CinematografíasJesús Miguel Sáez González, crítico de cine ENTRE LES MURS de Laurent Cantet Dime que lo real fluye sobre la ficción, y está última bebe su intensidad dramática dentro del seno del documento, y ambos condicionantes corren en ambos sentidos hasta conjugarse. Esta jugosa premisa, no sólo formal, sino lingüística, también de contenido, actúa ineludible sobre el film rechazando proponernos un discurso pedagógico, cuanto menos moral, por lo que las imágenes no son meras ilustraciones, sino puras interrogaciones en sí mismas, es decir preguntas pero sin respuestas (estas últimas, probablemente, sólo nos atañe en su gravedad elaborar a los espectadores, a la salida de la sesión, cuestiones como la metodología y la didáctica, el valor de la autoridad, el cuestionamiento de los saberes o la disciplina) que afectan de lleno a la importancia central de esta propuesta, es decir, al sistema educativo, convertido aquí en un aula donde conviven las culturas, no sólo como sustrato de un microcosmos social, sino de ese espacio determinado que se habilita y se cierra sobre sí mismo, y donde vienen a representarse todas las cuestiones sociales ceñidas como un juego conductista, siempre tomado como discusión abierta entre el profesor y sus alumnos (intercambio nada cómodo más bien horizontal entre experiencias y deberes). De esta manera se organiza La clase (título según traducción española), desde la metodología verité de Francois Bégaudeau (profesor de un Instituto periférico parisiense de secundaría, actor principal, y autor y coguionista del libro homónimo que ha servido a Cantet para construir el guión) y su experiencia. Dentro de este quehacer, ya seleccionado el espacio, se centra el debate, y aún sabiendo que lo que acontece pertenece a las experiencias reales de Bégaudeau, éstas se articulan conforme a los requerimientos de intensidad o modulación generados por la propia discusión inducida, y que nacen sólo de manera naturalista o hiperrealista sin manipulaciones, habiendo previamente estimulado, a la vez que se pone en situación a los actores (no profesionales), por lo que aparece sin querer lo ficcional, estableciéndose una continuidad dramática dentro de unas constantes que fluyen, no sólo estilísticas sino como fondo consustancial, sin llegar a articular una sola línea narrativa, ni una sola sentencia, sólo las expresiones a flor de piel que tienden una y otra vez a desbordarse, sin poder cuantificarse (incluso aquellas que pueden nacer de la improvisación no predeterminada). Todo esto yace en la obra, sin embargo, poco a poco de manera imperceptible y con armónica integración de las voces, va introduciéndose y naciendo una historia dramática (el altercado que propicia el alumno Souleymane), ya previamente escrita por el realizador galo, aunque no lo hace de manera impostada porque siempre esta amparada por lo real, ajena a un halo psicológico, como un fenómeno conductista que nace en sí mismo. Notas de producción. Para la filmación se han utilizado tres cámara de video HD que se han colocado dentro del Aula, una atenta al alumno que dirige la palabra, la segunda corresponde al profesor, la tercera a las reacciones del resto del alumnado. Los movimientos de cámara que se establecen son rápidos, en ocasiones se utiliza bruscamente el zoom de manera compulsiva, propiciando cierto desequilibrio justo en plena crisis, o por el contario puede el encuadre distanciarse para marcar la dilatación temporal (en el caso de la historia de Souleymane, donde se marcan las distancias entre el consejo escolar, es decir, lo puramente administrativo, y su mecanismo excluyente, más bien disciplinario, frente al afectado). Por lo tanto, en su espíritu, el montaje debe ser rápido, sin perder la intensidad y el fragor de cada instante, realizado por planos en su mayoría cortos, inestables y un tanto heterodoxos. Ficha Técnica: Dirección: Laurent Cantet Volver al principio de "ENTRE LES MURS" Volver al principio de "Cinematografías" Volver al principioEL CANT DELS OCELLS de Albert Serra Quizás no nos parezcan míticas sus figuras, pues de éstas casi nada sabemos, o sus fuentes son sólo una quimera meramente anunciada en algún evangelio, pero con solo nombrarlos reinventamos su proyectada sombra, aunque en este caso respondamos a la casi desacralización de su apariencia icónica camino de Belén, del portal apenas sustentado sobre unas piedras. Llegados al lugar, justo en el momento donde se produce la Epifania, sin apenas boato, el encuentro adorado del misterio, donde ahora, en ese instante nada vaciado pero desnudo, suena la pieza: El cant dels Ocells interpretada por Pau Casals. Es entonces cuando la devoción al niño nacido hallado por el azar se muestra como culmen y frente a la historia la pureza laica, la de la mirada cotidiana desposeída de aura, nada reverencial, en sus gestos, más bien minimalista, que ofrece casi una extrañada María, más pendiente del cordero, y un José atemorizado por la llegada de las tropas y que