexiones. La sujeción del cable a la regleta puede hacerse por presión: o por soldadura: siendo la primera forma propia de las regletas utilizadas en electricidad y la segunda de las utilizadas en electrónica, sin que por ello quiera decirse que por una y otra forma sean privativas de cada especialidad. También hay regletas para efectuar contactos por presión y soldados: Por extensión reciben el nombre de regleta de conexiones la asociación de varios bornes: En general, se entiende por conectores aquellos elementos que facilitan la unión de dos o más conductores simultáneamente: Además de la gran variedad de conectores fabricados para la industria eléctrica, hay otros que se dedican casi exclusivamente a la electrónica, dadas las especiales características constructivas: Mención especial requieren los conectores dedicados a los circuitos impresos. Estos conectores facilitan enormemente el conexionado y manipulación de las tarjetas de circuitos impresos. Base es la parte de un componente eléctrico o electrónico, en la que se hallan los conductores, bornes o terminales que permitirán conectarlo al resto del circuito, bien por medio de conexiones directas o por medio de zócalos. Uno de los componentes electrónicos más típicos que posee base es la válvula, siendo el número de patillas de esta variable: Los zócalos son elementos cuya función es conectar eléctricamente y sostener mecánicamente componentes eléctricos o electrónicos, para que, de esta manera, sean fácilmente reemplazables. A continuación, pueden apreciarse distintos tipos de zócalos y usos a que son destinados. Aquí termina la presente entrega. Les espero en la próxima. Si alguien pudiera aportar sus conocimientos, para expandir éste "articulito"con nueva información, o con el fin de rebatir errores que yo haya cometido en esta exposición, o manifestar críticas (a ser posible constructivas por favor) o cualquier tipo de comentario, les animo a que se dirijan a esta magna revista, para que me "abronquen" convenientemente por "manta" (hago aquí la solemne promesa de que, en cuanto lo sepa, publicaré, si ello fuere menester, claro, aquello que se me enviare). Volver al principio del artículo Volver al principioRECORTESEL DEBATE DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR: La universidad ante la leyLa ministra Pilar del Castillo responde a las críticas por la futura normativaJOSEP PLAYÀ MASET Madrid. "La Vanguardia" 14/05/2001 La modificación de la Ley de Reforma Universitaria (LRU) lleva años en el tintero.
Varios ministros socialistas de la última etapa la anunciaron, pero finalmente se echaron
atrás. Ahora el PP, con coyuntura de mayoría absoluta, afronta la aprobación de una
nueva ley. La ministra de Educación, Pilar del Castillo, dio a conocer el pasado lunes el
anteproyecto de ley orgánica de universidades y desde entonces se ha producido una
avalancha de reacciones y críticas. Volver al principio de la noticia Volver al principio de Recortes Volver al principioEducación, educación, educación...Gaspar Ariño-Ortiz Expansion, 22 de mayo de 2001 Éste ha sido el grito de Tony Blair en el lanzamiento de la campaña electoral británica: educación, educación, educación... Y éste podría ser también el objetivo central -al menos uno de ellos- del Gobierno de Aznar en lo que queda de legislatura. Al fin parece que se ha hecho de este tema una cuestión nacional. Educación a todos los niveles y desarrollo tecnológico son la clave -lo ha sido siempre, pero hoy especialmente- de la riqueza de las naciones. Lo que hace la prosperidad de un país no son sus recursos naturales, sino sus recursos humanos. Sin embargo, los gobiernos de estos últimos quince o veinte años han preferido olvidarse del tema y el único objetivo de los ministros del ramo parecía ser mantener la paz estudiantil. Los resultados a los que hemos llegado son lamentables. Según datos del INCE (Instituto Nacional de Calidad y Evaluación), la mayoría de los alumnos de enseñanza media es incapaz de escribir un dictado sin faltas y sólo el 6% de los alumnos sabe resumir correctamente un texto en dos frases. La capacidad de lectura y de razonamiento de nuestros jóvenes es cada vez menor; la "cultura del esfuerzo", en la que fuimos