Riqueza del Castellano
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ISSN: 1575-2844

Revista Vivat Academia

 Histórico Año III

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Junio 2001. Nº 26

RIQUEZA DEL LENGUAJE CASTELLANO

Fuenteovejuna

Un ejemplo de la riqueza del lenguaje castellano es el número de acepciones de una simple palabra, como puede ser la muy conocida y frecuentemente utilizada, que hace referencia a los atributos masculinos, "cojones".

Si va acompañado de un numeral, tiene significados distintos, según el número utilizado. Así "uno" significa caro o costoso [valía un cojón]; "dos" significa valentía [tiene dos cojones, con dos cojones]; "tres" significa desprecio [me importa tres cojones]; un número muy grande y par, significa dificultad [lograrlo me costó mil pares de cojones].

El verbo cambia el significado. "Tener" indica valentía [aquella persona tiene cojones]; aunque en admiración puede significar sorpresa [¡tiene cojones!]; "poner" expresa un reto, especialmente si se hace en algún lugar determinado [puso los cojones encima de la mesa]. Se los utiliza para apostar [me corto los cojones]; o para amenazar [te corto los cojones].

El tiempo del verbo utilizado cambia también el significado de la frase. Así el tiempo presente indica molestia o hastío [me toca los cojones]; el reflexivo indica vagancia [se tocaba los cojones]; el imperativo significa sorpresa [¡tócate los cojones!].

Los prefijos y sufijos modulan su significado; "a" expresa miedo [acojonado]; "des" indica cansancio [descojonado]; "udo" significa perfección [cojonudo]; "azo" se refiere a indolencia o abulia [cojonazos].

Las preposiciones matizan la expresión: "de" significa éxito [me salió de cojones], o cantidad [hacía un frío de cojones]; "por" expresa voluntad [lo haré por cojones]; "hasta" señala el límite de aguante [estoy hasta los cojones]; "con" indica el valor [era un hombre con cojones], y "sin" la cobardía [era un hombre sin cojones].

Es distinto el color, la forma, la simple tersura o el tamaño. El "morado" expresa el frío [se me quedaron los cojones morados]; la forma el cansancio [tenía los cojones cuadrados]; el desgaste implica experiencia [tenía los cojones pelados de repetirlo]. Es importante el tamaño y la posición [tiene dos cojones grandes y bien plantados]; sin embargo, hay un tamaño máximo [tiene los cojones como el caballo de Esparteros] que no puede superarse, porque si no indica torpeza o vagancia [le cuelgan, se los pisa, se sienta sobre ellos, necesita una carretilla para llevarlos].

Como interjección [¡cojones!] significa sorpresa, y cuando uno se halla perplejo los solicita [¡manda cojones!].

En ese lugar reside la voluntad y de allí surgen las órdenes [me sale de los cojones].

En resumen, será difícil encontrar una palabra, en castellano o en otros idiomas, con mayor número de acepciones.

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Vivat Academia, revista del "Grupo de Reflexión de la Universidad de Alcalá" (GRUA).
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Última modificación: 11-10-2001