se dirige a los presentes en lengua hebrea. Antes, y posteriormente, el misterio también circunda durante su tránsito; el viaje por esos espacios extraños, al tiempo áridos, rocosos, helados, ventosos, pero sin duda míticos, que no mitificados, gravitados por prodigios y conocimiento que alertan a los Magos de curiosidad mil veces infinita, que adopta un sentido abstracto alegórico, por que no decir también lírico, y que acontece silencioso dentro de la mirada descansada que circunvala disgresivamente esos largos planos secuencia, donde viene a infiltrarse los tiempos muertos, hasta el punto de querer romper la unidad lógica espacio temporal. Para ello es necesario descomponer la materia en elementos accesorios pertinentes y que actúan entre sí, pendientes de captar la invisibilidad de lo trascendente que se oculta (las rocas, el viento, la arena) como contingencia y es fruto del azar, pero dentro de la experiencia y la curiosidad de conocer, y de explorar la naturaleza misteriosa que parece cambiar, siempre imbuida dentro del hecho cotidiano del Ser, más bien de Estar. Y llegado el merecido descanso, los argumentos, quizás insuflados, puede que por la sabiduría, y el razonamiento, que casi se desvanece o se escapa, contraído por la experiencia, la épica nombrada impresa por el desconcierto, cuando no lastrada por el absurdo que tanto implica el sueño al confundirse con lo dado, hasta invocarse como documento versiculeado por la incierta ficción, ya verificada por las conclusiones; y que alguna vez dejaron de ser premisas, para convertirse en posibles e inabarcables certezas, aunque no únicas. Ficha técnica: Dirección y guión: Albert Serra Volver al principio de "EL CANT DELS OCELLS" Volver al principio de "Cinematografías" Volver al principioDos realidades, en principio ajenas, sin atreverse a entrecruzarse son dos vidas paralelas simultaneadas, que viajan a destinos contrarios (Olga viaja desde Ucrania a Austria buscando una vida mejor/ Pauli busca mejores expectativas de empleo y lo hace de Austria a Ucrania), pero su destino es fruto de una sola dimensión moral, que elabora su propio discurso, sin más, de manera autónoma: Una cruel, en definitiva, metáfora que actúa surgiendo del engaño y la explotación, y que se intercambia como una mercancía que se desplaza sin desestabilizar el orden económico, una vez que el hombre perdió su condición. Ocurre en la Europa de la globalización que nos vigila sin piedad anulando tomar iniciativas (utiliza asfixiantes, casi frontales, largos planos secuencia, cuyos encuadres dificultan la mirada libre del espectador, reduciendo todo resquicio de humanidad). Por esto, el espectador reclamado no asiente pasivo, todos somos cómplices, por tanto culpables sin redención alguna, ni luz que nos ilumine hacia la esperanza. Ficha Técnica: Dirección: Ulrich Seidl Volver al principio de "IMPORT/EXPORT" Volver al principio de "Cinematografías" Volver al principioLA GRAINE ET LE MULET de Abdellatif Kechiche Existen melodías que sólo surgen, van creciendo, interpretándose como una escena que se inicia; dónde culmina nadie lo sabe, pero sus acordes van conciliándose entre el melodrama y la cotidianidad social (contradicciones familiares, desarraigo cultural). Íntimamente las conversaciones, cual arabescos, se superponen, se entrecortan, o resurgen como rumores o simplemente son plática que se arrojan como piedras entre unos y otros personajes (la cámara en planos cortos siempre les captura) y que van además tomando su personalidad psicológica y sus intereses social afectivos ampliándose a lo inesperado y lo que resulta crucial para el devenir de los acontecimientos, repercutiendo como graves digresiones sobre las secuencias y su nada limitada duración, hasta alcanzar su tesitura como relato cuyo tratamiento podemos pensar como novelesco, y que gravita sobre Slimane (protagonista). Sin embargo, hacia el ecuador de la trama, puede introducirse una mesurada al tiempo que larga conversación entre varios músicos, cuya presencia además será vital en el desarrollo final de la narración (compañeros y vecinos del protagonista) y que supera lo social, funcionando no sólo de manera elíptica, sino como coro griego aclarativo que nos detalla una información que consideramos vital, sin desdeñar lo ya acontecido, adquiriendo un valor hasta alegórico. Un tercer bloque manifestado por el cumplimiento del gran sueño de Slimane, que para aliviar los problemas no sólo económicos de toda su familia sino los emocionales, incluyendo los de sus hijos nacidos de su primera esposa, su segunda mujer y su hijastra, decide a todos implicarlos en la inauguración de un restaurante especializado en Cuscús, para ello tendrá que superar todo tipo de trabas sociales y familiares. Y el futuro, sólo la incertidumbre. Ficha técnica: Dirección Abdellatif Kechiche Volver al principio de "LA GRAINE ET LE MULET" Volver al principio de "Cinematografías" Volver al principio |
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