educados los niños de la posguerra, es hoy inexistente. Si hablamos de la Universidad, la situación es todavía peor que en las enseñanzas medias. La inevitable masificación de nuestras universidades -hoy contamos en España con sesenta universidades, más de una por provincia, con más de millón y medio de estudiantes- ha ido acompañada de una progresiva degradación de la enseñanza, pérdida de la excelencia y endogamia académica. Justo lo contrario de lo que debe ser la Universidad. Reformas Bienvenido sea, pues, el amplio programa de reformas que, al parecer, tiene en cartera la actual titular del Ministerio. Ahora bien, conviene no quedarse en el terreno de los principios ni en los buenos deseos; tampoco conviene andarse por las ramas de los cambios de nombres, reorganizaciones y poco más: cambiar algo para que todo siga igual. Si se quiere, de verdad, hacer frente a los graves problemas que padecemos en materia educativa, especialmente en su nivel superior, que es el que más conozco, hay que ir a la raíz de las cosas. Está muy bien decir que se suprime la selectividad, se fortalece el órgano de gobierno de las universidades y se reforma la carrera docente. Pero eso son minucias y con ello no se rozan siquiera los problemas. Es como darle una aspirina a quien tiene un tumor cerebral. Hace más de 25 años que soy catedrático de Derecho Administrativo y he servido en cinco universidades distintas: Complutense de Madrid, La Laguna, Barcelona, Valladolid y Autónoma de Madrid. Durante este tiempo, no he visto mejorar la calidad de la enseñanza, ni acrecentarse la obra científica que sale de las aulas. He visto, por el contrario, cómo iban desapareciendo, uno a uno, los grandes maestros a los que yo había escuchado y admirado: Alfonso García Gallo, Federico de Castro, Joaquín Garrigues, Jaime Guasp, José Luis Villar Palasí, Eduardo García de Enterría. No veo esa grandeza en las nuevas generaciones que hemos venido detrás, ni tampoco acierto a vislumbrarla en las que me suceden. Se ha perdido aquella excelencia y aquella aristocracia de la inteligencia que fue lo que nos atrajo a la Universidad a los de mi generación. Hoy, los que se quedan en la Universidad no son los mejores, como antaño (obviamente, siempre hay excepciones). Leo a veces, con estupor, que "la Universidad de hoy es la mejor que España ha tenido nunca" (Carmen Chacón) o que "el incremento de alumnos no ha ido acompañado de una pérdida de calidad, ni en el nivel medio de los alumnos que terminan, ni en el conjunto del profesorado" (Santos Juliá). No sé qué realidad contemplan quienes tales cosas escriben. La realidad que yo contemplo es otra y creo no equivocarme si digo que la mayoría de los profesores que conozco piensan como yo. España ha mejorado ciertamente, como no podía ser de otra manera, en el nivel de conocimientos de nuestros académicos, especialmente en carreras técnicas y en ciencias de la vida, pero los mejores productos científicos, que -al menos en las ciencias sociales- se generan hoy en España no salen de las universidades sino de sus aledaños: de los variados institutos, centros de postgrado, fundaciones e instituciones públicas y privadas, en las que se han ido refugiando los catedráticos "huidos" de la Universidad. El absentismo de los mejores, la endogamia creciente del profesorado y la práctica inexistencia de vida institucional son los tres grandes males de la Universidad actual. La Universidad española, como he escrito ya alguna vez, responde al modelo napoleónico, burocrático, administrativo, de dependencia estatal, ajeno casi completamente a la sociedad en la que se inserta, que se desentiende de ella (eso del Consejo Social es puramente decorativo). En mi ya larga vida académica no sé de nadie -ninguna gran familia, ninguna gran empresa, ninguna gran fortuna, ni antiguo alumno, ni fundación- que haya hecho un buen legado a la Universidad (lo más que conozco es la cesión de modestas bibliotecas por algunos profesores fallecidos) lo cual no deja de ser preocupante. En tales condiciones, con una reglamentación funcionarial detallada, con un sistema de retribuciones rígido y uniforme, con unos planes de estudios vinculantes, sin apenas capacidad de levantar ingresos propios, la llamada "autonomía universitaria", sobre la cual tanto han teorizado los juristas, es un mito y fácilmente se convierte en buena coartada para la irresponsabilidad universitaria. La Universidad no responde ante nadie: ni ante la autoridad política, ante la cual esgrime su autonomía, ni ante la sociedad, a la que nada le debe. Por su parte, ni el Estado ni la sociedad valoran en nada sus títulos académicos. Académicos Bien está la reforma que se nos anuncia, pero si todo consiste en quitar la selectividad (sustituyéndola por otra cosa que es más o menos lo mismo), reforzar la figura del rector y ampliar los contratos de los ayudantes, para tal viaje no hacen falta alforjas. La más importante de las medidas anunciadas es el nuevo sistema de habilitación nacional del profesorado permanente, siempre que las pruebas se articulen con rigor y honestidad académica, como antaño. En este asunto, como en tantos otros campos de la ordenación de instituciones sociales, la clave está en los detalles que todavía no conocemos. Bien está la reforma, digo, pero alguna vez habrá que plantear, si tenemos un Gobierno con agallas, la sustitución del modelo. Hay que acabar con esta Universidad funcionarial y burocrática -es una casa sin amo- y volver a la Universidad clásica, con vida institucional propia, con respaldo social y patrimonio propio, libre y competitiva, pública o privada, que es lo mismo, pero siempre configuradora de sus propios planes (de investigación y de estudios), cuyos títulos sean académicos, no profesionales (no le corresponde a la Universidad dar títulos profesionales, eso es misión del Estado). Así son hoy las únicas grandes universidades que en el mundo existen Volver al principio de la noticia Volver al principio de Recortes Volver al principioEl número de universitarios disminuye por primera vezJUAN J. GÓMEZ Madrid. Diario "El País", Martes, 8 de mayo de 2001 La caída demográfica ha llegado este curso por primera vez a la Universidad, según revela un estudio del Instituto Nacional de Estadística. Los 1.540.596 alumnos matriculados este año en estudios superiores de primer y segundo ciclos suponen un retroceso del 2,7% respecto al curso anterior (42.102 alumnos menos). Este dato devuelve a la Universidad española al número de matrículas de hace cuatro años y rompe la histórica tendencia al alza. La disminución en el número de matrículas se concentra en la Universidad pública, que ha perdido este curso 55.215 alumnos (un 3,7%) respecto al anterior. El fenómeno se invierte entre las universidades privadas, que han ganado 13.113 alumnos (12,8% de crecimiento). Entre las universidades públicas, las que cuentan con más alumnos son la Universidad Nacional de Educación a Distancia (129.310), la Complutense (98.277), la de Sevilla (73.299) y la de Barcelona (60.237). Las universidades privadas con más alumnos son la Oberta de Catalunya (14.315), la de Deusto (14.089) y la Ramon Llull (12.613). El modelo de estudios superiores más demandado son las licenciaturas, que cuentan con 807.865 matriculados (el 52%). Las licenciaturas con más alumnos son Derecho (155.359 estudiantes) y Ciencias Económicas y Empresariales (145.854). Las carreras de diplomatura reunieron en conjunto a 347.131 alumnos (el 23%). Maestro (93.762 alumnos) y Ciencias Empresariales (89.163) son las diplomaturas con más alumnos. Técnicas al alza La tendencia a la baja tiene su excepción entre las carreras técnicas de ingeniería y arquitectura, cuya cifra de matriculados aumentó un 1,35% (4.013 alumnos más). El número de matriculados en arquitecturas e ingenierías superiores retrocedió sólo un 0,19% (perdieron 305 alumnos). Las diplomaturas han bajado un 2,2% (7.853 alumnos menos). Entre las carreras de tipo técnico, las de primer ciclo atrajeron a 227.000 alumnos (el 15% del total), y las de primer y segundo ciclos, a 158.600 (el 10%). Las carreras técnicas de primer ciclo más populares son Ingeniería Técnica Industrial (62.945 alumnos) e Ingeniería Informática de Gestión (33.379). Entre las de primer y segundo ciclos, Ingeniería Industrial (37.815) y Arquitectura (27.612) son las que tienen más alumnos. El mayor retroceso en el número de matrículas se da entre las licenciaturas (pierden 36.957 alumnos, un 4,4%). Las licenciaturas fueron el primer modelo de carreras que experimentó un retroceso en sus matrículas: perdieron un 1,3% de alumnos en el curso 1998-1999 y un 2% el año siguiente. Por comunidades autónomas, la mayor población universitaria se concentra en Andalucía (262.673 alumnos), Madrid (249.259) y Cataluña (208.506). Volver al principio de la noticia Volver al principio de Recortes Volver al principioLa Universidad perderá medio millón de alumnos en 10 añosEFE | Palencia Domingo, 13 de mayo de 2001 La Universidad española, tanto pública como privada, perderá 500.000 alumnos en los próximos 10 áños, afirmó ayer José Manuel Resch, miembro de la junta directiva de la Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos (CEAPA). Resch precisó que la causa de ese descenso es el auge de los ciclos formativos en la Formación Profesional (FP), que provocará un importante trasvase del alumnado a esa enseñanza especializada. Según sus datos, un 60% de personas que reciben docencia escolar en el seno de la Unión Europea se inclina actualmente por la FP, y un 40% por la Universidad. Volver al principio de la noticia Volver al principio de Recortes Volver al principioPocos cerebros para la investigaciónLos dos bancos de tejido cerebral que hay en España piden un aumento de las donaciones para poder avanzar en la exploración de las enfermedades neurodegenerativas HUGO CERDÀ, Barcelona. Diario "El País", Martes, 15 de mayo de 2001 Las neuronas no se relacionan entre sí por continuidad, sino por contigüidad. Con esta sentencia, Santiago Ramón y Cajal establecía su teoría de la neurona y ganaba el Nobel en 1906. El famoso histólogo tuvo que analizar múltiples muestras de tejido neuronal hasta desentrañar el funcionamiento del sistema nervioso. Hoy, los métodos aplicados a la investigación neurológica no han cambiado y continúan requiriendo la disección de cerebros. Pero la escasa donación de este tejido dificulta el estudio de enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson. Para responder a estas deficiencias se empezaron a crear en EE UU, a principios de los años sesenta, los primeros bancos de cerebros, donde se almacenaban muestras de tejido neurológico. En España, su aparición fue más tardía, y de hecho en la actualidad sólo existen dos centros de este tipo, uno en Barcelona y otro en Madrid. El objetivo del banco de cerebros es proporcionar material a los investigadores para el estudio de las enfermedades neurológicas. Hay que tener en cuenta que muchas de estas dolencias no tienen su correspondencia en los animales, con lo cual éstos no sirven como conejillos de Indias. Además, el cerebro es un órgano sobre el cual no se pueden practicar biopsias. De modo que el análisis del cerebro post mórtem es la única forma de estudiar las enfermedades neurológicas, explica Patricia Belalcázar, gerente del Banco de Tejidos para Investigaciones Neurológicas de Madrid. Los estudios actuales se centran en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson. Los bancos necesitan dotarse de cerebros de personas que hayan sufrido alguna de estas dolencias, pero también de cerebros sanos que permitan establecer comparaciones y dar validez científica a las investigaciones. Diseccionando las causas El estudio de los cerebros nos permitirá identificar las causas de enfermedades sobre las que todavía se sabe muy poco, afirma Eduardo Tolosa, director del Banco de Tejidos Neurológicos del hospital Clínico y la Universidad de Barcelona. Por ejemplo, en este último año, mediante el estudio de los cerebros de seis individuos, hemos demostrado que la demencia tardía que afecta a un 20% de los enfermos de Parkinson está producida por una extensión en toda la corteza cerebral de inclusiones de una proteína llamada alfasinucleína, y no por una enfermedad de Alzheimer asociada, como hasta ahora se creía. La existencia de bancos de cerebros con programas de donación permite seguir los casos desde el inicio de la enfermedad hasta la muerte del paciente. De este modo, cuando el individuo fallece y se practica la autopsia del cerebro es posible establecer correlaciones entre los síntomas externos que presentaba en vida y lo que encontramos en el cerebro cuando lo estudiamos. Y relacionar la realidad clínica del paciente con la realidad fisiológica de su cerebro, asegura Eduardo Tolosa. A pesar de la importancia de este tipo de tejidos para la investigación, la donación de cerebros en España es muy limitada. El banco de Barcelona tiene 190 almacenados desde su creación, hace 10 años, y el de Madrid, 136 recogidos durante sus cinco años de funcionamiento. Las creencias religiosas o el desconocimiento son las causas de este bajo índice de cesión de órganos en un país que ocupa los primeros puestos del mundo en donación de órganos para trasplantes. En este caso, lo que actúa como una motivación para que los pacientes se hagan donantes es el hecho de tratarse de enfermedades en las que el diagnóstico no puede establecerse con certeza durante la vida y sólo a través de la autopsia se puede conocer con exactitud la dolencia que padecía el paciente, apunta Patricia Belalcázar. Así, el deseo de conocer la causa real de muerte mueve en muchas ocasiones a los familiares a firmar la autorización de la autopsia. En la medida en que muchas de las enfermedades neurológicas estudiadas tienen un carácter hereditario, muchas familias tienen interés en determinar la presencia en la familia de una determinada dolencia con la esperanza de prevenir futuros casos si es posible, matiza Tolosa. Las ideas no duran mucho. Hay que hacer algo con ellas. Esta célebre frase de Ramón y Cajal podría aplicarse también a la investigación neurológica actual. Los tejidos neurológicos no duran. Hay que hacer algo con ellos. Entregarlos a un banco es el mejor modo de contribuir al progreso de la medicina. Tras la pista de los priones La donación del cerebro no es siempre una decisión personal. Existen casos en los que, por tratarse de enfermedades de las que se tiene poca información, se recogen y analizan los cerebros de individuos que no han donado su órgano. Éste es el caso de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Aunque en España no se ha diagnosticado ningún caso de la variante humana de la enfermedad detectada en los bovinos, se analizan todos los casos de encefalopatía espongiforme. Siempre ha habido casos de la variante clásica, que afecta sobre todo a ancianos, pero la investigación de esta enfermedad ha tenido un fuerte impulso a raíz de la epidemia surgida en el Reino Unido de la nueva variante procedente de las vacas locas. La Generalitat de Cataluña y el Banco de Tejidos Neurológicos del Hospital Clínico y la Universidad de Barcelona han llegado a un acuerdo para la construcción de un laboratorio de priones en el que se analizarán los cerebros de personas a las que se les diagnostique en vida la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Cuando estas personas mueran se convertirán en donantes obligados. Esto es importante porque nadie quiere estudiar este tipo de tejidos por el alto riesgo contaminante que supone, afirma Eduardo Tolosa, director del Banco de Tejidos Neurológicos del Hospital Clínico. De este modo, el banco de cerebros y el laboratorio de priones, que se instalarán en la Facultad de Medicina, cumplirán una doble función: proporcionar un diagnóstico claro a los familiares del paciente y facilitar la investigación de las enfermedades priónicas. Con un presupuesto de 15 millones para su construcción, se prevé que las obras del nuevo banco finalicen dentro de dos o tres meses. Dado el especial peligro contaminante de este tipo de tejidos, el laboratorio contará con una cabina de seguridad, material especial de extracción, un frigorífico y un criostato. El laboratorio desarrollará su propio proyecto de investigación, pero el resto de científicos podrán acceder a los tejidos almacenados. Volver al principio de la noticia Volver al principio de Recortes Volver al principioRebelión contra el monopolio de las revistas científicasPrestigiosos investigadores piden que la ciencia se difunda gratuitamente a través de InternetLUCÍA ARGOS. Diario "el País", Madrid, Domingo, 10 de junio de 2001 En ciencia, lo que no se publica no existe. Y si no se está al día en el conocimiento tampoco se avanza. El vehículo son las revistas especializadas, garantes de la calidad de las investigaciones al haber sido contrastadas en el seno de la comunidad científica. Contras ellas se rebela hoy un nutrido grupo de investigadores, entre ellos el premio Nobel de Medicina Harold E. Varmus, que quieren convertir a Internet en la nueva Alejandría de la ciencia. Urgen a editores, instituciones y expertos a crear archivos centrales electrónicos de acceso público y gratuito. La rebelión de los científicos va más allá. Promueven a nivel mundial una campaña de boicoteo a aquellas revistas que no liberen en la Red todos los artículos a los seis meses de su publicación en exclusiva. La polémica lleva meses encendida y alimentando foros abiertos en prestigiosas publicaciones como la británica Nature. Por ejemplo, suscribirse a esta revista cuesta 30.710 pesetas anuales a un particular y 97.110 a una institución. Un departamento investigador requiere varias como ésta. En 10 años, el precio de algunas suscripciones, necesarias para laboratorios o universidades, han subido hasta un 150%. Quienes, por su calidad, consiguen incluir uno de sus trabajos en las revistas especializadas no cobran por ello. Pagan, eso sí, algunos costes de edición, que pueden superar las 400.000 pesetas en algún caso. Tampoco cobran los científicos por revisar los manuscritos pendientes de publicación de otros colegas, el sistema establecido para el control de calidad. Modas en ciencia A Pere Puigdomenech, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), le llegan varios cada semana. Hay revistas tremendamente caras y el coste se ha ido incrementado en los últimos años, admite. Ya están apareciendo publicaciones electrónicas con costes bajísimos que intentan ocupar un espacio alternativo a las editoriales clásicas. En su opinión, el foro del futuro será sin duda una publicación sólo electrónica. El propio Varmus auspició la creación de la web PubMed Central (PMC) al amparo de los Institutos Nacionales de la Salud de EE UU. En ella vuelcan su literatura prestigiosas revistas, pero generalmente institucionales o de sociedades científicas. El resto se niega a soltar un poder real que puede llegar incluso a establecer áreas prioritarias de investigación, a crear modas en ciencia, reconoce Carlos Martínez, investigador y profesor del CSIC. Science, revista dependiente de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS en sus siglas en ingles) y sin ánimo de lucro, se propone ofrecer gratuitamente sus informes y artículos al año de publicación. Sus editores creen que existen otras alternativas al gran archivo central. Entienden que una redistribución ilimitada de contenidos puede conducir a la pérdida del control de la calidad, y además expone a los riesgos asociados al monopolio de proveedores. El ejemplo que utilizan es claro: El Congreso o el presidente puede suprimir las ayudas para cierto tipo de investigaciones. Lo ha hecho en el pasado. ¿Tendría PMC disponibles en su archivo investigaciones sobre estas materias?, plantean los editores de Science. De hecho, en Estados Unidos la investigación pública con embriones humanos aún baila en la cuerda floja. Alternativa europea Europa está desarrollando su propia alternativa. Un archivo electrónico central, en sintonía con el estadounidense, pero intentando conciliar los intereses de las revistas privadas, explica Carlos Martínez, involucrado en el proyecto. Estamos discutiendo cómo se integran las editoriales. Y tenemos que establecer bases serias y rigurosas para evitar el fracaso. El objetivo, desde luego, es hacer la ciencia lo más accesible posible, pero hay que hacerlo compatible con que las empresas tengan beneficios, porque son puestos de trabajo, indica el científico. El archivo europeo estaría bajo el amparo de la Organización Europea de Biología Molecular (EMBO) y financiado por el Laboratorio Europeo de Biología Molecular. Quien tiene los medios, tiene mucho poder sobre la ciencia, insiste Martínez. Y quien tiene una ciencia competitiva publica más, observa. España sólo contribuye con un 2,7% al total de la literatura científica mundial anual. Especialmente en las áreas de astrofísica, ciencias agrícolas, matemáticas y microbiología. Volver al principio de la noticia Volver al principio de Recortes Volver al principio |
|